En la reseña de hoy toca hablar sobre La casa de la playa, tebeo que tiene de guionista a Séverine Vidal y de dibujante a Víctor L. Pinel (https://www.facebook.com/victorLpinel).
Juls está embarazada de Thomas, su marido, el cual murió
hace poco en un accidente de tráfico. Para despejarse la cabeza y cobrar nuevos
bríos, va a la casa de la playa de sus abuelos, para reunirse con sus padres,
tíos, hermanos y sobrino. Pero surge un problema: el tío Albert quiere vender
la casa para obtener su parte de la herencia, aunque Juls y el resto de la
familia deseen quedarse a toda costa con la casa… ¿Qué ocurrirá?
Melancolía y añoranza son las primeras palabras que vienen a mi cabeza para definir este tebeo. Y es que La casa de la playa tiene la habilidad de hacer aflorar en el lector recuerdos de tiempos pasados y mejores, sobre todo si estos tuvieron lugar durante vacaciones y en familia: cariño, juegos, risas, locuras… Y, en paralelo a esto, es también capaz de reflejar percances y decepciones que todos hemos sufrido: riñas, egoísmos, descortesías, desengaños, fatalidades… Y todo este sentimentalismo está muy bien narrado por los personajes y su entorno, de tal manera que se hace muy fácil empatizar con ellos y ponernos en sus zapatos, ya sean estos niños, jóvenes, adultos o ancianos.
A todo lo anterior hay que añadir el magnífico ejercicio de
costumbrismo que se hace a lo largo de los capítulos: 2018, 1968, 1959 y,
nuevamente, 1968 y 2018 son los años en los que nos sitúa la trama, del
presente al pasado y del pasado al presente, con una distribución y
estructuración de los cinco capítulos que al principio puede parecer rara, pero
que está más que bien traída, dando detalles sobre lo que ha ido pasando en la
casa poco a poco hasta completar el lienzo argumentativo. Todo ello en una
costa francesa en la que se va viendo el ir y venir del tiempo, con cómo ha ido
evolucionando la sociedad y el mundo en paralelo. Podría hablar en mucha más
profundidad de la trama, pero estoy seguro de que la destriparía de alguna
manera a posibles lectores, así que no indagó más en este sentido.
Respecto al dibujo, Víctor L. Pinel ha mejorado con los años
su estilo de dibujo visto tiempo atrás en El Taller, aunque sigue
conservando el tono agradable que le caracteriza. Las disposiciones de las
páginas están muy bien coreografiadas en lo que a movimiento de personajes se
refiere, siendo más que dignas de un storyboard de cine. Los gestos y
movimientos de aquellos se hacen muy naturales, y todos ellos tienen algún
rasgo distintivo que los hace inmediatamente distinguibles del resto del
reparto. Los escenarios tienen bastante trabajo y detalle tras de sí, de tal
manera que si se suma la más que buena labor de coloreado, tenemos un tebeo
visualmente más que bonito y muy en tono con la historia que se cuenta.
En conclusión, si os interesa una lectura veraniega con la que
rememorar tiempos pasados y empatizar con los protagonistas, dadle una oportunidad
a La casa de la playa. Podéis haceros con este tebeo de 176 páginas de la
editorial Nuevo Nueve por un precio de 22€.
Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Víctor L. Pinel
en el tomo durante la Feria del Libro de Madrid de 2021. ¡Gracias de nuevo!
Esto me hace acordar al de Paco Roca que leí hace poco (si mal no recuerdo, creo que también lo habías mencionado...¿o estoy desvariando? de cualquier manera, si se consigue, se lee. Muchas gracias como siempre Santi
ResponderEliminarHace algún tiempo pero, efectivamente, reseñé por aquí alguna cosa de Paco Roca. Y un placer, como siempre.
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