lunes, 30 de marzo de 2020

Hernán Pérez del Pulgar en comic, por Roberto García y Marta Castro

En la reseña de hoy toca hablar sobre el tebeo Hernán Pérez del Pulgar, El de las hazañas, comic que cuenta al guión con la escritora  Marta Castro y Roberto García y al dibujo al segundo también (https://www.facebook.com/MindColosseum).


Hernán Pérez del Pulgar fue un gran caballero que sirvió a los Reyes Católicos. Aquella época tan importante para España, e incluso para el mundo, le brindará numerosas ocasiones para probar su valía: la Guerra de Sucesión Castellana, la Guerra de Granada… todas ellas le otorgarán campos de batalla dónde forjar una reputación tan guerrera como heroica.



España tiene héroes que en otros países hubieran sido objeto de múltiples películas. Sin embargo, en la Vieja Piel de Toro, por unas cosas u otras, tendemos a vivir desmemoriados. Por eso, iniciativas tan interesantes como la presente siempre son dignas de aplauso. Y es que este tomo combina muy bien lo histórico y didáctico con lo narrativo y épico. Para empezar, nos sitúa muy bien en aquel tiempo que cerró la Edad Media y dio comienzo a la Edad Moderna, con caballeros que empiezan a hacer buen uso de la pólvora, aunque con algún detalle cultural y social muy del Renacimiento en las viñetas. La situación peninsular con Portugal, Castilla, Aragón y Granada a finales del XIV también se presenta de forma clara y concisa, ideal tanto para los que se topan con ella por primera vez como para aquellos que ya la conocen pero quieren ver gentes de a pie circular por ella. Y es que esta obra, al estilo de las novelas históricas, nos habla de Del Pulgar, salvo al final de sus días, a través de otras personas: su hermana Mencía, el también caballero Diego de Baena o el escudero converso Pedro del Pulgar, ayudando todo ello a tejer una rica intrahistoria desde distintos puntos de vista. Conflicto político, religioso, psicológico, social… todo esto y más permite hilvanar una historia que va mucho más allá de la espada de Del Pulgar, personaje al que poco a poco se le va haciendo más y más humano, y por ende, se le va cogiendo más y más cariño, ya no solo como héroe, sino como hermano, amigo, jefe, padre, marido…


Respecto al dibujo, Roberto García tiene un estilo en el que la ya mencionada épica se fusiona con realismo y costumbrismo. O, dicho de otra forma, los combates tan espectaculares que dibuja encajan perfectamente con sus escenas de familia y paz en las ciudades, con la gente viviendo su día a día. La labor de documentación, en este sentido, es muy buena: arquitectura, paisajes, armaduras y vestimentas… todo ello tiende una ventana a la época de este comic biográfico. Las batallas y combates son a un mismo tiempo sobrios y espectaculares, aparente paradoja que se entiende mejor si se lee el comic, pero que aúna estampas magníficas con una buena psicología de por medio, sin caer en lo hiperbólico. Momentos tan icónicos como la infiltración en Granada para recuperar su mezquita dan buena fe de ello.


En conclusión, si os gustan la Historia y las historias de caballeros tan reales como heroicos, dadle una oportunidad a Hernán Pérez del Pulgar, El de las hazañas. Podéis haceros con este tebeo de Serendipia por un precio de 16,50€, incluyendo entre sus 72 páginas, además de la historieta en sí, algunos extras sobre la creación de la misma.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Roberto García durante el Salón del Cómic de Valencia de 2020. ¡Gracias de nuevo!

lunes, 23 de marzo de 2020

Tres webcomics de humor


Dada la situación de cuarentena actual, un gran pasatiempo como la lectura puede verse fastidiado por la imposibilidad de acercarse a librerías. No obstante, hay tebeos que, pese a estar publicados hoy día en papel, originalmente fueron presentados en versión digital y gratuita para todo el mundo. Y, dado que en la pasada votación que hice por Twitter (https://twitter.com/SantiagoBobillo/status/1239972801970241539), el tema elegido fue el humor, me dispongo a reseñar tres webcómics distintos y para todos los gustos.
                                                             
En Cómo NO invadir Troya, de Itnas Morilla (https://twitter.com/Itnas_Morilla), el largo asedio de los griegos a esta ciudad, en sus diez años, dio lugar a todo tipo de situaciones cómicas entre unos griegos y unos troyanos cabezones en más de un sentido.
El humor que emplea Morilla es simpático y para todos los públicos, así como en muchas ocasiones castizo (con referencias patrias, tal y como la vuelta al cole, Bricomanía, duelos entre los doblajes españoles de España e Hispanoamérica…) y otras más pop (Juego de tronos, God of War, rol…), con unas ilustraciones en la que rápidamente se reconoce a asediados y sitiadores por sus cascos, respectivamente, cuadrados o redondos según el caso.




En Enseñanza Mágica Obligatoria (E.M.O), de Sergio Morán (https://twitter.com/ehtio), Genara es bruja adolescente sin magia que, pese a estar castigada, hará lo que sea por ir a un concierto… incluyendo pisar la Infraescuela, una peligrosa dimensión debajo de su instituto.
Spinoff de ¡Eh, tío!, E.M.O. nos brinda todo lo bueno que tienen las historietas de Morán: un abanico de personajes tan diverso como tronchante, gran fusión de thriller y comedia con una lectura que no solo te hace reír, sino que te intriga para ver cómo se resuelve, golpes de efecto inesperados tanto en los humorístico como argumental…  con esto último muy bien trasladado a las viñetas, ya sea en aspectos sádicos o ingeniosos mezclados con fantasía, adolescentes e institutos con gran balance y equilibrio, encajando todo más que bien.



El último cómic de la historia, de Manuel Álvarez (https://twitter.com/xManuelAlvarez), es más difícil de definir que los otros dos: ¿el autor se autorretrata como un perro blanco que intenta escribir comedia mientras crea los primeros chistes que se le pasan por la cabeza? Pues sí. ¿El tipo de humor es homogéneo? En absoluto: puede ser desde muy negro y desagradable hasta totalmente inocente, así como surrealista o paródico, aunque lo gamberro predomina. De hecho, no hay pocas tiras que te hacen reír sin que sepas el motivo real tras la risa… Así de extraña es la comicidad de Álvarez, aunque en muy pocos casos es para todos los públicos, todo sea dicho. Respecto a los dibujos, son siempre de naturaleza caricaturesca y aparentemente infantil… hasta que sale algo truculento, claro.




En conclusión, si alguna de estas obras os ha llamado la atención, os dejo enlaces a cada una de ellas, para que las disfrutéis por cortesía de sus autores:

El último cómic de la historia: https://manuelalvarezcomics.tumblr.com/tagged/comic

domingo, 15 de marzo de 2020

Seis libros de ilustraciones y bocetos


En la entrada de hoy toca reseñar seis tomos de sendos autores españoles, ideales para conocer nuevos ilustradores junto con su obra.

En Book Ladies, de Liz F. Caballero (https://twitter.com/LizFCaballero), nos presenta 31 dibujos a propósito del famoso reto a tinta de octubre, todos ellos inspirados en personajes femeninos de la literatura. Casi todos los libros que han inspirado a la autora a hacer el presente tomo son de fantasía (El Señor de los Anillos, Harry Potter, La Corte de los Espejos, Dragonlance…), aunque hay algunas excepciones, tal y como con Mujercitas o Los juegos del hambre. A este buen recorrido literario hay que añadir el estilo de la autora a los lápices, cándido, encantador y entrañable.




El segundo Artbook de Juanma Aguilera (http://www.juanmaaguilera.com/art-works) muestra diversos trabajos de este dibujante, ya sean fanarts u homenajes a obras de su gusto (Star Wars, Marvel, Afro Samurai) así como obras propias, tal y como Los ocultos junto a otras historietas. Tanto en unas como otras se lleva al papel a unos personajes duros y adustos, ideales tanto para obras bélicas como de thriller o género negro.



En Rough Sketch Compilation, de Inma Ruiz (https://www.facebook.com/inma.ruiz.3367), esta mangaka llena el volumen de todo tipo de personajes, bien de sus obras favoritas (Voltron, sagas de las Clamp…), bien de su propia cosecha, tal y como Revenge of the Queen, así como varios proyectos más que tiene Ruiz en el tintero. Lo más destacable del dibujo es que los personajes pueden lucir en sus rostros la mayor de las dulzuras y la mayor de las frialdades y apatías.



El primer Sketchbook de Fernando Casaus (https://www.fercasaus.com/), presenta en sus páginas, además de muchas creaciones de propio cuño, homenajes a todo tipo de  historias: He-Man, Death Note, Nausicca, Batman, Devilman… El estilo de Casaus es sumamente cartoon, pero con la particularidad de que dentro de este ámbito sabe moverse muy bien entre lo caricaturesco, lo infantil y lo cercano al realismo, por lo que es muy polivalente a la par que atractivo.




En La Bête Noire, de Noiry (http://noirgraphite.com/), esta ilustradora presenta proyectos pasados y presentes como Underdog y Herem junto a otros futuros que a un servidor le encantaría ver publicados; no faltan, por otra parte, los pertinentes fanarts, llevados hasta el extremo incluso de hacer comics de varias páginas con sus personajes… con homoerótico resultado. Noiry, a los lápices, sigue creando personajes esbeltos y apolíneos, ya con épica, ya con picardía, y con un excelente coloreado de por medio.



En el tercer sketchbook de Jordi Bayarri (http://www.anillodesirio.com/), este artista sigue publicando aquello que mejor se le da: monstruos tremebundos, guerreros con vistosas armaduras y, sobre todo, mujeres de buen ver; incluso mujeres con armadura, para redondear la jugada. Picantes, costumbristas, futuristas, de espada y brujería… las féminas de Bayarri son de todos los gustos y colores.  




domingo, 8 de marzo de 2020

Los cuentos de la niebla, de Laura Suárez


En la reseña de hoy toca hablar de Los cuentos de la niebla, tebeo obra de Laura Suárez (https://www.facebook.com/suarezillustration/).


Galicia está poblada de leyendas desconocidas para la gran mayoría de los españoles: almas en pena, muertos en vida, extrañas maldiciones, manifestaciones demoníacas… Y obras como Los cuentos de la niebla contribuyen enormemente a darlas a conocer. Este tebeo ofrece cuatro relatos bien diferenciados y separados entre sí, a saber: La Santa Compaña, El Aire, El Demonio y El Vidoiro. En ellos, Laura Suárez, partiendo de las leyendas que titulan cada cuento, crea cuatro protagonistas que se topan con ellas. Y todos unidos por un marco sutil pero común: los cuentos de una abuela para su nieta.

Los relatos aúnan muy bien costumbrismo y terror. Por un lado, tenemos una cotidianidad típica de principios del siglo XX (aunque en bastantes tramos estas historietas tienen la virtud de ser atemporales), cumpliendo muy bien con la función de mostrar cómo era la vida hace cerca de cien años, tanto en materias como la profesional o la psicológica. Y aquí es donde pega fuerte el otro punto vital del comic, con un terror que se basa en lo sugerente, lo inquietante y lo desconocido antes que en el gore o el susto fácil. En ese sentido las tramas están muy bien llevadas, pues en todo momento queda claro a los lectores que los cuatro protagonistas se enfrentan a amenazas y peligros que les vienen muy grandes. Y ese pesimismo y sentido trágico se reflejan muy bien en el papel.


Respecto al dibujo, precisamente, los lápices de Laura Suárez logran plasmar muy bien esa sensación tristona y abatida. Con un uso magistral viñetas blancas, negras y grises, casi como si de fotos antiguas se tratasen, logra trasladarnos al ambiente rural gallego de hace un siglo. La arquitectura, vestido y demás elementos visuales ayudan también mucho a ello, con un más que buen ejercicio de documentación por medio. Para el terror se recurre a confundir al lector con el esperpento, con rostros retorcidos y maliciosos cuyas expresiones causan malestar y repulsa. Aunque esto no quita que cuando haya que recurrir a lo tétrico, la autora se quede manca, sobre todo con aquello que tiene que ver con el Más Allá.


En conclusión, si os gustan las obras que combinan lo cotidiano con lo escalofriante y lo folclórico, dadle una oportunidad a Los cuentos de la niebla. Podéis haceros con este tebeo de Dibbuks por un precio de 18€, incluyendo entre sus 122 páginas, además de la obra en sí, varios extras sobre la misma, tal y como fotos para la documentación o un prólogo de Juan Torres.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo la amable Laura Suárez durante el Salón del Cómic de Zaragoza de 2019. ¡Gracias de nuevo!

lunes, 2 de marzo de 2020

Crónica del Salón del Cómic de Valencia de 2020


En la entrada de hoy toca hablar sobre el Salón del Cómic de Valencia, evento que empezó el 28 de febrero, acabó el 1 de marzo y al que tuve el placer de asistir con pase de prensa gracias a generosidad de la organización.


VIERNES 28

Tras recoger mi acreditación y dejar mi abrigo en el guardarropa, vi de primera mano el calmado ambiente del evento a eso de las 11:30. Los viernes suelen ser en estos festivales los días más tranquilos, al estar la mayor parte del público todavía en el trabajo e incluso en los estudios; aunque esto último no quitó que unos cuantos colegios e institutos llevasen a sus alumnos de visita escolar, iniciativa más que cultural y digna de admiración.


Con la tranquilidad que concedía que el evento no estuviese abarrotado, empecé a circular por su interior. Cuál no sería mi sorpresa al ver el larguísimo pasillo dedicado al Artist Alley: quizás no tan grande como el de la Japan Weekend de Madrid, pero muy bien situado, junto a la entrada y con un arco desde donde se anunciaba al patrocinador del Callejón de Artistas: Planeta Cómic.


Mis compras empezaron justo en este corredor de casi sesenta artistas en la mesa de Miguel Ángel Ruiz, ya que adquirí a este ilustrador el primer número de Le Fay en inglés, por no haber sido este, o el resto de la colección, editados todavía en España.


Avanzando por el Artist Alley, no mucho después, me encontré con la mesa de Juanma Fernández y Altiegg, no pudiendo resistirme a adquirirle a la segunda la baraja inspirada en el zodíaco que podéis ver en la foto de abajo a la derecha.


El comic promocional del videojuego de mechas Void of Heroes también caería en mi poder tras pasar delante de él, así como el primer número de Onyx Hunters de la siempre encantadora Oreliane y el cuaderno rolero Ready for Adventure de Alma. Incluso se vinieron a mi mochila, dentro de un sobre sorpresa, algunas de las pegatinas de Teresa Serrano, dibujante a la que daba gusto ver animar a otros artistas para que persistieran en sus sueños.


Cuando logré salir del hipnótico Artist Alley, me propuse darme una vuelta por la siguiente sección de puestos, es decir, los comerciales. Uno de los más transitados por los cazadores de firmas sería el de Greyhskull Cómics, librería dónde esa mañana pude reencontrarme con el muy cercano Roger Bonet, dibujante que me dedicaría tanto el primer número de Freelancers como el divertidísimo Cazadores de gonzos, todo ello mientras hablábamos del tebeo tanto en USA como en España y de los desafíos particulares y generales de ilustradores y escritores.


Como hasta la siguiente sesión de firmas en mi agenda todavía quedaba un buen rato, aproveché para explorar el pabellón número 7 de la Feria de Valencia. Además de todo aquello dedicado al comic, los asistentes podían divertirse de varias maneras. Para los más peques, por ejemplo, además de un recinto dedicado enteramente a Playmobil, también había otro de Nerf y Fornite para tiroteos con balas de goma espuma, así como duelos de softcombat.


Para los mayores también había todo tipo de entretenimientos fuera del noveno arte, tal y como decenas de mesas con juegos de rol para todos los gustos, ya preparados para iniciar partidas con árbitros que los conocían. 


Exposiciones como la de Manuel Gago o la de Orígenes Secretos también contribuían a deleitar la vista del público.



Junto a estas alternativas de ocio, había otras muchas más, tal y como talleres y charlas, como ya se verá más adelante. No obstante, en aquel momento, decidí hacer un alto para comer en el mismo Salón. Aquí la organización del evento se esmeró, colocando un merendero bastante grande rodeado de foodtrucks asequibles y para todos los paladares.


Para bajar la comida y estirar las piernas, volví a la zona comercial para ver las editoriales participantes en el evento. Ya pronto pude darme cuenta de lo profesionales que eran muchos de los dibujantes españoles que habían acudido a firmar a las mismas, pues muchos de ellos ya estaban posicionados esperando a los fans mucho antes de la hora oficial de sus sesiones. Tal fue el caso de Chuma Hill, el cual ya estaba en Ominiky Ediciones por lo menos noventa minutos antes de lo estipulado. Charlamos animadamente un buen rato sobre George R. R. Martin, Fromsoftware y Bloodborne entre que aquel me hacía un precioso dibujo de Lady María en su Artbook.


Hecho esto, me dirigí hacia el stand de Cascaborra Ediciones, editorial que ha hecho mucho por devolver su Historia a los españoles a través de la épica bélica. Pues bien, ya a los lápices se encontraba Daniel Torrado, el cual, al igual que Hill, ya estaba en su puesto de combate mucho antes de lo obligado: algo más de dos horas. Mis objetivos con él eran claros: 1539. Castelnuvo y 1740. San Agustín. Y mientras me los dedicaba, además de comentar sobre el público de Cascaborra, estuvimos hablando, como no podía ser de otra manera, de Historia. Mucho ha evolucionado su estilo desde que recreó las peripecias de Bernardo de Gálvez, como ya se reseñará en el blog en otra ocasión.


En un pequeño paréntesis de las editoriales, volví al Artist Alley para, además de charlar un rato con el genial creador de dragones Juan Arrabal sobre la baraja de naipes que ha sacado por Kickstarter amén de otros proyectos, también recoger un encargo de unas pocas horas atrás relacionado con Zombicide de la estupenda Paloma Sauvage, dibujante a la que es un placer volver a ver por el circuito de eventos españoles, lanzado a modo de reto: ver su estilo tan mono (por favor, ver sus homenajes a Pokemon y Disney) con un personaje duro y macarra del ya citado juego.


A eso de las 16:00 acudí al puesto de Spaceman Project, ubicación dónde ya se encontraban dos de mis objetivos de aquella jornada: Caro Waro y Jonatan Cantero. La primera me dedicó su Crepanquine mientras el segundo hacía lo propio con su Korokke, con mucho humor y charlas sobre el Japón feudal de por medio.


Las dos últimas paradas del día correspondieron a Fadogamia y al puesto de Fnac. En la Gran Efe estaban dedicando Dayo y Manuel Álvarez, dedicándome el segundo El último cómic de la historia entre que hablaba de humor loco con él y del síndrome del impostor con el primero. Hecho esto, marché hacia Fnac y, tras un poco de espera animada por el resto de gente en la fila, llegaron Fidel Tovar y Dani Bermudez, dúo que me dedicaría la última parte de Liquid Memories mientras hablábamos del desenlace de este thriller. Hecho esto, tan cansado como satisfecho, y tras dar una última vuelta para sacar algunas fotos, me dirigí hacia la salida para descansar hasta el siguiente día.


SÁBADO 29

Aquel nuevo día lo dediqué sobre todo al turismo, de tal manera que pude visitar el Oceanogràfic, el Museo de las Ciencias y el Hemisfèric de Valencia para mi disfrute. Aunque ello no me quitó de acudir nuevamente la Feria para alcanzar mis últimos objetivos.


El sábado por la tarde el evento estaba sin duda más transitado que el día anterior, aunque sin impedirte circular con comodidad por los pasillos… salvo en un caso muy sangrante: el Artist Alley. El Callejón de Artistas tenía buena ubicación y una longitud considerable como corredor, pero fallaba en la anchura del mismo, de tal manera que se formaban unos atascos bastante molestos dado el éxito que tuvo. Pese a ello, pude hacerme con Seven seas of Rhye, curioso por ver que hacía su autora con la canción de Queen en este fanzine benéfico.


Volviendo a terreno relativamente despejado, a eso de las cuatro y media, volví a Greyhskull, localización donde compré el tebeo de Hernán Pérez del Pulgar (el cual tenía muchas ganas de leer desde el Manchacómic) y obtuve la dedicatoria de su autor, Roberto García.


Y, finalmente, la última compra del evento estaba ante mí: Historias para no dormir, tebeo antológico de Pedro Rodríguez donde lleva a las viñetas relatos de terror famosos como El ladrón de cadáveres o El gato negro. Esta última adquisición pude finalmente permitírmela tras haber logrado conservar algunos euros en el bolsillo tras la jornada turística y levantina.


Y, aunque todavía rondé un rato más por la convención, a efectos prácticos mi paso por el Salón del Cómic de Valencia ya había acabado. Recapitulando: muchas actividades relacionadas directa o indirectamente con los tebeos, muchas editoriales (una veintena en la que se incluyen Fandogamia, Panini, Norma, Cascaborra, Ominiky o Letrablanka, por citar solo algunas) y muchos autores (los 120 traídos por las editoriales y la organización, más los casi sesenta del Callejón de Artistas), de tal manera que el entretenimiento estaba garantizado para los seguidores del noveno arte. A mejorar ahora mismo solo se me ocurre el ancho (que no la longitud) del Artist Alley, aunque estoy seguro de que ese punto se mejorará en las siguientes ediciones por ser fácil de resolver.

 Airin Studio en la zona de talleres

Algo que me llamó la atención fue el escaso número de cosplayers en comparación con otras citas como Madrid o Barcelona, aunque eso no quita que hubiera representantes más que dignos, tal y como este Reaper de Overwatch.