domingo, 30 de diciembre de 2018

Sketchbook 2, de Jordi Bayarri

En la reseña de hoy toca hablar sobre el segundo libro de bocetos de Jordi Bayarri (http://anillodesirio.blogspot.com/).


Jordi Bayarri, a los que los lectores veteranos de este blog recordarán por la saga de Entre Tinieblas, sacó en su momento un tomo donde recopilaba diversos bocetos hechos a lo largo de los años. El caso es que aquel volumen tuvo tanto éxito que no solamente se agotó, sino que propició la salida de una segunda parte. Esta última recopila dibujos del autor que van desde el 2013 al 2016 y que sintetiza muy bien el arte del mismo: mujeres atractivas, diestros guerreros y criaturas temibles. Cabe destacar en este sentido que todas las ilustraciones de Bayarri son de propio cuño, es decir, que no homenajean a personajes de otros artistas. Así, lo mismo dibuja a los personajes de sus historietas (Magia y acero o Entre tinieblas, por poner dos ejemplos) que los que le llegan a la cabeza mientras trastea con los lápices o a las jóvenes que inmortaliza tras toparse con ellas en su día a día. Todo esto se ve complementado con interesantes comentarios al pie de las diversas ilustraciones, lo mismo humorísticas que explicativas.


Respecto al dibujo, Jordi Bayarri sigue gozando de un estilo simple pero grácil a la hora de llevar al papel sus creaciones. Estas, si bien suelen estar confeccionadas casi exclusivamente en lápiz (aunque con detalles en rotulador o tinta en algunos casos), son muy claras y concretas. Sus féminas, desde lo sensual a lo directamente erótico, son siempre sugerentes, aunque esto no significa que no pueda el ilustrador reflejar comportamientos épicos en ellas, tal  como se puede atisbar en sus espadachinas; lo mismo se puede decir de sus esbozos costumbristas, interesante retrato del devenir de la moda en los últimos años. Si hablamos del repertorio masculino del libro, podemos hablar sobre todo de combatientes y caballeros, unos más nobles, otros más viles, pero siempre con grandes diseños armamentísticos, tanto en lo ofensivo como lo defensivo, puesto que hay varias armaduras que no desentonarían en absoluto en museos o mansiones; aunque no falta algún que otro esclavo con el que su ama se muestra especialmente juguetona. Por último, queda hablar de las otras criaturas de Bayarri, ya sean estas robóticas o monstruosas, puesto que en ambos casos su creador puede lo mismo dotarlas de un aspecto tan estilizado como grotesco o voluminoso y férreo, demostrando con ello una grandísima y fértil imaginación al dar lugar a todo tipo de figuras.



En conclusión, si sois adultos y queréis un libro de bocetos que tenga un poco de todo, lo mismo modelos de infarto que soldados armados hasta los dientes, dadle una oportunidad a este sketchbook. Podéis haceros con esta obra de 60 páginas por un precio de 18€, bien en los eventos a los que acuda su autor, bien por su tienda online: http://www.anillodesirio.com/

Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Jordi Bayarri durante el Salón del Cómic de Zaragoza de 2018. ¡Gracias de nuevo!


miércoles, 26 de diciembre de 2018

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2018 – Conclusiones

Tras mi paso por este evento comiquero los días 14 y 15 de diciembre, toca hoy comentar las impresiones generales del mismo.


El Salón del Cómic de Zaragoza me ha supuesto en todos los sentidos una más que grata experiencia. Frente a otros eventos a los que he asistido últimamente, este no estaba invadido por puestos casi exclusivamente de merchandising o comida, sino por stands llenos de material lector, ya fueran editoriales, tiendas o incluso fanzines. Respecto a las editoriales, se pueden citar a Astiberri, Babylon, Dibbuks, GP, Grafito, Fandogamia, Letrablanka, Norma, Nowevolution o Ponent Mon, por solo mencionar las que recuerdo en este mismo instante, con prácticamente todas ellas trayendo autores a la feria para delicia de los aficionados. Las tiendas, por su parte, también trajeron muchos tomos y ejemplares con tebeos de todo tipo de géneros, nacionalidades y gustos, compartiendo en algunos casos espacio con el ya citado merchandising, pero sin que este último se hiciera oneroso. Los fanzines aragoneses fueron sin duda uno de los mayores alicientes para quien esto escribe, pues salvo por uno o dos casos creo que nunca había coincidido con ninguno de sus autores.


Las actividades que ofrecía el Salón, además de las dedicatorias y conversaciones con los autores en los puestos de las editoriales (y en la zona de firmas desplegada por la organización, con número o no por fila según el autor), siempre iban vinculadas al noveno arte. Así, la zona infantil que actuaba lo mismo como biblioteca que como taller para los más peques, salvo al inicio de cada jornada, siempre tenía público dibujando, leyendo o prestando atención a algún espectáculo pensado para él. Las charlas en las salas Mortadelo y Filemón solían atraer a un nutrido público, y si bien yo solo pude asistir a una, la única pega que puedo poner es la ausencia de techo, puesto que esta carencia hace que se filtre el ruido de fuera en medio de las conferencias. Las asociaciones y espectáculos audiovisuales en el escenario tampoco faltaron, ayudando a multiplicar las formas de entretenimiento por parte de los asistentes.


Respecto a los asistentes, precisamente, también se pueden decir varias cosas. En primer lugar, lo heterogéneo del público, tanto en lo que a mujeres y hombres se refiere como en lo referente a su edad, puesto que había desde infantes hasta jubilados, aunque los jóvenes eran el grupo generacional más elevado. La paciencia de los aficionados también vale la pena destacarse, pues pese a las colas para entrar y el frío que hacía fuera, la gente no cejó en su empeño, tomándose con calma llegar a las puertas a raíz del aforo limitado. También es importante señalar el gran ambiente que había entre el público: se podía hablar con todo el mundo en cualquier momento y casi de cualquier cosa dentro del Auditorio, con una gran amabilidad y humor de por medio.


Concluyendo, y para no volver a incidir sobre lo mismo, puedo decir sin miedo a equivocarme que el año que viene acudiré de nuevo a Zaragoza para asistir a este Salón si nada grave me lo impide. Y recomiendo encarecidamente a todos los lectores del tebeo que le den una oportunidad por lo bien que lo pueden pasar dentro.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2018 - Sábado 15

El sábado tocaba continuar y finalizar con lo iniciado el viernes. Pues bien, a eso de las 11:00 el evento volvió a abrir sus puertas ya en fin de semana. 


Tuve  la suerte de que John Wagner, uno de los padres de El Juez Dredd, llegado casi en último momento para homenajear a su compañero de armas Carlos Ezquerra, fallecido recientemente, estaba sin nadie en su fila. Pese a que yo tenía para la misma el décimo puesto, al verme con un tomo de su famoso agente del orden, me hizo un gesto para que me acercase y se puso manos a la obra. Mientras se lo dedicaba a un amigo mío que no pudo venir a Zaragoza, mantuve una agradable conversación con él, saliendo bastante airoso en el intercambio comunicativo pese a la diferencia idiomática.


Hecho esto, me dirigí al puesto de Astiberri para hacer cola para las firmas de Emma Ríos y obtener su dedicatoria en la segunda parte de Bella Muerte. Logrado esto último, y entre que me ponía segundo para la cola de David Rubín, aproveché que al lado tenía el puesto de Sergio Morán para adquirir un ejemplar de El dios asesinado en el servicio de caballeros, al recordar lo que me gustaban las tiras de la detective Parabellum en el fanzine Andergraün; lo mismo acabó por ocurrir con un tomo de Proyecto Alfa, la obra de Caryanna Reuven. Un poco después, sobre las 12:10, David Rubín comenzó a dedicarme La Ficción mientras hablábamos de la creación de la susodicha y su posible (y más que necesaria, en opinión de quien esto escribe) secuela.



Tras estirar un poco las piernas, avancé entre el abundante gentío para ver que dibujantes andaban firmando en las diversas editoriales de la feria. Ediciones Babylon sería la siguiente parada, ya que allí se hallaba Javier Bolado, autor que me dedicaría la segunda parte de Eraide entre que hablábamos de los nuevos y misteriosos diseños que comparte últimamente en las redes sociales.


Tras acabar con Babylon, me seguí moviendo, esta vez con bastantes dificultades, entre el público asistente. Un pequeño remanso de paz lo encontré ante el puesto de Grafito Editorial, localización en la que, con una sola persona por delante, hice cola para Sabrina Cámara, recordando los elogios lanzados por los chicos Fandogamia hacia El Gran Libro de los Magos. Procedería a dedicármelo en cuanto llegó mi turno entre que hablábamos de videojuegos varios.


No muy lejos de allí localicé el puesto de GP Ediciones. Allí me reencontré con Juanfer Briones, el cual me dedicaría Los amantes. La leyenda de Teruel entre que hablábamos de historia y de la caballería española. Creía haber terminado ya allí, cuando me enteré que por el área rondaba Laura Rubio. Además de desvirtualizarla, pude darle las gracias en persona por haberme dedicado Queronea en el pasado, mientras me firmaba Zilia Quebrantahuesos.  


A continuación, a eso de las 13:20, me propuse ir a comer, aprovechando el hueco que deja el Salón a sus visitantes y expositores entre las 14:00 y las 17:00 para tal fin. Tras quedar saciado y bajar la comida con más turismo, volví al evento para dar cumplimiento a mis últimos objetivos. Comenzó la cosa por visitar una vez más los stands fanzineros, donde además de hacerme con Camilo Sexto Definitivo de Jodri, obtuve de regalo el avance especial de Pollo Letal de Iván Sarnago, ambos con la dedicatoria de sus creadores. 


También aproveché el tiempo que quedaba hasta que empezase la presentación del tebeo ganador del primer concurso Braulio Foz de cómic en lengua aragonesa en diversas metas. Una de ellas fue admirar la exposición de Héroes desubicados en el Alto Aragón, con distintos personajes comiqueros actuando en este territorio. Y, por otra parte, retratar a su vez a algunos de los cosplays concurrentes, tal y como los aquí reunidos de Nier o Payday.  




Ya en la Sala Filemón, asistí a la presentación de Fernando Estabén de Illyana mirando problemas, la obra ganadora del ya mencionado premio maño, bastante interesante desde un punto de vista filológico.


Ya quedaba una sola por hacer: la cola para Pepe Larraz. Pese a que creía que era el primero en un principio, del error me sacaron amablemente las cuatro personas que ya la habían formado momentos antes y tras las que no dudé en ponerme una vez aclarado todo. Pasé los casi sesenta minutos que quedaban hasta la llegada del ilustrador hablando sobre comics, cine, juegos, los Jojos y otros temas con los miembros sexto, séptimo y noveno de la cola, dando la casualidad de que este último era el dibujante Manuel Torres, uno de los principales instigadores e inspiradores de mi viaje a Zaragoza. Cuando ya llegó mi turno, y mientras Larraz me dedicaba Kanan: el último padawan, hablé con él sobre Panini, Marvel y DC.   


Y con aquello quedó finalizado mi paso por el Salón del Cómic de Zaragoza de 2018, evento que todavía estaba muy concurrido a las 19:45, con gente todavía en la doble cola esperando para entrar en la feria, pese a quedar poco más de dos horas para que cerrase sus puertas, a raíz del aforo limitado.

 

Próximamente, las conclusiones.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2018 - Viernes 14

En la entrada de hoy toca hablar de mi experiencia en el XVII Salón del Cómic de Zaragoza, edición a la que pude asistir con pase de prensa gracias a la generosidad de su organización.


Tras una mañana dedicada a hacer turismo por Zaragoza, preciosa ciudad que visitaba por vez primera, a las 17:00 me dispuse a entrar en el Salón, cita localizada en el Auditorio de Zaragoza. Para entrar allí, ya había dos colas bien definidas: la de entradas adquiridas en preventa (más corta) y las destinadas a ser adquiridas en taquilla (bastante más larga).



Ya en el Auditorio y con el pase de prensa en mi poder, comencé a explorar el local. Había seis filas de stands distribuidos a ambos lados de tres pasillos, con cerca de una setentena de puestos entre editoriales, tiendas y fanzines. El viernes resultó el día ideal para visitar con tranquilidad la feria, por la menor afluencia de público. Tras hacer la ronda pertinente por todas las instalaciones, y adquirir a muy buen precio dos tomos de Spiderman, me aproximé hacia las mesas de auto-editados. Allí caerían las primeras dedicatorias de la jornada de manos de la Asociación Malavida: las de los tomos de Supermala y Paco Miko.


Hecho esto, me dirigí tras girar 180 grados hacia el puesto del Anillo de Sirio, reencontrándome con Jordi Bayarri tras muchos años sin coincidir. Aparte de lograr su firma en el segundo volumen recopilatorio de Entre tinieblas, aproveché para comprarle Alien College Beta y su segundo libro de bocetos. Mientras los dedicaba, charlamos de su divertidísimas tiras de El Cosificador y de lo fácil que era ver gente ofendida últimamente por las redes sociales.


De vuelta entre los fanzineros, además de adquirir un ejemplar del Cal Avera Inktober huérfano de Staptra y fichar para poco más adelante el Sketchbooks e Illustrations de Fernando Casaus, comprobé con sumo gusto que al Salón acudía público de todas las edades, revitalizándose, generación a generación, el gusto por los tebeos, así como que en el evento empezaba a haber buena fluidez de visitantes, aunque sin estar los pasillos saturados.


Encaminado a Letrablanka, cumplí la promesa que le había hecho un rato antes a Sara Jotabe y además de comprar sus Pajas mentales, conversé con ella entre que me lo dedicaba sobre, entre otras cosas, Pepper Ann y de los numerosos puntazos de la misma.


Deambulando de nuevo hacia la zona de los fanzines  (ni idea del motivo de aquel quiebro tan extraño), fui reparando en más obras: Renna, de José Antonio Rubio; la tétrica antología de A la sombra del Pilar; Green Onions nº0 de Iván Sarnago; Outsiders 4: Historias Para Anormales; Reflejos en el desierto, de Ricardo Orellana…



El tiempo iba pasando inexorablemente y poco a poco se acercaba el momento de acudir al encuentro de Xian Nu Studio en el escenario dedicado a las firmas con los autores. Tras dejar encargadas las dedicatorias del ya mencionado Sketchbooks e Illustrations, así como de los cómicos fanzines Unicornios estampados, empecé a hacer cola para Pukalince y Felwyn, uniéndose poco a poco a un servidor más fans del dúo granadino. Aparecieron ambas puntualmente a las 20:00, lo que dio lugar a una más que animada charla en la que hablamos tanto de nuestros últimos movimientos y proyectos como de videojuegos, mientras me dedicaban la segunda parte Chan Prin con muchas risas de por medio.


Quedada aquella jornada un último objetivo: El Torres. Así que, tras echarle la garra a los volúmenes auto-editados mencionados en el anterior párrafo, así como a Jinetes, de Mikel Álvarez, me encaminé hacia el puesto de Dibbuks, donde andaba aquel dedicando sus obras. Tras un infructuoso intento de adquirir el agotado El bosque de los suicidas, me hice con un ejemplar de  Goya. Lo Sublime Terrible, el cual sería dedicado tanto por él como por Fran Galán mientras departíamos sobre los pormenores de la serie de Virtual Hero y sobre el arte de Goya (tal y como sus cuadros más perturbadores según cada uno).


Hecho esto, quedaba la primera jornada del Salón del Cómic de Zaragoza cumplida más que satisfactoriamente, pues no solo había alcanzado todas las metas propuestas, sino algunas surgidas inesperadamente in situ. Quedaba, no obstante, todavía el sábado por delante, fecha esta que se imaginaba dura por la cantidad de visitantes que se esperaban en ella.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Todo queda en familia, de Alberto Bellido e Iban Labestia


En la reseña de hoy toca hablar sobre Todo queda en familia, tebeo que cuenta al guión con Alberto Bellido y al dibujo con Iban Labestia, gracias a la amabilidad del primero por cederme una copia del mismo. 


En una fría noche de 1965, Dolores está a punto de dar a luz en un hospital madrileño. Pese a los fuertes dolores de la parturienta, las enfermeras que la atienden no consideran este un caso preocupante. Sin embargo, según empiezan a pasar los minutos, más acaban por caer en la cuenta: algo inhumano está teniendo lugar ante sus ojos.

A partir de un antiguo relato corto de terror de propia acuñación, Alberto Bellido ha confeccionado un guión de comic. Y este cumple bastante bien las expectativas de relato de horror, con una situación totalmente normal que empieza poco a poco a degenerar y volverse sobrenatural, con unos personajes que no son capaces de asimilar todo lo terrible que contemplan, con un trasfondo a medio camino entre lo demoníaco y lo lovecraftiano. En este sentido, el miedo está bastante bien transmitido, con un delirio cuya siguiente fase no sabes dónde te va a llevar. El principal punto flaco de todo esto es el hecho de que la historieta haya quedado inconclusa, y es que, aunque como historia con final abierto no está mal, sería interesante ver el desenlace del tebeo.

Respecto al dibujo, Iban Labestia combina unos escenarios más que correctos con unos personajes que, si bien son un poco toscos, también son bastante expresivos. Eso sí, todo lo relacionado con el monstruoso parto lo lleva fenomenalmente al papel, combinando lo simplemente desagradable con lo más inquietante y velado con acierto. El coloreado de la obra, por lo general hecho en un sobrio blanco y negreo, llama de vez en cuando la atención por el uso del rojo, deliberado y efectivo.


En conclusión, si queréis darle una oportunidad a una historieta de miedo con un tétrico parto como escenario, leed Todo queda en familia. Podéis haceros con la misma a través de Amazon, dejando un servidor su dirección a continuación para los interesados en el siguiente enlace.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Tres reseñas piráticas

Los piratas han ejercido una poderosa fascinación en nuestro imaginario colectivo, tanto en sus versiones más sanguinarias como románticas. Esta atracción todavía se ve reflejada en muy diversas obras a día de hoy, tres de las cuales serán abordadas en esta entrada.

Desperta Ferro Moderna nº 17: Piratas en el Caribe (https://www.despertaferro-ediciones.com/)


La excelente revista de historia militar Desperta Ferro dedicó uno de sus números a la piratería caribeña durante su edad dorada (f. del XVII – p. del XVIII), es decir, desde que los enemigos de España se apoyaron en los delincuentes marítimos para socavar a esta potencia y hasta que, tras el Tratado de Utrecht, prescindieron de ellos al ya no hacerles falta dado el favorable clima internacional.

En este turbulento marco, la revista nos agasaja según lo acostumbrado. Así, la introducción al tomo corresponde a Joel H. Baer, estadounidense que nos pone adecuadamente en antecedentes sobre los piratas y corsarios desde la Antigüedad y el Medievo para después tratar estas mismas actividades y sus orígenes dentro del Caribe, a raíz de la ambición de Inglaterra, Francia y Holanda frente a España. Más adelante tenemos al italiano Giovanni Venegoni, el cual escribe dos artículos desde un interesante punto de vista costumbrista: el primero sobre la vida de los piratas a bordo de los barcos y el segundo sobre sus refugios terrestres, con su organización jerárquica, forma de repartirse el botín, leyes… El antiguo militar Benerson Little también está a cargo de dos escritos en un mismo volumen: el primero sobre las tácticas de los piratas del Caribe tanto en tierra como en mar y el segundo sobre el mito pirata, con la influencia de las leyendas, la literatura y el cine y demás en nuestra percepción actual sobre los mismos. La influencia económica que tuvo la piratería en el Caribe (con urbes como Boston medrando y convirtiéndose en imponentes puertos gracias a ella) es abordada por el doctor Steven Pitt, mientras que las estrategias y medidas tomadas por los hispanos contra los filibusteros son comentadas por la española Falia González. El texto más extenso corresponde al letrado Javier García de Gabiola y trata sobre el ataque de Henry Morgan contra Panamá.

Si ya estos artículos son muy llamativos de por sí, a todos ellos hay que añadir, tal y como es costumbre en la publicación, un excelente apartado gráfico con cuadros, ilustraciones y mapas que ayudan a situarse y poner cara a los lobos de mar. Todo ello a lo largo de 66 páginas y por un precio de 7€. Más que recomendable para todos aquellos que quieran conocer a los piratas históricos y no a los folclóricos.

Isla de Rubí: Las reliquias de la Hermandad, de Nari Springfield (https://narispringfield.wordpress.com/)

 

Tras los acontecimientos del primer libro, Jacky se ha convertido en la reina filibustera de Isla Rubí. Atrapada por su nuevo puesto, se ve obligada a languidecer en su despacho pese a los cantos de sirena del mar. Sin embargo, esto cambiará cuando numerosas naves de Luoyang llegan hasta su reino insular muy interesados en el rubí de sangre. ¿Tendrá esto algo que ver con la reaparición de sicarios con la marca de los Schiavone? ¿Y con las nuevas maniobras de la Inquisición?

Nuevamente, Nari Springfield nos embarca en una serie de aventuras sumamente entretenidas encabezadas por la capitana Laurent. Y si bien es cierto que en este personaje se nota una evolución y mayor madurez que con respecto al inicio de la saga, se peca muchas veces del “cuenta y no muestra”. Por otra parte, las intrigas políticas están más que servidas, así como bien desarrolladas, dando un punto extra a la narración el hecho de que los capitanes más veteranos no le cuenten a su monarca toda la verdad. Se nota también cierta documentación por parte de Springfield en lo que a vida marinera se refiere, tal y como en lo referente a la navegación como a la estructura naval. Lo amoroso y las relaciones entre los personajes sigue siendo algo muy importante para la trama. Como defecto se puede señalar el hecho de que el clímax del segundo volumen no sea tan potente como el del primero, aunque esta mala sensación se pasa rápido con el más que satisfactorio epílogo.  

En conclusión, si os gustó el primer tomo de la saga, no dudéis en darle una oportunidad al segundo, sobre todo si os gustan los piratas del estilo de Errol Flynn. Podéis haceros con la conclusión de esta saga de manos de la editorial Nowevolution, con 316 páginas por un precio de 15€. 

El ojo del Diablo, de Wander Antunes y  Tirso Cons (https://twitter.com/tirsocons)


A finales del XVII, Inglaterra ha concedido una importante misión al capitán William Kidd: vigilar los mares que conectan a la metrópoli con sus colonias para evitar ataques piratas bajo patente de corso. Sin embargo, pasan los meses y ante Kidd no aparece criminal marítimo alguno. Temiendo que esto lo acabé por volver pobre, decidirá convertirse así mismo y a su tripulación en piratas con tal de enriquecerse. Lo que Kidd no sabe es que en su nave viaja Sean Hawkins, hombre que juró aniquilar a cuanto pirata encontrase por haber estos asesinado a su padre.

 Siguiendo las pautas de la novela (o mejor dicho, historieta) histórica, nos encontramos con una lectura que nos lleva hasta una época muy concreta (la de la piratería áurea), con personajes y espacios reales (como los propios Kidd y el Adventure), con otros elementos ficticios, tal y como Hawkins o el Ojo del Diablo, joya maldita que da nombre al tebeo. En este sentido, estaría este volumen a medio camino entre la realidad y la fantasía de las anteriores obras reseñadas en este mismo artículo. La narración está muy bien introducida a través del recurso in medias res, retrotrayéndose al pasado al poco para indicarnos como Hawkins ha acabado en su situación actual. Acción especiada con traición, cuestionamiento de la moral propia, cacerías humanas, ambición, conspiraciones e incluso la sutil maldición del Ojo. Hablando de acción, hay destacar la buena labor ilustradora de Tirso Cons, elegante cuando la situación lo requiere, pero sobre todo oscuro y desagradable en lo que a violencia se requiere, sin dulcificar asesinatos ni mutilaciones, llevando además al presente tomo muy buenas coreografías en lo que a peleas se refiere y bellos escenarios oceánicos.

En conclusión, si os gustan las historias realistas de piratas pero con una pizca de fantasía muy bien cogida, dadle una oportunidad a El Ojo del Diablo. Podéis haceros con esta obra de Recerca Editorial de 52 páginas por un precio de 9,60€ si lográis dar con ella, pues el único defecto que puede achacársele es que se encuentra descatalogada en estos instantes.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Likantro, de Pablo Rodríguez

En la reseña de hoy toca hablar de Likantro, el comic de Pablo Rodríguez (https://www.facebook.com/pablomarianorh).


El dios guerrero Verodes, pese a haber vencido a la deidad destructora Teratos, está lejos de haber triunfado totalmente: una siniestra profecía señala que Teratos volverá y pondrá fin a la existencia de sí mismo y del resto de divinidades. Para evitar tal calamidad, Verodes traza un maquiavélico plan. Y este gira en torno a la figura de Likantro, un amnésico joven.

Si bien los relatos de vaticinios inevitables y héroes trágicos no son nada nuevo (basta ver los mitos griegos), eso no quita que con estos motivos no se pueda llevar a cabo una buena historieta. Y Likantro es una buena muestra de ello. Para empezar tenemos a Verodes, un personaje bastante complejo, caballeroso en el sentido de defender a sus protegidos pero al mismo tiempo egoísta, dispuesto a argucias bastante deplorables con tal de evitar un destino aciago para él y los suyos, y que, por esto y por otras cosas que no conviene revelar aquí, se hace un personaje muy humano. También está Likantro, personaje que da nombre al volumen y con el cual el autor logra en el lector una muy buena sensación de extrañamiento al ponernos en su piel, así como cierta empatía. La obra, por otra parte, exuda fantasía épica por todos sus poros, de tal manera que a los seguidores de Conan el Bárbaro les será más que apetecible.

Respecto al dibujo, Pablor Rodríguez da un giro de 180 grados frente a Justiciero Nocturno (reseña aquí). Así, el dibujo no es solo más realista, sino también más descarnado, algo que ya queda patente en la portada del tebeo. Los expresivos personajes tienes cuerpos estilizados y muy cuidados en lo anatómico, algo que queda todavía más resaltado con la buena labor de entintado del ilustrador. Lo único criticable es que en ocasiones los fondos son un poco vagos y se echa en falta la escenografía con la que si cuentan otras viñetas, aunque ello no impide disfrutar de la historieta ni mucho menos. Por último, vale la pena señalar el logrado contraste entre el tosco y rocoso Teratos frente a los lobunos y peludos licántropos, sin margen de confusión entre ambos cuando luchan entre sí.


En conclusión, si os gustan las historias de fantasía épica con sabor a tragedia helénica, dadle una oportunidad a Likantro. Podéis haceros con esta obra de NEUH  de 48 páginas por un precio de 3€.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Pablo Rodríguez durante la Japan Weekend de Madrid de septiembre de 2018. ¡Gracias de nuevo!