Hoy toca crónica sobre la última Japan
Weekend de Madrid, evento al que tuve el privilegio de asistir con pase de
prensa gracias a la generosidad de sus organizadores.
Llegue a IFEMA el sábado 10 sobre las 16:00 y tras recoger mi pase, pude comprobar rápidamente que había buena afluencia de público en los pabellones 12 y 14. Más adelante, tras consultarlo en diferentes stands, sabría que por la mañana había habido menos gente de lo habitual. Sin embargo, ya a la tarde, el público empezó a acudir a la Japan Weekend en mayor número. Antes zambullirme en la zona de comerciales, aproveche para echar un ojo a la zona "Retro Weekend", llena esta de juegos de consolas antiguas ideales para los nostálgicos que no pudieron jugarlos.
A continuación, callejeando, topé con el stand de María Valentina, Blanca Sobrino y Andrés Garrido, de tal manera que conversé con el último sobre su experiencia en Angoulême mientras me dedicaba su sketchbook.
Cerca de allí, y ya a punto de terminar mi ronda por el Artist House, además de reencontrarme con Electrocereal y Xabi Gaztelua, artistas ambos de No Lands Comics, y hablar con ellos lo mismo de Star Wars y Freak University que de Terry Pratchett, tuve también la suerte de conocer a Oreliane y Mad Lupus, con los que charlé de Historia y tebeos mientras me dedicaban su doble Inktober Relatos Cortos.
Antes de pasar del pabellón doceavo al catorceavo, pude fijarme en el alto número de cosplayers del evento, luciendo tremendas caracterizaciones de sus personajes favoritos para regocijo del público asistente, tal y como los ejemplos que dejo a continuación de Elsa, Jack Frost, Ciri de Cintra o Solaire de Astora.
No se pueden dejar sin mencionar tampoco las numerosas actividades a realizar que ofrecía la Japan Weekend, tal y como las charlas y conferencias que se pueden ver bajo estas líneas: la primera sobre doblaje con las actrices de voz de Overwatch y la segunda en torno al anime.
Ya en el pabellón 14, sin que uno tuviera que andar mucho, se acababa por ver rápidamente el gigantesco espacio destinado a los no comerciales, es decir, puestos de fanzines, ilustraciones y artesanía, con la abrumadora de cifra de 165 mesas. Raro era no encontrar en alguna de ellas material del gusto de cada uno.
Hecho esto, tocó hacerse con el nuevo tomo de Tamago Duro, el cuarto para ser más concretos, y con su hermano neonato, Tamago Frito. El primero me lo dedicaron los señores Puig y Studio Natsume hablando de comics y videojuegos, mientras que el en el segundo hizo lo propio Maiku entre que departíamos sobre Devilman o DC. Con esto último ya tachado de mi lista, me giré para adquirirle un tomo integral de Getsuei no Kokoro (reseña aquí) a Carlota Quintana y poder así concluir con la historieta.
Enredando y enredando por los pasillos de la zona no comercial, más fanzines fueron cayendo en mi poder: Boys Boys Boys, de Sara Deek; Masks, de Agui-Chart; Lost in the woods, de InkBlooededFreak; The one who stays, de Nanahii; El Pequeño Gran Bestiario de Temporada, de Duende...
A punto ya de concluir el evento, me dirigí hacia la salida del doceavo pabellón. No obstante, me quedé todavía un poco más en el recinto, charlando con la gente de Fandogamia sobre sus novedades. Poco después de que Pedro Kat me obsequiase con un billete de 100 fandollars, se comunicó al público el inminente cierre de la feria. Tras despedirme de la editorial, también dije adiós al evento y marché hacia el hogar.
Mis conclusiones son las que siguen. Japan Weekend crece y crece a cada edición que pasa: las cifras de la Artist House y los no comerciales hablan por sí solas, con más y más artistas que nunca habían acudido a esta cita madrileña dejándose ver en la capital de España. El hecho de que, pese a contar con cinco horas, me haya quedado sin ver puestos y espectáculos durante el sábado también dice mucho sobre todo lo que la Japan Weekend puede ofrecer. Mención especial a la organización por la luz blanca del recinto, desterrando a la amarilla por el aire viciado que daba a los vídeos y fotografías, lo que además prueba que la organización escucha a sus visitantes para mejorar de un año a otro. El único pero que se me ocurre tiene que ver con cierta queja que ha llegado a un servidor de oídas: el hecho de que en las actuaciones con cosplayers el audio no se escuchaba. No obstante, estoy bastante seguro de que a este problema se le puede poner solución en la siguiente edición.
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