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miércoles, 31 de marzo de 2021

Tórax 1975, de Pablo Lara y Jaime Martínez

En la reseña de hoy toca hablar de Tórax 1975, tebeo que cuenta al guión con Pablo Lara (https://twitter.com/PabloLaraToledo) y al dibujo con Jaime Martínez (https://www.facebook.com/JaumeMartinezRodriguez).

 



Corre el año 1975 y un joven policía acaba de ser destinado a Tarrasa. Este, que se llama Rafael Torres, asiste atónito a como empiezan a suceder muertes aparentemente accidentales y sucesos extraños en torno al Hospital Tórax, institución clínica para tuberculosos. Pese a que sus superiores cierran rápidamente los expedientes policiales sin demasiada investigación, Torres no se detendrá así como así hasta llegar a la verdad. Para ello, además de con sus propios recursos, solo contará con la ayuda de Paco, sacerdote de Tarrasa, y Rosario, enfermera del hospital alrededor del que giran todos los misterios del pueblo. ¿Qué ocurre exactamente con ese sitio?

 

Mezclar obras de carácter policíaco con el género de terror puede dar muy buenos resultados. Tórax 1975 es uno de estos casos. Ubicado en un año de gran cambio político para España como telón de fondo, este tebeo presenta dos misterios paralelos: las siniestras sombras o espectros que atormentan a Rafael y las muertes que tienen que ver con Tórax. La segunda es la trama que mueve a los tres investigadores del tebeo, mientras que la primera sirve para darle mayor profundidad al protagonista, contribuir a crear una sensación de agobio todavía mayor a lo largo de las viñetas y, en cierto momento, ayudar a Torres a inmiscuirse más en el caso de Tórax. La parte que tiene que ver con el horror en el comic está más relacionada con lo incómodo y con lo que no se puede ver o comprender más que con la casquería, lo cual es de agradecer. La trama policíaca, por otra parte, no tiene desperdicio y es bastante fiel a las carencias tecnológicas de la época, tirando de investigación, entrevistas, hemeroteca… con callejones sin salida de por medio, lo cual ayuda a darle realismo a la narración y de paso hacer a los protagonistas más humanos. En este sentido, solo se puede criticar una cosa: algunos de los personajes habrían necesitado un poco más de desarrollo, ya que, si bien no entorpecen la trama, gustaría saber porque contribuyen a la trama en la manera en que lo hacen. Lo que si que ralentiza un tanto la lectura es alguna que otra página que transmuta brevemente la historieta en novela, pero tampoco es nada especialmente grave.

 



Respecto al dibujo, Jaime Martínez contribuye a dotar las páginas del tebeo de una atmosfera oscura y tensa cuando se requiere, aunque las partes más cotidianas y tranquilas tampoco se le dan precisamente mal. Así, por ejemplo, el hecho de estar en 1975 queda bien reflejado en el modo de vestir de los personajes, los accesorios, el mobiliario… y todo ello con personas muy realistas por medio de detalles como arrugas, dientes en mal estado, alopecia o barbas en mal estado. Los ambientes, con detalles como el color, están muy bien logrados, con unos grises más tristones u opresivos para cuando, por ejemplo, se está en el Tórax, o unos amarillos y verdes para cuando se está al aire libre o con la familia. La única crítica que se me ocurre en esta sección tiene que ver con alguna secuenciación de viñetas que no queda muy clara, aunque esto solo ocurre dos o tres veces en todo el volumen.

 



En conclusión, si os gustan los thrillers tétricos, dadle una oportunidad a Tórax 1975. Podéis haceros con esta obra de Evolution Comics por un precio de 18€, incluyendo entre sus 146 páginas extras sobre el proceso de creación del tebeo.

 

Por último, las dedicatorias que me hicieron en el tomo los amables Pablo Lara y Jaime Martínez en diciembre de 2020 por medio de la intermediación de Omega Center. ¡Gracias de nuevo!


miércoles, 24 de marzo de 2021

Violent Love, de Frank Barbiere y Víctor Santos – Tomos 1 y 2

En la reseña de hoy toca hablar de Violent Love, el comic que cuenta al guión con Frank J. Barbiere (https://twitter.com/atlasincognita) y al dibujo con Víctor Santos (https://twitter.com/polarcomic).

 



Daisy Jane tenía una vida dura, pero no mala del todo. Hasta que en la misma noche un mafioso le disparó en el estómago y quemó vivo a su padre ante sus ojos. En aquel momento, algo se torció dentro de aquella joven, algo que la llevó a atracar bancos y a preparar una venganza fulminante… y a conocer a Rock Bradley, su gran y violento amor.

 

Lo primero que uno piensa al ver la portada de Violent Love es en Bonnie and Clyde. El paralelismo con los atracadores de bancos enamorados está ahí, eso es cierto. Pero si uno ahonda dentro del comic verá que eso es solo la punta del iceberg. Lo que verdaderamente llama la atención del presente tomo son dos cosas: la reflexión que se hace sobre la violencia y el truco narrativo que mete a mitad de la trama para cambiar todos los cimientos que se había marcado el lector. Respecto a esto último, no añadiré mucho para no estropearle la sorpresa a posibles interesados en hacerse con la obra, pero está muy bien llevada y no se ve venir en absoluto. Volviendo a la reflexión que se hace sobre la violencia: esta no está en absoluto romantizada o glorificada y se muestra en todo momento como algo crudo y desagradable. Así, la mafia no solo no es glamurosa sino monstruosa, matar y ver morir deja importantes secuelas psicológicas, la violencia se convierte en una droga que se usa para resolver cuanto problema se te presenta, la venganza te arrastra a ti y a todos los que te rodean hacia el abismo e incluso te convierte en el objeto de tus odios… Muchas de estas lecciones no son nuevas, pero la verdad es que están bien narradas y encajadas, dando un discurso más que coherente. Tres cuartos de lo mismo puede decirse de los personajes: antihéroes que, pese a tener bastantes defectos, brillan en comparación con los salvajes a los que se enfrentan a base de plomo, ya sea con lo explosivo de Daisy o con el carisma taciturno y veterano de Rock.

 



Respecto al dibujo, no es ni mucho menos la primera vez que Víctor Santos aparece por este blog, aunque eso no es óbice para señalar un par de cosas. Por una parte, esta es quizás su obra más cruda en lo que a violencia se refiere, y no solo por los combates en sí mismos: torturas, cadáveres, traumas psicológicos… Todo ello da lugar a unas viñetas y páginas sumamente sórdidas que contrastan en mucho con aquellos momentos tranquilos y hasta bonitos de la presente historieta. Y… como una imagen vale más que mil palabras y para no repetirme, para muestra un botón:




En conclusión, si os gustan las historietas de antihéroes con cierta filosofía detrás, dadle una oportunidad a Violent Love. Podéis haceros con estos dos tomos de Norma Editorial por 17,50€ el volumen, portando ambos entre sus más o menos 150 páginas varios extras sobre el proceso de creación de la obra.


Por último, la dedicatoria que me hizo en el primer tomo el amable Víctor Santos durante el Salón del Cómic de Castilla y León de 2019. ¡Gracias de nuevo!      

 


martes, 16 de marzo de 2021

Historias para no dormir, de Pedro Rodríguez

En la reseña de hoy toca hablar de Historias para no dormir, tebeo obra de Pedro Rodríguez (https://www.facebook.com/profile.php?id=663494228).

 


El miedo ha sido un elemento que ha estado en la literatura desde sus inicios de un modo u otro y los autores decimonónicos no se quedaron ni mucho menos atrás a la hora de cultivarlo. Y aquí es donde entra Pedro Rodríguez: a través del lenguaje del comic, nos presenta en Historias para no dormir siete relatos de terror de sendos autores distintos, a saber:

1) La Mano, de Guy de Maupassant

2) El convenio de Sir Dominick, de Sheridan Le Fanu

3) La casa de la pesadilla, de Lucas White

4) El vampiro, de William Polidori

5) La casa B… en Camden Hill, de Catherine Crowe

6) El usurpador de cadáveres, de Robert Louis Stevenson

7) El gato negro, de Edgar Allan Poe

 

Todo esto supone una más que buena antología cuentística tanto para los lectores veteranos como neófitos. Para los primeros y que ya conozcan estos clásicos, para que puedan verlos con otros ojos e ilustrados más que bien, mientras que para los segundos supondrá iniciarse en grandes artistas literarios de una época concreta, pero de muy distintas nacionalidades, aunque con clara preferencia por el mundo anglosajón. El esquema con el que se cuentan las siete historias macabras siempre es el mismo: la primera página, en una sola viñeta, nos muestra al autor narrando las primeras líneas de su trama mientras, en paralelo, enmarcada, aparece una breve biografía suya; a continuación, ya empieza la trama como tal con sus personajes y sus escenarios. Como poca cosa nueva se puede decir de los cuentos seleccionados que no se haya dicho antes, solo se comentará que se tocan todo tipo de temores humanos que, pese a no resultar a día de hoy tan estremecedoras como antaño, siguen siendo trascendentes, tal y como todo lo relacionado con el más allá y lo maldito.

 


Respecto al dibujo, Pedro Rodríguez lleva al papel los citados clásicos con un estilo que mezcla lo gótico con lo cartoon, dando como resultado unas viñetas que entran rápidamente por los ojos. Mención aparte merecen los autores de cada cuento, puesto que Rodríguez les consigue transmitir un aire más realista que los convierte en perfectos nexos entre la realidad y la ficción. Al ambiente turbio de las páginas contribuye mucho el coloreado, con unos tonos madereros y unas sombras que dan un ambiente más que propicio a los distintos relatos. La fisionomía para crear muy rápidamente distintos personajes está muy bien conseguida, tal y como se puede ver en detalles como las distintas formas de rostros y narices de los personajes masculinos que circulan por el tomo, detalles que se hacen incluso más evidentes en los femeninos si se incluyen elementos como el peinado.

 


En conclusión, si os gusta el terror decimonónico o queréis aproximaros a él por vez primera, dadle una oportunidad a Historias para no dormir. Podéis haceros con este comic de Spaceman Project de 98 páginas por un precio de 20€.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Pedro Rodríguez durante el Salón del Cómic de Valencia de 2020. ¡Gracias de nuevo!



lunes, 8 de marzo de 2021

Tres dibujantes españolas y sus obras

Para iniciar este noveno año del blog y dado el día que es, voy a dedicar esta entrada a escribir sobre tres autoras e ilustradoras españolas para daros a conocer su obra.




Para empezar, tenemos a Coco Glez (https://twitter.com/coco__glez), y más concretamente, su obra Small, un pequeño cuento ilustrado en el que más de un autor se sentirá identificado: en él, una dibujante que es un trasunto magnífico de cualquiera que quiera vivir del arte, sufre dudas constantes, tal y como sobre si es realmente buena en su trabajo, si podrá vivir exclusivamente del dibujo, etc., hasta empequeñecer por ellas. También hay una magnífica metáfora del mundo interior de los creadores, con las ideas, la inspiración, las distracciones, los buenos consejos, la propia creatividad o de lo que significa encontrarse con otros autores por el camino según avanzas en la creación de tus proyectos. Y toda esta alegoría con un más que positivo mensaje al final viene reforzada con un estilo de dibujo muy cándido, con unas acuarelas que transmiten una gran sensación de serenidad.

 


Glez se encuentra en estos momentos dibujando a través de Patreon y tiene entre manos un sketchbook ya casi a la mitad que no dudará en compartir con sus mecenas.

 




A Sara H. Randt (https://twitter.com/hrandt), vieja conocida del blog, la tenemos en esta ocasión con Onironautas: El peso de tu ausencia, con un joven que se siente tremendamente solo y arrepentido por la manera en qué evolucionó la relación con su hermano antes de que esté desapareciese de su vida. No os voy a engañar: esta historia es en su mayoría desagradable y dura. Es una lectura fuerte, sí, de las que dejan con mal cuerpo, y eso que su desenlace invita a la esperanza. Pero ahí radica el mensaje tras la obra: hacernos ver que muchas peleas y actos de los que luego nos arrepentimos como tonterías evitables. Del dibujo de Randt ya se habló otras veces en este blog, así que solo se dirán de él un par de cosas con respecto a esta obra, tal y como que se consigue un notable ambiente de depresión a lo largo de sus páginas tanto con elementos como los negros y los grises o las posturas y ensimismamientos del protagonista, con lo que el habitual estilo entre costumbrista y dulce de la ilustradora obtiene unos matices más dramáticos.




Randt, por otra parte, entre que escribo estas líneas, tiene un proyecto de micromecenazgo entre manos: El arte de Niagpurr, interesante combinación del arte hindú y felinos antropomórficos como los vistos en las animaciones de La vuelta al mundo en ochenta días o Robin Hood. Atentos, pues pronto saldrá la campaña para financiarlo.




Por último, tenemos a Julia Madrigal (https://twitter.com/YuliaMad), otra vieja conocida del blog, la cual, además de habernos regalado la vista obritas como un bonito homenaje póstumo al gran David Bowie bajo el nombre de Goodbye Starman o, por otra parte, metáforas muy interesantes del amor y desapego de los autores hacia sus personajes e incluso de la dependencia de las obras hacia las personas que las pergeñaron con My One True Hurt, con todos los altibajos que implica el arte.




También Madrigal está muy cerca de sacar un proyecto por campaña de mecenazgo, concretamente uno sobre vampiros ambientado en Nueva Orleans de los noventa con Mardi Gras 1993 cuyo pistoletazo de salida será dado por Spaceman Project en junio.



Y eso sería todo por hoy. Espero haberos descubierto alguna artista tan nueva como interesante para vosotros.