Tras mi paso por este evento comiquero los días 14 y 15 de
diciembre, toca hoy comentar las impresiones generales del mismo.
El Salón del Cómic de Zaragoza me ha supuesto en todos los sentidos
una más que grata experiencia. Frente a otros eventos a los que he asistido
últimamente, este no estaba invadido por puestos casi exclusivamente de
merchandising o comida, sino por stands llenos de material lector, ya fueran
editoriales, tiendas o incluso fanzines. Respecto a las editoriales, se pueden
citar a Astiberri, Babylon, Dibbuks, GP, Grafito, Fandogamia, Letrablanka, Norma,
Nowevolution o Ponent Mon, por solo mencionar las que recuerdo en este mismo
instante, con prácticamente todas ellas trayendo autores a la feria para
delicia de los aficionados. Las tiendas, por su parte, también trajeron muchos
tomos y ejemplares con tebeos de todo tipo de géneros, nacionalidades y gustos,
compartiendo en algunos casos espacio con el ya citado merchandising, pero sin
que este último se hiciera oneroso. Los fanzines aragoneses fueron sin duda uno
de los mayores alicientes para quien esto escribe, pues salvo por uno o dos casos
creo que nunca había coincidido con ninguno de sus autores.
Las actividades que ofrecía el Salón, además de las dedicatorias y
conversaciones con los autores en los puestos de las editoriales (y en la zona
de firmas desplegada por la organización, con número o no por fila según el
autor), siempre iban vinculadas al noveno arte. Así, la zona infantil que
actuaba lo mismo como biblioteca que como taller para los más peques, salvo al
inicio de cada jornada, siempre tenía público dibujando, leyendo o prestando
atención a algún espectáculo pensado para él. Las charlas en las salas
Mortadelo y Filemón solían atraer a un nutrido público, y si bien yo solo pude
asistir a una, la única pega que puedo poner es la ausencia de techo, puesto
que esta carencia hace que se filtre el ruido de fuera en medio de las
conferencias. Las asociaciones y espectáculos audiovisuales en el escenario
tampoco faltaron, ayudando a multiplicar las formas de entretenimiento por
parte de los asistentes.
Respecto a los asistentes, precisamente, también se pueden
decir varias cosas. En primer lugar, lo heterogéneo del público, tanto en lo
que a mujeres y hombres se refiere como en lo referente a su edad, puesto que había
desde infantes hasta jubilados, aunque los jóvenes eran el grupo generacional
más elevado. La paciencia de los aficionados también vale la pena destacarse,
pues pese a las colas para entrar y el frío que hacía fuera, la gente no cejó
en su empeño, tomándose con calma llegar a las puertas a raíz del aforo
limitado. También es importante señalar el gran ambiente que había entre el
público: se podía hablar con todo el mundo en cualquier momento y casi de
cualquier cosa dentro del Auditorio, con una gran amabilidad y humor de por
medio.
Concluyendo, y para no volver a incidir sobre lo mismo,
puedo decir sin miedo a equivocarme que el año que viene acudiré de nuevo a Zaragoza
para asistir a este Salón si nada grave me lo impide. Y recomiendo
encarecidamente a todos los lectores del tebeo que le den una oportunidad por
lo bien que lo pueden pasar dentro.
Me alegro que lo disfrutaras, es un hecho que hay que divertirse y buscar títulos (el consumismo por leeeeer XD) que siempre viene bien. Que pases un buen comienzo del 2019 y que no decaiga esta maravillosa página que tienes, abrazos de pitufo ;)
ResponderEliminar¡Gracias por leerla a usted, caballero! ¡Y buena entrada en el 2019 también!
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