En la reseña de hoy toca
hablar sobre Roncos tambores, la segunda parte de la trilogía El ocaso de los
héroes, saga que tiene la ventaja de permitir al lector leer individualmente
cada uno de sus tomos sin necesidad de los otros. La obra está escrita por
Fernando Martínez Laínez (http://www.martinezlainez.com/?p=8) e ilustrada por Ricardo Sánchez (https://www.facebook.com/Risconegro?fref=ts).
Uno de los problemas que
tiene España actualmente es que está desmemoriada con respecto a su Historia. Por
eso, autores como Fernando Martínez Laínez, que recuerdan a los españoles
quienes fueron aquellos que forjaron su nación, merecen un aplauso. Este
escritor ha elegido para su obra un total de once vidas a biografiar, teniendo
en común todas ellas ser protagonizadas por héroes de la Historia de España
(mayoritariamente de los siglos XVI y XVII). Ser un héroe, en esta obra, puede
tener distintas acepciones. Una muy importante es la del militar, ya sea como
soldado o como capitán, pero hay otras: el explorador que descubre nuevos
mundos, el pensador que nunca renuncia a sus creencias y a lo que él considera
correcto, el buen gobernante… En este sentido, el autor ha escogido una serie
de personalidades muy diversas y que ilustran maravillosamente lo que fue el
Siglo de Oro: Juan de Austria, Cabeza de Vaca, Legazpi, Orellana, Miguel Servet,
Diego García de Paredes, María Pita, Junípero Serra, Sancho Dávila, Alejandro
Farnesio y Lope de Figueroa.
La vida de aquellos se
relata a través de una muy buena pluma. Cada biografía se suele extender algo
más de 20 páginas, contando la vida de sus personajes de forma muy amena e
instructiva, haciéndose un retrato no solo del homenajeado, sino de la propia
España y de su Imperio. Cada relato tiene su propia particularidad narrativa,
de manera que al lector no se le hace pesado. Así, por ejemplo, mientras que la
vida de Legazpi, el conquistador de Filipinas, la cuenta el mismo como si hubiera
escrito un diario o unas memorias, la vida de fray Junípero Serra, el
evangelizador de California, se nos narra a través de la vida de un sacerdote
amigo suyo. Otra genialmente narrada es la de Lope de Figueroa, reconstruyendo su
vida para el lector varios veteranos que lucharon a sus órdenes en un mentidero
madrileño tras enterarse de su fallecimiento, al recordar sus gestas.
Precisamente esto último, es decir, la muerte, es un elemento importante en El
ocaso de los héroes, ya que las narraciones se hacen desde la perspectiva del
final de la vida, mirando los sucesos en retrospectiva, con historias tan
impresionantes como la de Miguel Servet antes de ser quemado en la pira por
Calvino, María Pita defendiendo la Coruña de la invasión inglesa de Francis
Drake o con las hazañas de Diego García Paredes, el Sansón de Extremadura.
Respecto al apartado el gráfico, hay que diferenciar las dos
partes de las que consta el libro: la primera, la que se refiere a retratos o
esculturas de los personajes biografiados, cuadros de sus hazañas, o los
siempre útiles mapas sobre su itinerario vital, con algunas de las ubicaciones
fotografiadas incluso, aportando todas estas imágenes un apoyo visual que es
muy de agradecer. La segunda parte, la que corresponde al dibujante de la
portada, Ricardo Sánchez, además de impresionar al lector que por vez primera
se acerca a la obra con los tercios en batalla, ofrece una serie de retratos
dentro del volumen, con los protagonistas en distintas actitudes: unas
relajadas, como con Lope de Figueroa o Sancho Dávila, y otras reflejando una
gran emoción, como con una furiosa María Pita o un Francisco de Orellana lleno
de incertidumbre.
Trailer de la primera parte de El ocaso de los héroes - Aceros Rotos
En conclusión, tanto si sois aficionados a
la Historia de España como si por primera vez os queréis zambullir en ella,
dadle una oportunidad a Roncos Tambores. Os podéis hacer con este volumen de la
editorial Edaf de 253 páginas y de una cuidada edición a color por un total de
27€.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable
Fernando Martínez Laínez cuando firmo su obra en el Instituto de Historia y
Cultura Militar de Madrid en mayo de 2015. ¡Gracias de nuevo!
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