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domingo, 20 de octubre de 2024

Una corona de flores, de Ángel Vela

En la reseña de hoy toca hablar de Una corona de flores, aventura rolera para El rastro de Cthulhu de Ángel Vela (https://twitter.com/Carnuzer).

 



En el Valle de Hecho, dentro del Pirineo aragonés, la Guardia Civil ha descubierto el cadáver de un niño asesinado un mes atrás en un antiguo yacimiento arqueológico. Y lo que es peor: junto al pequeño no solamente se hayan más cuerpos, sino que hay varios indicios de que los asesinatos pueden tener detrás un componente ritual. Pero… ¿quién puede haber cometido estos crímenes? ¿Y con qué propósito? Sea como sea, más le vale a los investigadores dar respuesta a estas preguntas o las consecuencias podrían ser devastadoras.

 

Tener rol español en las manos siempre es un motivo de alegría por ver como las editoriales patrias apuestan por nuestros autores. Y si el volumen en cuestión supone una buena trama de investigación y horror, mejor que mejor. Respecto a esto último, Una corona de flores se divide en 4 actos: el primero nos presenta el escenario del crimen y las primeras pistas; el segundo permite ir investigando los hallazgos encontrados y Hecho y alrededores junto a sus habitantes; el tercero, en función de si los jugadores han obtenido una pista clave u otra (o ambas), la investigación se encamina hacia su final; y el  cuarto, en función de cuestiones que aquí no se deben mentar para no estropear el clímax, la obra puede acabar de varias maneras. Estos actos, en conjunto, forman un todo bastante compacto y que se puede dividir bastante bien en una sesión larga, dos medianas o cuatro cortas según los jugadores que se enfrenten a ellos. Sobre los jugadores: por una parte, lo idóneo es que sean de 3 a 5 y, por otra, tienen un buen plantel de personajes a escoger y para todos los gustos. Así, por ejemplo, la periodista y el guardia civil, por asuntos pendientes entre ellos, pueden dar mucho juego en mesa, de la misma manera que el vigilante forestal que desea redimirse por su violento pasado.

 

Respecto al apartado gráfico, Alberto Martínez “Kisama” (más que buena labor la suya en El aullido de las quimeras, por cierto) vuelve a repetir con Shadowlands, de tal manera que brinda al lector unos retratos más que satisfactorios de los personajes del módulo, sean protagónicos o secundarios, así como otras estampas que ayudan a la inmersión dentro del mismo. Y hablando de inmersión: excelente y detallada descripción del Pirineo aragonés por parte de Vela, con el Valle de Hecho como epicentro, junto con la naturaleza que le rodea. A esto hay que sumar la detallada descripción de las costumbres de los lugareños y las principales y más útiles localizaciones del lugar. Como cosa a mejorar: el término “locales” se vuelve muy repetitivo y hubiera estado bien verlo intercambiado más a menudo por sinónimos (lugareños, vecinos, paisanos…). Por otra parte, las ayudas de juego también ayudan en mucho a meterse en la partida, así como a dar en ocasiones importantes pistas de lo que está ocurriendo en el lugar.

 


En conclusión, si os gustan las partidas de rol lovecraftianas, no dudéis en darle una oportunidad a Una corona de flores. Podéis haceros con esta aventura de Shadowlands en físico (34,95€) o en digital (12,95€), con un total de 95 páginas em ambas versiones, entre las que se incluyen por igual buenas ayudas para el director de juego.  

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