domingo, 21 de julio de 2024

El Velo, de El Torres y Gabriel Hernández Walta

 En la reseña de hoy toca hablar de El Velo, tebeo que tiene por guionista a El Torres (https://x.com/ElTorres72) y por dibujante a Gabriel Hernández Walta (https://x.com/ghwalta).



Chris Luna es una médium que ayuda a los fantasmas con cuentas pendientes a pasar al Más Allá. Ahora bien, como esta profesión no es muy rentable, para no acabar arruinada, se ve obligada a volver a su hogar en Maine para vender una casa que le ha quedado en herencia. Allí le tocará volver a enfrentarse con su pasado, quizás revelando el origen de las pesadillas que la atormentan por las noches... y su significado.


El Torres nos tiene acostumbrados a buenas obras de terror: El bosque de los suicidas, Goya. Lo Sublime Terrible, Camisa de fuerza... Pues bien, El Velo no es una excepción. Para empezar, se puede afirmar que es una buena miscelánea por la manera de combinar distintos elementos, tal y como historias de fantasmas, pero también detectives y horror cósmico. En lo fantasmagórico, se incide en que los espectros son en su mayoría pobres diablos asesinados que solo quieren que se les haga justicia para poder descansar en paz, más que dignos de lástima, enlazando con obras como El sexto sentido o Entre fantasmas; si bien no es lo más original del mundo, está bien llevado como planteamiento, y te hace empatizar tanto con los espíritus como su sufrida auxiliadora. Yendo a lo detectivesco, se desarrolla particularmente en la primera mitad de la obra según Chris se apoya en policías para ayudar a los muertos, todo ello combinado de manera muy apañada con elementos que van de lo costumbrista a lo filosófico y reflexivo. En lo que a horror cósmico se refiere y, sin entrar en detalles, sobre la protagonista se cierne algo mucho más oscuro y amenazante que un espíritu confuso y atormentado y que tiene capacidad para deformar a la humanidad y a la realidad de manera más que turbia y claustrofóbica. Es importante señalar que esta historieta es de lo más cruda: asesinatos, hospitales psiquiátricos, locura, lo peor de la humanidad... Pero tiene El Torres el acierto de también poner elementos que nos rescatan, tal y como la justicia o el amor, de tal manera que el tebeo no es tan pesimista como pudiera parecer en un principio.  



Respecto al dibujo, Gabriel Hernández Hualta, tal y como ya hiciera con El bosque de los suicidas, lleva al papel un estilo sucio y oscuro ideal para historias de terror. En este sentido, viene como anillo al dedo los bosquejos de este autor, pues psicológicamente deja que la mente del lector sea la que interprete lo que está pasando en algunas viñetas muy concretas pintadas en tonos rojos. La expresividad de los personajes también está más que lograda, tanto cuando se da en escenas cotidianas con un aspecto realista como cuando se hacen viñetas esperpénticas, con unos semblantes hiperbólicos y deformes. Una paleta principalmente apagada y tétrica funcionan más que bien en lo que al coloreado se refiere, con gran predominio de los amarillos, sobre todo los mas mustios y enfermizos. A propósito de esto último: lo gore, grotesco y truculento no es precisamente sutil muchas veces, más bien al contrario, con un buen trabajo en lo que respecta a la creación de estampas con las que hacer sentir incómodo al lector.



En conclusión, El Velo es una buena obra de terror, gráfica y descarnada pero muy agradecida de leer. Podéis haceros con ella gracias a la editorial Karras por un precio de 22€, incluyendo el volumen los cuatro números de la serie original y, a modo de extra, una grapa de una veintena de páginas con bocetos del proceso de creación de la historieta.


Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable El Torres durante el Festival de Cómic Europeo de Úbeda de 2023. ¡Gracias de nuevo! 


domingo, 14 de julio de 2024

Locust, de Massimo Rosi y Alex Nieto – Tomo 1

En la reseña de hoy toca hablar del primer volumen de Locust, tebeo que tiene por guionista a Massimo Rosi (https://www.instagram.com/captainmaximum/?hl=es) y por dibujante a Alex Nieto (https://www.facebook.com/profile.php?id=100016055478482).

 



Un mal día un terrorífico virus se expandió por el mundo, transformando a las personas infectadas en una suerte de insectos gigantes antropófagos. Max y su anciana madre, huyendo de esta plaga, acabaron dentro del seno de una comunidad superviviente y militarizada dirigida por el carismático Ford. Pese a que Max y Ford llegaron a ser amigos, algo pasó entre ellos y separaron sus caminos drásticamente. Pero ahora, dos años después, Max busca encontrarse de nuevo con Ford y su comunidad, ya que parecen ser su mejor opción para hallar a una niña desparecida…

 

Las historias apocalípticas y las postapocalípticas suelen tender a mostrar que el ser humano, cuando cae la sociedad, es capaz de lo mejor y lo peor. Con Locust se sigue este patrón, de tal manera que Max estaría en el primer grupo: no renuncia a defenderse a sí mismo y a sus seres queridos con todos los medios a su alcance, pero sí que mantiene su brújula moral intacta. Respecto a lo de que el ser humano también es capaz de lo peor, el autor aprovecha para hablar de los peligros del fanatismo religioso más extremo y demencial y, aunque de manera hiperbólica, en el que se puede caer en tiempos de crisis, a través de los antagonistas humanos. En lo referente a los antagonistas monstruosos, se agradece que la marabunta infectada no sea de zombis al uso, sino insectos de buen tamaño entre los que en varios casos conservan signos de inteligencia e incluso retazos de personalidad y recuerdos del pasado, además de un hambre voraz, como buena plaga de langostas. Por otra parte, el ritmo narrativo está muy bien conseguido, con unos saltos temporales separados por dos años, con el pasado y el presente siempre dejando con ganas de saber más cuando se produce el siguiente salto hacia adelante o hacia atrás. Y aquí el mayor inconveniente de este primer tomo: deja la trama en un momento muy emocionante, siendo casi criminal hacerle eso al lector.

 


Respecto al dibujo, tenemos a un Alex Nieto al que se le nota la experiencia adquirida desde La invocación de Ion (reseña aquí), con un estilo menos cartoon y mucho más realista, tanto en lo que a rostro y anatomía humana se refiere. Los diseños de los monstruos insectiles sugieren no poca peligrosidad con sus fauces, garras e incluso mera presencia, todo ello con una mezcolanza de partes de langostas, cucarachas, termitas… con todo lo desagradable que da esta fusión aumentando por el hecho de que pueden verse retazos humanos en las criaturas, con el laborioso detalle de que no hay dos monstruos iguales, con gran variedad de un espécimen a otro. Esto ayuda al terror, pero Nieto sabe hacer uso de él también creando ambientes humanos decadentes y enloquecidos por el apocalipsis, con un fuerte componente sectario que a más de uno le revolverá las tripas. Y, a propósito de esto último, la violencia del tebeo no se queda atrás, con no pocas dosis de gore bastante gráfico que incluyen lo mismo monstruosas metamorfosis y el efecto de ácido sobre la carne que cortes de motosierras o impactos de escopeta.



En conclusión, si sois del gusto de obras de terror en las que la civilización se acaba y está por verse si la humanidad supera a sus monstruos exteriores e interiores, dadle una oportunidad al primer volumen de Locust. Os podéis hacer con él de manos de Leviathan Labs por un precio de 15€, incluyendo entre sus 128 páginas, además de la historieta en sí, algunos extras, tal y como una galería de ilustraciones de autores invitados.


Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Alex Nieto en su presentación en Omega Center de mayo de 2023. ¡Gracias de nuevo!



domingo, 7 de julio de 2024

Fanzines de humor

Si bien poco a poco, los fanzines empiezan a resurgir entre los artistas españoles que están empezando en el mundo del noveno arte. Por ello esta entrada centrada en un puñado de obras distintas que tienen en común el buscar hacernos pasar un buen rato de diversión.

 



En Humor imbécil, de Daniel Torrado Medina (https://www.facebook.com/ooooDaniel), el autor nos saca más de una sonrisa con sus monigotes de colores, lo mismo de manera punzante con burlas hacia la gente más bruta y crédula que de manera más amarga con un fondo ecologista o con chanzas simpáticas hacia el mundo moderno. Entre el guion y el dibujo, el primero vence al segundo por ser este muy sencillo, aunque también efectivo, por implicar buena parte de los gags diálogos.

 





En Justiciero Nocturno: La Sociedad del Latrocinio de Atómica, de Pablo Rodríguez (https://www.facebook.com/pablomarianorh), el superhéroe que da nombre al título se ve atrapado en una encerrona orquestada por un odioso grupo de villanos. ¿Podrá salir el héroe de allí de una pieza y con todo lo que llevaba al entrar?

Pese al contexto cómico, este tebeo no deja de ser una crítica mordaz: comerciantes aprovechados, banqueros, explotadores, contratistas en negro, inversores iluminados, viudas negras… No se deja títere con cabeza, llevando así a la viñeta no pocas preocupaciones de nuestra sociedad, que, pese al esperpento, no dejan de ser muy reales. Respecto al dibujo, poco más o menos se puede decir lo mismo que en el tomo que originó la saga, aunque cambiando a un blanco y negro que tampoco le sienta mal.

 




En Zotachi 4: Arpías, Urracas y Alcachofas, un total de 22 artistas del susodicho colectivo (https://www.instagram.com/zotachi.fanzine/?locale=es) llevan al papel estampas e historias cortas de lo más variado, aunque con algo siempre en común: el monstruo, el ave y el alimento del título. Si bien las tramas no son siempre cómicas (alguna de terror o romance también ahí), el presente volumen no deja de ser una buena muestra de ingenio por parte de los distintos autores, por ser capaces de llevar a cabo un buen número de tramas distintas, bien sintetizadas en un espacio general de 1 a 4 páginas, que poco o nada tienen que ver salvo los tres elementos obligatorios. Así, por solo citar algunos ejemplos, usar el término Urraca para meter lo mismo a la famosa reina o al personaje de Bruguera, y lo mismo con la alcachofa de la ducha o arpía no tanto de monstruo mitológico como de mala mujer. Lo visual es una delicia por los muy distintos estilos de dibujo que hay: además de los estilos más típicos americano, europeo o japonés, lo mismo se imitan las crónicas medievales que la publicidad de mediados del XX e incluso se crean historietas con plastilina a las que luego se les toman fotos. 

 



En Guía furry para pringados, de Ariko (https://twitter.com/ari_kawaiilady) y César Bigstar (https://twitter.com/cesarbigstar), el elegante husky Husku nos introduce el mundo de los furris, así como en las distintas polémicas que rodean a estos fans de los animales antropomórficos.

Con una mezcla de cariño, humor y mala uva, se introduce al lector en el polémico (cuando no peligroso) mundo de los furris, siendo muy de agradecer para los que no estamos metidos en el mundillo esta explicación. Para mejorar en el futuro, eso sí, hay que tener más cuidado con las faltas de ortografía, así como meter dos o tres viñetas más para que algunas transiciones argumentales sean más suaves y claras. Por otra parte, el dibujante sabe cambiar muy bien de registro, pues además de su estilo estándar (bastante bonito, por otra parte), cuando la escena lo requiere, sabe asemejarse al de Osamu Tezuka o al de  Kohei Horikoshi, siendo estas referencias bastante simpáticas de leer.

Aquí el enlace para su versión en webcómic, gratuita esta gracias a la cortesía de los autores: https://www.faneo.es/comics/guiafurry/pages/1

lunes, 1 de julio de 2024

Tres obras de Fandogamia

Mucho ha llovido desde que en 2013 naciera Fandogamia, editorial comiquera que sigue al pie del cañón desde entonces y con no pocos autores españoles en su haber. Y justo de esto va esta entrada: una tríada de reseñitas de obras patrias.

 




En Demon Quest, de Enkaru (https://twitter.com/Enkaru_), un padre y una hija intentarán pasarse juntos un antiguo videojuego del primero, interpretando a dos sufridas heroínas al rescate de una princesa.

Enkaru nos ofrece una obra especialmente dirigida a aquellos que se criaron con los videojuegos hoy considerados retro, con un montón de guiños tanto entrañables como divertidos hacia títulos como Castlevania, Dragon Quest, Final Fantasy, Legend of Zelda, Super Mario Land… Los dos planos narrativos, es decir, padre e hija, por un lado, y grupo heroico, por otro, hacen muy buena combinación, tal y como con los familiares comentando la jugada o con la comparación de juegos viejos vs nuevos o con los personajes poniendo en tela de juicio algunas de las mecánicas de la partida. En este sentido, no faltan tampoco muchas roturas de la cuarta pared que hacen de la lectura algo todavía más cómico o macarra, de tal manera que los chascarrillos sacan más de una sonrisa. El dibujo es ciertamente encantador y muy disfrutable a la vista, a medio camino entre lo cartoon y lo manga, siendo de destacar tanto los encantadores chibis como los homenajes a los distintos monstruos y enemigos de otros juegos.  

 




En El duelo, de Paula Cheshire (https://twitter.com/paulacheshire_), la autora nos cuenta como fue perder a su madre por el cáncer y todo el proceso de luto y aceptación posterior a esta muerte que tan duramente la golpeó.

Obra valiente por la manera de mostrar los sentimientos de su creadora y sincerarse, El duelo es un tebeo bonito, triste y necesario. Bonito por el bellísimo y enternecedor homenaje que supone para Mari Carmen, la madre de la protagonista. Triste por no solo tratar de la pérdida de un ser querido, sino por cómo afecta a la familia del fallecido e incluso a los que viven alrededor de esta de manera tan realista como potente. Y necesario, tanto por poder ofrecer consuelo y empatía a los que estén pasando por lo mismo, como por hacer que nos demos cuenta de que deberíamos darle mucha más importancia a lo realmente importante de la vida. El dibujo, pese a su aparente sencillez, transmite muy bien sentimientos y estados de ánimo bastante profundos y complicados, unas veces mediante la representación directa y otras mediante la metáfora, sea esta más humorística, trágica o tragicómica; y todo ello haciendo uso casi en exclusiva de morado, rosa, negro y blanco, así como algún que otro color que aparece solamente en momentos muy puntuales y, con que llama en mucho la atención.

 




Nikuda, de Pedro F. Medina (https://twitter.com/Studio_Kat) y Manuel Torres (https://twitter.com/manueltorresart), transcurre en el planeta homónimo, ubicación donde dos potencias dirimieron sus diferencias con buena parte de sus tropas y poder armamentístico… pero se olvidaron de recoger a los supervivientes y sus descendientes, los cuales viven allí desde entonces. Fauna mutante, bandidos, un ejército teóricamente a cargo de todo… Y en medio de todo esto, está Noah intentado hacer de sheriff.

Webcomic gamberro donde los haya, Nikuda ha dado finalmente el salto al papel con su primer tomo. Con un ambiente que gustará mucho a los fans de obras postapocalípticas como Mad Max o Fallout, este tebeo combina muy bien westerrn, elementos soviéticos y humor negro. Tras unos primeros capítulos que nos presentan a los personajes principales y su mundo, será con el tercer episodio cuando empieza la trama vertebradora: criminales, fuerzas del orden y soldados de Nikuda están buscando por distintos motivos a una chica llamada Xaxa por su relación con el más alto escalafón militar del planeta. Y aquí otro punto a favor de esta historieta: el misterio que rodea a muchos de los personajes, tal y como con el pasado de Noah, las motivaciones de Ann y Tiger o la figura de Xanatos. Respecto al dibujo, Manuel Torres es un ilustrador muy solvente, ya sea llevando a las viñetas persecuciones de coches, tiroteos, refriegas callejeras, híbridos genéticos como las sorprendentemente cucas tienas, personalidades extremas a ojos vista…

 

Cada una de estas obras vale unos 13€ y contiene entre 128 y 136 páginas, con ediciones asequibles y bastante cuidadas, así que no dudéis en darles una oportunidad si alguna de las premisas os ha gustado.

domingo, 23 de junio de 2024

Crónicas de Mesene, de Roke González y Mateo Guerrero

En la reseña de hoy toca hablar de Crónicas de Mesene, tebeo que tiene por guionista a Roke González y por dibujante a Mateo Guerrero (https://www.facebook.com/mateo.guerrero.3954).

 



Ragnar y Baram son dos guerreros en busca de un nuevo trabajo con el que emplearse como guerreros. Para ir tirando competirán en un torneo donde, además de ganarse unas monedas, llamarán la atención del barón de Morgalad, elfo oscuro que les propondrá una misión muy bien remunerada: recuperar una reliquia élfica de una antigua torre. Lo que no saben ni Ragnar ni Baram es que son peones de una conspiración que puede provocar el caos y la guerra en Mesene…

 

Las obras que surgen a partir de partidas de rol muchas veces tienen un encanto especial. Crónicas de Mesene es uno de estos casos, con un sabor de historia de aventuras que sabe combinar y nivelar muy bien la épica con algunos momentos de comedia. La estructura rolera también está muy bien llevada a las viñetas, con el par de buscavidas al que le ofrecen una misión aparentemente simple pero que se va a ir complicando por momentos tanto en cuanto a trasfondo como en realización. El hecho de que el dúo protagonista destile cariño por parte de los autores también es algo que se nota, con las personalidades de cada uno en buena sintonía pese a sus diferencias, con un Ragnar más serio y marcial y un Baran más pícaro e inquieto. A esta pareja le viene como anillo al dedo la princesa Rowena, puesto que tiene el hambre de aventuras del uno y el sentido del deber del otro la convierte en un punto intermedio entre los dos veteranos. No faltan, por otra parte, muchos elementos del género fantástico: orcos, dragones (estos últimos muy interesantes), trampas letales, magia, maldiciones, talismanes…

 


Respecto al dibujo, resulta muy interesante ver el estilo de Mateo Guerrero hace un cuarto de siglo, con ese toque tan noventero que incluye a unos personajes estilizados y angulosos; la evolución ha sido notable a lo largo de los años, de tal manera que cuesta ver aquí la mano más perfeccionada que yace tras Turo o El bosque del tiempo, pero hay algún que otro detalle que ahí está, tal y como con la complexión de Damrod. A destacar que este tipo de dibujo que ya coqueteaba con el manga fue muy importante para el mercado español, ya que Guerrero fue el primer dibujante patrio que empezó a meter influencias japonesas en nuestros tebeos, de tal manera que se creó un precedente para algo que empezó con poca aceptación pero que ha ido ganando más y más seguidores tanto entre el público como entre los dibujantes y críticos.

 


En conclusión, si os gustan las historias roleras de fantasía épica, dadle una oportunidad a Crónicas de Mesene, importante punto de inflexión en el tebeo español. Podéis haceros con su edición 25º aniversario de manos de Dolmen por un precio de 20€, incluyendo entres sus 144 páginas, además de los cuatro números recopilados de la historieta original, algunos extras, tal y como entrevistas a los autores, ilustraciones de los personajes con el estilo actual de Mateo Guerrero y homenajes por parte de otros autores.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Mateo Guerrero durante el Festival de Cómic Europeo de Úbeda de 2024. ¡Gracias de nuevo!



domingo, 9 de junio de 2024

Sesión de firmas el jueves 13 en la Feria del Libro de Madrid



Tal y como indica la imagen, este jueves me tendréis de cinco a siete de la tarde en la Feria del Libro de Madrid. Además de tenerme dedicando cualquiera de mis libros, si os apetece pasaros a saludar o estar un rato de charla, allí me tenéis. 

domingo, 2 de junio de 2024

La Frontera Norte, de Francisco García Campa

En la reseña de hoy toca hablar de La Frontera Norte:  El nacimiento del “Far West” español, ensayo obra de Francisco García Campa (https://twitter.com/bellumartis).

 



Una vez quedaron los españoles asentados en lo que hasta hace poco había sido el imperio Mexica y que luego conformaría el núcleo del Virreinato de Nueva España, no se detuvieron ahí. No solo llegaron hasta el norte del actual México, sino que también exploraron varias regiones de los actuales Estados Unidos con mayor o menor fortuna: bien con expediciones que no lograron encontrar las míticas Siete Ciudades, bien con las que lograron crear y mantener asentamientos de lo que luego se convertiría en Nuevo México o Texas.

 

Francisco García Campa ha hecho mucho por la cultura en general y por la española en particular desde su estupendísimo canal de Youtube de Bellumartis (https://www.youtube.com/@BELLUMARTISHISTORIAMILITAR). Así, desde esta plataforma, con un amplio y regular abanico de invitados, informa al público todo tipo de capítulos históricos y bélicos que abarcan desde la Prehistoria hasta nuestros días. Pues bien, además de con este canal, Francisco también ha tenido contribuciones a la literatura, tal y como el ya reseñado por aquí Cayo Mario: El tercer fundador de Roma o el libro del que trata la presente entrada.

 

La Frontera Norte recorre los siglos XVI y XVII de expansión española por Norteamérica de manera bastante acertada. Para empezar, se ha hecho un gran ejercicio de investigación y documentación, con una buena cantidad de fuentes consultadas para hacer todo lo posible por cubrir casi doscientos años de historia. En segundo lugar, esos dos siglos se exponen e incluso narran de manera de lo más entretenida, no solamente por saber el autor contarlo todo de manera interesante, sino también por la capacidad de síntesis: 300 páginas para un período bastante amplio de tiempo. También es de destacar que el autor habla lo mismo de lo mejor de la conquista española que de lo malo; así, por ejemplo, hubo veces que se engrandeció España por la vía diplomática y veces que los encomenderos y nuevos gobernantes abusaron de su poder, aunque esto iba contra las leyes y no pocas veces fueron juzgados y condenados estos abusadores. No faltan en este sentido capítulos militares espectaculares, tal y como el de la conquista de Acoma, en la que García Campa sabe transmitir muy bien la épica del momento y otros como las guerras Chichimecas con un profundo regusto a western. Y es que esto último lo recalca muy bien el volumen: como esta exploración y conquista de lo desconocido la llevaron a cabo mucho antes los hispanos que los estadounidenses. E hispanos en el más amplio sentido de la palabra, puesto que la mayor parte de los expedicionarios solían ser indios por tan solo unos pocos ibéricos o criollos en comparación, siendo de lo más interesante como a varios de los primeros se les concedía el título de hidalguía y otras mercedes, así como la convivencia que muchas veces asentaban los misioneros y que protegían los soldados de las tribus más norteñas.

 

En conclusión, La Frontera Norte:  El nacimiento del “Far West” español es un más que buen libro tanto a nivel divulgativo como incluso especializado para saber más sobre la Norteamérica española. Además del ensayo en sí mismo, dentro de las 300 páginas, este libro de HRM de 24,95€ contiene varios extras, como unos siempre bienvenidos mapas ideales para ubicarse o unas estupendas ilustraciones de Miguel Morales sobre cómo fue evolucionando la apariencia y equipamiento de los conquistadores y soldados del Nuevo Mundo.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Francisco García Campa cuando presentó su libro en la librería Tercios Viejos de Madrid en diciembre de 2023. ¡Gracias de nuevo!