Otras páginas interesantes

miércoles, 27 de junio de 2018

Infinity Outrage, de Víctor Santos y Kenny Ruiz

En la reseña de hoy toca hablar de Infinity Outrage, comic que cuenta al guión con Víctor Santos (https://www.facebook.com/victorsantoscomics) y al dibujo con Kenny Ruiz (https://www.facebook.com/kennyruido).


Panoceanía es una superpotencia que se extiende por múltiples sistemas del universo. Pero cuando uno de sus planetas más alejados empieza a cobrar ansias nacionalistas y a tratar con los traficantes de armas de la Sociedad Drusa, el Hexaedro debe actuar: un equipo de especialistas será enviado a neutralizar la amenaza, interviniendo tanto contra los revolucionarios como contra los criminales. Al mando de la unidad se encontrará la eficiente capitana Emily Handelman, la cual consigue convencer a Knauf, veterano francotirador ya retirado, para que acepte una última misión. Lo malo de esta es que será mucho más complicada de lo que parecía a simple vista.

El mundo de Infinity es un juego de rol de ambientación futurista con miniaturas con un trasfondo muy rico que fácilmente se puede llevar a otros medios. Y este comic es una buena prueba de ello, y no solo por el buen uso que hace de la ciencia ficción, sino también por saber combinarla con lo bélico, político, filosófico y criminal y lograr un gran equilibrio. Y lo mejor de todo es que no hace falta conocer el juego previamente a la lectura del comic, puesto que este se entiende perfectamente como entidad independiente. Dentro de la historieta, a grandes rasgos, se puede estructurar el tebeo en tres partes: la primera nos presenta al grupo protagonista y a casi todos los personajes importantes, la segunda es la misión en sí y la tercera son las consecuencias de la misma, ocupando esta última parte casi la mitad del volumen. La intriga sobre qué va a pasar a se mantiene muy bien a lo largo de las páginas, con unas cuantas sorpresas memorables, tal y como la aparición de Jethro en escena o cierta actuación bastante censurable de Hendelman. Y precisamente en este punto aprovecho para hablar de otro de los grandes puntos de esta historieta: sus personajes. Todos ellos son tremendamente humanos y es fácil simpatizar con ellos: Emily con su evolución respecto a su gobierno, Knauf con su rabia, Jethro en busca de una identidad…

Respecto al dibujo, Kenny Ruiz, partiendo de los diseños del propio juego de Infinity y sus atractivas figuras, ofrece auténticas delicias para la vista. Para empezar, las naves espaciales, un clásico de la ciencia ficción, tienen un aspecto soberbio, tal y como la magnífica Dolly Dagger, transporte de los protagonistas, así como el colosal caravasar de los drusos o el robusto mecha Stallion Jack. Los combates son muy dinámicos y, pese a que hay un par de secuencias un poco confusas, Ruiz ofrece los más diversos espectáculos: duelos de francotiradores, tiroteos entre ruinas o estrechos pasillos, batallas aéreas, robots de dos pisos en  combate singular… Los personajes que aparecen son rápidamente reconocibles, con detalles como la gorra y el chicle de Uhahu o el rostro afilado, hastiado e iracundo de Knauf, con algunos homenajes de por medio, tal y como los hechos a Idris Elba o Ken Watanabe.      


En conclusión, tanto si sois seguidores de Infinity como si no lo conocéis pero gustáis de la ciencia ficción, dadle una oportunidad a Outrage. Podéis haceos con este tebeo de Corvus Belli por 12€, incluyendo entre sus 192 páginas, además de la historia en sí, algunos extras sobre el proceso de creación de la misma.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el jacarandoso Kenny Ruiz durante la sesión de firmas que él y Víctor Santos realizaron en el Omega Center de Madrid en mayo de 2017. ¡Gracias de nuevo!  

miércoles, 20 de junio de 2018

Los caballeros de la Orden de Toledo, de Javierre y Juanfran Cabrera

En la reseña de hoy toca hablar de Los caballeros de la Orden de Toledo, tebeo que cuenta al guión con Javierre (https://www.facebook.com/javierre.vallekurros) y al dibujo con Juanfran Cabrera (https://www.facebook.com/juanfran.cabrera.7).


En la España de principios del siglo XX la Residencia de Estudiantes de Madrid acoge a las jóvenes mentes más brillantes del momento. Allí es donde se conocerán Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí, grandes exponentes de las artes españolas del pasado siglo, mucho antes de hacerse famosos.

Cuando uno empieza a leer Los caballeros de la Orden de Toledo parece que se va a topar con una obra biográfica, costumbrista y de crecimiento acerca de Lorca, Dalí y Buñuel. Y en parte, así es. No en vano, este comic trata de forma muy importante la amistad entre colegas (lo mismo con confidencias que con juergas y jugarretas), presta especial atención a los primeros años de la segunda década del siglo XX en España (regeneracionismo propugnado desde la Residencia de Estudiantes, la Guerra del Rif, el ascenso al poder de Miguel Primo de Rivera…) e incluso los primeros pasos de Lorca hacia la fama, tal y como con el estrepitoso estreno de El maleficio de la mariposa. Ahora bien, Los caballeros de la Orden de Toledo es mucho más que eso, puesto que es un tebeo que apuesta directamente por la aventura a partir del tercer capítulo. Como si de una suerte de “Liga de los Españoles Extraordinarios” se tratase, el trío protagonista, auxiliado por Pepín Bello, inicia varias peripecias dignas de película, tal y como proteger a Unamuno, espiar conspiraciones en los Pirineos o saber que hay de cierto en los rumores que corren acerca de Ruhr. Y en todo esto se juega muy hábilmente mezclando realidad y ficción, tal y como con las dotes de deducción de Lorca, el hipnotismo de Buñuel o los viajes astrales de Dalí, hechos de los que hay cierta constancia, pero trasladados al mundo de la aventura y la intriga, sazonándose todo ello, además de con cierto didactismo, también con una comicidad más que bienvenida, tal y como con la desternillante escena del trío principal ante la moto con sidecar. De poner peros a la obra, se me ocurren dos: por un lado, cierta tendencia a cerrar las interrogaciones y exclamaciones con sus signos correspondientes, pero no abrirlas del mismo modo, y por otra parte, el villano principal de los cinco primeros números, por su poco carisma y maniqueísmo, algo notable sobre todo de cara a los personajes principales.


Respecto al dibujo, Juanfran Cabrera hace una interesante combinación de lo cartoon y lo realista en lo que a personajes y escenarios se refiere, con los primeros poseyendo unos diseños más que dignos de una serie de animación y los segundos prestando gran atención a la arquitectura de la época y a sus paisajes naturales. El lenguaje corporal de los personajes, así como sus facciones, ayudan en mucho a dotarlos de personalidad: los aspavientos de Buñuel, el mirar de Dalí, la delicadeza y sensibilidad de Lorca, la adustez y seriedad de Unamuno… A destacar la persecución automovilística del final del tomo, por lo bien coreografiada que está, combinando muy bien acción con equilibrio de tal manera que el lector, peso a todos los vaivenes que lleva consigo, no se pierde.


En conclusión, si queréis saber más sobre algunas de las personalidades más universales de la España del XX, así como verlas en situaciones y ambientes totalmente originales e imaginativos, ya sea con un punto humorístico u otro más solemne, dadle una oportunidad a Los caballeros de la Orden de Toledo. Podéis haceros con esta obra gracias a la editorial Arian por un precio de 20€, incluyendo el presente volumen entre sus 176 páginas, además de los cinco números creados hasta la fecha, varios extras, tal y como el proceso de creación de la historieta.

Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Javierre en el tomo durante su sesión de firmas en Madrid Cómics. ¡Gracias de nuevo!   

miércoles, 13 de junio de 2018

Inktober 2017, de Andrés Garrido

En la reseña de hoy toca hablar del Inktober de 2017 del dibujante Andrés Garrido (https://www.facebook.com/andresgarridoart/).


Andrés Garrido no es desconocido para este blog: era uno de los veinte autores de El Taller 2ª Temporada, así como el ilustrador del primer número de Iron Shoes. Toca en esta ocasión hablar de una obra en la que él está al timón como capitán, con un libro de bocetos procedente del Inktober del pasado año. En el susodicho, aunque hay algunos homenajes a series, películas y videojuegos, la inmensa mayoría de las páginas reflejan ideas salidas directamente de la mente de Garrido. Y son estas muy imaginativas, sabiendo aportar un toque personal a campos tan distintos como la ciencia ficción, las artes marciales, la fantasía o el terror.


Respecto al dibujo, en primer lugar, hay que citar el buen abanico de escenarios que componen el tomo, tal y como bosques nevados, ciudades tristonas o el espacio exterior, demostrando Garrido saber manejarse correctamente en todo tipo de circunstancias. Ahora bien, lo más notable de este Inktober son los personajes que deambulan por él, y los sentimientos y sensaciones que transmiten, muy particularmente la peligrosidad, lo inquietante y lo grotesco. Ejemplo de esto lo tenemos en el sobrecogedor banquete de licántropos, la demoledora imagen de una magical girl con un ojo morado, gigantescos colosos más allá del entendimiento humano… Y, pese a todo esto, también hay imágenes llenas de ternura, tal y como las protagonizadas por una giganta enamorada de un hombre, así como otras llenas de emoción y comedia con mezclas de tiroteos y persecuciones.


En conclusión, si queréis recrearos la vista con unos excelentes trabajos a tinta de temática de lo más variada, dadle una oportunidad a este Inktober. Podéis haceros con este tomo de 36 páginas por 6€, el cual incluye, a modo de extras, un par de ilustraciones de autores invitados.        

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Andrés Garrido durante la Japan Weekend de Madrid de febrero de 2018. ¡Gracias de nuevo por el simpático retrato!

miércoles, 6 de junio de 2018

Rebeldes, de Pedro Santamaría

En la reseña de hoy toca hablar de Rebeldes, la novela histórica de Pedro Santamaría (http://www.pedrosantamaria.com/).


La Roma del año 88 a.C., pese a su reciente victoria en la Guerra Social, está convulsa. Dos grupos políticos opuestos, los optimates y los populares, son protagonistas de un enfrentamiento que ya no es solo dialéctico, sino directamente violento. El conflicto llega a un punto de no retorno cuando el general optimate Sila marcha al mando de sus tropas contra Roma y da un golpe de Estado. Este hecho acabará por provocar el inicio de la primera guerra civil romana. Y Quinto Sertorio, procónsul popular de Hispania, jugará un papel fundamental en ella.    

Un servidor ya conocía a Quinto Sertorio a raíz de varios ensayos. Sin embargo, esta es la primera ocasión en la que he leído sobre sus andanzas en forma de novela. Y debo decir que Pedro Santamaría cumple con creces. Asistimos al periplo vital de un personaje fascinante y lleno de un carisma, así como muy bien trasladado al papel junto a la turbulenta época que le tocó vivir. Y todo ello llega al lector a través de los ojos de Cneo Placidio Mutio, protagonista adolescente que se va convirtiendo en adulto poco a poco a medida que los capítulos de la obra van avanzando, al igual que el complejo conflicto en donde debe luchar: guerra civil entre populares y optimates, guerra colonial en medio de una Hispania a medio conquistar y una guerra entre imperios como Ponto y Roma. Y esta situación tan compleja, con sus múltiples vertientes, está genialmente novelizada, de tal manera que uno no se pierde y puede seguir la lectura con facilidad a lo largo de sus 392 páginas, algo de considerable mérito aunado a una más que obvia buena labor de documentación.

Las descripciones paisajísticas de la obra también ayudan a meterse dentro ella, desde la populosa y avanzada Roma hasta los más recónditos y vírgenes bosques ibéricos, pasando por poblaciones más o menos romanizadas. Los combates y la manera de relatarlos son simplemente espectaculares, ya sean pequeñas escaramuzas o multitudinarias batallas, mezclando épica con tremendismo, de tal manera que en una misma lucha hay suciedad y gloria. Lo truculento y desagradable, si bien el autor no se deleita con ello, aparece en el volumen, tal y como ante la esclavitud o las ya mencionadas escabechinas bélicas o revanchistas.

Además del contexto y la narración en sí misma, otro gran punto a favor de la obra son sus personajes, los cuales, en varios casos, sean históricos o ficticios, presentan un gran calado humano. Así, para empezar, tenemos a Sertorio, ducho no solo en las artes militares, sino también en las diplomáticas, con una personalidad magnética que seduce a hispanos y romanos por igual y cuya tragedia calará hondo en más de uno. Cneo, por su parte, además de admirar desde niño a Sertorio y ser su más fiel seguidor, va evolucionando y madurando a lo largo del libro, tal y como cambiando indecisión por determinación u honor y pasión por pragmatismo y calma, pero no de una página a otra, sino a lo largo de una tormentosa década que dejará en él una importante huella. Como antagonistas es imprescindible citar a Sila, dictador al que en ningún momento se ve directamente pero cuya existencia no deja de ser una sombra amenazante y Pompeyo, jovencísimo general de confianza del primero y que ya va dando visos de su futura fama. Los secundarios también resultan un gran añadido, tal y como el entrañable maestro heleno Agatón o el inefable y comiquísimo legionario Balbo, pero sobre todo el celtíbero Belinos, personaje de gran dignidad, preocupado por el destino de su pueblo ante un futuro incierto y lleno de cambios para los suyos.

En conclusión, si os gustan las novelas históricas con una buena dosis de intrigas y batallas, así como con un buen plantel de personajes y una trama trágica, dadle una oportunidad a Rebeldes. Podéis haceros con esta obra de la editorial Pàmies por un precio de 19’95€, incluyendo entre sus 400 páginas, además de la novela entre sí, varios extras, como un siempre agradecido mapa o un eje cronológico para estar también ubicados temporalmente.   

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Pedro Santamaría durante la Feria del Libro de Madrid de 2018. ¡Gracias de nuevo!