En la reseña de hoy toca hablar de “La Ruptura del
Equilibrio”, segundo volumen de Anheron, la saga de novelas de Jorge Diez
Miguélez (https://www.facebook.com/anheron).
En caso de que no hayáis leído la primera parte, id al enlace en el que reseñó
la misma, a fin de no desvelaros datos importantes de la trama: http://caballerodecastilla.blogspot.com.es/2015/08/anheron-de-jorge-diez-miguelez-tomo-1.html
Tras liberar a los prisioneros esclavizados para levantar el
Templo de la Noche, Zarec y sus compañeros de viaje deben volver al Norte,
puesto que el padre del joven ya ha sido rescatado. Entre tanto, la invasión
del continente de Klum por las tropas de Lord Kharon-Rha prosigue, teniendo
Ralán que hacer ver a los gobernantes humanos que la amenaza no solamente es
muy real, sino que es enorme. Ambas misiones no serán fáciles.
Retomando la acción justo donde acababa el primer volumen de
la saga, Jorge Diez Miguélez sigue narrando con su buen hacer las vivencias de
sus personajes en un escenario donde la guerra se está generalizando más y más
a lo largo de Klum. La acción se va a ver desde tres perspectivas distintas: la
del grupo de Zarec, la de Ralán y la de Lord Kharon-Rha. Respecto a la primera,
el grupo protagónico se queda la primera mitad de la novela fuera de los
acontecimientos bélicos dada la ruta que coge para volver al reino de Anheron, por lo que son las
otras dos las que más atención dan a la guerra, con Ralán observando como los
humanos van pasando del escepticismo a la concienciación de que van a tener que
defender su territorio del Ejército Oscuro y con Rha dando a conocer el propósito
de la construcción del Templo de la Noche, baluarte muy alejado de los otros teatros de
operaciones del conflicto del anterior libro. Si con Zarec y compañía el creador aprovecha para hablar de la naturaleza de
Anheron, Ralán le permite adentrarse en su compleja sociedad humana y sus políticas, mientras Rha le permite zambullirse en lo
mágico y religioso. De esta forma, no solo se ve la trama desde tres puntos de
vista distintos, sino que se ahonda en el mundo de fantasía de la obra.
Volviendo otra vez a los personajes, como ya se dijera en la
anterior reseña, destacan por su buena realización y evolución en el caso de
los hasta ahora vistos: Ruar con su mal humor por deberle la vida a Lebart, chocando
su sentido del honor con su animadversión hacia el anciano, Trevalin y su
desasosiego al notarse cada vez más anciano, con la dificultad que ello implica
para seguirle el ritmo a los más jóvenes, Zarec y Myrka con la pérdida de la
complicidad que tenían desde niños… Otros nuevos también son interesantes,
destacando entre estos últimos el Rey Ghodric, por intentar hacer lo mejor
posible por sus súbditos durante la guerra mientras se ve atado de manos en
buena medida por los notables del reino al no tener toda la libertad de
movimiento que le gustaría. En este punto difiere la saga de Anheron de otras
del género fantástico: la animosidad que hay entre las regiones humanas que conforman
las fuerzas del bien, ya sea por disputas históricas o por egoísmo al buscar
antes el bien propio que el de toda la nación. Todo esto hace que el mundo de
la obra sea más interesante, complejo e incluso realista. Respecto a los
antagonistas, estos deparan al lector una sorpresa casi imposible de prever,
aunque hay que decir que a Kharon-Rha le falta el carisma que ya se viera en el
primer tomo en su subordinado Ragnar, aunque es de esperar que en los
siguientes tomos esta carencia se supla.
Mención especial merecen los combates de esta entrega. Si en
“Sentimientos de cuero y acero” predominaban las escaramuzas salvo por la
batalla final en el Templo de la Noche, en este libro es justo al contrario,
pues apenas hay escaramuzas y casi todo son las grandes batallas dentro del
marco de la invasión de Rha. Si bien se echa en falta en cierto sentido cierta
intensidad de las peleas del primer volumen, por ser aquellas más cercanas e
intimas, esto no significa que las de “La Ruptura del Equilibrio” sean peores,
pero sacrifican detalle en pos de dar una visión general del campo de batalla y
los enfrentamientos que en él se dan. En este aspecto el autor usa muy bien la
elipsis, tanto en lo bélico como en lo narrativo, ya sea para ahorrar al lector
pormenores innecesarios, como el nudo de un viaje naval sin mayores
incidentes en donde solo se relata la partida y la arribada con algún que otro
comentario más, o para que no sepa que ha pasado exactamente en ciertos
momentos combativos, dejando dudas que más adelante serán resueltas.
En conclusión, si os gustó la primera parte de Anheron, no
dudéis en darle una oportunidad a la segunda. Podéis haceros con esta novela de
la editorial Círculo Rojo por un precio de 16€, contando el volumen entre sus
520 páginas con el siempre útil mapa del continente de Klum.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el
simpático Jorge Diez Míguelez durante el Level Up León de 2015. ¡Gracias de
nuevo!
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