Crónica del Japan Weekend de Madrid de septiembre de 2015

Hoy toca narrar como fue mi experiencia del sábado en la última edición del Japan Weekend de Madrid, ya que el blog Caballero de Castilla tuvo el honor de ser invitado como prensa, aprovechando estas líneas para volver a agradecer a la organización el detalle.

La jornada comenzó para aquellos que compraron la entrada por internet a las 9:30, mientras que los que esperaron a comprarla durante el evento tuvieron que esperar primero a que a las 10:30 se abriesen las taquillas para adquirirlas con una cola, y a las 11:00 para empezar a entrar en el evento a través de una segunda fila. De esta manera se daba prioridad a los compradores a través de Internet, procurándose así asegurar su pase sobre los que todavía no lo habían adquirido. Por mi parte, tuve que esperar con el resto de prensa hasta que se abriera nuestra correspondiente taquilla, la cual tardó unos 30 minutos en ponerse en marcha. Por fortuna para él que estas líneas escribe, allí estaban las autoras Nari Springfield y Kaoru Okino, geniales artistas y personas con las que siempre se puede tener grandes conversaciones.

Una vez acreditado y ya dentro del Pabellón de Cristal, pude comprobar cómo se había ampliado el espacio a usar en el Pabellón de Cristal: los tres pisos estaban a disposición de los aficionados. Mientras que el inferior estaba dedicado a los puestos comerciales, es decir, tiendas de mangas, merchandising y videojuegos, así como editoriales, la intermedia estaba ocupada por los stands no comerciales (con numerosos artistas incluidos) y juegos de prueba y la superior para distintas actuaciones y las asociaciones, siendo esta última planta la más espaciosa y tranquila por los pocos puestos que en ella había, perfecta para descansar y comer.

Empezando por el piso intermedio por ser el que más a mano queda según se entra por la entrada principal del Pabellón de Cristal, comprobé con regocijo la gran cantidad de dibujantes y artistas en general que había en la feria, un gran acierto por parte de la organización con respecto a ediciones anteriores, para que asistir al festejo no sea simplemente ir a una tienda más (pero pagando por entrar). De esta forma, Jointo ofrecía la posibilidad de adquirir artículos de edición muy limitada o directamente únicos. Así, por ejemplo, las chicas de Ink-U Studio, además de commissions, láminas, libretas y llaveros, ofrecían marcapáginas exclusivos que, por el hecho de haber sido creados a mano, hacían a sus dueños poseedores de un punto de libro único.  

También asistió a la cita madrileña A. C. Puig, artista a quien también conocía de otro evento por su divertido fanzine Secret Files. Por ello, no dude ni un momento en adquirir, junto al tercer número de la ya mencionada Secret Files, las obras  de Food Attack y Tamago Duro, esta última firmada junto a Studio Natsume, stand que se hallaba a la sazón al lado del de Puig. Entre que me dedicaba los tebeos, estuvo el autor comentándome como le estaba yendo por el evento y sobre futuros proyectos. Desde aquí aprovecho a felicitarle nuevamente por todos los posters que se le agotaron a manos de los clientes.

¿Sobreviviré a la maldición de Studio Natsume? 

El tiempo lo dirá...

Decidí entonces explorar el piso inferior y echar un ojo a las editoriales y otras tiendas, como la de Selecta Visión, que aprovecha estos eventos para lanzar jugosas ofertas a los compradores. En primer lugar, busqué y hallé el puesto de Nowevolution, donde volví a encontrarme con Kaoru Okino (dedicando) y con Nari Springfield (atendiendo). Si bien ya  tenía Hell´s Heaven, aproveche igualmente a comprar otra copia a fin de hacer con ella un regalo, mucho más bonito aún teniendo en cuenta que la propia autora lo dedicaba. Entre tanto, además de seguir de charleta con Okino, no pude evitar fotografiar este magnífico cosplay dual de Life is Strange. 

A continuación, encaminé mis pasos hacia Fandogamia. Especial mención, antes de nada, a sus miembros, por haber estado colaborando con la organización en todo lo referente a los medios de prensa. Pues bien, en la editorial estaban dedicando sus obras los ilustradores Albert Carreres y Manuel Torres. Mientras el primero me dedicaba el primer tomo de su obra Urban Rivals, el segundo me dibujaba un encargo que próximamente podréis ver por el blog.

Seguí dando una vuelta por la planta baja, echando un ojo a los distintos expositores, en donde, además de las buenas ofertas de Selecta Visión, los asistentes también podían encontrarlas en, por ejemplo, videojuegos.

Vuelto al piso intermedio después de la pertinente ronda por el de abajo, proseguí explorando entre los puestos no comerciales. Tuve la ocasión de reencontrarme con artistas como Caro Waro o Rafael Segado, así como conocer a otros nuevos como Paloma Pérez, obteniendo de todos ellos alguna cosita, como los números 1 y 2 de Natsume o el sketchbook Pixon Salvaje, así como una fantástica lámina en la que Caro Waro combina a Sailor Moon con la Máscara de Majora (no dejéis de apoyar a esta ilustradora en su campaña de mecenazgo en Kickstarter para sacar adelante su libro de ilustraciones: https://www.kickstarter.com/projects/504362319/asteroid-artbook).

Sobre las 15:00 una necesidad perentoria me obligó a dejar esta edición del Japan Weekend y volver al hogar, y aunque estaba bastante contento y satisfecho por la cantidad de cosas que había podido hacer, se me quedaron un par de espinitas clavadas, tales como no haber podido pasar por las prisas a ver los artistas de Iskion Studio (https://www.facebook.com/iskionstudio) o de Blue Heroes (http://kewing.deviantart.com/), así como probar el juego Dusk Memories, de Was Fan Studios (https://twitter.com/WasFan_Studios?lang=es).

Como conclusiones puede decirse que fue una jornada comiquera bastante buena. Japan Weekend ha creado un evento entretenido, donde puedes adquirir productos poco habituales y realizar distintas actividades que van desde prueba de videojuegos y proyecciones a talleres de distinto tipo, como los de dibujo, que entretienen a buen seguro a los aficionados.

Ahora bien, a mejorar habría un par de detalles. Desde mi experiencia, únicamente, cabría reclamar cierta anterioridad a la hora de abrir la taquilla de prensa. Desde el punto de vista del público en general, estaría la cuestión del aforo. Si bien todo el que compró entrada por Internet tuvo garantizada la entrada, solo una parte de los que hicieron cola para adquirirla durante el fin de semana la obtuvieron, puesto que a partir de un momento dado se cerraron las taquillas. Este problema es más complicado de lo que parece, puesto que a la hora de solucionarlo, dado lo complicado de cambiar la normativa vigente sobre el aforo, la única solución aparente sería adoptar más espacio en la Casa de Campo aún si cabe (como con el Pabellón de Convenciones), para permitir así un mayor número de asistentes, aunque esta solución requeriría de una mayor inversión por parte la organización. Al igual que con respecto a ediciones anteriores se ha ido aumentando el recinto ferial, un servidor no duda que las siguientes Japan Weekend pueden enfrentarse a este desafío y superarlo.