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miércoles, 27 de abril de 2016

Guerreros y soldados españoles a lo largo de los tiempos

Parte importante de la vida en el mundo antiguo, medieval, moderno e incluso contemporáneo ha girado en torno a la guerra, ya que la Historia siempre ha cabalgado a lomos de los ejércitos. No es de extrañar que en este aspecto nuestros antepasados, ya fueran estos tildados de hispanos o españoles, tuvieran grandes dotes militares, ni que participasen en algunos conflictos bélicos clave a lo largo de los siglos.

En esta colección se recoge precisamente a esta gente de armas a lo largo de distintas épocas, desde los íberos y celtas hasta la actualidad, vistos por distintos artistas contemporáneos en diversas ilustraciones hechas para la ocasión. Se podrá comprobar cómo fue evolucionando el armamento, la armadura y el traje de la guerra, desde el que se podía costear cada individuo hasta el uniforme fabricado en masa. Así, esta colección vale tanto para saber un poco más de Historia, como para degustar arte, valiendo incluso esta entrada como catálogo de ilustradores para los guionistas y editoriales que busquen dibujantes.

Y ya, sin más dilación, disfrutad de la galería:

1. Guerrero íbero, de Irene Roga (http://ireneroga.com/):


Los íberos eran un conjunto de tribus hispanas que habitaban en el Sur y en el Levante de la Península Ibérica durante la Antigüedad. Estas tribus, si bien eran muy hábiles en la metalurgia, no así en la agricultura, lo que hacía que muchas veces se dedicarán a la actividad mercenaria. Lucharían a partir del siglo V a.C., como soldados de fortuna para los griegos, de los que aprendieron, entre otras cosas, acuñar moneda y alfabeto.

2. Guerrera galaica, de Carlos Romero (http://www.carlosromeroart.com/):


Además de las íberos, en la Península Ibérica de la Antigüedad también vivían tribus celtas en el Norte. De entre estas, llamaron poderosamente la atención de los romanos las galaicas, pues las mujeres de aquellas comunidades combatían codo con codo con los varones contra los invasores.

3.  Guerrero de Sagunto, de Jordi Bayarri (http://www.anillodesirio.com/):


Las guerras entre Cartago y Roma movilizaron a gran cantidad de hispanos, a favor de uno de estos dos imperios. De hecho, la Segunda Guerra Púnica (218 – 201 a.C.) comenzaría cuando Aníbal Barca atacó la ciudad de Sagunto (en la actual Valencia), cuyos habitantes eran aliados declarados de Roma.

4. Hondero baleárico, de Pedro Camello (https://www.facebook.com/pedro.camello.5):


Entre los más renombrados mercenarios de la Antigüedad se hallaban los honderos de las Baleares. Sometidos a un entrenamiento muy riguroso desde niños, los baleáricos debían aprender a usar la honda, para con sus piedras obtener comida de otro modo inaccesible por su altura. Ya de adultos, iban a campaña con tres hondas distintas: una para distancias cortas, otra para distancias medias y otra para las distancias lejanas, yendo estas anudadas en la frente, brazo y cintura, para poder ser fácilmente alcanzadas por sus portadores.

5. Viriato, caudillo lusitano, de Pedro R. M. Andreo (https://www.facebook.com/ElectroCereal):


Aprovechando el contexto que les brindaba la Segunda Guerra Púnica, los romanos se decidieron a conquistar la Península Ibérica, empresa que tardarían en lograr casi 200 años, viéndose durante ese tiempo sometidos a constantes luchas contra los indígenas. El más famoso de los generales hispanos de este período fue el lusitano Viriato, que con guerrillas o incluso batallas campales se convirtió en uno de los mayores enemigos de Roma.

6. Guerrero numantino, de Álvaro Ramírez (http://www.alvaroramirezart.com/).


El asedio más famoso de la Antigüedad hispana es el de Numancia (en la actual Soria). En él, los numantinos celtíberos – surgidos de la unión de celtas con íberos – lucharían en numerosas ocasiones contra Roma y la harían levantar el sitio, hasta que finalmente fueron cercados con un dispositivo tan fuerte que vencieron a Numancia por hambre. Salvo algunos numantinos que pudieron escapar del asedio, la mayoría decidió resistir en la ciudad, hasta que finalmente tuvieron que elegir entre dos decisiones: ser sometidos a la esclavitud o morir. Eligió la ciudad lo segundo, prendiendo fuego sus habitantes a la urbe y suicidándose en masa, haciendo efectivo el lema de que “es mejor morir de pie que vivir arrodillado”.

7.  Guerrero astur, de Víctor Santos (http://victorsantoscomics.blogspot.com.es/):


La conquista romana fue avanzando poco a poco, hasta que solo dos poblaciones resistían en el Norte en el último tercio del siglo I a.C.: los astures y los cántabros.

A modo de curiosidad: si bien los hispanos conocían el arco para la caza, casi ningún guerrero, salvo los vacceos, lo empleaba en el combate. En su lugar, para acabar con el enemigo a distancia, además de la honda, se prefería usar la jabalina.

8. Guerrero cántabro, de Laura Jiménez (http://yblaidd.deviantart.com/):


Tuvieron el romántico honor los cántabros, gentes que no podían concebir la vida sin guerra, luchar en Iberia contra los romanos antes de que estos vencieran totalmente, convirtiendo así Hispania en otra de las provincias de su Imperio.

9. Legionario hispano de principios del siglo I d.C., de Alejandro Monge Díaz (https://twitter.com/Evilpollo):


Tras ser vencidos, los hispanos fueron asimilados dentro de la cultura romana, beneficiándose de la arquitectura, derecho, comercio y demás ventajas que les ofrecían sus nuevos líderes. A cambio, muchos ibéricos y baleáricos pasarían a formar parte de las Legiones romanas, reconduciendo su sed combativa hacia las metas imperiales.

10. Trajano, Emperador de Roma, de Ángel Muñoz (http://angelilloilustrador.blogspot.com.es/):


Prueba de la gran asimilación que se mencionaba antes dentro del sistema romano para los hispanorromanos estaría en Trajano. Este hispalense fue medrando poco a poco entre las filas legionarias hasta alcanzar el generalato e incluso la posición de Emperador entre los años 98 y 107 d.C. Además de por sus campañas contra los dacios y partos, llevando a Roma a su máxima extensión territorial, fue Trajano también conocido por sus obras públicas, siendo la más famosa de ellas la Columna Trajana, importantísimo archivo histórico labrado en piedra en el que todavía hoy podemos contemplar y admirar el modus operandi de la legiones romanas.

11. Legionario hispano de finales del Imperio romano, de Joan Tretze (http://www.elsistemad13.com/author/joan13/):


El año 476 fue testigo de la caída del mayor de los poderes de la Antigüedad, al ser conquistado el Imperio Romano por los bárbaros germánicos. Esto fue fruto de la decadencia que venía arrastrando la Ciudad Eterna desde un tiempo atrás, siendo una de sus últimas hazañas haber vencido a Atila el Huno en la batalla de los Campos Cataláunicos (451). Tan importante fue la caída de Roma que con ella acabó un período, la Antigüedad, y comenzó otro: la Edad Media.

12. Guerrero visigodo, de Carla Berrocal (http://www.carlaberrocal.com/):


Tras la caída de Roma, los bárbaros se apropiaron de las distintas posesiones imperiales, salvo Bizancio o El Imperio Romano de Oriente, que consiguió resistir. A Hispania le tocó la suerte de ser dominada por los visigodos, luchando estos por defender su embrionario reino contra otras tribus, como los alanos y los vándalos. Al estar cristianizados y fuertemente latinizados, la transición del poder romano al visigótico no fue demasiado traumática para los romanizados ibéricos, extendiendo durante los dos siglos de su reinado los visigodos en cierto modo el modo de vida de la Antigüedad, aun luchando contra los bizantinos en el Sur de su nuevo hogar por mantenerlo. La integración entre la minoría goda en el poder y la mayoría hispanorromana la facilitó el Rey Leovigildo, al igualar legalmente las condiciones de unos y otros, convirtiéndose los germanos del arrianismo al catolicismo para mejorar la convivencia con la población local.

13. Don Pelayo, Rey de Asturias, de Noiry (http://noirgraphite.com/):


En el año 711 los musulmanes de Tarik invadieron y conquistaron Hispania, derrocando al poder visigótico tras la batalla de Guadalete. La rápida invasión fue posible gracias a las luchas internas que mantenían entre sí los godos, debido a su monarquía electiva. Tras esto, el poder africano tomó rápidamente las riendas de la Península Ibérica, con los visigodos exiliándose al territorio de los francos, o quedándose en la Península a pesar de ya no ostentar un poder de dos siglos de duración.

Uno de los que decidió permanecer en territorio hispánico fue Don Pelayo, antiguo oficial del Rey Rodrigo, el último monarca de los visigodos, muerto en Guadalete. Pelayo tenía una hermana llamada Adosinda, que pronto fue pretendida por Munuza, gobernador musulmán de Gijón, para fortalecer su posición ante los indígenas. Pelayo se opuso a esta unión, lo que llevó a Munuza a encarcelarlo en Córdoba, capital del nuevo Emirato. Tras algún tiempo encerrado, consiguió Pelayo escapar, dirigiéndose a Asturias, donde sería coronado por los astures como Rey de Hispania en 718. Tras varios golpes de mano contra el poder árabe, consiguió atraer en 722 a un ejército invasor de 3.000 hombres a una trampa en Covadonga, donde con 300 guerreros cristianos, dada sus buenas posiciones defensivas, vencieron e hicieron retroceder al enemigo expulsándolo de Asturias. Cabe destacar que murieron más norteafricanos durante la retirada, ya fuera en los Picos de Europa (despeñados o emboscados por los montañeses), o en el camino hacia el sur peninsular, donde la población local aprovechaba para lincharlos al verlos debilitados, que durante el combate inicial. Si bien Covadonga no fue ni mucho menos la batalla más grande de la Historia, si que fue un acontecimiento importante, puesto que fue el primer gran acto de resistencia organizado, que además de consolidar a Don Pelayo como Rey, alentó las esperanzas de los cristianos de ser liberados de los musulmanes.

14. Guerrero cristiano de los primeros siglos de la Reconquista, por Kaoru Okino (http://kaoruokino.tumblr.com/):


Empezada la Reconquista con el recién nacido Reino de Asturias, muchos hispanos empezaron a emigrar hacia el norte, donde no eran avasallados por profesar una fe distinta, lo que obligaba a los cristianos en territorio musulmán, los mozárabes, a pagar tributo y no poder dar fe de Cristo en público so pena de muerte.   

Empezaba así un largo período de casi ocho siglos, en el que los cristianos irían recobrando poco a poco la Península Ibérica, siendo especialmente delicados los primeros años de lucha contra el Emirato, por la gran cantidad de recursos que podía movilizar contra el reducto asturiano. Pese a todo, los cristianos del norte no solamente resistieron la embestida, sino que empezaron a liberar las regiones de Galicia y Cantabria, fortaleciendo y aumentando su poder paulatinamente.

15. Guerrero carolingio de la Marca Hispánica, de Daniel Martínez Leiva (http://materiaworks.com/):


Los musulmanes no limitaron su expansión a la Península Ibérica, sino que traspasaron los Pirineos para llegar tomar también el suelo franco. Prosiguieron sus conquistas hasta ser detenidos por Carlos Martel en la batalla de Poitiers (732). No obstante, los territorios ultrapirenaicos no estaban a salvo de la amenaza africana. Por ello, el Emperador Carlomagno creó en la parte ibérica de los Pirineos la Marca Hispánica, un cordón sanitario para frenar nuevas invasiones, en el año 778. Los guardianes de la Marca no se limitarían a defender sus posiciones montañosas, sino que avanzarían hacia el sur, arrebatando a los sarracenos, entre otras poblaciones, Barcelona entre los años 800 y 801, tras someterla a asedio.

El dominio carolingio prosiguió hasta finales del siglo XI, cuando este Imperio acabó dividido tras la muerte del Emperador, y por la incapacidad para sus reinar de sus sucesores. Tras esto, la Marca Hispánica se independizó y se fragmentó, surgiendo de ella a lo largo de los años los distintos condados catalanes y los reinos de Navarra y Aragón.

16. Arquero pamplonés, de Javiosu (https://twitter.com/javiosu):


Continuó la guerra entre cristianos y musulmanes, con ocasiones batiéndose unos y otros entre sí por guerras civiles o entre correligionarios. Respecto al Reino de Asturias, pasó a rebautizarse como el Reino de León al pasar la capital a esta ciudad en los tiempos de García I, tras haberse seguido avanzando hacia tierras sureñas. En 939, Córdoba, ya como Califato, lanzó una gran campaña contra los reinos cristianos del norte. Le salieron al pasó a las tropas de Al-Ándalus las de los reinos de León, Navarra y el condado de Castilla, defendiendo no solamente el castillo de Simancas, sino emboscando durante la retirada a los árabes con gran éxito. Tan importante fue esta victoria, que el Califa de Córdoba, Abderramán III, no volvió a lanzar grandes campañas contra los cristianos, limitándose a presentar una actividad defensiva y algunas razzias.

17. Lancero leonés, de Kuroneko (http://kuronekoartdesign.blogspot.com.es/):


Todos los avances cristianos que se llevaban produciendo desde el siglo VIII se vieron violentamente interrumpidos a partir de 977. La causa del parón se debía al mayor de los caudillos de Al-Ándalus: Almanzor. Este victorioso general islámico no solamente impidió nuevas conquistas por parte de norteños, sino que arrebató a estos muchas de las posesiones que tenían. No sería hasta 1002 cuando, tras morir aquel peligroso general, pudieron volver a luchar y vencer los cristianos, empezando a recobrar lentamente lo perdido. 

A modo de curiosidad: fue la negación de prestar ayuda por parte de tierras ultrapirenaicas contra Almanzor lo que provocó la independencia definitiva de la Marca Hispánica con respecto a los carolingios.

18. Conde Armengol III de Urgel, de Juan Sánchez (https://www.facebook.com/Logan032):


Al-Ándalus estalló en el año 1009, con el Califato dividiéndose en numerosas taifas o pequeños reinos, a menudo enfrentados entre sí. Esta animosidad fue aprovechada para avanzar por los cristianos, ya fuera bélicamente a través de la conquista de territorios o través del cobro de parias o tributos para no ser invadidas.


Firme aliado del Rey Sancho Ramírez de Aragón, Armengol III de Urgel lucho junto  él en la Cruzada de Barbastro, en la que se llamó a los guerreros cristianos a tomar aquella plaza fuerte, llenándose Aragón de cientos de caballeros europeos para tal fin en 1064. Cuando Barbastro fue tomada tras asedio, Armengol pasaría a ser su gobernador militar hasta que los musulmanes la retomaron al año siguiente. No obstante, el esfuerzo bélico no fue en vano, ya que a pesar de perderse la urbe,  se adelantó hacia el sur la frontera aragonesa a través de los pueblos y villas cercanos a Barbastro, que si se retuvieron tras ser fortificados.

19. El Cid Campeador, de Andrés Jiménez (https://www.facebook.com/SuperVillainDrus):


Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, es el caballero más conocido del Medievo español. Este burgalés luchó primero junto a Sancho de Castilla, pasando a servir a su muerte al hermano de este, Alfonso VI de León, que volvió a unir las Coronas castellana y leonesa, que hasta el siglo XIII no volverían a estar unificadas definitivamente.

El Cid, tras ser desterrado por Alfonso VI a causa de un incidente fronterizo durante la conquista de la taifa de Toledo, pasó a servir a las órdenes del rey de la taifa de Zaragoza, que pagaba parias a Alfonso VI. O dicho de otra forma: Rodrigo pasaba a servir a un siervo de su señor natural. Desde allí defendería la taifa contra cristianos y musulmanes por igual, para más adelante, crear con un pequeño pero muy profesional ejército, un señorío autónomo en Valencia, donde vencería por primera vez al Imperio Almorávide en campo abierto, en la batalla de Cuarte de 1094.

20. Don Diego López de Haro, de Laurielle (https://twitter.com/lauriellemaven):


Los Haro, como Señores de Vizcaya, acompañaban en la guerra a sus monarcas castellanos, aportando importantes contingentes de tropas de la Reconquista. Uno de ellos, Don Diego López, participó por ello en dos importantísimas batallas: la de Alarcos (1195), que se saldó con una estrepitosa derrota cristiana que dejo a Castilla sin poder realizar ofensivas serias hasta la siguiente generación de combatientes, y la de las Navas de Tolosa (1212), donde, una vez recuperado del varapalo anterior, Alfonso VIII de Castilla, aliado con Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, combate en Jaén a los almohades en la batalla clave de la Reconquista: con ella empezaría el declive definitivo del poder islámico peninsular.

21. Caballero de la Orden de Calatrava, de David “SlaughterVK” Pla Sánchez (http://terkatoriam.deviantart.com/):


Al igual que en Tierra Santa, en la Península Ibérica surgieron Órdenes Militares formadas por monjes guerreros para luchar contra los infieles en territorio fronterizo.  Las españolas fueron las de Santiago, Montesa, Alcántara y Calatrava.

El caballero representado pertenece a la última de estas órdenes citadas, sirviendo a Fernando III en la importante reconquista de Córdoba (1236) y Sevilla (1248), donde recibirían por parte del Monarca castellanoleonés (al ya haberse unido definitivamente ambos reinos hispánicos) consideración de tropa de elite dado el alto nivel de adiestramiento de aquellos cruzados con base en Ciudad Real.

22. Milicia Concejil de Valladolid, por Henar Torinos (http://www.henartorinos.com/):


Frente al resto de reinos medievales, los hispánicos se caracterizaron por un espíritu de continua lucha contra los musulmanes, cuando no contra otros cristianos. Por ello, en el continuo avanzar de la Reconquista, surgieron en Castilla los milicianos concejiles, pecheros que defendían el reino de los ataques sarracenos e incluso gozaban de suficiente autonomía para lanzar sus propias razzias, pudiendo portar armas encima, a diferencia de otros campesinos medievales.

23. Almogávar, de Raúl Sierra García (https://www.behance.net/Ereon):


Si en Castilla existían los milicianos de los concejos, en Aragón (ya unida con los condados Catalanes formando la Corona Aragonesa), existían los almogávares. Estos eran hombres de la frontera, para los que la vida era una continua lucha por la supervivencia. Actuaban como infantería ligera y conformarían la punta de lanza de la Corona de Aragón, ya fuera en suelo peninsular, como con la conquista de Valencia (1238), o en el Mediterráneo, donde permitirían la expansión marítima aragonesa gracias a la conquista de Mallorca (1232), la defensa y toma de posesión de Sicilia (1282) o la captura del Ducado de Atenas (1311).

24. Caballero castellano del siglo XIV, de Manu López  (https://www.facebook.com/kuroudi):


Tras los grandes progresos reconquistadores del siglo XIII, en el XIV lo que más abundaron fueron luchas entre los propios cristianos, ya fueran entre los reinos de Portugal, Navarra, Castilla y Aragón, o luchas internas dentro de cada uno de estos. Como ejemplo de estas últimas, la Guerra de los Dos Pedros o la Guerra Civil Castellana, que entre 1356 y 1369 sacudirían con violencia la Península Ibérica.

Armamentísticamente hablando, este siglo, considerado uno de los más violentos de la Historia, vio como a las cotas de malla empezaban a surgirles protecciones adicionales, que entre esa y la siguiente centuria se acabarían convirtiendo en las famosas armaduras compuestas.

25. Alabardero cristiano de la segunda mitad del siglo XIV, de Francisco Maldonado (https://www.facebook.com/franciscojavier.maldonado.372):


Durante la Guerra Civil Castellana, el futuro Rey Enrique II fue ayudado por Francia a conseguir el trono que disputaba con su hermanastro, Pedro I. Como compensación por la victoria, Enrique tuvo que ayudar a los galos en su lucha contra los ingleses dentro del marco de la Guerra de los Cien Años. Especialmente meritoria fue la ayuda de la flota castellana, que derrotó a la inglesa en la batalla de la Rochelle (1372). En este combate, en el que los hispanos fueron los primeros en la Historia en usar artillería naval, se aniquiló a la flota inglesa, lo que facilitó a los franceses a ganar terreno ante la incapacidad de los ingleses de llevar refuerzos al continente. 

26. Palentina de 1388, de Alicia “Aliceink666” Francisco (https://www.instagram.com/aliceink666/):


Durante la Guerra de Sucesión Castellana, el Duque de Lancaster, aliado del derrotado y asesinado Pedro I (para conseguir su apoyo contra Francia), se había casado con la hija del castellano. Considerándose con derechos sobre Castilla por ello, aprovechó para invadir aquel reino dado el débil estado en que se hallaban las tropas castellanoleonesas tras ser derrotadas por los portugueses en la batalla de Aljubarrota (1385). Por ello, y gracias a algunos quintacolumnistas afines a la causa del ya muerto Pedro I, atravesó la Península Ibérica hasta llegar a Palencia, plaza que se proponían conquistar los ingleses. Como todos los hombres estaban fuera batallando contra los portugueses, tuvieron que luchar contra los asaltantes las mujeres palentinas, consiguiendo rechazar el asedio y hacer retirarse al Duque de Lancaster de nuevo a Inglaterra.

27. Caballero jienense de principios del siglo XV, de Mimy92Sonadow (http://mimy92sonadow.deviantart.com/):



Quedaba un último reducto musulmán en la Península Ibérica a principios del siglo XV: el Reino Nazarí, que estaba compuesto por las actuales regiones de Málaga, Granada y Almería. Consiguió este reducto islámico sobrevivir a las campañas cristianas del XIII gracias a las luchas intestinas de sus enemigos y al pago de parias. No obstante, los nazaríes todavía harían razzias y campañas contra los infieles, una de las cuales tuvo su momento álgido en la batalla de la Higueruela (1431), donde las tropas jienenses, como las milicias de Úbeda y Baeza y los caballeros de la frontera, lucharon contra las tropas granadinas, con victoria de la Corona Castellana.

28. Fernando de Aragón, de Ulises “RataUnderground” Lafuente (http://elrataunderground.tumblr.com/):


Uno de los personajes más importantes de la Historia española fue el Rey Fernando de Aragón. El Rey Católico se vería envuelto a menudo en la guerra, ya fuera contra los portugueses en la Guerra de Sucesión Castellana por defender la candidatura de su esposa Isabel, contra los nazaríes para concluir la Reconquista o contra los franceses en Navarra para recuperar esta para España. Este zaragozano es tenido por uno de los mejores monarcas que ha tenido España junto a Isabel I, llevando a España de la Edad Media a la Modernidad con, entre otras medidas, la creación de un ejército profesional que no dependiera de la nobleza para ser formado, sino del propio Estado.

29. Infante zamorano de los Reyes Católicos, de Helena “Kamapon” Bermejo (https://www.facebook.com/PandaponStudio):


Entre 1475 y 1480 tuvo lugar la Guerra de Sucesión Castellana, con Alfonso V de Portugal reclamando los derechos sobre la Corona castellana por su esposa, Juana “la Beltraneja”. Invadió por ello España, pero tras un cierto éxito inicial gracias a algunos nobles contrarios a Isabel, fue rechazado de vuelta a su reino por los castellano-aragoneses. Destacaron particularmente en la pugna los zamoranos, cuya lealtad y ferocidad en la frontera les valió la recompensa real que aun lucen en su bandera.  

30. Caballero de la Orden de Santiago, de The Lion Medal (http://thelionmedal.deviantart.com/):


Tras varias décadas interviniendo en cuestiones políticas y dinásticas, la orden militar de Santiago volvió a ondear estandartes de Cruzada cuando se reanudó la guerra, con carácter definitivo, contra Granada (1482-1492). Aquel sería el último conflicto en que los monjes soldado de Cuenca participaron por entero, pues las características de la guerra habían cambiado, empezando a quedar anticuada la caballería pesada en detrimento de la infantería, sobre todo para la guerra de asedio, donde los caballos no podían dar ventaja al caballero, debiendo este combatir a pie.

31. Don Gonzalo Fernández de Córdoba, de Ashirogi Muto (https://www.facebook.com/ashirogi.muto.378):


Este caballero y oficial cordobés empezó a hacerse célebre en la Guerra de Granada, pero su momento de mayor gloria llegó durante las Guerras de Italia que salpicaron el final del siglo XV y la primera mitad del XVI. En ellas, Francia y España usarían el suelo italiano como tablero para decidir quién esgrimiría la supremacía europea. Gracias a sus disposiciones y estrategias, España ganaría aquella partida, con batallas tan aclamadas como Ceriñola y Garellano (1503).

32. Soldado del Gran Capitán, de Alejandro “Iruko” Toledo (https://www.facebook.com/IrukoArt):

Entre las ordenanzas del Gran Capitán, figuraban las que daban preeminencia a la infantería sobre la caballería, equipando a los infantes con un armamento unificado: un tercio con picas, un tercio con espada, dardos y rodela, y el otro tercio con ballestas y espingardas (antecesoras de los arcabuces). Estos hombres serán el prólogo de los futuros Tercios.

33. Ballestero español (finales del XV – principios del XVI), de Alejandro Muñoz (https://www.facebook.com/alexxmufer):


Todavía a principios del siglo XVI se usaba la ballesta, arma que por su potencia de fuego podía atravesar fácilmente la armadura enemiga. Especialmente útil fue para los españoles cuando llegaron a América en 1492 y tuvieron que luchar contra los nativos hostiles, ya que la humedad selvática impedía hacer uso de las armas de pólvora.

34. Hernán Cortés, por Juan Arrabal (https://www.facebook.com/dragolisco/):  


Cortés es una de las figuras más importantes de la Conquista de América: con 500 españoles, conquistó el Imperio Mexica con una mezcla de estrategia militar junto a diplomacia y alianzas con las tribus sometidas por los aztecas. Para unos un héroe y para otros un villano, sin duda este pacense es uno de los grandes conquistadores y líderes militares de la Historia.

35. Arcabucero español (principios del siglo XVI), de Ricardo Machuca (http://ricardomachuca.blogspot.com.es/):


Ya desde el reinado de los Reyes Católicos las tropas de a pie españolas usaban armas de fuego portátiles, las primitivas espingardas. Estas fueron evolucionando en los arcabuces, armas más funcionales con la que definitivamente quedó relegada la caballería a un papel secundario en los conflictos bélicos, como se demostró en Pavía (1525). Allí, todavía durante las campañas italianas, ya no con los Reyes Católicos, sino con el Emperador Carlos I, los arcabuceros españoles no solamente aniquilaron a la aristocrática caballería pesada francesa, sino que incluso capturaron al Rey de Francia.

36. Don Álvaro de Sande, de Caro Waro (https://www.facebook.com/waroartwork):


Dentro del siglo XVI, España tuvo que enfrentarse a otros reinos e imperios para defender su inmenso territorio, fuera este conquistado, como las Indias, o heredado dinásticamente, como el de los Países Bajos de los Habsburgo. Dentro de este contexto, hizo falta soldados muy combativos para mantener aquellos dominios, tanto por mar como por tierra. Un buen ejemplo de ellos fue el cacereño Álvaro de Sande, que lo mismo luchó contra Francia, la Liga Esmalcalda, o el Imperio Otomano, obteniendo contra este una importante hazaña al hacerle levantar el sitio de Malta en 1565.

37. Mosquetero español (del siglo XVI a la primera mitad del XVII), de Xabi Gaztelua (https://www.facebook.com/xabi.gaztelua):


Dentro de la evolución tecnológica del XVI, el arcabuz obtuvo una versión más pesada y potente del mismo: el mosquete. El arma, si bien era tan pesada que los tiradores para usarla debían apoyarla en el suelo con una horquilla, era sumamente destructiva. Los Tercios, la unidad de elite mundial del siglo XVI y de la primera mitad del XVII, tendrían este arma primero, con carácter minoritario con respecto al arcabuz, pero aumentando exponencialmente según pasaban los años, aunque sin sustituir del todo a su predecesor, sino complementándolo. Cabe destacar los “doce apóstoles” de la figura, es decir, las cargas de munición del pecho del tirador. 

38. El III Duque de Alba, de Dani Alarcón (https://www.facebook.com/DaniAlarconArtwork):


Si antes se comentaba que Cortés era polémico, lo mismo se puede decir de Don Fernando Álvarez de Toledo, Gran Duque de Alba. La figura de este abulense ha llegado hasta nuestros días muy oscurecida por la Leyenda Negra, por los combates sin cuartel que libró contra Holanda y las demás provincias protestantes neerlandesas dentro de la Guerra de los Ochenta Años. No obstante, este aristócrata merece ser recordado por otros sucesos también. Por un lado, por su lucha contra los berberiscos o contra Francia y el Vaticano tras la violación de la Tregua de Vaucelles tras la abdicación de Carlos I en su hijo Felipe II. Tampoco conviene olvidar el respeto que le tenía a sus hombres (a los que llamaba “señores soldados”) y el valor en que estimaba sus vidas, no haciéndoles batirse a la primera oportunidad, sino buscando la mejor de las oportunidades y condiciones para batir al enemigo.

39. María Pita, de Andrés Garrido (https://www.facebook.com/andresgarridoart/?fref=ts):


Durante la época de Felipe II, desde muy pronto se tuvieron problemas con la Inglaterra de Isabel I, pues sus barcos, aun sin declaración de guerra, atacaban las naves españolas y los puertos hispanos en busca del oro americano, todo ello bajo la bandera negra de la piratería. En 1585 la situación llegó a un punto de no retorno cuando los barcos ingleses atacaron las costas hispánicas ya sin esconder la bandera angla, desatándose así la Primera Guerra  Hispano-inglesa.

El episodio más conocido de ella es el fracaso de 1588 de la Gran Armada, llamada por influencia inglesa, con sorna, “Armada Invencible”. No obstante, juzgar toda la guerra por este episodio es erróneo, y más aun cuando la contienda la ganaron las armas españolas. Ejemplo de esto último podemos verlo en la Contraarmada de 1589, cuando Isabel I mandó a Francis Drake  a conquistar Galicia y a sublevar a Portugal contra España. Fallaron en ambos cometidos, pero no por culpa de las tormentas como los españoles el anterior año, sino por personas que se enfrentaron contra ellos en los puertos ibéricos. Una de estas fue María Pita, que aún hoy día es recordada por su valerosa gesta en la defensa de La Coruña, su ciudad natal.

40. Alonso de Contreras, de Jesús Redondo (https://www.facebook.com/profile.php?id=100008625495706):


La patente de corso permitía a ciudadanos particulares, cuando había guerra, armar barcos para luchar contra los enemigos de su país. Esto les distinguía de los piratas, que no obedecían a ninguna ley más que a la suya, y atacaban a cualquier nación, la propia incluida, hubiera o no guerra.

Uno de estos corsarios fue el madrileño Alonso de Contreras, el cual no has legado en su autobiografía, Discurso de mi vida, sus peripecias vitales a lo largo del final del XVI y el XVII, enfrentándose lo mismo a los turcos y a ingleses en el mar, que a una erupción del Vesubio, salvando a los ciudadanos de la población italiana de L´Aquila de perecer bajo las llamas de aquel colosal volcán en 1632.

41. Joan Orpí, de Algomar (https://www.facebook.com/AlgomarART):


La conquista de América continuaba todavía en el siglo XVII. Y como muestra de ello, podemos ver el caso de Joan Orpí, barcelonés que conquistó las tierras hoy conocidas como Venezuela, pasando posteriormente a ser su Gobernador e incluso defendiéndolas de los holandeses.

Aquí vale la pena detallar la diferencia entre la conquista americana de los españoles y la del resto de naciones europeas. Los españoles luchaban (o no, dependió del caso) contra los indígenas que defendían su libertad, para más adelante  convivir con los vencidos y tratarlos como iguales. Cierto es que hubo abusos, pero estos fueron siempre en contra de las Leyes de Indias, prohibiendo estas aquel tipo de conductas villanescas contra los indígenas. Ejemplo de esto último lo tenemos en la fundación de la Real Universidad de México en 1551, empezándose a darse clases en ella en 1553. Frente a la actividad española, contrastaba la de otras naciones como Holanda, que esclavizaban a  los nativos americanos para venderlos en mercados negreros.

42. Carlos de Coloma y Saa, de Luis Rodrigo Duque (https://www.facebook.com/luisrodrigoduque87):


En el Siglo de Oro se dieron múltiples y destados personajes. Uno de ellos fue el alicantino Carlos de Coloma y Saa, que iría ascendiendo a lo largo de su carrera desde soldado hasta general, pasando más adelante a otros empleos de importancia política, como embajador en Londres.

El caso de Coloma no fue excepcional, ya que los Tercios eran meritocráticos, o lo que es lo mismo, permitían el ascenso en ellos según la habilidad bélica de cada uno, diferencia importante con otros ejércitos de la época, en los que el estamento del Antiguo Régimen dejaba a cada persona estancada.

43. Piquero de los Tercios, de Álvaro Lianes (https://www.facebook.com/alvaro.lianessanchez):


Vistos ya los arcabuceros y mosqueteros en figuras anteriores, solo faltaba por ver a los piqueros para plasmar por entero la imagen de los Tercios. Gracias a las picas de cuatro metros que portaban, estos soldados eran un oponente terrible para las cargas enemigas (especialmente las de caballería), que se veían detenidas o ensartadas en el asta de estas armas durante los asaltos. Esto, en conjunción con los tiradores con arcabuces y mosquetes desde los flancos de los cuadros de picas, convirtió a los Tercios en una formación letal y duradera. Ejemplo de ello lo vemos en la batalla de Norglinden (1634), contra los suecos seguidores de Gustavo Adolfo II, cuyas revolucionarias tácticas dieron a aquellos escandinavos grandes victorias hasta toparse con los hispanos, que a pesar de combatir contra unos esquemas considerados obsoletos por ser del siglo anterior, resultaron vencidos en la que sería la última gran victoria de los Tercios.

44. Mosquetero del Tercio de Sevilla en la época de Carlos II, de Phobialia (https://www.facebook.com/Phobialia):


A partir de los años cuarenta del siglo XVII, y más concretamente en 1643 con la batalla de Rocroi, los Tercios empezaron a conocer la derrota tras siglo y medio invictos. Ejemplo de ello lo podemos ver en la Guerra de los Nueve Años o de la Liga de los Habsburgo, en donde, pese a todos los esfuerzos españoles, no se pudo evitar la conquista de Barcelona por parte de las tropas de Luis XIV de Francia en 1697.

Es en esta época, la de Carlos II, cuando los españoles empiezan a vestir uniforme, aunque el de cada Tercio era muy distinto al de los otros. Así, por ejemplo, el del aquí ilustrado Tercio de Sevilla, que defendió Cataluña de los franceses a finales de este reinado, era púrpura con la divisa roja, frente al de Valladolid, que era verde con la divisa blanca.

45. Granadero de los Tercios de Carlos II, de Fadri (http://fadri.org/):


En la época de Carlos II empezó a haber Compañías armadas con granadas de mano, explosivos muy útiles para atacar trincheras o fortificaciones enemigas dado el gran daño que causaban en recintos cerrados. Sus portadores serían conocidos como granaderos, y eran escogidos entre los hombres más altos y fuertes de cada Tercio, a fin de concedérseles a ellos las misiones más peligrosas y delicadas.  

46. Guerra de Sucesión Española: borbónico vs austracista, de Clara Saetiz (https://www.facebook.com/ClaraSaetizArt):



Muerto sin descendencia Carlos II, el último de los Habsburgo españoles, se presentó una contienda internacional: por un lado estaban los partidarios de Felipe de Anjou, es decir, Francia, Baviera y parte de España, y por otro los del Archiduque Carlos de Austria, o lo que es lo mismo, Inglaterra, Holanda, Portugal, Saboya, Austria y parte de España, por lo que fue al mismo tiempo un conflicto mundial y dinástico que una lucha civil, en donde se enfrentaría los españoles borbónicos contra los españoles austracistas.

47. Artillero de Ceuta, de Javi de Castro (https://www.facebook.com/javi.decastro.7):


El asedio de 1694-1727 supone para Ceuta uno de sus períodos históricos más importantes, con unos soldados y una población civil que se niegan a someterse al invasor, provenga este del recientemente creado Reino de Marruecos, o de Gran Bretaña, luchando en el que fue el asedio más largo de la Historia con gran valor y arrojo por seguir siendo parte de España.

Especialmente importante fue la artillería durante el sitio, ya fuera para demoler las posiciones sitiadoras, hundir los barcos enemigos o aniquilar a los infantes asaltantes, con unos artilleros especialmente preparados y especializados a partir del reinado de Felipe V, monarca que los convertiría en un cuerpo fijo.

48. Guardiamarina Francisco Javier Everardo Tilly, de Pedro Corcuera (https://www.facebook.com/pedro181089):


También durante el reinado de Felipe V se crearía el cuerpo de los Guardiamarinas, estando este destinado a formar a jóvenes nobles para navegar y dirigir los buques de la Real Armada, con una gran preparación técnico-científica, así como militar, tanto para combates a bordo de una nave como para posibles desembarcos.

Uno de estos Guardiamarinas fue Francisco Everardo Tilly, onubense que desde muy temprana edad sintió atracción por la vida marinera, y que desde el puesto de Guardiamarina llegó a General de Mar en sus campañas contra berberiscos y británicos, con acciones como la reconquista de Orán (1732).

49. Blas de Lezo, de Vicente Cifuentes (https://www.facebook.com/vicenCifuentes):


Uno de los más grandes héroes de la Historia de España fue Blas de Lezo. Este marino guipuzcoano navegó y combatió durante el reinado de Felipe V, consiguiendo la inmortalidad con su aguerrida defensa de Cartagena de Indias, en la actual Colombia, en 1741.

Fue ascendiendo profesionalmente en paralelo a sus mutilaciones, de forma tal que, al acabar la Guerra de Sucesión Española, con 26 años y ya capitán, había perdido una pierna, un ojo y un brazo, heridas que le valdrían el apodo de “Mediohombre”. Pero estas minusvalías no le impidieron llegar desde allí a Teniente General, siendo su historia realmente inspiradora.

50. Abanderado del Regimiento Aragón, de Lord Aragoon (https://www.facebook.com/LordAragoon):


En esta ilustración se puede ver con detalle como era el uniforme de la Infantería Española de la primera mitad del XVIII. Con uniforme blanco y divisa de distinto color según el Regimiento, la bandera española seguía siendo, como en los dos siglos anteriores, el Aspa de Borgoña o Cruz de San Andrés.

Este soldado en concreto es un Teniente (como puede apreciarse por el bastón que lleva colgado de la botonadura de la casaca), y pertenece al Regimiento de Aragón como puede verse, además de por el estandarte, por las divisas rojas en cuello, mangas y chupa. Este Regimiento participó en dos guerras simultáneas: en la americana Guerra de la Oreja de Jenkins, con un batallón luchando junto a Blas de Lezo en Cartagena de Indias y en la europea Guerra de Sucesión Austríaca, con un batallón a cargo del futuro virrey del Río de la Plata, Pedro Cevallos. 

51. Artillero español del siglo XVIII, de Francisco Molina (https://www.facebook.com/No-hay-papel-167346283313724):


Como ya se ha dicho antes, la llegada de los Borbones supuso un importante aliciente para la artillería. Será en el reinado de Carlos III cuando esta se perfeccione gracias a la creación del Colegio de Artillería de Segovia en 1764. Fruto de esta decisión ilustrada, los cañones españoles y sus servidores cosecharan grandes vitorias durante la etapa carolina, como pueden ser la toma de Pensacola (1781) o la reconquista de Menorca (1782).

52. Bernardo de Gálvez, de Roberto Zoreda (https://www.facebook.com/roberto.zoredaichaso):


Si antes se mencionaba la artillería de Pensacola, no puede dejarse de mencionar a su estratega y director en aquella operación: Bernardo de Gálvez. Este veterano malagueño tiene una importante unión con América: luchó contra los apaches al lado de los Dragones de Cuera en la frontera norte de Nueva España, lideró a los hispanos que apoyaron a los Nacientes Estados Unidos a independizarse de Inglaterra y  llegó incluso a ser Virrey de Nueva España, siendo responsable en este último empleo de grandes logros para mejorar la vida de la población civil de sus dominios.

53. Ana María de Soto, de Sara Deek (https://www.facebook.com/saradeek.art):


Al estallar la Revolución Francesa en 1789, España en un principio no se alarmó. Esperaba que en Francia hubiese un cambio de Régimen y se pasase a un Monarquía Constitucional, tal y como le ofrecieron los estadounidenses en un principio a Jorge III. No obstante, esta revolución se mostró mucho más radical y sangrienta cuando hizo acto de presencia la guillotina. Tras ejecutarse a Luis XVI, a España no le quedó más remedio que unirse a los coaligados contra la República Francesa, para devolver por la fuerza de las armas el poder a los Borbones galos. Si bien en un principio la campaña fue bien durante todo 1793, más adelante se empezó a torcer, pues el ejército revolucionario, aunque sin apenas instrucción, era masivo, no pudiendo contener sus ofensivas el español, que si bien estaba mucho mejor adiestrado, se vio superado numéricamente por mucho, hasta que no quedo otro remedio que firmar la paz y reconocer a la República Francesa, no quedándole otro remedio al reino ibérico que pasar a ser aliada de los revolucionarios.

Dentro de las personas que fueron movilizadas estaba Ana María de Soto, joven cordobesa que quedó tan impresionada tras ver formando a los Infantes de Marina que quiso convertirse en uno de ellos. Tras disfrazarse de hombre y recibir el entrenamiento preciso, pasaría a navegar  en las fragatas Mercedes y Matilde, luchando en los combates de Bañuls y Rosas. Finalmente acabó por ser descubierta como mujer en 1798 durante un chequeo médico, quedando sus compañeros y superiores francamente impresionados, obteniendo la licencia ese mismo año, con premios como una pensión de sargento por el resto de su vida por sus cinco años de servicio en la Real Armada.

54. Soldado canario de 1797, de Lara “Ultrapervert” Herrera (https://ultrapervert.carbonmade.com/):


España, tras hacer las paces con Francia, quedó estratégicamente en muy mala posición. Por mar era superior a los galos, pero por tierra era inferior, y contra los ingleses era inferior navalmente, pero superior en tierra. De ahí la mala situación española, que por ser aliada de Francia en virtud del Tratado de Fontainebleau pasaba a ser forzosamente enemiga de Gran Bretaña, máxime cuando esta ambicionaba sus posiciones ultramarinas.

En uno de los combates anglo-españoles, Horatio Nelson trataría de conquistar las Islas Canarias en 1797, empezando por Santa Cruz de Tenerife. No obstante, la decidida defensa que hicieron allí tanto el Ejército Español como los civiles permitió defender la isla y capturar al ejército invasor, quedando el propio Nelson manco de un cañonazo durante el encuentro.

55. Ingeniero español de principios del siglo XIX, de Víctor L. Pinel (https://www.facebook.com/VictorLPinelComic/):


Otra de las medidas borbónicas del XVIII fue la creación del Cuerpo de Ingenieros, con labores tales como las de asediar las plazas fuertes enemigas y llevar a cabo construcciones para facilitar las marchas de las tropas en la guerra y la de los civiles en la paz, como caminos, puentes o baluartes, ya que hasta 1803 no se distinguiría al ingeniero militar del ciudadano.

Importantes fueron los ingenieros en la breve pero exitosa Guerra de las Naranjas (1801), en la que España invadió Portugal por ser esta aliada de los ingleses y tener sus puertos abiertos para ella, tomándose finalmente a los lusos Olivenza, vieja zona de conflicto entre los dos países ibéricos.

56. Infante de Marina español en 1805, de Nacho Arranz (https://www.facebook.com/NachoArranzComicArtist):


La lucha contra Inglaterra acabó por debilitar mucho a España, perdiendo la segunda a lo largo de diversos combates desde 1796 hasta 1805 casi toda su Marina. Aunque en 1802 se firmó la paz entre ambas naciones, los ingleses deseaban reanudar las hostilidades, para ver si podían arrancar a España más territorios como Trinidad. Por ello, provocaron los británicos un incidente diplomático en 1804, con la voladura de la fragata Mercedes sin provocación o declaración de guerra previa, capturando además el resto de embarcaciones que la acompañaban junto a su valiosa carga.

El ataque acabaría por desembocar en una nueva guerra anglo-española, en la que se produciría la tristemente famosa de Trafalgar (1805), cuando Napoleón Bonaparte combinó las flotas hispana y gala para invadir las islas británicas. En ella el poder naval español sufrió un varapalo del que ya nunca se recobraría del todo, no solo por aquel combate, sino por la suma de este y todos los de la última guerra. En la imagen puede apreciarse a uno de los infantes de marina españoles de tan aciaga jornada, dispuesto pese a todo a defender espada en mano su barco y sus compatriotas.

57. Granadero del Regimiento Guadalajara, de Nico Naranjo (https://www.facebook.com/niconaranjoart):


Tras el fracaso de la flota franco-española en Trafalgar, Napoleón volvió al plan original de bloquear los puertos europeos al comercio británico, a fin de asfixiar a Inglaterra. Para ello, reclutó el corso a un contingente hispano para mandarlo a Dinamarca, potencia aliada de su Imperio, y defenderla de los ataques de Suecia e Inglaterra entre 1807 y 1808.

Los españoles que marcharon a Dinamarca adquirieron gran fama a su paso por Europa: gozaban de buena reputación entre los civiles por pagar todo lo que consumían y no abusar de la población de los lugares por donde pasaban, eran muy religiosos y fumaban cigarrillos, detalle muy exótico en aquel tiempo cuando casi todos los europeos fumaban por pipa. Llegados a Dinamarca, no solo combatieron con valor y eficacia, sino que se ganaron un bello recuerdo entre los daneses, particularmente entre un niño llamado Hans Christian Andersen, futuro y afamado escritor.

No obstante, los españoles enviados a Dinamarca, encabezados por el Marqués de la Romana,  empezaron a oír inquietantes rumores sobre su patria en 1808, que finalmente acaban por confirmarse: Napoleón había invadido España a pesar de ser su aliada, con la excusa de necesitar pasar por territorio hispánico para poder invadir Portugal. Ciertamente, españoles y franceses invadieron el reino luso, pero tras ver Napoleón el estado de indefensión de su aliada, con tropas en Escandinavia y otras en territorio portugués, le pudo la ambición de sumar nuevas conquistas a su Imperio. Tras gran número de abusos de sus aliados y tras el secuestro de la Familia Real, los españoles no aguantaron  más y se levantaron en armas contra los invasores.

Verificada esta información, el Marqués de la Romana y sus hombres, tras muchas peripecias, consiguieron llegar a la costa, donde gracias a barcos ingleses (ahora aliados de España), volvieron a la Península Ibérica en número de 9.000 para defender su hogar. Cerca de 5.000 hombres, sin embargo, fueron apresados por los galos, siendo su destino el de languidecer en campos de concentración o ser enviados a combatir en Rusia en 1812.

58. Voluntario de Granada, por Eva Smith (http://evabeesmith.deviantart.com/):


Tras la invasión de España por Napoleón Bonaparte a traición y la sublevación popular de Madrid el 2 de mayo de 1808, una ola de patriotismo se extendió por toda España para expulsar al invasor.

Junto al Ejército regular, empezaron a alistarse y entrenarse paisanos, tal y como este soldado de los Voluntarios de Granada. Tuvo esta unidad el honor de participar en la batalla de Bailén del 19 de julio de 1808, la primera derrota en combate campal de un contingente napoleónico. Esta provocaría la retirada de todos los franceses en territorio español hacia el Ebro, huyendo de Madrid José Bonaparte, el hermano de Napoleón al que el Emperador había colocado en España como monarca títere.

59. Artillero de Gerona en 1809, de Luis “Knoll94” Fernando Escudero (https://www.facebook.com/Knoll94-250283865109510):


Tras una serie de derrotas en 1808, no solo en Bailén, sino también en Valencia, Zaragoza y Gerona, el propio Napoleón Bonaparte se personó en España para ver cómo era posible que el ejército francés, el teóricamente mejor de aquella época, hubiera sido derrotado en varias ocasiones. Junto a la Grande Armée, traspasó los Pirineos, planeando volver hasta Madrid y conquistar definitivamente España.

1809 fue en general un mal año para las armas españolas, con graves derrotas de sus ejércitos. Una de ellas fue el tercer sitio de Gerona, donde los habitantes y los soldados de la urbe, tras dos asedios victoriosos, tuvieron finalmente que rendir la ciudad catalana, aunque la valentía con la que se defendieron los gerundenses aun resuena hoy día.  

60. Soldado del Regimiento Mallorca en 1810, de Alex Taki (https://twitter.com/alex_taki):


Tras haber abierto un canal más o menos seguro a lo largo de 1809, en 1810 los mandos franceses decidieron invadir nuevamente Portugal, cuya ayuda a Inglaterra se escapaba a los planes de bloqueo continental de Napoleón. En su camino, tuvieron que asediar Ciudad Rodrigo, ciudad salmantina que resistió heroicamente 77 días de asedio, dando tiempo a ingleses y portugueses a preparar la línea de las Torres Vedras, imponente muralla que mantendría a raya en el reino luso a los napoleónicos.

61. Guerrillero español, de Nacho Subirats (https://www.facebook.com/nachosubiratsart):


España se diferenció de otros países por la manera en la que reaccionó la población civil ante la invasión napoleónica: no solamente el ejército se alzó contra los galos, sino que todo el pueblo llano se levantó en armas. Comenzaba así la actuación de la guerrilla, en partidas de mayor o menor tamaño que atacaban constantemente a los franceses, sin darles cuartel. Este tipo de contienda no pudo ser afrontada con éxito por las tropas bonapartistas, ya que los guerrilleros se confundían con la población civil, y cuando los imperiales atacaban a esta, no hacían sino aumentar el número de guerrilleros en busca de venganza.

Tan importante fue la acción guerrillera del pueblo en armas (muchas veces paralela o coordinada con la de los militares profesionales), que José María Queipo de Llano, Conde de Toreno, en el proceso que llevaría a España formar la tercera Constitución de la Historia en 1812, pediría que se suprimiesen términos peyorativos como “vulgo” o “chusma” para referirse a los pecheros, por la dignidad y caballerosidad con la que se había conducido el pueblo español en la lucha por la libertad.

62. Don Julián Sánchez “El Charro”, de Angy Fernández (https://www.facebook.com/AngyeFdz):


Si en 1808 Napoleón cometió uno de sus grandes errores al invadir a España, en 1812 cometió otro igual de grave: marchó a Rusia para conquistarla, lo que implicó retirar muchas de sus fuerzas de España (de Portugal ya habían sido expulsadas definitivamente el año anterior). Visto esto, Arthur Wellesley, Generalísimo de los Ejércitos Españoles, Ingleses y Portugueses en la Península Ibérica, aprovechando la ventaja que le daba la superioridad numérica, marchó a Salamanca, donde obtendría una importante victoria contra el Ejército galo del Mariscal Marmont en los Arapiles.

En esta victoria, así como en otras, participaría Don Julián Sánchez,  apodado”El Charro” por su origen salmantino. Este hábil jinete y guerrillero empezó la guerra como soldado raso, pero dadas sus grandes dotes militares, acabó por ser Brigadier antes de que la lucha acabase, mandando sobre más de mil jinetes. Entre algunos de sus logros, la captura del Gobernador napoleónico de Ciudad Rodrigo, lo que permitiría interrogarlo en una cena en la que circuló mucho vino. Con la información facilitada por el alcohol, se logró reconquistar Ciudad Rodrigo y desde ella lanzar la ofensiva de los Arapiles.

63. Granadero español en 1813, de Nacho Fernández (https://www.facebook.com/nacho.fernandez.71):


Tras la retirada en el terrible invierno ruso, las huestes de Napoleón Bonaparte quedaron muy reducidas. Tanto fue así que toda Europa se lanzó contra Francia para aprovechar su debilidad y sacudirse su yugo: Portugal, España e Inglaterra por el Oeste, y Prusia, Austria y Rusia por el Este. 

Cupo a España el honor de ser la primera potencia en pisar suelo francés, tras atravesar el Bidasoa el 7 de octubre de 1813 y haber vencido a los napoleónicos en las batallas de Vitoria y San Marcial el mismo año.

Con este mismo uniforme, a medio camino del británico y del francés, sería con el que los españoles lucharían contra los ejércitos independentistas en las Guerras de Emancipación Hispanoamericanas.

64. Capitán de Cazadores español en 1814, de Alejandro Blasco (https://www.facebook.com/alejandro.blasco.92):


Finalmente, Francia acabó por rendirse en 1814, superada por numerosos enemigos a los que no podía hacer frente debido a las numerosas guerras libradas en los últimos veinte años. Esto provocaría la caída de Napoleón, que abdicaría para exiliarse en la isla de Elba.

La figura representa a un oficial de cazadores españoles, la infantería ligera hispana. Se distinguían los infantes ligeros de los de línea por no combatir en orden cerrado, sino abierto. De esta forma iban moviéndose con gran agilidad por el terreno, buscando las mejores posiciones para actuar como francotiradores, aunque también podían ser notables en el cuerpo a cuerpo, al mismo tiempo que en tareas de infiltración y exploración.

65. General Álava, de Raúl Arnáiz (https://www.facebook.com/raul.arnaiz.9):


Tras la derrota de Francia, los países que habían luchado se dispusieron a recobrar lo arrebatado por los galos mediante el saqueo. Entre las distintas posesiones robadas destacaban las obras de arte de los países ocupados. Para resolver esto, España mandó a Miguel Ricardo de Álava, general alavés que, como hombre instruido y culto, podría reconocer las piezas españolas para devolverlas a su legítimo hogar. En esta comisión le sorprendió la vuelta de Napoleón a Francia en lo que sería conocido como “El reinado de los cien días” y que daría lugar a la batalla de Waterloo, en donde los franceses pugnaron contra prusianos, ingleses y holandeses, con victoria decisiva de los coaligados. El General Álava pasaría a la Historia como el único español que luchó en Waterloo, sirviendo a los mandos aliados de forma importante, como segundo del Duque de Wellington, dado que era un consumado políglota, habilidad muy necesaria dados los distintos idiomas de los anti-napoleónicos en aquel campo de batalla.

66. General Andrés García Camba, de Jennifer Giner López (https://www.facebook.com/jennifer.ginerlopez):


Lucense veterano de la Guerra de la Independencia Española, le tocaría librar combates contra los independentistas o patriotas peruanos, siendo sus escritos sobre aquellos combates muy importantes históricamente, ya que aún día son consultados.

El levantamiento de los hispanoamericanos contra la metrópoli tuvo su origen en las motivaciones de la Revolución Americana de Estados Unidos y en la Revolución Francesa. Salvo en el caso mexicano, las sublevaciones hispanoamericanas fueron orquestadas por los criollos, es decir, los blancos nacidos en territorio indiano. Sin embargo, las luchas emancipadoras fueron mucho más que contiendas anti-coloniales, ya que también tuvieron un marcado carácter de guerra civil, puesto que muchos nativos seguían siendo fieles a España (no en vano, en la Constitución de Cádiz de 1812 decía que “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”).

67. Primera guerra carlista: absolutista vs liberal, de Sergio Ballester (https://www.facebook.com/spriterman):


Tras ser los españoles expulsados de casi toda América, exceptuando Cuba y Puerto Rico, una nueva desgracia caería sobre ellos: la Primera Guerra Carlista. Esta enfrentaría a los posibles sucesores del nefasto Fernando VII, según el modelo ideológico que siguiesen, a través de dos bandos: los constitucionales, liberales o partidarios de Isabel II contra los absolutistas o partidarios de Carlos María Isidro, lo que les daría el apodo de carlistas. Esta, junto a las otras dos guerras civiles que sacudieron el siglo XIX español, impediría a España avanzar parejamente junto al resto de potencias europeas dados los grandes destrozos y gastos que causaron aquellas contiendas cainitas.

68. General Valentín Ferraz, de Jesús Bartolomé (http://chuslightyear.tumblr.com/):


Uno de los Generales de Caballería más completos de la Historia del Ejército Español, este oscense sirvió en la Guerra de la Independencia Española como soldado, en las de Emancipación Americana como oficial y en la Primera Guerra Carlista como general. Gran organizador y administrador de tendencias liberales, Ferraz llegaría a ocupar puestos de gran importancia en uno de los siglos más convulsos de la Historia de España, tal y como por ejemplo el de Ministro de Guerra.

69. Abanderado español de mediados del siglo XIX, por Nadia Cortina (https://twitter.com/Lunnae_Eky):


A pesar de las pérdidas de las Guerras de Emancipación, España seguía con un pie en cada continente. En el caso de Asia, además de Guam, estaba el archipiélago de las Filipinas. A los isleños había de protegérseles a menudo, tanto con personal europeo como nativo, de los terribles ataques de los piratas malayos. Particularmente efectivas fueron las luchas libradas contra ellos en las campañas de Balanguingui y Joló (en 1848 y 1851), poniendo con ellas coto a las depredaciones de los piratas sobre los filipinos, a los que saqueaban y esclavizaban.

70. Almirante Casto Méndez Núñez, de Mrrablo (https://www.facebook.com/Mrrablo-323969747762526/):


Este pontevedrés fue uno de los Capitanes de la Marina Española que vieron durante el rearme naval español del XIX las naves a vela evolucionar en las propulsadas a vapor. Precisamente con un vapor a ruedas, el Jorge Juan, contribuyó a eliminar el poder pirático que amenazaba las Filipinas: se enfrentó en un combate desde el buque en cuestión contra cinco barcos piratas malayos, y pese a tener el marino gallego a su cargo solo 30 marineros y un cañón, obtuvo la victoria.

71. Cabo Pedro del Castillo Ramírez, de Montse Martín (https://www.facebook.com/montserrat.martinjuarez):



Tras muchas tensiones diplomáticas entre España y Marruecos, la madrugada del 11 de agosto de 1859 sería testigo de la profanación de las Armas Reales de Ceuta por los cabileños marroquíes. Como el Sultanato no hizo ningún esfuerzo por castigar a los que atentaron contra el honor de España, Leopoldo O´Donnell, Presidente del Consejo de Ministros de España de aquel entonces, le declaró la guerra a Marruecos el 24 de octubre del mismo año, con la opinión pública no solo a favor de ello, sino entusiasmada por el fervor patriótico. La guerra fue rápida y beneficiosa para España, tras grandes victorias como las de las batallas de Castillejos, Tetuán y Wad Ras.

En una de las acciones bélicas, junto al reducto de La Estrella, destacaría el Cabo Pedro del Castillo. Este albaceteño del Regimiento de Caballería Lanceros de Farnesio enfrentaría y vencería en combate singular a un portaestandarte marroquí y le arrebataría la bandera, logro que le valió el ascenso a sargento.

72. General Juan Prim, de Juan Álvarez (https://www.facebook.com/juan.alvarez.90663894):


Veterano de la Primera Guerra Carlista y la Guerra de África, este tarraconense destacó, además de en la carrera de las armas, también en la de la política, aunque España nunca sabrá de lo que hubiera sido capaz de no haber sido asesinado truculentamente ante el inminente reinado de Amadeo I.

73. Capitán Santiago Ramón y Cajal, de Wakana Sakamoto (https://www.facebook.com/WakanaSakamoto95):


Aprovechando la Revolución que sacudió España en 1868, los independentistas cubanos o mambises se levantaron en armas contra el resto de isleños, partidarios de España y contra los propios peninsulares, en una guerra que duraría 10 años. Durante este conflicto, un médico español empezó a destacar por sus buenas prácticas sanitarias: Santiago Ramón y Cajal. Este navarro conseguiría, con el paso de los años y tras mucha dedicación, el Premio Nobel de Medicina de 1906 por sus investigaciones con respecto al sistema nervioso.  

74. Isaac Peral,  de José Antonio Sollero (https://www.facebook.com/joseantonio.sollerolopez):


EL Guardiamarina Isaac Peral no se haría famoso por los combates que libró, sino por el ingenio mecánico que inventó: el submarino. Este tipo de vehículo ya había intentado ser desarrollado por otras potencias, pero siempre había elementos que fallaban y condenaban a sus tripulantes, tal y como la cuestión del oxígeno o la de los torpedos. No obstante, este inventor murciano superó estos y otros problemas, haciendo realidad en 1888 el relato de ciencia ficción de Julio Verne.

75. Jinete de la sección de caballería de Melilla en 1893, de Zalagath (https://www.facebook.com/Zalagath.fanpage):


En 1893 volvió a haber guerra con los marroquíes por cuestiones fronterizas, en esta ocasión en torno a Melilla. En este conflicto no se obtuvieron grandes ventajas políticas, pero llamó la atención por dos elementos. En primer lugar, por ser la primera contienda en que el Ejército Español usó el efectivo rifle Mauser. En segundo lugar, por demostrar que la caballería, aún en una época tan tardía, podía seguir siendo útil en manos capaces. Y como muestra de ello están los asaltos que hicieron los jinetes melillenses a cargo del Teniente Golfín, defendiendo con éxito la plaza hispana de las agresiones rifeñas.

76. Soldado Fernando Campillo Argente en 1898, de Julia Madrigal (https://www.facebook.com/Julia.Madrigal.Art):


En 1895 volvieron a levantarse en Cuba los mambises contra España, en la tercera y última guerra que librarían contra España. No obstante, en aquella ocasión alcanzarían la victoria, al pasar a contar con la alianza de Estados Unidos a partir de 1898. Esta agresión despertó las iras de la opinión pública española, con gran multitud de voluntarios que partieron a Cuba para defenderla de los norteamericanos. Sin embargo, las fuerzas españolas, pese a su buen ánimo, acabaron derrotadas tras el largo desgaste desde 1895, perdiéndose durante el conflicto no solamente Cuba, sino también Filipinas o incluso Guam y Puerto Rico, estas últimas localizaciones que no deseaban separarse de España. Tras esta debacle, conocida a posteriori como el Desastre del 98, España también tuvo que verse obligada a vender sus islas en Oceanía a Alemania, por haberse quedado prácticamente sin Marina con que defenderlas en caso de ataque.

El 98 supuso una gran decepción para la sociedad Española, que no solamente dejó de tener provincias en cada continente, sino que descubrió que ya no era el gran poder que había sido antaño, sintiéndose una gran depresión nacional, que si bien traería una gran riqueza cultural a través de la Generación del 98, desencadenaría importantes problemas políticos.

En la ilustración aparece el soldado turolense Fernando Campillo Argente, uno de los tantos héroes anónimos del conflicto cubano, con el optimismo en la mirada que llevaron consigo todos los españoles al Caribe.

77. Cesáreo Fernández Losada, de Nacho Tenorio (https://www.facebook.com/nacho.tenorio1):


Otro gran médico militar español fue Cesáreo Fernández Losada. Este orensano trató personalmente a gente tan ilustre como los generales y políticos Prim y O´Donnell o la reina Isabel II, ya fuera en la paz, o en las guerras carlistas, de Cuba o Marruecos, junto a multitud de soldados. Importantes fueron sus investigaciones con respecto a la anestesia quirúrgica, así como diversos estudios histopatológicos, como por ejemplo el dedicado a investigar el cólera. Estos le llevarían a ser Director del Instituto Anatomo-Patológico de Sanidad militar, salvando muchas vidas con su preocupación por la higiene militar o la vacunación obligatoria al ingresar en el Ejército.

78. Soldado del Regimiento Chiclana 17, de Nuria Velasco (https://www.facebook.com/nuriavelasco26):


A finales del XIX, Marruecos era un caos debido a la guerra civil que sacudía aquel sultanato a raíz de quien heredaría el reino del difunto Muley Hassam. Esto llevaría a su sucesor oficial, Muley Abd-el-Azíz, en conflicto con su hermano mayor, a pedir ayuda a España y Francia, que se ocuparían, respectivamente, de pacificar el Norte y Sur del país, bajo régimen de Protectorado a partir 1902 y 1904, momento en que se procedió al reparto territorial.

Alfonso XIII, que había llegado recientemente al poder al alcanzar la mayoría de edad, consideró que Marruecos podía suponer para España una manera de recuperar el prestigio internacional, muy dañado tras las guerra del 98. Había, además, otras motivaciones. Por un lado, la civilizadora, buscando llevar la modernidad a África. Por otro, había intereses de tipo económico, ya que varias compañías mineras sospechaban que en Marruecos había grandes riquezas en forma de yacimientos de granito, hierro y plomo. Por último, fue también importante la consideración de que, a principio del siglo XX, los países eran o colonizadores o colonizados. Aunque el hecho de que España pudiese convertirse en colonia en aquella época pueda parecer una locura, los hispanos tenían una preocupada justificación, ya que Bélgica, para eliminar tensiones entre Francia y Alemania, propuso a los galos anexionarse Cataluña, Aragón y Navarra para compensar las pérdidas de Alsacia y Lorena en la guerra Franco-prusiana de 1870 y 1871.

Si bien el Protectorado empezó prometedoramente para España, tendiendo vías de ferrocarril hacia las localizaciones mineras y con los marroquíes trabajando en ellas, la labor colonizadora  acabó chocando con las tribus rifeñas, muy celosas de su independencia y muy levantiscas en aquellos momentos por el conflicto sucesorio. En este contexto se produce la derrota de las fuerzas españolas que defendían las obras de tendido de vía férrea en el Barranco del Lobo. Desde Melilla la respuesta no se hizo esperar: tras fortificarse varios puntos defensivos alrededor de la ciudad, y recibirse refuerzos peninsulares, España se propuso controlar el Cabo de Tres Forcas, primero con razzias para desgastar a los cabileños, y más adelante con Brigadas enteras, en una ofensiva que concluiría con la batalla de Tardixt y la toma del Monte Gurugú.

Mención especial merecen los soldados de esta campaña, jóvenes reclutas de una sociedad todavía no recuperada moralmente del desastre cubano, por la combatitividad que demostraron, tal y como el gaditano de la ilustración en Tardixt.

79. Oficial de los Regulares de Melilla, de Marcos A. Fanjul (https://www.facebook.com/mfanjul):


Para evitar bajas entre los soldados europeos, el Gobierno de España pronto recurrió para la pacificación del Protectorado de Marruecos al uso de tropas indígenas. Con oficiales ibéricos y tropa norteafricana, se reclutó y adiestró una unidad de élite que recibiría el nombre de Regulares. Estos pronto empezaron a ganar fama de arrojados y fieros, posicionándose a la cabeza de todas las ofensivas contra los rifeños.

80. Julio Ríos Angüeso, de Jorge Monreal (https://www.facebook.com/JorgeMonrealCocoaspen):


España fue la primera nación que uso a los aviones específicamente para labores de guerra. La primera de estas operaciones se llevó a cabo contra las cabilas rebeldes de Marruecos en 1913, participando en ellas Julio Ríos Angüeso. Este aviador oscense, pese a ser herido por dos balazos en el estómago durante estos primeros combates, no solamente consiguió aterrizar perfectamente su avión, un biplano M. Farman, sino que sobrevivió a sus heridas.

La aviación se convertiría en un arma importante dentro de las fuerzas españolas en el Protectorado, no solamente por ser capaz de bombardear (y luego ametrallar) las posiciones enemigas, sino también reconocer estas y el número de sus defensores, facilitando las comunicaciones y ganar batallas las fotografías tomadas desde las alturas, levantando el ánimo de las tropas de tierra, que se sentían cubiertas desde el cielo.

81. Soldado del Regimiento La Corona 71, de Marina Rubio (https://www.facebook.com/marinarubiodrawings):



Desde 1909 la pacificación del norte marroquí avanzaba con lentitud, pero de forma inexorable. No obstante, toda aquella ardua labor estuvo a punto de irse al traste en 1921. Tras un rápido avance en 1920, España se hallaba a punto de unir la zona occidental (dirigida desde Ceuta) con la de oriental (dirigida desde Melilla). No obstante, por un exceso de confianza, se acabó cayendo en 1921 en una trampa mortal que acabaría costando la vida a más de 8.000 españoles y que sería conocida como el Desastre de Annual. En esta sucesión de combates y huidas, los rebeldes de Abd el Krim se hicieron con las diferentes posiciones  españolas en el sector oriental tras matar a sus defensores, pese a habérseles prometido marchar libres tras entregar las plazas y las armas. Tan grave fue la amenaza que representaban los cabileños, que la propia Melilla estaba en su punto de mira.

Sin embargo, dos elementos impidieron a los hombres de Abd el Krim lograrlo. Primero: que se entretuvieron mucho saqueando  los puestos españoles. Segundo: esta tardanza permitió llegar a Melilla refuerzos peninsulares, como los del Regimiento de La Corona, compuesto por jóvenes soldados almerienses que, dada la cercanía a la ciudad amenazada fueron los primeros en llegar por mar. De esta forma, cuando los rifeños llegaron hasta la plaza hispánica, ya era demasiado tarde para ellos: estaba la urbe fortificada y defendida por soldados frescos que, si bien eran bisoños, buscaban vengar a sus compatriotas asesinados cobardemente, lo cual lograrían con éxito a pesar de ser soldados noveles.

82. Cabo Suceso Terrero, de Elena Sempere (https://www.facebook.com/elenasempereart):


Junto a los Regulares, España buscaba crear para el Protectorado una nueva unidad de élite. La solución la daría el veterano Millán Astray, bajo la figura de la Legión o Tercio de Extranjeros. Creados bajo el modelo de la Legión Extranjera Francesa, pero con la ideología de los viejos Tercios de España y ciertos atributos del Bushido japonés, esta fuerza de choque, al igual que los Regulares, empezó a hacerse extremadamente famosa, aunque siempre reclutó más españoles que extranjeros (el mayor número de ellos que llegó a servir en la Legión al mismo tiempo fue del 30% de los efectivos).

Uno de estos legionarios fue el Cabo Suceso Terrero. Este riojano llegó a personificar durante las labores de la reconquista del sector oriental del Protectorado el espíritu del Tercio, falleciendo en combate al ir a salvar a varios compatriotas que luchaban en el Blocao de la Muerte. Este espíritu de sacrificio y bravura obtendría muy buenos resultados en el norte africano, sobre todo a partir de 1925, con el desembarco de Alhucemas, primera operación militar en la que se conjugaron con éxito fuerzas de mar, tierra y aire. Tras este éxito, el control y pacificación definitiva del territorio rebelde se lograría en 1727, siempre con los Regulares y la Legión al frente de las ofensivas.

83. Guerra Civil Española: nacional vs republicano, de Lottoalice (https://www.facebook.com/Lottoalice-498680990263931):


En 1936 estalló finalmente el odio acumulado durante años entre los que opinaban de forma distinta en España. Si bien este país ya llevaba un lustro con crímenes políticos de pistoleros de izquierdas y derechas, el asesinato del jefe de la oposición, Calvo Sotelo, por miembros del Gobierno, fue el detonante de una sangrienta guerra como ya hiciera en 1914 él del Archiduque Fernando de Habsburgo en Sarajevo. Con héroes y villanos en ambos bandos, y por tanto, con grandes hazañas y grandes canalladas, la contienda se alargaría hasta 1939, año en el que el bando nacional, sublevado o rebelde, vencería definitivamente a las fuerzas gubernamentales o republicanas.

84. Soldado de la División Azul, de Paloma Hatto (https://twitter.com/Paloma_Hato):


La Guerra Civil Española, además de ser el campo de batalla de los hispánicos, también fue el campo de pruebas para la Segunda Guerra Mundial por parte de Alemania, Italia y la Unión Soviética, que ayudaron a los distintos bandos para ir probando material bélico y nuevas tácticas con el contrario. Tras esta ayuda, una de las medidas que Hitler exigió como pago a los vencedores fue la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial a favor de Alemania. Sin embargo, se consiguió evitar esto mediante el envío de un fuerte grupo de voluntarios españoles que se llamaría la División Azul en honor a las camisas que llevaban. Pese a servir a Hitler, estos españoles solamente compartían con él su enemistad por el comunismo, siendo recordados en Rusia por el respeto y buen trato que brindaron a los civiles rusos, compartiendo incluso los ibéricos su comida con los eslavos. Alemania, por su parte, se sorprendió bastante con los veteranos del bando sublevado de la guerra de 1936-1939, ya que vencieron en un colosal combate al Ejército Rojo en Krasny Bor (1943).

85. Amado Granell, de Manuel Torres (https://www.facebook.com/manuel.torres.16121):


Tras ser derrotados en la Guerra Civil Española, muchos republicanos españoles y sus familias, fueran soldados o civiles, se vieron forzados a huir de su país por sus vidas. Marcharían a distintos países, como Estados Unidos o México, pero sobre todo a Reino Unido y Francia por ser los más cercanos. Sin embargo, en esta última nación los exiliados españoles fueron tratados de forma lamentable, siendo introducidos en campos de concentración (tal y como pasa, desgraciadamente, con los exiliados sirios en la actualidad). Al invadir los nazis Francia la situación de los refugiados españoles fue a peor, tal y como describió en base a sus experiencias personales Mariano Constante en Los años rojos.

Pese a los malos tratos dados por parte gala, muchos soldados españoles se decidieron a combatir a favor de Francia contra los alemanes, tanto en Europa como en África, con unidades tan famosas como La Nueve. Esta última participó, entre otras operaciones, en la liberación de París en 1944, siendo quizás el más famoso de sus integrantes el castellonense Amado Granell.

86. Paracaidista español de 1956, de Cristina de Manuel (https://www.facebook.com/cristina.demanueldibujante):


Lograda la independencia de Francia y España en 1956, Marruecos se preparó para extenderse más allá de sus fronteras. Su primer objetivo fue Ifni, posesión española desde el siglo XIX. España luchó en esta guerra desde finales de 1957 a mediados de 1958, y representó un hito por dos motivos, ya que en ella se probó por vez primera en combate el rifle CETME junto a los primeros paracaidistas españoles, en el que sería el último conflicto colonial español.

87. Legionario del Sáhara (1973-1976), de Carol Gummy Sue (https://twitter.com/CarolGummy):


A diferencia de con la guerra de Ifni, los combates librados contra las tropas marroquíes en el Sahara Occidental entre 1973 y 1976 no fueron una lucha colonial al uso, puesto que España había convertido en una provincia nacional más aquella región africana. O lo que es lo mismo, un saharaui tenía los mismos derechos y obligaciones que un ibérico. Pese a todo, España también tuvo que abandonar el Sahara al igual que Ifni como muestra de los nuevos tiempos que corrían no solo en ella, sino en todo el mundo como parte del proceso de descolonización global.

88. Soldado español de la ONU, años noventa, de Nahum Katakraos Rivas (https://twitter.com/katakraos):


Acabada la dictadura que se inició con la Guerra Civil Española, y ya de nuevo con la democracia, el Ejército y su papel fue puesto en tela de juicio, al considerarse que ya su existencia no tenía sentido, pensamiento que sigue hoy en día en una parte de la población española. Sin embargo, el Ejército Español quedó nuevamente justificado tras la caída y descomposición de la Unión Soviética, por la ayuda humanitaria que proporcionaron las tropas hispanas a los civiles de la antigua Yugoslavia. Así, sin repararse en la afiliación de los civiles durante el sangriento conflicto civil de los Balcanes, se contribuyó a velar por ellos con alimentos, medicinas y protección. Cambiaba así para muchos la imagen que se tenía del Ejército, que ya no era un represor, sino un auxiliador.

89. Cazadora de Montaña, de Paloma Pérez (https://www.facebook.com/PixonSalvajeArt):


Las Fuerzas Armadas Españolas sufrieron varias modificaciones a fin de modernizarse a finales del siglo XX. Una de ellas fue la admisión de mujeres en ellas a partir del año 1988, lo que contribuyó a hacer más popular el Ejército.

Respecto a este, ya no se dedica en exclusiva a batallar, sino también a importantes labores civiles como pueden ser las de rescate e investigación.


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Y eso ha sido todo. Espero que os haya gustado mucho esta entrada. Por último, aprovecho para volver a agradecer a los 89 dibujantes los servicios prestados. Y si estos han cometido alguna incongruencia en los uniformes, no es culpa suya, sino de un servidor por no haberles sabido pasar las referencias históricas pertinentes.