domingo, 30 de junio de 2019

Las librerías tradicionales están en peligro

La librería Antes era un rinconcito madrileño que me gustaba visitar. Se sitúa en el 120 de la calle Lagasca y, aunque me tenía que dar un paseo largo para llegar a ella, merecía la pena el esfuerzo. Sus estanterías estaban llenas de todo tipo de libros de Historia: desde Antigua a Contemporánea, española o universal, política, militar o costumbrista... Si a esto le añadimos que sus responsables no son solamente gente encantadora, sino también bastante erudita y capaz de recomendar todo tipo de bibliografía o tomos de interés para cada lector, uno salía de allí con un libro bajo el brazo y una gran conversación en el recuerdo. Por solo poner un caso: gracias a uno de sus dependientes, Alfredo Tiemblo Magro, llegó a mi poder La Ilustración en España, obra de Francisco Sánchez-Blanco que muestra las bondades del Siglo de las Luces de los españoles dieciochescos.

Pues bien, nada de esto volverá a ser igual: Antes cierra sus puertas en julio. ¿El motivo? Amazon.

Tal y como ocurrió en febrero de este mismo año con la librería Kandor (magnífico y acogedor local friki de Prosperidad), los libreros se han visto obligados a cerrar al no poder competir contra un coloso.

Un coloso perfectamente legal, sí, e incluso muy útil para, entre otras cosas, hacerse con libros que no se publican en suelo nacional. El problema de Amazon radica no tanto en la plataforma, sino en el abuso que hacen de ella sus usuarios, deseosos de ver inmediatamente cumplidos sus deseos, e incluso de no tener que desplazarse para adquirir un volumen. De esta acusación, obviamente, quedan excluidos aquellos usuarios de Amazon que no tengan librerías a mano, tal y como, por ejemplo, por vivir en poblaciones sin ellas.

Para el resto de lectores que lean esto y no se encuentren en una de estas situaciones: dad vida a las librerías tradicionales y a los barrios que las albergan. Por Kandor y Antes ya no se puede hacer nada, pero todavía podéis salvar pequeños negocios locales. En vuestra mano está.


5 comentarios:

  1. Desgraciadamente cada vez son más las pequeñas librerías que cierran, incapaces de hacer frente a los gigantes de Internet.

    El que el personal sea muy cómodo y compre sin conciencia, o sin una mínima reflexión previa, tiene mucho que ver, porque incluso muchas de esas librerías que cierran vendían a través de Internet, ya sea desde sus propias webs u otras plataformas, por lo que incluso dentro de la Red hay alternativas a las grandes trasnacionales.

    Ya conminé a ello en un hilo de Twitter, quien tenga la suerte de tener una librería en el barrio... que compre habitualmente en ella, que si se pierde el barrio será un poco más pobre y diverso (además de que la cultura nunca sobra precisamente).

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    1. *que, si se pierde, el barrio será un poco más pobre y menos diverso...

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    2. Sí, seguramente la clave es esa: concienciar al público y enseñar hasta que punto cada una de sus acciones tiene consecuencias.

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  2. Yo tengo a un librero de barrio, y como me gusta "revolver" mangas hay ciertos sectores en la ciudad que están como desconocidos...en resumen buenos precios y obras no tan comunes. Hay que seguir ayudando a los pequeños negocios, sin intentar hallar todo por la red. Un abrazo de oso Santi

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    1. Hay que echarles una manita, sí. ¡Otro abrazo para usted, caballero!

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