Si bien poco a poco, los fanzines empiezan a resurgir entre los artistas españoles que están empezando en el mundo del noveno arte. Por ello esta entrada centrada en un puñado de obras distintas que tienen en común el buscar hacernos pasar un buen rato de diversión.
En Humor imbécil, de Daniel Torrado Medina (https://www.facebook.com/ooooDaniel),
el autor nos saca más de una sonrisa con sus monigotes de colores, lo mismo de
manera punzante con burlas hacia la gente más bruta y crédula que de manera más
amarga con un fondo ecologista o con chanzas simpáticas hacia el mundo moderno.
Entre el guion y el dibujo, el primero vence al segundo por ser este muy
sencillo, aunque también efectivo, por implicar buena parte de los gags
diálogos.
En Justiciero Nocturno: La Sociedad del Latrocinio de
Atómica, de Pablo Rodríguez (https://www.facebook.com/pablomarianorh),
el superhéroe que da nombre al título se ve atrapado en una encerrona
orquestada por un odioso grupo de villanos. ¿Podrá salir el héroe de allí de
una pieza y con todo lo que llevaba al entrar?
Pese al contexto cómico, este tebeo no deja de ser una
crítica mordaz: comerciantes aprovechados, banqueros, explotadores,
contratistas en negro, inversores iluminados, viudas negras… No se deja títere
con cabeza, llevando así a la viñeta no pocas preocupaciones de nuestra
sociedad, que, pese al esperpento, no dejan de ser muy reales. Respecto al
dibujo, poco más o menos se puede decir lo mismo que en el
tomo que originó la saga, aunque cambiando a un blanco y negro que tampoco
le sienta mal.
En Zotachi 4: Arpías, Urracas y Alcachofas, un total de 22 artistas del susodicho colectivo (https://www.instagram.com/zotachi.fanzine/?locale=es) llevan al papel estampas e historias cortas de lo más variado, aunque con algo siempre en común: el monstruo, el ave y el alimento del título. Si bien las tramas no son siempre cómicas (alguna de terror o romance también ahí), el presente volumen no deja de ser una buena muestra de ingenio por parte de los distintos autores, por ser capaces de llevar a cabo un buen número de tramas distintas, bien sintetizadas en un espacio general de 1 a 4 páginas, que poco o nada tienen que ver salvo los tres elementos obligatorios. Así, por solo citar algunos ejemplos, usar el término Urraca para meter lo mismo a la famosa reina o al personaje de Bruguera, y lo mismo con la alcachofa de la ducha o arpía no tanto de monstruo mitológico como de mala mujer. Lo visual es una delicia por los muy distintos estilos de dibujo que hay: además de los estilos más típicos americano, europeo o japonés, lo mismo se imitan las crónicas medievales que la publicidad de mediados del XX e incluso se crean historietas con plastilina a las que luego se les toman fotos.
En Guía furry para pringados, de Ariko (https://twitter.com/ari_kawaiilady)
y César Bigstar (https://twitter.com/cesarbigstar),
el elegante husky Husku nos introduce el mundo de los furris, así como en las
distintas polémicas que rodean a estos fans de los animales antropomórficos.
Con una mezcla de cariño, humor y mala uva, se introduce al
lector en el polémico (cuando no peligroso) mundo de los furris, siendo muy de
agradecer para los que no estamos metidos en el mundillo esta explicación. Para
mejorar en el futuro, eso sí, hay que tener más cuidado con las faltas de ortografía,
así como meter dos o tres viñetas más para que algunas transiciones argumentales
sean más suaves y claras. Por otra parte, el dibujante sabe cambiar muy bien de
registro, pues además de su estilo estándar (bastante bonito, por otra parte), cuando la escena lo requiere, sabe
asemejarse al de Osamu Tezuka o al de Kohei
Horikoshi, siendo estas referencias bastante simpáticas de leer.
Aquí el enlace para su versión en webcómic, gratuita esta
gracias a la cortesía de los autores: https://www.faneo.es/comics/guiafurry/pages/1
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