Si bien hace unos pocos años era muy difícil encontrar en España tebeos
para niños (los más usuales, todavía hoy, son para adolescentes o sobre todo para adultos),
la cosa está cambiando. Y menos mal, puesto que en caso contrario las
editoriales hubieran acabado con una cantera potencial de lectores destinados a
coger el relevo de los actuales.
Y dicho esto, y sin más dilación, reseño brevemente tres
comics a tener en cuenta para iniciar a los más jóvenes de vuestra familia y
entorno en el mundo de la lectura.
Sallybooks, 14€, 76 páginas
En primer lugar,
tenemos El árbol que crecía en mi pared,
de Lourdes Navarro (https://www.facebook.com/lourdes.navarrofalcon).
Aquí, Mike Willis es un niño tiene que lidiar a diario con dos graves problemas:
las cada vez mayores discusiones de sus padres y dos matones que no le dejan
tranquilo. Para empeorar las cosas, en su habitación, una planta cada vez mayor
va brotando desde la pared. ¿Estará todo relacionado de alguna manera?
Esta obra es excelente para ver de primera mano temas tan
serios como el acoso escolar o el divorcio, pero siempre con una luz al final
del túnel: del primero se puede salir gracias a la confianza en uno mismo y
gracias a los amigos, y el segundo es trasladado como un problema que en ningún
caso es del niño y sin señalar a ninguno de los progenitores como el malo de la
historia. Si bien los personajes secundarios suelen ser un tanto maniqueos, no
ocurre así con el señor Robinson, botánico a partir del que se entiende la
metáfora que da nombre al título; algo similar ocurre con el protagonista, que
si bien es un personaje positivo, comete errores y fallos con los que es fácil
identificarse. Respecto al dibujo, Lourdes Navarro lleva al papel un estilo
amable y plagado de detalles, sorprendiendo en mucho lo expresivo de de los ojos de los personajes dado su sencillo diseño. Si a esto se le añade una gran
labor de coloreado, tanto para lo cotidiano como lo aterrador, estamos ante un
apartado gráfico más que correcto.
En segundo lugar, tenemos el primer tomo de Telémaco, cuyo guionista es Kid
Toussaint (https://www.facebook.com/tkid.toussaint)
y su dibujante es Kenny Ruiz (https://www.facebook.com/kennyruido).
Aquí, varios años tras el fin de la guerra de Troya, Ulises, rey de Ítaca,
todavía no ha vuelto a casa. Telémaco, hijo de Ulises, saldrá en la búsqueda de
su padre para que la isla de ambos vuelva a su antiguo esplendor. No obstante, Ítaca
no es el único lugar que anda intranquilo en Grecia…
El comic es una buena manera de presentar obras clásicas a
los lectores neófitos. Y Telémaco
supone un buen primer contacto con obras tan importantes como la Ilíada y la Odisea, historias épicas donde las haya. El hecho de empezar la narración
de la segunda de estas epopeyas desde el punto de vista de Telémaco es bastante
original, y la manera en que este tiene que lidiar con los problemas que su
padre fue dejando detrás da mucho juego. La importancia que se le da a las
otras potencias helénicas en el tebeo, además de sensación de buena
documentación, da realismo a la obra, con un mundo que se sigue moviendo sin esperar a los protagonistas. Las abreviaturas de los nombres propios,
sin embargo, no quedan bien y quitan lustre a una obra que combina muy bien
acción con humor. Del dibujo de Kenny Ruiz, viejo conocido de este blog, poco
diré no dicho ya: diseños muy atractivos tanto en lo humano como en lo mítico,
buena expresividad tanto en lo facial como lo corporal, geniales coreografías
para los combates… A todo esto hay que añadir el buen hacer de Noiry en las labores de coloreado, ideal para hacer todavía más vistosas las escenas
a la luz del fuego o en las que aparecen divinidades como Eolo.
Por último, tenemos Alonso de Contreras, soldado de los Tercios, obra que cuenta con Juan de Aragón como
dibujante (https://twitter.com/FisgonHistorico)
y con Alberto Pérez Rubio como adaptador de la insigne autobiografía del
corsario: ya desde muy niño, Alonso de Contreras sintió atracción por la vida
militar, fijación esta que le llevará a alistarse en los ejércitos de Felipe
III y combatir contra los enemigos de España.
Este tebeo es una buena adaptación de las memorias de Alonso de Contreras desde su infancia hasta su madurez y mostrando muy bien la España
de la época junto al ambiente
mediterráneo, con la encarnizada lucha contra los otomanos. La violencia está
atenuada en según qué escenas y sucesos para no herir la sensibilidad de los
más pequeños, pero la guerra sigue ahí y de manera fiel a los sucesos
históricos. Dicho de otra manera: aunque un tanto suavizado, este es un excelente reflejo de aquel inigualable personaje barroco. Y a ello ha
contribuido sin lugar a dudas Juan de Aragón con sus dibujos, simpáticos y
humorísticos pero también precisos y limpios, con un más que bello coloreado. Tras toda esta labor, además, siempre se observa un gran ejercicio de documentación en vestido,
armas, barcos y demás elementos de principios del siglo XVII.
Qué para chicos...para mi!!!! (XD XD XD) Me llaman bastante, acá seguro que el dibujado por Ruiz aterriza, muchos tenkius por el análisis.
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja, ja! En el fondo todos seguimos con un niño dentro.
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