domingo, 29 de diciembre de 2019

Planeta Manga: mis historias favoritas del primer tomo

En la reseña de hoy toca hablar del primer volumen de Planeta Manga, revista española que, número a número, nos irá trayendo distintos tipos de historietas manga de géneros que van desde la fantasía y la ciencia ficción a la aventura y el romance, unas veces con historias autoconclusivas (ocho en este tomo) y otras con tramas que se alargan muchos capítulos (seis en la presente publicación).


Para empezar por las serializadas, en Gryphoon, de Luis Montes (https://www.facebook.com/luis.montes.1806), Noha es una efreet que quiere ingresar en Gryphoon, cuerpo de élite dedicado a combatir a los eckhos, monstruos sumamente destructivos. Pero no será este un desafío fácil, pues se tendrá que enfrentar, además de contra otros muchos candidatos, a los prejuicios que hay contra su pueblo…

Luis Montes demuestra aquí un conocimiento del shonen más que bueno: protagonista con un gran reto por delante, peleas con buena dosis de elemento fantástico, mundo imaginativo, importancia de la amistad y del pasado, combinación de épica y humor, algún que otro misterio… En este primer capítulo, ya hay un grupo protagónico bien formado, llamativo y heroico: Noha con sus ansias de superación, el apacible y al mismo tiempo fiero gigante Anthorxa y Keats con su pico de oro…  Muchas ganas de saber cómo continúan las aventuras de este trío.


En Good game!, de Blanca Mira (https://twitter.com/Shirayukihimeh) y Kaoru Okino (https://twitter.com/Pencilness), la madre de Yuki, en su lecho de muerte, le confesó a esta que tenía un hermano secreto. Y la mejor manera de conocerle es a través de un concurso de videojuegos en dónde participa. Pero para tal fin, solamente puede contar con la ayuda de su viejo amigo Enishi, un programador que lleva sin trabajar varios años tras un accidente que le dejó sin padre y sin mano derecha. ¿Logrará Yuki convencer a su viejo amigo?

Pese a que su historia es un poco enrevesada, destaca Good game! por dos motivos: sus buenos golpes de humor (ya sea en lo verbal, en lo visual o en una combinación de ambos ámbitos cómicos) y por su parte sentimental, por la manera de tratar la amistad y la superación de la fatalidad. Lo respectivo a la creación de videojuegos está por ver si las autoras lo abordarán desde un punto de vista realista o paródico e hiperbolizado en los siguientes capítulos, pero sea de una forma u otra, y con un concurso competitivo de por medio, ambas opciones pueden dar mucho juego.


En La historia del manga y La historia del manga en España, ambas dibujadas por Marian Company (https://www.facebook.com/divineandprofane), pero la primera con guión de Marc Bernabé (https://twitter.com/marcbernabe) y la segunda con guión de Oriol Estrada (https://acdcomic.es/oriol-estrada-rangil.htm), muestran la andadura del manga en distintos planos dentro de un marco narrativo. La primera de las historietas lo hace desde un punto de vista empresarial, con la llegada de un nuevo trabajador a una editorial especializada en manga. La segunda, por su parte, lo hace desde el punto de vista de un consumidor con quien muchos que vieron llegar a España, durante su infancia, Dragon Ball, se sentirán identificados. Ambas son lecturas amenas, didácticas y entretenidas, ideales para saber más del tema.



Ya pasando a las historias cerradas, en Marchitado Lionel, de Marta Salmons (https://www.artstation.com/mpluss), un oficinista se ve ascendió dentro de su empresa. Sin embargo, el susodicho no está tan contento como cabría esperar.

Esta es quizás la historia más madura del presente número de Planeta Manga. El hastío y el tedio de alguien que no hace bien su trabajo por apasionarle, sino para ganar dinero, será algo con lo que muchos se identificarán. Ahí el dilema en la sinopsis más arriba descrita. El tramo final del tebeo en la bolera, por otra parte, transmite muy bien la metáfora pretendida y que da título al manga, además de quitar en cierta manera el mal sabor de boca de las primeras páginas.


En Soulmate, de Lorena Calderón (https://www.facebook.com/lorena.calderonmaldonado), Lili es una niña pequeña a la que le cuesta mucho hacer amigos hasta que un día conoce a Gotan.

Historia sobre la soledad y la amistad con un giro final que no dejará a nadie indiferente. Las viñetas son premeditadamente dulces, algo que está fríamente calculado de cara a manejar al lector. Y no digo más para no estropear sorpresas.


En La bruja, de Santi Casas, una niña es enviada por sus padres a la cabaña de una hechicera para que encuentre su lugar en el mundo.

La bruja es quizás la historia corta que más me ha gustado del presente tomo: su estructura cíclica o circular, su reflexión sobre la vida y la muerte, una protagonista con presencia, un trasunto de Imperio Romano de fondo, un dibujo cargado de fuerza, un desenlace inteligente… 


En Neko GRL, de Ana Oncina (https://www.facebook.com/profile.php?id=100000674748228), Kuro es fan acérrima de Neko GRLS, grupo musical que va a dar un único concierto en Tokyo… con tan mala suerte que ella es de Osaka. ¿Conseguirá ver a sus ídolos pese a todo?

Esta historia es bastante sencilla, pero deja al lector muy satisfecho a la hora de acabarla. Su manera de abordar el costumbrismo o los problemas monetarios de la gente de a pie, verse reflejado uno mismo, el tono amable y simpático, la conexión entre aquellos que comparten una misma afición… En definitiva, buen rollo.


En Heart Piece, de Numoris, dos hermanos sobrellevan los problemas de la casa mediante la música.


Historia dulce y sin diálogos, muy meritoria por transmitir tanto sin necesidad de ellos, es decir, la capacidad del arte de llevarnos a otros mundos y realidades. 


Y esto solo mencionando algunas de ellas, es decir, las ocho que más me han gustado de todo el catálogo ofrecido, aunque no descartó que en el futuro las historietas que no me han convencido o llamado especialmente la atención acaben por despertar mi interés.


En conclusión, Planeta manga es una iniciativa interesantísima y que puede dar lugar a todo tipo de historias que atrapen a un público con todo tipo de gustos. Y el formato no podría ser mejor: 320 páginas, con un papel más que correcto, por tan solo 4,95€. Y en enero sale el segundo número, que a buen seguro un servidor no se perderá.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Libros de ilustraciones varios: bestiarios

Hoy toca triple reseña, dedicada esta a varios fanzines que contienen en sus páginas ilustraciones de temática de lo más diversa, pero con algo en común: todos son bestiarios.

En Scales, de María Valentina Grases (https://twitter.com/mvpurplespot), se muestran al lector una colección de reptiles de lo más variados, ya sean de carácter humorístico o macarra, o de aspecto más antropomórfico o bestial según el caso. Los diseños son muy llamativos y entran rápidamente por los ojos, tanto por su estética cartoon como por su expresivo lenguaje corporal y su vivo coloreado.






En Abyss, de Laura Gutiérrez (https://twitter.com/LadySuuke), tenemos un bestiario criptozoológico sobre bestias habitantes de los abismos marinos. Todas estas criaturas oceánicas guardan en común tener un punto realista en su anatomía y un aura siniestra alrededor. El aspecto de los peces (y del molusco) de estas páginas, combina por tanto documentación con imaginación, ayudando a todo ello el coloreado, a un mismo tiempo brillante y sucio. A mejorar: el uso de sinónimos en las descripciones de los animales, puesto que se repiten mucho algunas palabras como “inusual”, “monstruoso”, “mutación” o “peligroso”.



En Monstruos mentales, de JaketiPaleto (https://www.instagram.com/jaketipaleto/), nos encontramos con un catálogo bastante elaborado de enfermedades mentales. Estas, que aparecen en número de quince, vienen acompañadas de una definición y descripción junto a sus causas y consecuencias, buscando el autor con ello darlas a conocer a todos aquellos lectores que quieran saber más sobre los males de la mente. Y, además de por lo clínico, lo logra de otra manera, con ilustraciones que transmiten muy bien el malestar de cada víctima de la enfermedad, con un carácter premeditadamente siniestro y angustioso.



viernes, 20 de diciembre de 2019

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza 2019

Hoy toca hablar sobre mi paso por la edición XVIII del Salón del Cómic de Zaragoza en la jornada del sábado 14 de diciembre, aunque no sin antes volver a agradecer a su organización el pase de prensa que tuvo a bien volver a concederme.


El evento abrió puntualmente a las 11:00, aunque los acreditados podían acceder previamente al mismo de Auditorio de Zaragoza para coger sus pases. Si no se estaba entre estos últimos, dos colas había para acceder a la feria: la de aquellos que tenían pendiente adquirir su entrada y la de aquellos que ya la habían conseguido en preventa, con la segunda siendo considerablemente más rápida y corta que la primera.  


Ya en el evento propiamente dicho, había tres pasillos, cada uno de los cuales tenía filas de puestos a ambos lados, lo cual daba lugar a seis hileras de puestos de distintos tipos: editoriales, librerías y fanzines. De esta manera, predominaban por mucho los tebeos a figuras y coleccionables relacionados con el comic o no (tal y como los funkos, por poner un solo ejemplo).



Ya dado el pistoletazo de salida, la gente fue poco a poco llenando el evento. En primer lugar, me decidí a echar un ojo a Drakul Editorial hasta que empezasen las sesiones de firmas con horarios ya planificados en mi agenda. Afortunadamente, allí ya estaba Javier Ara, y entre que repasábamos Atraco a mano alzada, me estuvo dedicando y comentando sus dos nuevas obras: La gran batalla de los Gusis y Dark Investment, ambas muy distintas entre sí y de la previamente citada. 



Sobre las 11:30 me acerqué al escenario de las firmas, con tan buena suerte que era el segundo en la fila para José Fonollosa. Mientras me dedicaba Vampi, estuvimos comentado sobre el mundillo del comic español en particular y general, así como sobre las múltiples bromas de las redes sociales entre él y Jordi Bayarri. 


Segundo objetivo marcado por horario en el calendario: Juan Torres. Y a eso de las 11:40 me dirigí a Karras Editorial para tal fin. Una vez más, el segundo puesto, pero la espera se pasó en un suspiro y entre que me dedicaba Apocalypse girl, hablamos sobre la serie de Virtual Hero y su futura segunda temporada, además de sobre cómo le había hecho cambiar su forma de orientar sus obras al público adolescente. 



Con el tiempo de mi parte, me acerqué a la charla-taller de Julia Madrigal y Diego Núñez "Del guión a la página final", conferencia bastante cómica e interesante sobre el proceso de creación de los cómics desde el esbozo mental de la página hasta su total ilustración, con una página a ilustrar por cada asistente sobre el enfrentamiento entre dos magos.




A eso de las 12:10 le tocó el turno al stand de Dibbuks y a la autora Laura Suárez presenciar mi llegada. Mientras esta autora me dedicaba Los cuentos de la niebla, estuvimos comentando sobre leyendas y folclore español, colándose en la conversación las inquietantes Schnabelperchten también. 




El Salón del Cómic de Zaragoza es ante todo un evento familiar en donde todo el mundo, sin importar su edad, puede disfrutar. Los niños, naturalmente, también tienen un importante hueco: talleres de dibujo, cuentacuentos... Magic 4 Smiles, asociación benéfica más que loable, llevó a la feria a varios cosplayers caracterizados como héroes de la talla de Ladybug, Cat Noir o Spiderman.




Continúe con mi deambular hasta la mesa de Sally Books, ubicación dónde me reencontré con Manu Gutiérrez, autor que me dedicó La invocación de Ion, para que poco después César Herce hiciera lo poco con Invierno índigo



Jordi Bayarri sería mi siguiente objetivo, con el susodicho gozando de numerosas visitas por parte de un gran gentío que iba desde niños en busca de sus tebeos sobre científicos hasta veteranos seguidores de Entre tinieblas. Yo, uno de estos últimos, además de conseguir el noveno número de esta colección, también me hice con su Calzador de mesas y su tercer sketchbook, obteniendo además de regalo un comic sobre sus peripecias escocesas. 



Antes de partir a comer, me dirigí al puesto de GP Ediciones, ya que desde Sally Books se me había recomendado encarecidamente darle una oportunidad a Subsuelo, de Víctor Solana. No le costó a su creador mucho convencerme para adquirir el tebeo. Y hecho esto, tocó pausa en el salón para descansar y comer de 14:00 a 17:00.




Terminada la pausa, el evento volvió a seguir funcionando a pleno rendimiento. El público siguió acudiendo en gran número a la cita, y pese a que las colas doblaron esquinas y subieron escaleras, avanzaban a un ritmo relativamente bueno. Eso sí, es de justicia dar una explicación a esto: la organización se tomó muy en serio no rebasar el aforo permitido, respetando en todo momento la legalidad vigente.




Empezó mi turno de tarde visitando el puesto de NEUH, pues me había puesto por meta dedicar las últimas horas del sábado a fanzines y autoeditados. Cayeron así, en este primer encuentro, tebeos como Loose Canons y relatos como Shattered Tales u Horizonte 6, todos ellos dedicados. Tocaría esperar para obtener rúbrica en Basakume, pues su autor todavía tardaría en llegar unas horas por compromisos varios. 


Según iba hacia tierras fanzineras, reparé en editoriales que hasta el momento me habían pasado por debajo del radar: Nuevo Nueve y  Amaníaco. En la primera me hice con La casa de la playa y en la segunda con Capablanca, con firma de Joan Mundet incluida




Además de hacerme con varias cosillas en el stand de A. C. Puig, mientras me dedicaba los tomos y charlábamos sobre videojuegos, aproveché para hacer la foto que de este Darth Nihilus que más abajo podéis ver, por ser posiblemente el cosplay que más me gustó de todo el evento.




Tras conseguir superar la zona del escenario principal, rodeada como estaba por los fans del k-pop, llegué a la zona de exposiciones, también habilitada hábilmente como zona de descanso con mesas y sillas e incluso una pequeña cafetería para aquellos que quisieran un respiro y un refrigerio. 




Otra conferencia se avecinaba: la de los autores españoles en América, con David Rubín, David López e Iban Coello (este último como sustituto más que digno de un ausente Carlos Pacheco). Fue esta una charla muy divertida y animada en todo momento, pues pese a tratarse temas serios como verse superado en la entrega de páginas por la saturación y esfuerzo, se hizo en todo momento desde una perspectiva bastante amable.


Justo antes de irme, tuve la suerte de coincidir con Ikan, ilustrador de Basakume, dibujante que me haría un boceto en su tomo sobre la mitología vasca.



Y ese fue mi paso por el Salón del Cómic de Zaragoza de 2019. El evento sigue siendo maravilloso, un faro cultural que ilumina el mundo de los tebeos. Pese a no haber estado en todos los salones patrios, sí que he estado en los de Avilés, Barcelona, Ciudad Real, León, Madrid, Valladolid y Zaragoza, y creo no equivocarme al decir que este último es el más completo, divertido e incluso entrañable: muchísimos autores con muchas editoriales ofreciendo su arte a los interesados, muchas actividades, conferencias y talleres, con una organización atenta, responsable y que disfruta con los tebeos.

¿Puntos a mejorar? Si bien solo se me ocurren dos cosas, ambas están muy supeditadas al Auditorio de Zaragoza: la ausencia de ropero y las colas exteriores. La primera es una nimiedad y tiene que ver con el frío zaragozano de diciembre frente al calor interior; no es que sea un problema serio, ni mucho menos, pero sí un poco incómodo. La afluencia de público ya es otro asunto de más gravedad. De momento, pese a tener las colas una longitud seria, avanzan lenta pero constantemente, con quizás una hora de espera para los casos más extremos. Ahora bien, la organización debería ir pensando en como enfrentarse a ellas si el evento aumenta de notoriedad nacional, algo más que probable dada la calidad de esta cita cultural.

domingo, 1 de diciembre de 2019

Objetivo Hedy Lamarr, de Ricardo Vilbor y Ángel Muñoz

En la reseña de hoy toca hablar sobre Objetivo Hedy Lamarr, tebeo que cuenta al guión con Ricardo Vilbor (https://www.facebook.com/ricardovilbor) y al dibujo con Ángel Muñoz (https://www.facebook.com/profile.php?id=100009375208144).


Hedy Lamarr, famosísima actriz de la Edad Dorada de Hollywood, está en el punto de mira del Tercer Reich: varios espías nazis son mandados en su busca para asesinarla. Con la única protección de la agente Smith del OSS, Lamarr deberá descubrir qué motivos hay tras su persecución y, mientras esquiva balas, sobrevivir.

Hedy Lamarr es una figura ciertamente llamativa: una de las glamurosas actrices del cine clásico e inventora de todo tipo de artilugios para mejorar el día a día… y entre ellos, la conexión inalámbrica que acabaría dando lugar al moderno Wi-Fi. Y justo aquí radica el meollo de este tebeo, por la necesidad que tenían los barcos aliados de vencer a los submarinos nazis en los combates navales. La inventora, junto al músico George Antheil, descubre la manera de lograrlo… y la Abwehr (u Organización de Inteligencia Militar Alemana), debe impedirlo a toda costa. Con estos elementos se crea una buena obra de género negro, con espías, tiroteos, la duda sobre en quién confiar o no, pasados turbulentos que regresan… Y todo ello con una protagonista excepcional, bella, inteligente y elegante frente a unos villanos que, pese a cumplir con su papel de antagonistas resultan, con un par de excepciones notables, personajes bastante maniqueos. Y, pese a que alguna que otra revelación se ve venir, el tebeo cumple con su función de homenajear y dar a conocer a Lamarr dentro de una situación ficticia, pero dentro de un plano real y verosímil.

Respecto al dibujo, Ángel Muñoz sigue llevando al papel el estilo pin up ya visto en La traición sabe a oro negro o Solo los muertos no hablan, pero evolucionando a mejor: mujeres que al mismo tiempo desprenden fuerza y atractivo, escenarios llenos con el encanto de los platós de cine, brutales persecuciones en coche, tiroteos en los que las posibilidades de morir son muy reales, un coloreado suave y que entra rápidamente por los ojos (gracias a la buena mano de Abel Pajares), los 40 vistos por su vestimenta, tecnología, peinados… En definitiva, una delicia visual en donde se mezcla lo elegante con lo violento.


En conclusión, si queréis descubrir quién es Hedy Lamarr o saber más de la susodicha, no dudéis en disfrutar de esta aventura suya. Podéis conseguirla de manos de Grafito Editorial por un precio de 16€, incluyendo entre sus 96 páginas, además de la historieta en sí, algunos extras, tal y como el proceso de creación del comic.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Ángel Muñoz durante el Cómic Barcelona de 2019. ¡Gracias de nuevo!  

lunes, 25 de noviembre de 2019

Conferencia y entrevista sobre "Hazañas españolas en el siglo XVIII"

El viernes y el sábado de la semana pasada tuve el honor de, respectivamente, presentar mi última obra, Hazañas españolas en el siglo XVIII, en la librería Tercios Viejos y ser entrevistado por Luis del Pino sobre la misma. Para aquellos que os interese, dejo a continuación enlaces para que podías oír ambos eventos:



domingo, 17 de noviembre de 2019

1808: Madrid, de Julián Olivares y Juan Aguilera

En la reseña de hoy toca hablar de 1808: Madrid, tebeo que cuenta al guión con Julián Olivares (https://www.facebook.com/julian.olivaresdengra) y al dibujo con Juan Aguilera (http://dibujosguan.blogspot.com/).


Francia ha traicionado a España, su aliada: los soldados napoleónicos, aprovechando la coyuntura de la invasión de Portugal, están dejando regimientos acuartelados en las principales urbes hispanas; y no en calidad de compañeros de armas, sino como tropas de ocupación, que abusan de la población civil sin ningún tipo de remordimiento. Poco a poco, la situación se irá tensando más y más hasta que el pueblo español diga basta. Y la chispa que prenderá el polvorín de la guerra estallará en Madrid, el 2 de mayo de 1808.

Todas las naciones tienen fechas importantes en lo que a efemérides se refiere. En el caso español, el 2 de mayo de 1808 es una de ellas. Y no solo por suponer el paso de la Edad Moderna a la Contemporánea, sino por ser el pistoletazo de salida que dará inicio a la vida constitucional española en 1812. Pero no adelantemos acontecimientos.   


1808: Madrid, nos pone en la piel de varios madrileños que vivieron con mejor o peor (sobre todo peor) suerte el 2 de mayo, aquella fecha con la que se inicia la lucha contra las tropas de ocupación napoleónicas. Hay civiles, militares y religiosos de por medio, lo que se hace interesante por ver el levantamiento desde diferentes puntos de vista: la defensa de la patria y los compatriotas, la venganza por las afrentas de los invasores, la protección del cristianismo… Y todo ello a la usanza de las novelas históricas, con personajes documentados y otros ficticios pero que pudieron haber existido perfectamente. Así, entre los primeros, tenemos a los capitanes Luis Daoiz y Pedro Velarde, cada uno bien diferenciado, con el primero más cauto y el segundo más pasional, pero ambos más que dispuestos a salir en defensa de los madrileños a los que están masacrando. Luego tenemos a Mejías y a Alfredo, ambos convictos que salen con permiso de prisión en la batalla urbana para combatir (acontecimiento totalmente verídico), el primero más entrañable y el segundo más solemne, y en cierto modo, el protagonista del tebeo, por las causas que le llevaron a presidio. Sin embargo, narrativamente hay una cosa mejorable: habría que haberse puesto más enfoque en el secuestro del infante Francisco de Paula y en la reacción popular contra ello, por haber sido el detonante del alzamiento. Salvo por esto, la cronología de la jornada está más que bien llevada, incluyéndose en la misma el triste prólogo del 3 de mayo.

Todos los sentimientos, pensamientos, dudas, luchas y temores de los personajes, además de estar bien reflejados en los diálogos, también lo están sobre el papel. En este sentido, Juan Aguilera lleva a cabo una más que excelente labor. Para empezar, lleva a cabo un buen trabajo de documentación, y si bien los más puristas en uniformología verán algún que otro fallo, el dibujante aprueba con nota: la indumentaria de franceses y españoles, el Madrid de la época con algunas construcciones idénticas a día de hoy y otras que no… Las escenas de luchas callejeras están muy bien representadas, ya sea con la carga de los mamelucos o la defensa del parque de Monteleón, y transmiten muy bien la sensación de David enfrentándose contra Goliat. No faltan momentos desgarradores y crueles para los personajes, y no solo por los sangrientos y realistas combates, sino por el desenlace de la obra, la cual culmina en la aterradora estampa de los fusilamientos del 3 de mayo, homenajeándose más que bien al famoso cuadro de Goya en el proceso. Volviendo a los personajes, sin por ello despreciar a las que buenos fondos del escenario, hay que decir que se les hace muy humanos: rostros duros y en muy pocos casos bellos, pero sí sufridos y adustos, con cuerpos que, pese a no ser hercúleos, reflejan resistencia y fortaleza. El coloreado, apagado y con una atmósfera ocre, transmite muy bien la dureza de los hechos que refleja el comic.


En conclusión, si os gustan las obras históricas y la época napoleónica, dadle una oportunidad a 1808: Madrid. Podéis haceros con este tebeo de Cascaborra Ediciones y de 56 páginas por un precio de 15€.

Por último, la dedicatoria en el tomo que me hizo el amable Julián Olivares durante el Machacómic de 2019. ¡Gracias de nuevo!


lunes, 11 de noviembre de 2019

Tres tebeos para los más jóvenes de la casa

Si bien hace unos pocos años era muy difícil encontrar en España tebeos para niños (los más usuales, todavía hoy, son para adolescentes o sobre todo para adultos), la cosa está cambiando. Y menos mal, puesto que en caso contrario las editoriales hubieran acabado con una cantera potencial de lectores destinados a coger el relevo de los actuales.

Y dicho esto, y sin más dilación, reseño brevemente tres comics a tener en cuenta para iniciar a los más jóvenes de vuestra familia y entorno en el mundo de la lectura.

Sallybooks, 14€, 76 páginas

 En primer lugar, tenemos El árbol que crecía en mi pared, de Lourdes Navarro (https://www.facebook.com/lourdes.navarrofalcon). Aquí, Mike Willis es un niño tiene que lidiar a diario con dos graves problemas: las cada vez mayores discusiones de sus padres y dos matones que no le dejan tranquilo. Para empeorar las cosas, en su habitación, una planta cada vez mayor va brotando desde la pared. ¿Estará todo relacionado de alguna manera?

Esta obra es excelente para ver de primera mano temas tan serios como el acoso escolar o el divorcio, pero siempre con una luz al final del túnel: del primero se puede salir gracias a la confianza en uno mismo y gracias a los amigos, y el segundo es trasladado como un problema que en ningún caso es del niño y sin señalar a ninguno de los progenitores como el malo de la historia. Si bien los personajes secundarios suelen ser un tanto maniqueos, no ocurre así con el señor Robinson, botánico a partir del que se entiende la metáfora que da nombre al título; algo similar ocurre con el protagonista, que si bien es un personaje positivo, comete errores y fallos con los que es fácil identificarse. Respecto al dibujo, Lourdes Navarro lleva al papel un estilo amable y plagado de detalles, sorprendiendo en mucho lo expresivo de de los ojos de los personajes dado su sencillo diseño. Si a esto se le añade una gran labor de coloreado, tanto para lo cotidiano como lo aterrador, estamos ante un apartado gráfico más que correcto.

Dolmen Editorial, 15,90€, 64 páginas

En segundo lugar, tenemos el primer tomo de Telémaco, cuyo guionista es Kid Toussaint (https://www.facebook.com/tkid.toussaint) y su dibujante es Kenny Ruiz (https://www.facebook.com/kennyruido). Aquí, varios años tras el fin de la guerra de Troya, Ulises, rey de Ítaca, todavía no ha vuelto a casa. Telémaco, hijo de Ulises, saldrá en la búsqueda de su padre para que la isla de ambos vuelva a su antiguo esplendor. No obstante, Ítaca no es el único lugar que anda intranquilo en Grecia…

El comic es una buena manera de presentar obras clásicas a los lectores neófitos. Y Telémaco supone un buen primer contacto con obras tan importantes como la Ilíada y la Odisea, historias épicas donde las haya. El hecho de empezar la narración de la segunda de estas epopeyas desde el punto de vista de Telémaco es bastante original, y la manera en que este tiene que lidiar con los problemas que su padre fue dejando detrás da mucho juego. La importancia que se le da a las otras potencias helénicas en el tebeo, además de sensación de buena documentación, da realismo a la obra, con un mundo que se sigue moviendo sin esperar a los protagonistas. Las abreviaturas de los nombres propios, sin embargo, no quedan bien y quitan lustre a una obra que combina muy bien acción con humor. Del dibujo de Kenny Ruiz, viejo conocido de este blog, poco diré no dicho ya: diseños muy atractivos tanto en lo humano como en lo mítico, buena expresividad tanto en lo facial como lo corporal, geniales coreografías para los combates… A todo esto hay que añadir el buen hacer de Noiry en las labores de coloreado, ideal para hacer todavía más vistosas las escenas a la luz del fuego o en las que aparecen divinidades como Eolo.

Desperta Ferro, 17,95€, 64 páginas

Por último, tenemos Alonso de Contreras, soldado de los Tercios, obra que cuenta con Juan de Aragón como dibujante (https://twitter.com/FisgonHistorico) y con Alberto Pérez Rubio como adaptador de la insigne autobiografía del corsario: ya desde muy niño, Alonso de Contreras sintió atracción por la vida militar, fijación esta que le llevará a alistarse en los ejércitos de Felipe III y combatir contra los enemigos de España.

Este tebeo es una buena adaptación de las memorias de Alonso de Contreras desde su infancia hasta su madurez y mostrando muy bien la España de la época junto al ambiente mediterráneo, con la encarnizada lucha contra los otomanos. La violencia está atenuada en según qué escenas y sucesos para no herir la sensibilidad de los más pequeños, pero la guerra sigue ahí y de manera fiel a los sucesos históricos. Dicho de otra manera: aunque un tanto suavizado, este es un excelente reflejo de aquel inigualable personaje barroco. Y a ello ha contribuido sin lugar a dudas Juan de Aragón con sus dibujos, simpáticos y humorísticos pero también precisos y limpios, con un más que bello coloreado. Tras toda esta labor, además, siempre se observa un gran ejercicio de documentación en vestido, armas, barcos y demás elementos de principios del siglo XVII.