La reseña de hoy es triple y está dedicada a tres obras que, además de la editorial, comparten otro elemento en común: protagonismo femenino.
En La Orden del Hacha, de César Herce (https://twitter.com/Cesar_herce_tw)
y Meik (https://twitter.com/MeiK_comic)
corre el año 1148 y Ramón de Berenguer ha reconquistado Tortosa a los
musulmanes. Pero mientras él y sus fieles prosiguen recuperando territorios
ibéricos para la cristiandad, tropas de la taifa se preparan para recuperar la
urbe aprovechando que quedan pocos hombres para defender sus muros. Sin
embargo, puede que las mujeres de la plaza tengan algo que aportar a la
defensa…
Una historia a medio camino entre la realidad y el mito
(como muy bien señala su autor), narrada más que bien mientras se pone especial
atención al miedo que provoca la guerra entre las gentes que nunca han
combatido y van a batallar por vez primera, así como el temor que provocan los
excesos posteriores del enemigo en caso de vencer. Buenos secundarios que
protagonizan buenos momentos dramáticos, tanto en los diálogos como en batalla.
En este sentido, Meik seguirá deleitando al lector con sus buenas viñetas, en
las que lo mismo se puede ver amor sincero que salvajismo bélico. Muy buena
aproximación a la Reconquista, tanto en el sentido de como lo que se acababa de
ganar se podía perder de un día para otro y de la importancia en la guerra del
componente religioso y del engaño al enemigo.
En Isabel de Borbón, de Gol (https://www.facebook.com/miguelgol.gomezandrea)
y Aurelio Medina, la joven Isabel pasa a ser conocida como Isabel II tras su
coronación siendo todavía una niña. Sin embargo, la política es algo para lo
que no está ni mucho menos preparada a sus tiernos catorce años…
Pese a que Isabel II no es la monarca española más popular
para la historiografía española (por considerarla frívola, caprichosa en lo
político y amoroso… y unos cuantos adjetivos mucho más feos), el presente tebeo
consigue que el lector simpatice con su figura y que sienta lástima por ella.
Así, la reina es retratada como una joven que no estaba preparada para reinar y
un medio del que se valían los espadones y politicastros de turno para hacer valer
su voluntad, con la constante lucha entre los tradicionalistas y progresistas.
Y, si bien es cierto que se señala lo malo, tal y como con la falta de
verdadero interés político, también se ensalza lo bueno, tal y como con lo
misericordiosa y compasiva que podía ser la soberana. El dibujo acompaña muy
bien la presente biografía, con los vestidos y uniformes tan elegantes del XIX
y, en paralelo, rostros sombríos, ingenuos, ladinos o maquinadores que muchas
veces rozan el esperpento.
En Maruja Mallo, de Carolina Corvillo (https://www.facebook.com/carolinacorvillo/)
e Irina Hirondelle (https://twitter.com/IrinaHirondelle),
la pintora homónima, tras un accidente de tráfico en 1928, empieza a hacer un
repaso de su vida pasada, presente… y futura.
He aquí otra biografía, pero en este caso ni militar ni
política, sino artística. Tanto la trama como el dibujo hace mucho uso de las
vanguardias, algo que va como anillo al dedo a la vida de esta inefable artista.
Esto actúa como arma de doble filo, sin embargo: es un tebeo que se sale de lo habitual,
pero no es una narración al uso que vaya a gustar a todos por ese punto caótico
y alocado que tan bien representa la época que más se trata de Mallo, los años veinte.
Dalí, Lorca, Alberti… todos ellos aparecen conociendo e influyendo en la
trayectoria artística de la pintora, especialmente este último. El apartado
gráfico, como ya se comentaba antes, se amolda muy bien a lo surrealista, de
tal manera que hay viñetas costumbristas junto a otras que tienen mucho de
onírico, con un coloreado suave de lo más agradable.
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