domingo, 27 de agosto de 2023

La frecuencia Bauman, de Xabier Ugalde

En la reseña de hoy toca hablar de La frecuencia Bauman, la campaña de rol de Xabier Ugalde (https://twitter.com/SarosLa) para Ratas en las paredes.




Wendy McGee, una estudiante que pronto hubiera acabado el instituto para pasar a la universidad, desapareció hace cuatro años sin dejar rastro. Ahora bien, acaban de aparecer nuevas pistas que permiten reanudar la investigación, puesto que un extraño vídeo en el que aparece Wendy ha llegado a manos de su madre. ¿Podrán unos investigadores privados en busca de redención averiguar qué fue de la joven y si esta sigue viva?


Ratas en las paredes es un sistema de juego para partidas de investigación y horror más que bueno, por lo que es un muy grato ver que siguen saliendo historias para jugar con su sistema. Y si estas son tan buenas como La frecuencia Bauman, mejor que mejor. Así, la presente campaña está dividida en cuatro capítulos en los que, poco a poco, la narración se va volviendo más oscura, extraña e inquietante a medida que los investigadores se van dando cuenta de que, más que una simple desaparición, se están enfrentando a un cataclismo. De los mejores puntos de la trama es que, cuando otras historias acabarían normalmente en el tercer episodio, aquí la trama nos lleva al cuarto capítulo que a la mayoría de los jugadores dejará atónitos y que puede  dar lugar a grandísimas interpretaciones roleras, particularmente por el epílogo dentro del epílogo. En lo referente a la investigación: es lógica y se puede llevar bien a la mesa de juego, con algunas pistas falsas que llevan a callejones sin salida que dan sabor de realidad al mundo de la campaña, así como amplitud al mal que inunda su mundo. El nuevo primigenio que aparece en la trama es interesante tanto por su originalidad como por sus efectos sobre la realidad, que en un principio pasarán casi desapercibidas a los jugadores hasta que, en el tercer capítulo, tengan la sutileza de un puñetazo.  



Respecto al apartado gráfico, hay que hablar de dos ilustradores: Daniel Jimbert (https://twitter.com/polipiel) y Athosirart (https://twitter.com/athosirart). El último se dedica a hacer los mapas de la campaña con excelentes resultados, ideales estos para que tanto jugadores como directores se orienten en los momentos de investigación y acción. El primero ya dibujó en su momento para el manual de Ratas en las paredes a los primigenios de este juego, por lo que se hace interesante verle dibujar humanos, tanto en lo que respecta a los detectives protagonistas como con los secundarios y antagonistas de la obra... aunque con el retorcido y sucio toque de lo lovecraftiano de fondo, claro está y muy bien implementado este con detalles y filtros oscuros y sugerentes aquí y allá.




En conclusión, La frecuencia Bauman es muy recomendable para jugar a lo largo de varias sesiones por entre tres y cinco personas (una de ellas en el papel de director o máster) que gusten de lo policíaco y sobrenatural, mientras ahondan en un caso que va más allá de una simple desaparición; en ese sentido, si os gustaron series como Twin Peaks o True Detective, es incluso más disfrutable. Por el momento, la única versión a la venta es la del mecenazgo con una edición tremendamente cuidada y llena de extras físicos (tal y como las ayudas de juego o la caja que sirve de pantalla para el narrador con algunas de las reglas del juego en su interior) por un precio de 49,95€, aunque es de suponer que en adelante saldrán tanto una versión que incluya solo el libro físico por 29,95€ e incluso una edición digital.

viernes, 11 de agosto de 2023

Planeta Manga – Tomos 14, 15, 16 y 17

Y seguimos por aquí reseñando la muy nutrida colección de volúmenes de Planeta Manga, la cual pronto alcanzará los veinte tomos…

 


En primer lugar hay que señalar que se llega a la conclusión de Backhome, la obra de  Sergio Hernández (https://twitter.com/SergioHdezAutor) y Toni Caballero (https://twitter.com/ToniCabArt), con un buen desenlace que cierra bastante bien los distintos cabos de la trama y con una más que buena pelea contra el malo de la historia para rematar la narración, todo ello espectacularmente dibujado.

 

También llega a su final Conquering Earth, de Kaoru Okino (https://www.instagram.com/kaoru_okino/), con un buen giro de guión al final que es una pena que no se desarrolle más, pero que está bien metido y deja cavilando un rato.  

 

Udumbara, tebeo obra de Keithii (https://twitter.com/Keithii_art) que abarca los presentes tomos 14, 15 y 16 y muestra a la policía tras la pista de un siniestro asesino que ha matado a varias jóvenes, teniendo en común todos homicidios que el criminal se lleva consigo el rostro de sus víctimas tras desollarlos.

La estructura de la obra está montada de manera muy interesante, escogiendo en cada uno de los tres capítulos un foco diferente que nos permite conocer la historia en toda su amplitud: un académico que padece de esquizofrenia paranoide, el principal detective tras los asesinatos y una cuidadora. Gracias a estos tres puntos de vista distintos, se acaba por conocer al homicida junto a las motivaciones que le mueven, en buen ejercicio de síntesis, además. Se juega también con si hay elementos sobrenaturales o no en la obra y con varios sospechosos posibles, de tal manera que se articula un thriller bastante entretenido de leer. El hecho de que la obra tenga lugar en Corea es de agradecer, ya que un servidor conoce poco este país y la lectura sirve para aprender además de para entretenerse, tal y como con las máscaras teatrales del Hahoetal o la flor que da nombre a la obra.  El dibujo es proporcionado y bastante realista, lleno de sombras y oscuridad que ayudan a darle fuerza los momentos más tétricos de la obra, gore incluido.

 

En Perffedion, de Fidel Tovar (https://twitter.com/Saliendodemi) y Dani Bermúdez (https://www.facebook.com/dani.bermudez.herrero), Liv y sus parientes van a ver a su tío Guido a su nueva casa, una gran mansión rodeada de naturaleza lejos del bullicio de la ciudad. Sin embargo, la idílica localización esconde cosas muy siniestras tras sus muros…

Muy buena obra de terror que ya en sus tres primeros capítulos deja con muchas ganas de más, con un misterio bastante inquietante de por medio, algo a lo que ayuda en mucho el dibujo. Pero no solo está bien esta lectura en lo que a terror se refiere, sino también en otros elementos: dar rápidamente una primera caracterización a la familia de Liv (algo muy meritorio habida cuenta de cuánta gente hay en ella) y hacer que simpaticemos con la protagonista.

 

En Flashlight, de Sara Lozoya (https://twitter.com/uxialovegood), Jongsu en un chico a punto de terminar el instituto e ir a la universidad, teniendo dos grandes problemas ante sí: por una parte, estudiar la carrera de abogacía pese a no gustarle para complacer a su padre; por otra, no atreve a declararse a Haejin, su mejor amigo y compañero de banda, para no estropear su amistad. Por si todo esto fuera poco, la banda pronto separará sus caminos en cuanto los integrantes se encaminen a la vida adulta, por lo que Jongsu debería darse prisa en la toma de decisiones…

Bonita historia romántica en la que es muy fácil sentirse identificado con el protagonista, sobre todo en lo que a afrontar puntos de inflexión en la vida de uno se refiere. Los secundarios también tienen lo suyo (la banda del protagonista y su hermana, particularmente) y forman un reparto de lo más entrañable al que cuesta poco cogerle cariño. El dibujo es muy bonito y dulce, con unos personajes que entran rápidamente por los ojos en medio de unos escenarios que a más de uno le recordarán a tiempos no tan lejanos.



 De Hysteria, tebeo de Sergio Hernández (https://twitter.com/SergioHdezAutor) y Lolita Aldea (https://twitter.com/lolitaaldea) solo está en estos tomos el primer capítulo, pero ya apunta maneras: un investigador a lo Harry el Sucio en una decadente ciudad cyberpunk al que mandan investigar el extraño caso de una bebé que no crece desde hace seis años. Así que premisa intrigante que puede dar mucho juego en paralelo al estupendísimo dibujo al que Lolita Aldea nos tiene acostumbrados.  


En Gryphoon, de Luis Montes (https://www.facebook.com/luis.montes.1806), el pelotón de los protagonistas, ahora cadetes del capitán Balberk, inician bajo el mando de este una misión de escolta de una caravana de silvanos entre cuyos carruajes se esconde más de lo que parece.

El autor sigue expandiendo poco a poco su mundo, en una buena dosificación, hablando poco a poco de los distintos pueblos que lo componen, iniciando un arco argumentativo cuyos tres primeros capítulos enganchan; detalles como la destrucción que puede provocar la milicia a su alrededor incluso sin mala intención por actuar con la sangre caliente se  introducen y está por ver cómo se desarrollan. El dibujo no se queda atrás y muestra un ataque y persecución sobre ruedas digno de Mad Max: Furia en la carretera que se sale de lo visto hasta ahora y que demuestra que su autor puede ser muy polivalente.

 

En Khova, de Konata (https://www.instagram.com/konata_art1/), Aki sigue huyendo del gigantesco oso sin saber que ha sido de su hermano mayor… cuando se topa de bruces con una niña pequeña y con varios arqueros de otra tribu que los ponen a salvo de la bestia… por el momento.

A todo lo bueno del primer número hay que sumar más elementos destacables: la nueva tribu cuyo animal totémico es una lechuza nival, el carisma del capitán de sus cazadores y el problema tan truculento al que les ha sometido el hambre. Se van dando pinceladas aquí y allá que hacen que el lector pueda ir elucubrando teorías de lo que está pasando de fondo con la locura de las grandes bestias. Y el dibujo sigue cumpliendo estupendamente, lo mismo dando épica a las peleas que acentuando lo angustioso de situaciones límite, así como dotando de un aspecto aviar (tanto para lo elegante como lo escabroso) a la tribu de la lechuza.

 

Historias cortas disfrutables también hay unas cuantas a lo largo de estos cuatro números. Así, por ejemplo, Axel, de Clara Martínez (https://twitter.com/ClaireC_Art), es una historieta que poco a poco va desembocando en el terror tras ya habernos dado alguna que otra pista sobre cómo va a acabar, todo ello con un dibujo muy dulce pero que la autora sabe enturbiar con las sombras. También está Corazón ¿indeciso?, de Mandarainart (https://twitter.com/mandarainart), con una historia de amor entre dos compañeros de instituto que tienen en común el gusto por el teatro que es bastante tierna y realista con unos personajes muy expresivos de por medio, tanto para lo humorístico como para lo sentimental. Mi gato es un shinigami, de Blanca Mira (https://twitter.com/Shirayukihimeh) y María Dresden (https://twitter.com/miadresden) un shinigami que se hace pasar por gato para ver si consigue así llevar el alma de una superviviente experta al Otro Mundo tal y como dicta el destino; hay aquí bastante miga sobre no tenerle miedo a vivir y sobre la importancia que el cariño puede tener en nuestras vidas, todo ello animado por un dibujo tan encantador como coqueto.

 

En conclusión, podéis haceros con cualquiera de estos tomos por 5,95€ en físico (o por 3,49 en digital), todos ellos con cerca de 320 páginas que, además de estas y otras historietas, tienen algunos extras. como bocetos o entrevistas a los autores. 

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo 14 la amable Sara Lozoya durante la Feria del Libro de Madrid de 2023. ¡Gracias de nuevo!


viernes, 4 de agosto de 2023

El Taller, 4ª temporada – de varios autores

Años atrás la editorial Dibbuks lanzó al mercado tres tomos de El Taller, iniciativa comiquera hecha con la ESDIP y, más concretamente, con sus estudiantes: historias cortas aptas para funcionar a modo de prólogo de un proyecto mayor y que se pudieran presentar de esta guisa ante una editorial a nivel profesional. Este cuarto volumen está a cargo de Nuevo Nueve, pero el objetivo sigue siendo el mismo: servir de trampolín a autores noveles. Y, dicho esto, aquí van las reseñas de mis historietas favoritas:

 


En The Birch Grove, de Erin Lara (https://www.instagram.com/erinksea/?hl=es), dos niños de Birchwood van al bosque de noche, ambos convencidos de que allí hay algo extraño: para Ethan se trata de extraterrestres, mientras que para Abigail es Mothman. ¿Qué les deparará allí el destino?

Obra bastante entrañable sobre la infame criatura que atemorizó a las gentes de Point Pleasant y a Richard Gere al mostrarse al monstruoso lepidóptero como un ser simpático, comprensivo y responsable mientras los dos protagonistas quieren averiguar todo lo posible sobre él. Queda además en el aire el misterio sobre la permanencia de esta criatura en el bosque, así que daría para una obra más larga. El dibujo va como anillo al dedo a la trama: encantador y con un coloreado de lo más bonito, así como con cierta estética que será muy del gusto de los fans de Stranger Things.    

 

 

En La Asociación, de Nerea Díez (https://www.instagram.com/nereadiez_illustration/), un grupo de ancianos monta un atraco a la casa de su alcalde por haber este incumplido una promesa electoral para con su Asociación para la Tercera Edad.

Este tebeo empieza siendo una comedia en su primera mitad, pero acaba por convertirse en un drama social en la segunda, por lo que hay que felicitar a la autora por saber manejar muy bien los cambios de tono. La denuncia social hacia como la mayoría de la población mira por encima del hombro a la gente mayor está muy bien metida y te deja reflexionando. El dibujo es relativamente sencillo, pero cumple más que bien para transmitir tanto el interrogatorio o el caótico atraco, sobre todo con la forma de mirar de cada personaje.

 

 

En Shinefyres, de Sara Viyodre (https://www.instagram.com/viyodre/), dos niños se conocen por una casualidad y, andando el tiempo, acaban por enamorarse en medio de grandes adversidades…

La reflexión sobre cómo nos pueden cambiar la vida las decisiones que vamos tomando en el día a día no está mal en sí misma y sirve además de buena articulación narrativa para el tebeo. No obstante, el conflicto que se da en las viñetas queda un tanto cojo, pues hubiera estado bien saber más de él. Esto queda compensado con el dibujo tan dulce de la autora, que es además los suficientemente versátil para crear también escenas de horror y barbarie, así como original en el diseño de los neártalos.


 

En Antidote, de Kain (https://www.instagram.com/babooshkain/), aunque una cúpula protege a una ciudad y sus habitantes de los peligros parasitarios de los cordyceps del exterior, este es solo uno de los problemas de los supervivientes a la plaga, ya que los alimentos tienen un precio muy alto dada la peliaguda situación.

Con la pandemia del coronavirus y The last of us como referentes más obvios (la gente con esa suerte de pompas de jabón a modo de escafandras o mascarillas para lo primero y los hongos que pueden controlar cuerpos zombis para lo segundo), se crea una buena obra que empieza como distópica y se acaba convirtiendo en una de terror con implicaciones bastantes siniestras más allá de lo previamente comentado. Tampoco es desdeñable esa imagen de la protagonista persiguiendo al conejo blanco, tanto como paralelismo de una Alicia persiguiendo al animal por el País de las Maravillas, como por la metáfora de la inocencia perdida cuando la chica acaba dando con sus pies en un sitio que más le valía no haber encontrado. En relación a lo anterior tenemos un dibujo resultón y efectivo, tanto por el estilo en sí (muy buena expresividad en el personaje principal, aunque también en los secundarios) como por las imágenes potentes con las que puebla las viñetas (tal y como con las hormigas y la mariposa).  

 


En Maia Race, de Yutaro J. Miralles Kobayashi (https://twitter.com/YutaMiraKoba), dos amigas participan en una peligrosa carrera de coches donde todo vale.

El argumento es sencillo (Julia y Sirivalli compiten para ayudar a la familia de la segunda), pero efectivo, particularmente con la moraleja de fondo que hay contra el dopaje, con ese bocadillo lapidario de “¡Esperemos que disfruten de los merecidos frutos de tanto sacrificio!”. Habría que revisar las incorrecciones ortográficas, sistemáticas en no poner comas tras los nombres vocativos. Por otra parte, el dibujo es bastante atractivo en lo que se refiere a los bólidos (tanto en diseño como quemando rueda) como en la representación de los pilotos interactuando con la particular tecnología de su máquina.

 


En After the End, de Paula Lomas (https://www.instagram.com/paulalomasart/), Pablo y Sofía son una pareja que intenta sobrevivir como buenamente puede a un apocalipsis zombi, pero la situación se les hace bastante cuesta arriba no ya por los podridos o por sus rivales humanos en lo que a obtención de recursos se refiere, sino en los roces cotidianos que se dan entre ambos… y más particularmente cuando aparece una tercera persona en la ecuación.

Buena historia de zombis en la que apenas salen zombis por centrarse más en los supervivientes de la catástrofe humana, así en cómo sobrevive la humanidad en situaciones tan extremas, siendo al final la historieta un bonito canto a la lealtad, la empatía y la comprensión del otro. El dibujo refleja muy bien la mala calidad de vida de los personajes, con ese aspecto sucio, descuidado y desastrado en el que prima la supervivencia por encima de todo lo demás, con ambiente postapocalíptico y deprimente bien logrado también.  

 


Si os ha llamado la atención lo expuesto, pensad en haceros con El Taller 4ª Temporada. Podéis haceros con esta antología de Nuevo Nueve por un precio de 22€, incluyendo entre sus 112 páginas, además de las diez historias cortas, algunos extras sobre su proceso de creación.