domingo, 21 de diciembre de 2025

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2025 - sábado 13

El viernes la actividad comiquera había estado muy bien, más si cabe por el hecho de haber conseguido prácticamente todos mis objetivos pese a no llegar en hora.



El único "pero" en este sentido fue Ana Miralles, ya que esta premiada artista, más que cotizada por los fans, solo hizo una docena de dedicatorias el viernes. Así que, para obtener un dibujo suyo el sábado en mi tomo de Ava, tocó empezar a hacer cola pronto en el puesto de Astiberri, con Raquel la primera y un servidor el segundo. La experiencia pudo ser bastante mejorable: la negativa de la editorial a repartir números entre los que hacíamos a cola por no ser su política; tener que cambiar de sitio la cola por haberla puesto Astiberri dificultando el acceso a una salida de emergencia como nos hizo saber el personal de seguridad del evento; gente con serias dificultades para entender cómo se forma una cola... En fin, lo dicho: una experiencia mejorable. Si aquel rato largo se hizo soportable fue por la buena conversación de mi fotógrafa, por una parte, y por la asistencia de distintos cosplayers que animaban el evento con su presencia y vestuario, por otra.

Valientes cosplayers en lo que a enfrentarse al frío zaragozano se refiere, caracterizados de
Inosuke de Guardianes de la Noche y Jinx de Arcane

Como no hay mal que cien años dure, Ana Miralles y Emilio Ruiz hicieron acto de presencia a las 12:00, puntualmente. Ni Raquel ni yo nos alargamos mucho en las conversaciones con el agradable dúo, tanto por estar absortos en la manera de dibujar con bolígrafo de Miralles como para no entretener en demasía a la dibujante, de tal manera que la gente que iba por detrás de nosotros se pudiera llevar un dibujo elaborado también.


Ya que cerca quedaba el puesto de Cascaborra, hacia allí fuimos. Tras estar hablando un rato de manera muy amena sobre tebeos con su editor, Julián Olivares, este tuvo el detalle de llamar por teléfono a Juanfer Briones para que me dedicase su Menacho. Triunfar o morir ya que este autor no se hallaba demasiado lejos de allí. Tocó otra agradable conversación con Briones entre que dibujaba y pintaba, concretamente sobre las obras ambientadas en la época napoleónica. 


Hecho esto, tocaba hacer la visita a la zona de los fanzines. Este año cayó en mi poder solo un tomillo de ilustraciones de terror: Things that I found in your house, de Ana Albares Jiménez, con algunos conceptos interesantes entre sus páginas.


No mucho después nos fuimos a comer y, como hasta la reapertura seguía quedando un buen rato, nos dimos un buen paseo por la bella Zaragoza para bajar la comida y estirar las piernas. Tal y como el año anterior, la cola más larga hasta el momento se formó antes de las 16:30, segunda apertura del evento tras la pausa para la comida. 


Ya de vuelta a la acción al salón, me acerqué al stand de Norma Editorial y conseguí número para Verónica Álvarez, la cual llegó allí antes de hora por si ya tenía lectores en espera, tal y como fue el caso. Fui el tercero en esta ocasión y, no mucho después, volví a hablar con esta encantadora artista tras haber estado nuestros caminos sin cruzarse por mucho tiempo. Así, mientras me dedicaba el primer número de Hericornias, me estuvo hablando de una iniciativa muy bonita para acercar el tebeo a los niños, tal y como es Regalacomic (https://www.instagram.com/regalacomic/).


Hicimos entonces una escapada hacia el Centro Cívico de la Universidad para echar un ojo a la exposición que homenajeaba a Carlos Jiménez por parte de varios artistas nacionales. 



Retornados al festival nuevamente, además de conseguir número para que poco después Clara de Frutos nos dedicase nuestros ejemplares de Vanguardia en una mujer, también me apeteció por darle una oportunidad a una obra italiana que se me vendió muy bien: Azul, el hada de Pinocho, obra de Elena Triolo. 


En este punto ya solo me quedaba un objetivo para completar la lista de autores a firmar: Natacha Bustos. Llegué a hacer cola a la zona de firmas un poco después de las 19:00 y... la cosa no pintaba halagüeña: ya que era el noveno, la sesión de firmas empezaba a las 19:30 y nos habíamos propuesto marcharnos del evento a las 20:15 para la vuelta a Madrid. Pero como uno es un optimista recalcitrante, quise jugármela. La espera se hizo más llevadera gracias a la charleta con otros miembros de la cola, como el matrimonio que estaba justo por detrás de mí o Pedro Manuel Ruiz Lázaro para que, finalmente, me llegará el turno sobre las 20:05, ya que Bustos había sido muy metódica a la hora de realizar firmas en cuanto vió la cola que tenía ante sí. De esta manera, además de conversar animadamente sobre su Hielo y Fuego: Bienvenidas a Smallville, obtuve esta bonita dedicatoria en el interior de dicho volumen.


Y, hecho esto, terminó nuestra andadura por el Salón del Cómic de Zaragoza de 2025. El balance del festival sigue siendo positivo, aunque a esta edición se le pueden criticar un par de cosas. Una tiene que ver con los autores invitados: se tendría que haber avisado con más antelación y más bombo a quiénes asistían, de tal manera que hubo alguna que otra cola un tanto desolada. Y, por otra parte, daba la sensación de que eran pocos en número en comparación con otros años.


Otra cuestión, más difícil de solucionar, es lo ya comentado en otras ocasiones: la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza se queda, a cada año que pasa, más y más pequeña ante la cantidad de público que asiste, de tal manera que la crisálida se le ha quedado pequeña a la mariposa. Y esto se pudo comprobar el sábado, ya que llegaba a ser difícil desplazarse por entre los pasillos del Auditorio de lo lleno que estaba. El problema de lo anterior radica en que este espacio permite que cada una las entradas por medio día cuesten tan solamente 1€ por persona, de tal manera que de emigrar el evento a otra ubicación, estas se encarecerían para costear la nueva sede. Así que lo dicho: cuestión compleja.


En cualquier caso, lo bueno supera fácilmente a lo malo: gran ambiente, variado abanico de autores en cuanto a géneros y estilos, ofertas y rebajas que se agradecían,  asistencia de un buen puñado de editoriales como Astiberri, Cascaborra, Dolmen, Fandogamia o Grafito, un público entregado, unos cuantos talleres y charlas interesantes... Así que, por todo lo dicho, puede afirmarse que el Salón del Cómic de Zaragoza sigue figurando como uno de los mejores eventos dedicados al noveno arte en España y que asistir es de lo más recomendable.  

Encantador cosplay de Charlie Morningstar
de Hazbin Hotel

No hay comentarios:

Publicar un comentario