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domingo, 30 de abril de 2023

La función que sale mal

Tuve ayer la suerte de acudir al Teatro Maquina en buena compañía de amigos y fui espectador de La función que sale mal. La hora y media de risas y diversión que nos metimos el público entre pecho y espalda fue espectacular, así que ya desde un inicio recomiendo ir a ver esta comedia.

 



Pero ¿de qué trata La función que sale mal? Como espectadores, asistimos a una doble obra teatral, puesto que el reparto interpreta a un grupo joven de actores que representa Asesinato en la mansión Havesham, de tal manera que vemos a actores interpretando a actores mientras actúan en una obra policíaca al más puro Agatha Christie. Si ya la obra tiene así un interesante punto metaliterario, la idea de fondo es lo que da lugar a una comedia: ya sea por mala suerte o por la inexperiencia de los personajes, la obra es un divertidísimo desastre que se va magnificando poco a poco: elementos del escenario que se desmontan, rompen o desaparecen cuando los actores los necesitan, de tal manera que se ven obligados a improvisar sobre la marcha; errores por parte del elenco, que van desde olvidos, equivocar diálogos, leer mal las chuletas, interpretar mal las ayudas del apuntador o golpear a sus compañeros de reparto. El hecho de que los técnicos de luz, sonido y tramoyistas también tengan un papel y se vean envueltos en las complicaciones hace de todo el embrollo algo más divertido si cabe, sobre todo cuando tienen que resolver algún problema y se ven forzados a salir a escena, unos con actitud de dejadez y otros hechos un manojo de nervios. Ver a los actores teniendo una papeleta y lidiando con la frustración (así como con las interacciones del público, bien en forma de risas, bien en forma de aplausos) también se hace desternillante.

 

Los artistas representan muy bien sus papeles de actores de lo más variopinto haciendo de personajes de thriller. Se contraponen así actores/personajes muy dignos como el que lleva a los escenarios a Robert, más hiperbólicos como la que interpreta a Sandra, más novatos como el que da vida a Max… Cada artista sabe llevar a las tablas humor en distintos grados y medidas, de tal manera que la obra está más que bien recomendada para todos los públicos: desde los más niños a los más mayores encontrarán siempre situaciones que le hagan reír bajo los focos, contribuyendo a ello en mucho las caras y gestos de circunstancia de los actores, así como sus gracias, unas más universales y otras más castizas, bien sean estas físicas o verbales. De todas maneras, si hay que poner algún referente para el humor que gasta la presente comedia, baste citar a dos grandes muestras de dónde bebe: los Hermanos Marx y los Monty Python.

 

En conclusión, si necesitáis una tarde en la que pasar un rato divertido y despreocupado, no dudéis en darle una oportunidad a La función que sale mal. Podéis ver esta comedia en el Teatro Marquina de Madrid hasta el 29 de mayo, fecha en la que concluirán (al menos de momento) las representaciones de la misma en la capital española. Dejo un enlace para adquirir las entradas a posibles interesados: https://www.lafuncionquesalemal.es/entradas-la-funcion-que-sale-mal-teatro-marquina.html

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