miércoles, 31 de enero de 2018

No son molinos – Una antología de cachava y boina

En la reseña de hoy toca hablar de No son molinos, antología de relatos cortos obra de varios autores, y que si bien varían en su temática, tienen todos en común como marco el medio rural español.


El primer relato del volumen se titula Vida del Padre Lobis; verdadero lobizón de Nueva Vizcaya, de Luis Besa (https://www.facebook.com/luisbesa). Aquí asistimos a las confesiones de fray Mosquete sobre como el Padre Lobis, devoto jesuita, contrajo en Norteamérica la maldición de la licantropía, y de lo que fue de él posteriormente.
Este relato fusiona diversos géneros como pueden ser el histórico, el bélico, el sagrado, el sobrenatural, e incluso el terrorífico. Y lo hace de forma magnífica. Así, vemos a los dragones españoles avanzando por California y luchando contra los indios seris, y en paralelo, la misión evangelizadora jesuítica, prestando atención a diversos detalles del Siglo de Oro que revelan una buena labor de documentación. Las batallas de los conquistadores y los seris son loables no solo por su buena combinación de acción y descripción, sino por el conocimiento del tipo de combate que se producía en aquellos tiempos en la frontera norte del virreinato de Nueva España. Tampoco se puede dejar de mencionar la pasión de Lobis frente a su maldición, con todo el simbolismo cristiano que implica. Mención especial al lenguaje que ha usado Besa para escribir esta historia, por el parecido que guarda con la época de la narración.    

En Temblores, de Cristina Jurado (https://twitter.com/dnazproject), los pueblos de Pinares y Lora del Campo, debido a un colosal corrimiento tectónico, han pasado de estar separados por 49 kilómetros a apenas unos metros. Y, sin embargo, todavía más cosas extraordinarias están por pasar entre ambas poblaciones.
Temblores es un relato del que en un principio uno no sabe muy que esperar. Elementos como la confusión, el  extrañamiento y la paranoia que se generan entre los habitantes de Pinares y Lora están muy bien conseguidos, hasta el punto de que se contagian al lector. Esta es una historia en la que sin duda hay que fijarse en los detalles, con momentos claves como las 11:11, y que cobran sentido al acabar el texto. Sin querer profundizar y destripar más, solo queda decir que aquellos que gustaron de El horror de Dunwich, disfrutarán también con esta obra.   

En Quién, cuando yo grite, me escuchará, de Daniel Pérez Navarro (https://twitter.com/wigowicz), Eloy Santos es entrevistado por Miguel San Miguel sobre un extraño problema acontecido con un cíborg en el parque temático Ruralworld.
Nos encontramos aquí con una excelente obrita de la que hay destacar varias cosas. Para empezar, la estructura, basada enteramente en el diálogo de un entrevistador prepotente y un entrevistado bastante más humilde y, paradójicamente, inseguro a la par que profesional, con un largo parlamento del que el lector va a ir sacando información poco a poco, casi con cuentagotas. Además de los ya mencionados personajes, de los que se pueden sacar en claro no pocos retratos del ser humano, el argumento en sí también es sobresaliente, aunando temas aparentemente contradictorios entre sí como la inteligencia artificial y el ecologismo, y aprovechando también para hacer críticas a nuestra sociedad y meter varias referencias cinematográficas.      

En El Ovillo, de Alicia Pérez Gil (https://twitter.com/AliciaPerezGil), Pedro lleva a Luz a El Ovillo, una finca en la que se crió de niño.
Mezclando en cierta medida realismo mágico con terror, Pérez Gil nos ofrece una historia más que correcta con sorpresa final incluida. No faltan tampoco elementos interesantes, como una casa embrujada con una más que bien llevada relación de simbiosis con sus habitantes. Me gustaría hablar más de este relato, pero temo destriparlo, así que me contendré.

En La sombra del candil, de Ana Roux (https://www.facebook.com/ana.rouxrodriguez), una pareja de guardias civiles tiene que resolver el misterioso y truculento asesinato de un sacerdote.
Nuevamente nos topamos en esta antología con una obra que mezcla de manera más que acertada diversos géneros. Lo que en principio puede parecer ni más ni menos que un relato a medio camino de lo policíaco y terrorífico ambientado a en la España de mediados del siglo XIX acaba por mostrarse también como una ucronía. Así, lo que empieza por parecer un surrealista e hilarante encuentro entre la Benemérita española y la Gendarmería francesa, acaba por reflejar que el Imperio Napoleónico todavía sigue fuertemente asentado en Europa. Y por si fuera poco, además de trazarnos un escenario donde lo mismo hay afrancesados que resistentes isabelinos e incluso carlistas, también se atreve la autora a experimentar con lo sobrenatural y ancestral de lo ibero. Y como punto culminante de todo lo anterior, no queda sino destacar el buen equipo de guardias que componen el sargento Sacristán y el cabo Ucero, sobre todo con el acompañamiento de la doctora Eulalia.

De Luminarias, de Layla Martínez  (https://twitter.com/17bdb4d9ee92445), hacer una sinopsis es algo bastante complejo, así que me limitaré a señalar que en un ambiente rural distópico, con solo seis horas de electricidad diarias y una comuna con siniestras prácticas más propias de una secta, unas luces astrales empiezan a iluminar los cielos.
La estructura de este relato está muy conseguida, con diecinueve capitulitos con distintos puntos de vista de un buen puñado de personajes distintos, cada uno con su particular retrato obtenido tras unas breves pinceladas. Luminarias supone un buen entretenimiento para los que gusten de leer sobre terror, gobiernos opresores, sociedades decadentes y astrología.   

En Deli Bal, de Raquel Froilán (https://twitter.com/frauwaz), el Rubio, un apicultor que prefiere estar con las abejas antes que con las personas, está a punto de sacar al mercado una miel muy especial.
Esta es una de las historias que más llamó la atención de un servidor dentro de la presente antología, tanto por estar excelentemente escrita como por la manera que tiene de mantener en vilo: los movimientos del Rubio, el singular comportamiento de sus abejas y la relación que tienen con su valedor, los efectos de la miel en la gente que la prueba... A destacar el excelente uso de un narrador cercano y en primera persona y que solo es captado como tal al final del relato, así como por el sentido del humor que esgrime.

En Lemmings, de Nieves Mories (https://twitter.com/nmories), una adolescente va a visitar a su abuelo en invierno, esperando que finalmente le narre como fue destruido su antiguo pueblo.
Pese a que Lemmings no deja de ser una revisión de El flautista de Hamelin, se trata de una historia bien expuesta, con descripciones de escenas y paisajes muy visuales y el interesante añadido de elementos de la mitología española a la suma.

En Cuídate, hija, de la Garduña, de Virginia Buedo (https://twitter.com/virbue), Sara está convencida de que las historias que se cuentan sobre la Garduña en su pueblo son cuentos tontos. Y por ello, se aventurará en la noche para demostrar que no hay nada que temer de ella.
Del relato de Buedo lo primero que hay que señalar es el buen retrato que hace de una adolescente rebelde, muy pagada de sí misma y que se cree más lista que todos los que la rodean. Eso, y además, hacer ver al lector a través de sus ojos, algo que también tiene su mérito. El misterio en torno a la Garduña, organización criminal creada alrededor de una entidad maligna, está muy bien llevado, y desde varios niveles de lo terrorífico. Sin embargo, y pese a todo lo bueno, la concepción de la historia de las gentes rurales como seres pasivos y fácilmente doblegables es algo más que discutible.

En No se tira nada, de Eduardo Vaquerizo (https://twitter.com/JonTichy), Guzmán y su familia van a pasar unos días a una casa rural, confiando en que un cambio de aires les vaya bien a sus hijos enfermos. Sin embargo, este padre está lejos de figurarse las maravillas y horrores que guarda el pueblo al que van de vacaciones.
Posiblemente uno de los relatos más impactantes del presente volumen. Vaquerizo hace uso de una  crudeza psicológica que intranquiliza y acaba por dar lugar a un más que notable relato de terror, creando poco a poco el ambiente, dejando pistas y vaticinios aquí y allá antes del tremendo desenlace. La vuelta de tuerca que se le da a ese pragmatismo tan propio del mundo rural, ya claro desde el título, está muy bien llevada, y de tal manera que no sabemos si estamos ante fantasía o ciencia ficción, o incluso una mezcla de ambas. Hablaría más de esta historia, pero me contendré para que quien no la haya leído pueda experimentarla de la forma más límpida posible.

En Una línea en la pizarra, de María de la Concepción Regueiro Digón (https://twitter.com/C_Regueiro), Lucía llega a Tordestes, pueblo que en 1941 ha visto su aserradero reabierto por una compañía hispano-alemana. Pero ambos sucesos, en apariencia beneficiosos para la localidad, se ven acompañados de extraños fenómenos naturales. ¿Estará todo relacionado entre sí?
Este es el relato que más me ha costado acabar de toda la antología. Y es que a pesar de contener elementos con potencial, tal y como espías británicos, agentes secretos del Tercer Reich, energías telúricas y gentes con la capacidad de controlarlas, la lectura nunca me ha enganchado. Los principales problemas de esto estriban en dos puntos: el hecho de que haya demasiados personajes y que sus partes no estén lo suficientemente divididas entre sí (al contrario que en Luminarias) y una insistencia muy machacona sobre los males de la España de la época.

En Aceite, de Alejandro Candela Rodríguez (https://www.facebook.com/alecanrod), al ver a su amigo Cándido triste, León y Mariano deciden intentar animarlo llevándolo a una tienda de aceites para poner remedio a su melancolía.
Posiblemente el relato más entrañable de la presente antología, Aceite es una historia que trata de la amistad y, sobre todo, del amor. Nostalgia y cariño se desprenden de las páginas de la narración, y tanto la relación de confianza y camaradería del trío de ancianos ya mencionados como la más afectuosa de Cándido con Esperanza, su difunta esposa, son emotivas y muy bonitas.      

En Manuscrito hallado en Ilerda, de Albert Kadmon (https://www.facebook.com/kadmonidas), un hombre cuyo fin se acerca aprovecha para escribir sus últimos pensamientos y reflexiones al amor de su vida.
Nuevamente la antología nos presenta una ucronía. Esta, con la Guerra Civil Española como telón de fondo, plantea lo siguiente: ¿qué habría pasado si en la contienda hubieran existido alquimistas creando homúnculos para batallar? Pese a que esta premisa podía dar mucho juego, su mayor problema es aparecer en un relato corto donde no puede relucir con todo su fulgor. ¿El motivo? Pues que Manuscrito hallado en Ilerda, en sus veinte páginas, además de la alquimia y los homúnculos, habla también sobre el horror de la guerra y, además, sobre el romance del narrador y el narratario del texto. Y ese es el mayor problema que ve un servidor: esta historia debería estar destinada a una novela y no un relato corto, pues tiene demasiado que contar. De hecho, la historia del homúnculo que se acaba pasando a los rebeldes, pese a todas sus posibilidades, apenas se desarrolla. Tres cuartos de lo mismo se puede decir de la relación entre el narrador y su destinatario, ambos agentes secretos de los bandos en liza que acaban por enamorarse. Sin embargo, el relato goza también de sus virtudes. Por un lado, la descripción tan cruda que se hace de la guerra, sin florituras ni romanticismos, muy apropiada, y sobre todo, breve y concisa. Por otra parte, la estructura del escrito, con forma epistolar y con la interesante peculiaridad, justificada en la falta de cualquier otro soporte por parte de su creador, de estar escrito en torno a investigaciones alquímicas, de tal manera que los lectores van descubriendo en paralelo las confesiones del narrador y sus experimentos.

En Home do unto, de Juan González Mesa (https://twitter.com/JuanGMesa), Manuel Romasanta ha sido indultado. Y planea volver al pueblo al que nació por asuntos pendientes.
Otra ucronía, esta vez centrada en torno al infame  asesino serial conocido como el “Sacamantecas”, y un hipotético indulto total hacia sus asesinatos. Las dudas sobre si se trataba de un hombre o mujer son resueltas de manera interesante, añadiéndole truculencia y más misterio todavía a una historia ya violenta y extraña de por sí.

En La noche en que se llevaron a Anastasio, de Yolanda Camacho (https://twitter.com/yolandamerricat), las hermanas Sofía y Olivia Godoy viajan al pueblo de Cerro Umbrío, para comprobar la veracidad sobre una historia de su padre, el cual asegura que Anastasio, un amigo suyo de la infancia, fue abducido por una luz cegadora.
El misterio de este relato está muy bien presentado, con un pueblo cuyos habitantes se cierran en redondo ante los forasteros, quedando claro rápidamente que saben más de lo que aparentan. En este contexto, el dúo de protagonistas está muy bien llevado, no solo por tener cada una de sus integrantes su propia personalidad, sino también por hacerse muy realista su manera de llevar a cabo la investigación, tanto por su coartada como por todos los obstáculos que encuentran mientras indagan.

En Una casa en el barro, de Haizea Muñoz Zubieta (https://twitter.com/Elle_ctrica), Sara quiere huir de la vida en la ciudad y está decidida a crear una casa rural con la que ganarse la vida. Con ello en mente, acabará por toparse con una aldea vasca y buscará en ella una edificación que comprar, sin hacer especial caso a las habladurías que tachan a aquella de embrujada.
Este relato es un excelente ejemplo de una historia que parece que te está llevando para un lado cuando en realidad te está llevando para otro totalmente diferente. Y es que este relato, además de estar bien escrito, permite además al lector saber más de los mitos vascos, con leyendas como las de Mari o Akerbeltz de por medio.

En Anomalía gallinácea. Auge y caída de los transpollos, de Daniel Almodóvar (https://www.facebook.com/dani.almodovar.1), un periodista escribe un artículo sobre el fenómeno de los transpollos, aves de corral a las que les aparecieron en el cuerpo puertos USB.
Este es el relato más humorístico de la antología, lo cual es mucho decir, pues pese a que aparecen científicos electrocutando pollos, se siguen narrando sucesos divertidos. El formato de la obra es muy acertado con su forma de reportaje, haciéndonos conocer cuál fue el origen de los transpollos  y cómo se fue desarrollando su cría y las experimentaciones hechas con ellos, lo mismo con entrevistas que con exposición e incluso disertaciones. Relato apropiadamente corto dado su formato, pero que además de entretener provocará ciertas reflexiones.

En El Viento. Una historia de La Frontera, de Raúl Gonzálvez del Águila (https://www.facebook.com/raul.gonzalvez), un grupo de comuneros se propone llevar a través de Levante un valioso cargamento hasta Deltebre. Pero el camino estará lleno de peligros.
De todas las historias del presente volumen, esta es la que más descolocado me dejó en un principio, hasta el punto de no tener ni idea de lo que estaba pasando en las primeras páginas: se hablaba de España, de escopetas, de califas, de la Frontera, de ducados, de mutas, de órdenes militares, de aparatos eléctricos… No fue hasta más o menos la mitad del texto cuando pude ubicarme: estaba ante una obra post-apocalíptica. Y bastante buena y entretenida, por cierto. El mundo sobre el que se desarrolla la acción está muy trabajado, y las distintas sociedades que se perfilan en su interior son de lo más interesantes, hasta el punto de que estaría más que dispuesto a leer una novela ambientada en este mundo que, pese a ser futuro, ha retrocedido en muchos sentidos siglos atrás. No faltan sorpresas, como la aparición de seres como el Ojancanu o la naturaleza de la valiosa carga que transportan los protagonistas. De criticar algo, lo único que se me ocurre señalar es la confusión inicial, aunque hay que matizar esto último: la obra empieza in medias res, y todo ello ayuda a sembrar extrañamiento en los lectores en un principio. 

En 50% algodón, 50% poliéster, de Adolfina García (https://twitter.com/AdolfinaGO), el joven vendedor Ricardo se empieza a ver requerido por su octogenaria vecina Felisa. ¿Qué intenciones esconde esta?
Este relato sin duda tiene virtudes. Su narrador autodiegético o en segunda persona, por ejemplo, es tremendo. El texto parece llevarte a un destino muy claro, con lo que su gran sorpresa, pese al par de pistas previas, no se ve venir y gana en mucho con las relecturas. Ahora bien, la violación de una niña de quince años entre sus páginas sobra totalmente y se podía haber prescindido de ella sin que afectase a la narración, más si cabe cuando ya en el argumento principal hay un fuerte componente abusador.

En La encantá del barranco, de Enerio Dima (https://twitter.com/enerio_dima), la pastora Dori, mientras guía a sus ovejas, se topa con una mujer fantasmagórica en un barranco. Dori, pese a temerla en un principio, acabará por sentir fascinación por el espectro y querrá saber más de ella, y si es posible, ayudarla.
Este es un buen relato romántico en el mejor sentido de la palabra, con fantasmas, amores imposibles, etc., enlazando además con la tradición bucólica e incluso gozando de marco histórico, como es la invasión napoleónica de España, y más concretamente, de La Mancha. A la buena aproximación a la época tratada y al pastoreo de la misma hay que sumar el hecho de que Dima logra que te intereses por lo que le pasa a sus personajes principales y hacia el final de relato hay una interesante vuelta de tuerca con uno de ellos. En definitiva, buen relato y buen cierre de la antología.

En conclusión, si os gustan las historias de misterio, terror, fantasía o ciencia ficción y con cierto compromiso hacia la causa LGBT, dadle una oportunidad a No son molinos. Podéis haceros con esta antología de la editorial Cerbero por un precio de 20€, incluyendo entre sus 624 páginas, además de las veinte historias ya señaladas, un poema de Juan Teso Fuentes a modo de introducción y un prólogo bastante documentado de Juanma Santiago que ahonda en el género de cachava y boina.

Por último, las firmas que me dedicaron varios de los autores en el tomo cuando este fue presentado en la Beer Station de Madrid en enero de 2018. ¡Gracias de nuevo por vuestra amabilidad!   

miércoles, 24 de enero de 2018

Smooth Tea Lyceum, de Loopy Teller Comics – Tomos 1, 2 y 3

En la reseña de hoy toca hablar de Smooth Tea Lyceum, el comic de Loopy Teller Comics (https://twitter.com/Loopyteller).


En el colegio de Smooth Tea Lyceum los jóvenes Artie, Candy, Mike y Tim se dan cuenta de que los otros alumnos están empezando a desaparecer cuando su amigo Bort no da señales de vida. ¿Qué misterio hay tras los esfumados?

Lo primero que se debe decir de este tebeo es que tiene un fuerte componente de humor surrealista. Esto es, que posiblemente guste a unos y a otros no, aunque un servidor ha disfrutado con él. Así, lo mismo hay chistes referenciales a series como Death Note, Los Simpson o Naruto que sketches de niños de a día de hoy teniendo estrés postraumático causado por la Guerra de Vietnam. Ya aclarado lo del humor, hay que señalar que la historieta se estructura más que correctamente a lo largo de tres tomos. En el primero, se nos presenta a los personajes principales y se plantea el problema; en el segundo se ve como estos empiezan a indagar en las entrañas de su colegio sobre las desapariciones; y en el tercero todo concluye y se cierra la trama, aunque dejando la puerta abierta a nuevas aventuras por parte de Tim y compañía. De criticar algo en este punto sería que el objetivo final del responsable de los secuestros no queda del todo claro, y pese a que se intuye, estaría bien que se profundizase más en él.

Respecto al dibujo, los ilustradores de Loopy Teller Studio tiene un estilo resultón y simpático a la vista, pero sobre todo muy variado, hasta el punto de que no hay dos personajes iguales. Y como ejemplo de esto último, basta poner al director del Smooth Tea junto a Bort o el señor Mononociclo. También es destacable que la personalidad de cada uno de los protagonistas suele quedar rápidamente retratada en su aspecto: el constante temor de Tim, la artería de Artie, la malquerencia de Alex, el puro nervio de Candy… No se puede dejar de mencionar en este punto que lo surrealista tiene también su importancia en el apartado gráfico, así como también lo escatológico, tal y como con vomitonas o incluso viajes alucinógenos poco agradables. El coloreado no hace sino acentuar todo lo anterior, tal y como engrandeciendo lo truculento o amenazante, como se puede ver a la luz roja de las sirenas.


En conclusión, si os gustan las historias diferentes y surrealistas, dadle una oportunidad a Smooth Tea Lyceum. Podéis haceros con esta trilogía de fanzines por un total de 13€, contando toda la publicación con 140 páginas.

Por último, las dedicatorias que me hicieron en los tomos los miembros de Loopy Teller Comics durante la Japan Weekend de Madrid de septiembre de 2017. ¡Gracias de nuevo por vuestra simpatía!       


miércoles, 17 de enero de 2018

Los viajes de Taisham, de T. F. Famux

En la reseña de hoy toca hablar de Los viajes de Taisham, novela de T. F. Famux (https://twitter.com/TFFamux) y secuela de La marca del guerrero (http://caballerodecastilla.blogspot.com.es/2017/04/la-marca-del-guerrero-de-t-f-famux.html).


Taisham Aivanek, tras la coronación de su hermano Maltés, fue desterrado de su reino durante diez años. Sin embargo, para Taisham este exilio no es ni mucho menos el fin: su curiosidad y su naturaleza violenta lo impulsarán a viajar y a descubrir mundo. ¿Qué pecados podrá degustar en el Triángulo de la Depravación? ¿Serán reales los tan rumoreados demonios de los pantanos del oeste? ¿Se hará un hueco entre los amenazantes Pacificadores?

Si en La marca del guerrero Taisham aparecía como villano ocasional, en esta obra se lo verá como protagonista principal. Y es aquí donde hay que lanzar la primera alabanza a Famux, por lo bien que mete al lector en la cabeza de este ser sádico y oscuro. Este es un excelente trabajo psicológico que se puede ver a través de tres caminos: los pensamientos de Taisham, sus acciones y sus memorias. El narrador omnisciente nos pone en bandeja  lo primero, con las cosas que molestan al Aivanek, las que disfruta, las que lo perturban o confunden… Las acciones del hermano de Maltés son también bastante significativas, puesto que este noble no sabe contenerse y actúa casi siempre por impulso, sin meditación, actuando según sus instintos, lo cual muchas veces acaba de mala manera. Por último, y para entender a Taisham, es importantísimo prestar atención a sus memorias, las cuales él mismo ira escribiendo a lo largo de la trama, pues permiten entender el porqué de su carácter, haciendo del susodicho un personaje mucho más complejo de lo que parecía a simple vista. A todo esto, finalmente, hay que añadir que el Aivanek irá evolucionando a lo largo de la novela, y si bien mantendrá su núcleo más elemental, explorará pese a ello lo peor y lo mejor de lo que es capaz el ser humano.

Pese al título del libro, Los viajes de Taisham habla de otros asuntos además de sobre el primogénito de Sefeide Aivanek. No en vano, durante la década de destierro de Taisham, sucesos de gran importancia tienen lugar en su reino. No faltan conspiraciones para derrocar a Maltés, tensiones con los rebeldes de Seya, ganas de revancha de manos de Victoria Segura… Todo ello está genialmente escrito y narrado, atando Famux muy bien los cabos, pero dejando intrigas y cuestiones en el aire de cara al siguiente volumen de la saga. He visto criticado negativamente en otras reseñas que todas estas cuestiones políticas y conspiratorias alejan el foco de Taisham. En opinión de un servidor, esto en cierto en solo en parte: ciertamente, la atención se desvía del personaje principal… pero al mismo tiempo permite explorar el rico mundo creado por la autora y otorga pequeños descansos al lector en torno a las correrías de Taisham, de tal manera que al reaparecer Aivanek es más que bienvenido. De criticar algo, solo se le ocurren a un servidor dos cosas: el excesivo morbo por el ensañamiento de algunas escenas y que los primeros capítulos de la autobiografía de Taisham tienen un lenguaje excesivamente sofisticado e incluso relamido para su escritor, aunque esto último se corrige según avanzan los manuscritos.

En conclusión, si os gustó La marca del guerrero no dudéis en dar una oportunidad a Los viajes de Taisham, pues a las buenas conjuras palaciegas se les suma un desarrollo de personaje tremendo. Podéis haceros con este libro de Alberto Santo Editores por un precio de 17’80€, incluyendo el volumen entre sus 540 páginas, además de la novela en sí, algunos extras, como un siempre agradecido mapa o un retrato del protagonista de manos de la dibujante Irene Martín.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el libro T. F. Famux durante la Feria del Libro de Madrid de 2017. ¡Gracias de nuevo por tu amabilidad!

miércoles, 10 de enero de 2018

La senda de los druidas, de Fer Jiménez y Miquel Rodríguez

En la reseña de hoy toca hablar de La senda de los druidas, el tebeo que cuenta al guión con Fer Jiménez (https://www.facebook.com/flaurojimenez/) y al dibujo con Miquel Rodríguez (https://twitter.com/pollomuerto).


La pequeña Gaia recorre la senda de los druidas mientras su maestro la adiestra, tal y como hiciera el bardo Argento tiempo atrás. Sin embargo, los misteriosos soldados grises tratarán de impedir su viaje iniciático a toda costa.

La senda de los druidas es interesante a varios niveles. En primer lugar, es una obra que no presenta una historia, sino dos: la de Gaia y la de Argento. Y si bien en ambas se dan unas cuantas sorpresas, una de las más llamativas tiene que ver con el bardo. Dentro de su propia historia, lo vemos como un joven e inexperto peregrino que viaja para complacer al dios Lugh con su música en el templo del Fin del Mundo. Y, dentro de la de Gaia, como un hombre maduro y más experimentado, hasta el punto de ser el maestro de la niña. Pero este tipo de sorpresas y el crecimiento de Argento no son los únicos motivos para leer La senda de los druidas. Así, por ejemplo, está el componente mitológico, ya que haciendo honor al título del tebeo,  nombres como Lugh o Cerunnos tienen bastante importancia… y tampoco se puede dejar de mencionar que la discípula del personaje principal se llama Gaia. Pero sin duda, uno de los elementos más interesantes de la obra lo representa el conflicto contra los soldados grises, por todas las interpretaciones que este puede tener: naturaleza contra el ser humano, magia contra tecnología, tradición contra progreso…


Respecto al dibujo, Miquel Rodríguez sabe dotar a sus viñetas de un aire encantador. Así, a lo largo de las páginas de la juventud y madurez de Argento, asiste el lector a escenas de aventuras, terror, divinidad o belicismo muy vistosas siempre. Los personajes tienen un aspecto de lo más acorde a sus personalidades, con una Crearwey resuelta, un Kyprus recio, una Gaia juguetona y curiosa, un Argento observador y cuidadoso, unos soldados grises tan misteriosos como tenaces… Los escenarios de la historieta pueden ser tan bellos como temibles, y tanto en lo referente a poblaciones como paisajes naturales todo se ve reforzado por una excelente labor de coloreado. Las escaramuzas, la manifestación de la magia y todo lo que tiene que ver con la fantasía, son otra buena muestra de lo que alabar dentro del apartado gráfico.


En conclusión, si os gustan las historias de aventuras con magia y sorpresas, dadle una oportunidad a La senda de los druidas. Podéis haceros con esta obra de Sally Books por un precio de 14€, la cual consta de 52 páginas y una excelente edición.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo del guionista Fer Jiménez durante la Feria del Libro de Madrid de 2017. ¡Gracias de nuevo por tu amabilidad!

miércoles, 3 de enero de 2018

La lágrima del guardián, de C.J. Cilleros

En la reseña de hoy toca hablar de La lágrima del guardián, primera parte de la saga Creadores de Magia, novela obra de de C.J. Cilleros (https://twitter.com/cj_cilleros).


Cory O´Neil es un chico de quince años que sufrió acoso escolar en Escocia, su tierra natal. Pese a entusiasmarse con la idea de cambiar de colegio al mudarse a Madrid, allí también será hostigado por otros alumnos. Sin embargo, tras conocer a Alex, la vida de Cory dará un giro de ciento ochenta grados. Gracias a este compañero, el quinceañero descubrirá que tiene potencial para convertirse en guardián de Núbbalis, un mundo paralelo a la Tierra lleno de magia y criaturas fantásticas.

La lágrima del guardián arranca desde un punto de partida típico en las obras de fantasía: un joven que vive en un mundo ordinario y que se acaba viendo arrastrado, por determinadas circunstancias, a participar en una guerra en la que luchan el bien y el mal. Ahora bien, Cilleros, aun partiendo de esta base, logra hacer su historia interesante e incluso innovadora. Así, por ejemplo, Cory es cobarde e introvertido a raíz del acoso escolar. Esto no solo es bastante realista y verosímil, sino que está bien llevado: el protagonista, en un principio, no solo no cree a Alex cuando le habla de la magia y Núbbalis, sino que, más adelante, se verá además superado por las circunstancias y tendrá miedo a enfrentarse a las fuerzas oscuras. Y, pese a ello, la evolución de Cory hacia nuevas cotas de valor a medida que se desarrolla la trama no se siente forzada; de hecho, que el protagonista acabe aceptando su papel como guardián no por motivos loables, sino por intereses personales, no deja de ser sugerente. Cory acaba por ser un héroe, si, pero con unos orígenes y primeras motivaciones bastante particulares. El mundo de la novela, pese a recurrir al tópico del universo mágico paralelo al terrenal, está bastante conseguido. Elementos como los onírices con sus diversas personalidades, las diferentes especies feéricas, o los villanos dejan claro que el autor ha trabajado el trasfondo de su saga. Si a esto le añadimos un efectivo (y necesario) retrato del acoso escolar junto a unas relaciones personales como las de la amistad y la familia cabales y bonitas, puede decirse que el libro explora bastante bien la naturaleza humana, con lo mejor y lo peor de ella.

Respecto al modo de escribir de Cilleros, hay que empezar por señalar que pese a que las primeras páginas de la historia se hacen un tanto lentas, el volumen va cogiendo ritmo poco a poco, haciéndose cada vez más amena y rápida su lectura. De criticar algo en este sentido, solo tres cosas vienen a mi mente. En primer lugar, una adjetivación un tanto excesiva. En segundo lugar, pasar de la perspectiva de un personaje a la de otro en varias ocasiones sin ningún tipo de señalización en el texto. Y en tercer lugar, poner en boca de adolescentes de a día de hoy palabras un tanto lejanas para ellos, tal y como “nauseabunda”. Salvo por estas tres particularidades, la lectura no se hace en absoluto cuesta arriba, sino todo lo contrario: las peleas se hacen emocionantes y tensas, las descripciones no son pesadas y da todo en general la sensación de fluido y pulido.

En conclusión, La lágrima del guardián es un buen principio de saga que consolida notablemente sus cimientos y que, partiendo de lo cánones más arraigados de la literatura fantástica, sabe entretener e innovar. Podéis haceros con esta obra de la editorial Khabox por un precio de 15€ en formato físico, o bien a través de Kindle y en digital por 2’99€ (https://www.amazon.es/l%C3%A1grima-del-guardi%C3%A1n-Creadores-magia-ebook/dp/B01M058ACG). A destacar del presente tomo las preciosas ilustraciones de Henar Torinos, tal y como la de la portada y varias de los personajes en el interior.

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable C.J. Cilleros durante el Heroes Comic Con de Madrid de 2017. ¡Gracias de nuevo!