lunes, 13 de mayo de 2024

Crónica del Festival de Cómic Europeo de Úbeda 2024

Tras mi paso el año pasado por el Festival de Cómic Europeo de Úbeda (crónica aquí), estaba bastante tentado de repetir en 2024 también. La fortuna fue propicia y se pudo montar el viaje, así que a continuación lo mucho de bueno que tuvo, así como un par de elementos mejorables de mi estancia en tierras jienenses el 10 y el 11 de mayo.



Ubicación: La plaza de Andalucía volvió a ser el lugar de encuentro para esta cita con los tebeos, con todo lo bueno que esto tiene: ser gratuita su entrada, estar bien posicionada dentro de Úbeda, llamar la atención de los que no sabían en un principio la existencia del evento…

 



La organización: Aquí se puede aplicar rápidamente la expresión “de fans para fans”, puesto que la gente detrás del evento se le veía con tanta o más ilusión que al resto de los asistentes durante estas jornadas. Todo lo anterior quedaba muy bien complementado, además, por la rapidez con la que se ayudaba a todo aquel con dudas y por cómo se gestionaron las actividades e incluso algún que otro problema que surgió (tal y como el reparto de números para Philippe Luguy cuando se vio que su cola de firmas iba a ser larga).

 

Actividades: No faltó mucho entretenimiento liderado tanto por los organizadores como por los autores invitados. Así, por ejemplo, presentaciones de tebeos recientemente salidos al mercado, coloquios con autores veteranos, exposiciones con páginas de los dibujantes en las que los creadores iban haciendo de guías, las clásicas sesiones de firmas… 

 



Los autores: Magnífico plantel de invitados tanto en las categorías de guionistas y dibujantes, con un total de 27 oficiales (sin contar con los de callejón de artistas, pues también había ahí gente de valor). Esta buena tanda de invitados fue muy variada y para todos los gustos: lo mismo leyendas como Joan Mundet, Kim o Phillipe Luguy que veteranos como Mateo Guerrero o Abel Carrasco y jóvenes promesas como Loreto Aroca, Roberto García Peñuelas o Jose Flores. Muy buen abanico de creadores, vaya, particularmente en lo que se refiere al talento patrio y que lo mismo trabajan la comedia que el drama y géneros tan variados como el western, el thriller, la fantasía o la ciencia ficción.

 


La zona de fanzines: en medio de la plaza de Andalucía, bajo unos toldos ideales para protegerse del calor, había un buen puñado de puestos de jóvenes creadores. Alegró mucho a un servidor ver que había unos cuantos fanzines y tomos autoeditados entre estas mesas, puesto que últimamente han decaído en número estos festivales (alguno de los autores me llegó a afirmar con cierta pena que lo que vendía de verdad en los salones comiqueros ahora mismo es el merchandasing de la series de moda de cada momento…).



Las editoriales: Cascaborra, Grafito, Maldragón, Serendipia y Unrated estuvieron presentes en el evento junto a sus autores, aunque no faltó tampoco un par de tiendas donde también hacerse con obras de otros sellos para los artistas traídos directamente por la organización. 

 


Problemillas de fácil solución: Hubo algún detalle a mejorar de cara a futuras ediciones: los horarios de las firmas de los autores no siempre estaban correctamente escritos en la programación, bien por estar los ilustradores de sesión de firmas en el stand del evento en vez del de una editorial, bien por darse justo la situación contraria; para resolver esto, sencillamente, hace falta un poco más de coordinación entre editoriales y organización antes de lanzar los horarios oficiales.

 

El público: Un evento comiquero no solamente depende de lo diligente de su organización o del buen cartel de autores para dejar buen recuerdo. Los asistentes al mismo también dejan una importante huella, ya sea para bien o para mal. En esta edición, me alegra decir que fue lo primero. Así, por ejemplo, las colas fueron, precisamente por la espera que provocaban, una más que buena oportunidad para charlar con gente de gustos afines, descubrir nuevas obras y echar unas risas.



En conclusión, el Festival de Cómic Europeo sigue pisando fuerte en su edición decimosegunda y es de esperar que en el futuro siga así, por lo que su visita y disfrute están más que recomendados.


sábado, 4 de mayo de 2024

Planeta Manga - Tomos 18, 19 y 20

Nuevo trío de tomos de la revista Planeta Manga para reseñar, siendo estos muy probablemente los últimos que compre en formato físico. No en vano, ocupan mucho espacio y las estanterías de un servidor (tristemente) no son infinitas... Pero al menos los podré seguir adquiriendo en digital, así que ni tan mal. De las obras seriales vistas hasta la fecha poco se comentará del dibujo por seguir a la par que en la anterior reseña, cambiando la cosa con las nuevas, por otra parte. 




Empezando por En Gryphoon, de Luis Montes (https://www.facebook.com/luis.montes.1806), la misión de escolta de la caravana silvana se desmadra en mucho y los protagonistas se topan con una situación mucho más grave de lo que parece: o rescatan a la dríade pura de sus captores o un cataclismo natural lo arrasará todo a cien kilómetros a la redonda. Los capítulos 18 y 19 contienen buenos momentos de acción y el 20 es ideal para recobrar el aliento, aunque un vaticinio de malagüero al final del mismo vuelve a ponernos en alerta...


En Perffedion, de Fidel Tovar (https://twitter.com/Saliendodemi) y Dani Bermúdez (https://www.facebook.com/dani.bermudez.herrero), Liv empieza a darse cuenta de hasta que punto la casa de su tío es un lugar siniestro, peligroso y aparentemente inexplicable... Los capítulos anteriores ya contenían cosas inquietantes, pero lo de los números 19 y 20... puf, no es nada apto para mentes y estómagos sensibles. Y lo mejor de todo es que esa sensación de extrañamiento o locura está muy presente en la lectura, sin que se sepa de momento qué puede estar ocurriendo en la casa. Por todo ello, esta es una más que buena obra de terror que necesitas saber cómo acaba.


En Flashlight, de Sara Lozoya (https://twitter.com/uxialovegood), Jongsu y Haejin están en el karaoke y, finalmente, el primero se le declara al segundo con un beso. ¿Se romperá la amistad entre los dos amigos o evolucionará en algo mayor? La historia de amor de la presente historieta sigue de manera tan bonita como en los anteriores números, siendo de agradecer que no se estire o abuse del recurso de los malentendidos y evoluciona de manera  madura, amable y orgánica.


En Hysteria, tebeo de Sergio Hernández (https://twitter.com/SergioHdezAutor) y Lolita Aldea (https://twitter.com/lolitaaldea), Marcus sigue investigando el caso de los niños de edad congelada cuando Verónica, se la juega... y todo ello mientras, en paralelo, la pequeña Nina intenta llegar a Hysteria tras un violento y traumático suceso.

Pese a algún problemilla de verosimilitud como ya comentó Neovallense con bastante tino, este thriller tiene bastante de disfrutable y su trasfondo, servido con cuentagotas, es bastante interesante, como con la aparición del Culto o la circulación de la droga novum... A ver hacia dónde avanza esta distopía ciberpunk. 

 

En Khova, de Konata (https://www.instagram.com/konata_art1/), Aki y Sedna han vencido a los gigantescos osos que tanta desgracia provocaron... pero todavía hay asuntos que resolver, tal y como con la sangre negra o el origen allende de los mares de la pequeña Maya que parecen guardar relación con las deidades tribales. Es por ello que Aki, Sedna y Maya iniciarán un viaje en pos de la verdad. 

Tras los muy llenos de acción capítulos anteriores, es un gusto obtener un respiro con dos episodios con ningún combate pero sí con planificación, trasfondo y desarrollo de personajes, así como de la mitología del mundo, dentro de la cual ya por fin se puede descifrar la importancia tras el título. Muy interesante todo el asunto del barco, con las muchas probabilidades que puede brindar a la narración. 


En Human Exe, de Blanca Mira (https://twitter.com/Shirayukihimeh) y Eduard Balust (https://twitter.com/EduardBalust), Seiji es un alumno modélico cuya vida se viene abajo cuando descubre que es incompatible con interware, la tecnología que regula todo su mundo. Desesperado, probará suerte con un interware ilegal. La unión es tan exitosa que le permite leer los recuerdos y anhelos de la gente a la que mira a los ojos... así como ser capaz de ver y hablar con el virus de su interware. Este, astuto y premeditador, se ofrece a cumplir los deseos del adolescente a cambio de que esté le ayude a llegar a la verdad. ¿Qué hará Seiji?

Una versión corta de Human Exe ya pudo ser disfrutada por los lectores de Planeta Manga unos números atrás. Ahora bien, esta trama ciberpunk promete ser más larga y oscura, con un tono mucho más seinen y con poco o nada de shonen. Los dos capítulos vistos dejarán buen sabor de boca a los amantes de los thriller y apunta todo a que va a haber buenos derroteros en lo que a conflictos morales se refiere. Además, secuestros, asesinatos, intromisión en la privacidad o trata humana son temas que ya se han tocado y contribuyen a oscurecer un mundo que puede dar mucho juego, todo ello ilustrado por una cada vez mejor pluma de Balust fruto de la práctica, tal y como se puede ver con los fondos. 



Pasando a las historias cortas, empezamos por Los hijos de Nul, de Imar Gómez (https://www.instagram.com/dr_romas/) y Míriam Bonastre (https://www.instagram.com/miriambonastre/), historieta de dos capitulitos donde dos enfermeras tienen que meterse  en una zona de guerra cuyo bando ha dado por pérdida para salvar al soldado que ama una de ellas.

Sorprende el contraste que hay entre cómo empieza esta historia, con un dibujo tremendamente bonito y con dos protagonistas la mar de simpáticas, y la manera en la que continúa: no tanto por el belicismo de la misma, sino por las implicaciones lovecraftianas de aquello que se encuentran ambas en el campo de batalla, con un terror más que palpable. 


En K.iller, de Twillin (https://www.instagram.com/twillin_d/), un joven desesperado que no ve otra salida que el suicidio, ve en su móvil un anuncio de K.iller, empresa que le asegura que le resolverá su problema...

Aquí tenemos una obrita que es justamente lo contrario que la anterior: empieza de manera muy oscura y poco a poco se va iluminando, siendo un canto a la vida y a la esperanza, con un final que te saca una sonrisilla una vez comprendes el título. Ideal para leer cuando estés de bajón para animarte, con un dibujo más que solvente y con muy buen sombreado. 




Por útlimo, en El cartero, de Drawill (https://twitter.com/Drawill_art), tenemos a un niño que, sustituyendo a su abuelo, se ha adentrado en la peligrosa Zona 0 para llevar el correo a sus destinatarios. 

Pequeño shonen de dos capítulos que deja un mundo que puede dar mucho más de sí si se serializará la historieta, siendo una aventura con combates, ciencia ficción y algo de misterio de lo más entretenida, sabiendo alternar y equilibrar muy bien la acción y el humor siguiendo la estela de obras como Dragon Ball, One Piece y Bobobo. Estas influencias también se pueden ver en el apartado gráfico, con escenas de acción bien coreografiadas y chistes todavía más graciosos por la cara con las que reaccionan a ellos los personajes.  


En conclusión, podéis haceros con cualquiera de estos tomos por 5,95€ en físico (o por 3,49 en digital), todos ellos con cerca de 320 páginas que, además de estas y otras historietas, tienen algunos extras, como bocetos o entrevistas a los autores. 

 

Por último, la dedicatoria que me hicieron el tomo 18 Fídel Tovar, Dani Bermúdez y Drawill en el Salón del Cómic de Valencia de 2024. ¡Gracias de nuevo!