domingo, 19 de enero de 2025

Un par de tebeos sobre la Edad Media

La Edad Media tiene numerosos ingredientes para dar lugar a muy buenos comics con sus historias de caballeros, luchas de fe en la Reconquista e intrigas políticas. Y es por ello que, gracias a un buen puñado de autores y la editorial Cascaborra y su colección de Historia de España en viñetas, podemos disfrutar de unas cuantas buenas historietas como las que siguen.



Una de ellas es La batalla de Simancas, de Rafael Jiménez Sánchez (https://www.facebook.com/rafael.jimenezsanchez.3) y Raúlo Cáceres (https://www.facebook.com/raulo.caceres.3), con la campaña que el califato de Córdoba proyectó para acabar con el reino de León en 939. No obstante, leoneses y navarros pararon en seco a los musulmanes ante la ciudad de Simancas y lo que fue peor para los últimos: cuando se retiraban hacia el sur, al hacerlo apresuradamente y sin ver por dónde lo hacían, fueron nuevamente atacados por los cristianos al meterse en una trampa natural de barrancos y zarzales.

Muy buen antagonismo de dos grandes rivales como son Abderramán III y Ramiro II, con una épica grandísima en lo que a sus acciones y a las de su tropa se refiere, pues no en vano era mucho lo que estaba en juego con la supervivencia o no de los reinos de León y Navarra. Muy interesante es el tratamiento de la campaña por parte de los cronistas del lado cristiano y musulmán y sobre cómo va tratando cada uno la campaña en paralelo, puesto que como buena epopeya se hace protagónico a miembros de ambos bandos en liza. La violencia está a la orden del día y no solo de guerrero contra guerrero, puesto que la incursión Omeya con su aceifas deja muy claro las salvajadas que se cometían contra la población civil en el camino hacia el norte. El dibujo va a juego con la epopeya que se narra y las viñetas de Cáceres son espectaculares. La historicidad visual se mantiene bastante bien hasta donde un servidor ha visto, si bien embellecida con algún toque que recuerda a Las mil y una noches con los califales, pero sin quedar rocambolesco. No siempre se pueden ver los paisajes de la cantidad de guerreros y combatientes que hay en la viñetas (tal y como señalan las crónicas), pero cuando salen tienen un regusto onírico entre lo bello y aterrador según la ocasión lo requiera. Por último, la cuestión de la fe está muy bien plasmada tanto en el guion como en el dibujo, asunto realmente importante en la época del relato por cómo era el motor de las gentes de ambas partes de la guerra. 




Por otra parte, tenemos Berenguela de Gol (https://www.facebook.com/miguelgol.gomezandrea) y Pedro Camello (https://www.facebook.com/pedro.camello.5), con la reina del mismo nombre que, con no pocos esfuerzos y maniobras políticas, sería una de las artífices de la unificación de Castilla y León. 

Menos épico que la anterior obra, pero igualmente disfrutable para aquellos lectores que gusten de las intrigas políticas, con una Berenguela que tiene que enfrentar a distintas amenazas para que su hijo Fernando herede primero Castilla y luego también León para acabar por ser Fernando III. Pese a no haber grandes derramamientos de sangre en las páginas, la violencia política es sucia y visceral, de tal manera que la avaricia y la soberbia muestran sus rostros más desagradables, lo mismo por parte de la monarca que por parte de sus rivales políticos, de tal manera que se va a hacer daño no solo maquiavélico, sino pasional.

Para los lectores que gustasen de la espléndida saga de Cruz Negra de estos mismos autores: en el último tercio del tebeo los hermanos Juan y Alonso dela Orden de Alcántara hacen su reaparición. Además de confesar que ver de nuevo a este dúo mes sacó una sonrisa, su papel en la trama, aunque secundario, bebe mucho de la novela histórica, con cosas que pudieron pasar entre bambalinas y que añade bastante emoción a la trama. Respecto al dibujo, Pedro Camello sigue con su habitual buen hacer, con una Edad Media muy colorida (frente a la que nos ha vendido el Hollywood más reciente) con la buena mano de Lola Aragón, aunque puede ser bien sombría cuando hay conspiraciones de por medio también. Con los paisajes tres cuartos de lo mismo: verdes bosques, populosas ciudades, solitarios puentes nevados, la espectacular Alcántara... un conjunto muy vivo, igual que los personajes que se mueven por ellos, no siendo difícil imaginarlos en formato animado.


A modo de conclusión de este artículo sobre ambos tebeos de Cascaborra Ediciones, ambos con una sesentena de páginas, el uno a 17 y el otro a 16€, con extras sobre el contexto histórico y el proceso de creación del volumen, según el caso, la dedicatoria que me hicieron en ellos sus amables autores en sus respectivos tomos en 2024, bien en el Toledo Comic Fest, bien el Festival de Cómic Europeo de Úbeda. ¡Gracias de nuevo! 

domingo, 12 de enero de 2025

Hanami. Tú, yo, 19 m² y Japón, de Julia Cejas

En la reseña de hoy toca hablar de Hanami. Tú, yo, 19 m² y Japón, comic cuya autora es Julia Cejas (https://x.com/juliacejas_art).

 


Julia y Marc, al ver que tienen unos cuantos ahorros, deciden cumplir una vieja ilusión e irse a vivir una temporada a Japón con visado de estudiantes. Huelga decir que el choque cultural será tremendo.

 

Libro de viajes autobiográfico que juega muy bien con lo cómico y lo costumbrista, así como con algunas dosis de drama muy de vez en cuando, Hanami. Tú, yo, 19 m² y Japón es una lectura de lo más disfrutable. Nos pone muy bien en la piel de dos españoles que, pese a tener ciertas nociones del país nipón (historia, artes, etc.), del día a día de allí saben poquito y, junto a ellos, el lector puede irse sorprendiendo: la complejidad lingüística, la recogida de basuras, la higiene personal, la prevención de incendios… Eso sí, se suele hacer siempre desde una perspectiva amable y divertida, tal y como con las anécdotas de los kanjis perrunos, el inodoro a chorros o tener que aguantarse sin poderse sonar los mocos en público por estar allí mal visto. Si bien la autora no obvia elementos negativos japoneses como los servicios sanitarios o la xenofobia, esta prefiere centrarse en los más cómicos y amables, con gran importancia de los momentos en pareja también, con unas cuantas viñetas de lo más bonitas y reconfortantes. El volumen, además de cumplir honestamente en lo autobiográfico (tal y como con el paréntesis del veganismo de Cejas), también es bastante útil en lo que se refiere a recomendaciones y sugerencias de querer estar un tiempo en Japón, tal y como con la residencia o con los lugares o eventos a los que asistir.  

 


Respecto al dibujo, a Julia Cejas ya la habíamos reseñado en este blog por Hanan y Genji (reseña aquí) y debe decirse que se nota una mejora en su estilo, más asentado, aunque sigue con espacio para evolucionar. Una paleta de blanco y negro con rojos y violetas muy apañada da como resultado un acabado muy visual. Las viñetas no siempre tienen fondos, pero cuando estos se ponen cabe señalar que unas pocas pinceladas ya nos sitúan en cada escenario. Y hablando de pinceladas: los personajes están a medio camino del abocetado y el acabado, lo que da como resultado final algo atípico y que entra por los ojos. No faltan, por otra parte, homenajes paródicos a mangas como Candy Candy, Ataque a los titanes o Ranma ½, de tal manera que la lectura se hace todavía más divertida cuando se captan las referencias.



En conclusión, si os apetece leer una obra intimista, divertida y bonita sobre españoles de viaje en Japón, dadle una oportunidad a Hanami. Tú, yo, 19 m² y Japón. Os podéis hacer con ella de manos de Norma Editorial por un precio de 26€, incluyendo entre sus 136 páginas, además de la historieta en sí, un par de extras sobre su proceso de creación.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo la amable Julia Cejas durante el Salón del Cómic de Valencia de 2024. ¡Gracias de nuevo!


lunes, 6 de enero de 2025

La resurrección de Notre Dame, de Salva Rubio y Eduardo Ocaña

En la reseña de hoy toca hablar de La resurrección de Notre Dame: La historia de Viollet-le-Duc, tebeo que tiene por guionista a Salva Rubio (https://www.facebook.com/salvador.rubio) y por dibujante a Eduardo Ocaña (https://x.com/ed_ocana).

 



Corre el año 1842 y, durante el funeral del Duque de Orleans en la catedral de Notre Dame, el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc recibe una importante propuesta: restaurar Notre Dame para evitar que se hunda por el paso de los años y desaparezca esta joya de la humanidad. Semejante proyecto faraónico no será rápido, sencillo o barato y costará no pocos sinsabores… pero se hará.

 

Notre Dame tiene una aureola de misticismo, y no solamente espiritual o religiosa, sino también cultural en general y nacional en lo particular para Francia. Estas tres cuestiones las lleva muy bien al papel Salva Rubio. Y es que el gran desafío artístico y humano que tuvieron por delante Viollet-le-Duc y los suyos no fue para menos: penurias técnicas, económicas, familiares y de prestigio estuvieron continuamente planeando sobre el proyecto, por lo que se transmite con las páginas muy bien el tesón del protagonista a lo largo de los veinte años que llevó la restauración. El contexto histórico se nos va brindando con pinceladas aquí y allá, tal y como con las diferentes destrucciones/modificaciones del templo desde la Edad Media hasta la Revolución Francesa o, ya a mediados del XIX, tal y como con el paulatino ascenso de Napoleón III o la pasional defensa de Víctor Hugo. La figura del protagonista también es clave en el volumen, con un Eugène que es prácticamente autodidacta por el amor que siente hacia el gótico y que, tanto por lo uno como por lo otro, está en muy mala relación con los académicos de Bellas Artes del momento, muy amantes de algo tan antagónico para él como es el neoclasicismo. Sus relaciones con sus compañeros de trabajo no solo le dan un perfil mucho más humano, sino que sirve al lector para ver hasta que punto era y es complejo construir algo tan señero como un catedral.

 

Y en este punto hay que citar el dibujo de Eduardo Ocaña: espectacular en lo que se refiere a recrear, viñeta a viñeta, la catedral de Notre Dame. Y el ilustrador no hace esto en exclusiva con la iglesia tal y como nos lo imaginamos a día de hoy, sino tanto antes de la reconstrucción, durante su remodelación y tras su renovación. Excelente plasmación, por otra parte, del amplio abanico de restauradores: vidrieristas, escultores de reyes y gárgolas, carpinteros de vigas… Da gusto y sensación de realidad ver a estos hombres trabajar. Hombres que, por otra parte, son tan expresivos como los ya vistos en Los cuadernos de Darwin,  aunque con una diferencia: la presencia de Maz! en el coloreado, con un resultado final mejor en mi humilde opinión (y sin desmerecer el de Ocaña en solitario) y con estampas preciosas como la colocación de las cristaleras o el desenlace de la historieta.



En conclusión, si os gusta la arquitectura y todo lo que tenga que ver con las catedrales, dadle una oportunidad a La resurrección de Notre Dame: La historia de Viollet-le-Duc. Podéis haceros con este volumen de las manos de Norma Editorial por un precio de 25€, incluyendo entre sus 88 páginas, además del tebeo en sí, varios extras sobre su proceso de creación.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Eduardo Ocaña durante el Festival de Cómic Europeo de Úbeda de 2024. ¡Gracias de nuevo!


domingo, 29 de diciembre de 2024

Sugerencias de tebeos para las cartas de Reyes

En estas fechas que nos encontramos, además de desear que mis lectores hayan tenido una buena Navidad y que tengan un buen 2025, escribo por ser muy posible que muchos niños a los que les guste leer se hayan portado bien y sus Majestades de Orienten consideren oportuno premiarles. Pues bien, para tal fin la presente entrada, con cuatro reseñas de tebeos para todos los públicos que los Reyes Magos pueden tener a bien regalar:




En Misión: Murillo y Misión: Velázquez, de Rafael Jiménez (https://www.facebook.com/rafael.jimenezsanchez.3) y Manuel Díaz (https://www.facebook.com/mdiazdibujante), Clío es una agente del Cuerpo Especial de Agentes del Arte (CEAA) y se dedica a tratar con los personajes de los cuadros cuando estos deciden no cumplir con su propósito y escaparse a otras pinturas del universo artístico.

A medio camino entre El Ministerio del Tiempo y Noche en el museo, estas dos historietas que incluye el presente tomo aúnan diversión ligeramente gamberra y cultura, puesto que entre que vemos a la tan sufrida como profesional Clío desfacer entuertos de unos personajes que, por motivos con los que más o menos se puede empatizar, se aprende sobre la obra de dos pintores españoles tan grandes como Diego de Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo, así como sobre sus épocas e incluso la mitología. El dibujo, dentro de lo comiquero, apunta siempre hacia lo realista, tanto en lo anatómico como en lo facial, y tiene aquí y allá homenajes a actores famosos, tal y como con Javier Cámara o, más notablemente, Ariel Winter. Estarían más que bien futuras continuaciones. 

Aquí un enlace para posibles interesados: https://www.unratedcomics.com/index.php/comics/mision-murillo-mision-velazquez/






En Ramón y Cajal, una vida al microscopio, de Jordi Bayarri (https://x.com/Jordibayarri   ), somos testigos de la biografía de Santiago Ramón y Cajal, científico español que, pese a no ser de niño el mejor de los estudiantes, tenía clarísimo que quería ser médico y dedicarse a las ciencias, hasta el punto de que llegaría a ser Premio Nobel de Medicina.

Buena síntesis de la vida de uno de nuestros sabios contemporáneos más importantes, de tal manera que se incluyen episodios de niñez y adolescencia, su juventud como médico militar en la Guerra Larga de Cuba, sus distintos estudios y avances a lo largo de España y Europa, la obtención del Nobel y su madurez hasta la Gran Guerra. La lectura es llevadera y, de manera divulgativa, expone por boca del protagonista los hallazgos en cuanto a materia cerebral logró, de tal manera que se puede entender bastante bien. Todo lo anterior queda complementado por el simpático dibujo de Bayarri ya visto en sus otros tomos de la Colección Científicos, así como unos buenos extras al final del volumen para ampliar desde ahí lo aprendido, tanto con los personajes coetáneos a Cajal como con sus discípulos y seguidores.

Aquí un enlace para posibles interesados: https://cientificos.anillodesirio.com/producto/ramon-y-cajal-una-vida-al-microscopio/

 



En Red y Blue: Cazadoras de monstruos, de Sara Soler (https://x.com/Hammer_moon), dos amigas que acaban de salir de una academia de aventureras están dispuestas a convertirse en las mayores heroínas de la historia. Ahora bien, pese a que tanto Red como Blue han tenido inicios profesionales espinosos, parece que la primera ve progresando, mientras que la segunda está estancada.

Muy bonita historia sobre la amistad de las dos protagonistas y sobre cómo estas se siguen ayudando en la adversidad cotidiana y en la heroica e incluso tras pelearse acaban por reconciliarse. Pese a un tono generalmente humorístico y desenfadado, también da un aviso bastante realista, aunque sin caer en lo caústico, de lo desesperante que pueden ser los inicios laborales, lejos del romanticismo que empapa otros aspectos de este mismo comic; lo mismo se puede decir sobre no dejarse pisotear y estar dónde uno sea apreciado. El mundo de fantasía de las viñetas está lleno de magia y colorido, de tal manera que lo mismo se ven en sus páginas criaturas clásicas del canon fantástico como elfos, orcos o enanos y otros totalmente nuevos y llenos de posibilidades como los topos flamígeros o gatos que se convierten en armas. El dibujo es de lo más encantador y chibi, aunque cuando le toca representar momentos dramáticos y emocionales sabe adquirir mucha gravedad.

Aquí un enlace a su web, para posibles interesados: https://www.eccediciones.com/comic/red-y-blue#




En Tamia y las memorias del dragón, de David Braña (https://x.com/branyigan) y Pablo Cialoni (https://x.com/pahitocialoni), Tamia acaba de perder a su madre, así que su padre y ella deciden irse a un pueblito llamado Damar para cambiar de aires y de paso ver si el primero encuentra inspiración para salir de su bloqueo de escritor. Lo que Tamia no se esperaba es que de Damar fuera la puerta de entrada a un mundo de fantasía en donde, entre otras muchas aventuras, trabará amistad con un dragón mientras ayuda a este a encontrar las memorias de su padre.

Los mundos de fantasía y magia paralelos al nuestro pueden resultar de lo más atractivos (Harry Potter, Las crónicas de Narnia, Memorias de Idhun…). Aquí no faltan valores propios del género tan positivos como la amistad, ayudar a los necesitados, vencer los miedos o enfrentar la pérdida de los seres queridos. El tebeo está lleno de personajes de lo más variados y con personalidades a juego, de tal manera que podemos ver sabios, ávaros, esclavistas, enamorados, sobreprotectores…  Los protagonistas no se quedan atrás, puesto que a la bisoñez de los mismos hay que añadirles su buena intención y sentido común para echar un cable allá por dónde van. Entrañable también es el dibujo, con paisajes que tienen mucho de maravilloso, bien sean bosques o montañas, bien urbes y con personajes de diseños igual de mágicos, inocentes e incluso ingenuos en su maldad si son antagónicos.

Aquí un enlace para posibles interesados: https://www.unratedcomics.com/index.php/coleccion-renacuajo/tamia-memorias-dragon/

 

sábado, 21 de diciembre de 2024

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2024: sábado 14

Tras una buena noche de descanso por lo sucedido en la tarde del viernes 13, tocaba volver al festival comiquero el sábado 14. Para ser un sábado por la mañana, sorprendía que no hubiera mucha gente en un primer momento en la apertura de las 10:00; habría gente a lo largo de la mañana, sí, pero llegaría sucesivamente en pequeñas oledas.

 


Para por la mañana, a fin de tener la tarde más relajada, había dos objetivos prioritarios: Gabriel H. Walta y Fernando Blanco, el primero por haberme deleitado con su dibujo en obras de terror como El bosque de los suicidas o El Velo y el segundo por razones análogas pero con W0rldtr33. Ambos firmaban a las 12:00, así que si conseguía dedicatorias de ambos por la mañana, menos jaleo de colas y espera por la tarde. Como apenas empezado el evento ya se había formado una cola de 5 o 6 personas para Walta en Astiberri, me decidí ver cómo estaban las cosas para Blanco en la librería Taj Mahal Cómics. Había que pedir número y a un servidor le tocó el 10. La cosa pintaba complicada, pero había mucho salón por delante, así que tocaba ir a explorar la zona de fanzines.

 


Visible y bien situada en el extremo del auditorio contrario al escenario y muy cerca de la zona de firmas, este área de jóvenes creadores y autoedición, como suele ser habitual en estas citas, es ideal para conocer y aupar nuevos talentos. En mi caso, el primero que llamó mi atención fue la mesa de Unicornios Estampados en donde, además de adquirirle a la encantadora Carolina Albalá los tres números del fanzine, cayeron futuribles regalos y detalles entre postales y calendarios entre que hablábamos de unicornios, narvales, rinocerontes y gente con helados de cucurucho pegados a la cabeza.

 


Justo al lado de este puesto estaba el de @ftercómic y allí un servidor no pudo evitar enamoriscarse del personaje Little Renna, así que esta guerrera y sus aventuras se vendrían a Madrid con un servidor. A destacar que, poco a poco, cada vez vuelva a haber más y más tebeos para todos los públicos, algo tan loable como necesario para no descuidar a los lectores más chicos e ir creando una futura cantera de lectores.

 


Inspeccionada la zona de fanzines, tocaba a eso las 11:20 recorrer los pasillos nuevamente y, además de adquirir alguna que otra cosilla para regalar en el futuro, me hice en Unrated con Tamia y las memorias del dragón (aquí otro comic para todos los públicos) y con dedicatoria de su guionista, David Braña.

 


Tras visitar el stand de Fandogamia y hablar después de mucho tiempo con Kamapon entre que me dedicaba su Panda Emporium a eso de las 12:15, tocaba finalmente hacer cola para Gabriel H. Walta. Como cabía esperar, la cola era todavía más larga que antes, así que tocaba armarse de paciencia. El problema residía en que en paralelo tenía el número 10 para Blanco, así que pasaba por mi mente la nada remota posibilidad de tener que renunciar a uno de los dos. Afortunadamente, la buena voluntad y camaradería resolvió este aprieto: Raquel Asorey, fotógrafa de las presentes imágenes, al tener el número 12 para también Fernando Blanco pero ninguna obra de Walta, se quedó guardando mi puesto en Astiberri mientras a un servidor le llegó el turno para Blanco a las 12:51. Y dibujo pequeño pero bien bonito que cayó (para que le diera tiempo a dedicarle algo a todo el mundo en sus volúmenes) entre que charlábamos del proceso de creación de la historia y la ilustración tras W0rldtr33.

 

"Paciencia, Santiago, paciencia..."

Todavía tocó esperar un rato más a que llegará mi turno en la cola de Astiberri a las 13:33, pero además de con la buena conversación de Raquel una vez terminó con Blanco y con el joven delante de mí en la fila de Astiberri, no faltaba buen entretenimiento visual, tal y como con magníficos cosplayers como los dos de la foto de abajo caracterizados de Flynn Rider y Billy Butcher de, respectivamente, Enredados y The Boys.

 


Finalmente, llegó mi turno para Walta y, entre que me dedicada el primer recopilatorio de Carretera Fantasma, hablamos de las obras de terror que había hecho junto a El Torres y sus respectivos finales. Iba ya tocando ya la pausa para comer puesta por la organización a las 14:00, ideal para que los dependientes y artistas descansen un rato, así que recogimos bártulos y marchamos a comer, pero no sin seguir viendo el buen ambiente reinante: grupos de amigos y familiares disfrutando con la cultura del noveno arte.

 


Tras una deliciosa comida en CroquetArte (si os gustan las croquetas y estáis en Zaragoza, ni os lo penséis: las suyas son tan variadas como ricas) y un merecido descanso en el hotel haciendo inventario de todo lo adquirido y firmado, la tarde se presentaba relativamente tranquila, con solo tres objetivos restantes: Xian Nu Studio, Jaime Infante y Marta Soto. Eso sí: con los dos últimos podía peligrar mi hora de regreso en tren a Madrid, así que tocaba estar atento y cruzar los dedos.

 


Pasó, finalmente, lo que todavía no había pasado por la mañana: una larguísima cola para entrar en el evento. Y es que un evento tan bueno como este, con una edición número XXIII, levanta grandes pasiones… Y si sus entradas de mañana o tarde solo cuestan 1€, más si cabe.

 


Gracias a los pases de prensa, no tuvimos que lidiar con el frío y la espera de la larga fila y entramos directamente por la zona de acreditados a las 16:30. Como la gente tenía que pasar poco a poco, en aquel momento los pasillos estaban bastante calmados… y así llegamos a Fandogamia, dónde pude reencontrarme con las carismáticas Irene y Laura de Xian Nu Studio. Cayó un doble integral de Bakemono para un servidor (atentos a esto de cara al futuro) y otro para Raquel (nueva fan del dúo granadino al poco de conocerlo). Entre agradables conversaciones me dedicaron el tomo final de Chan Prin y a Raquel tres cuartos de lo mismo, pero con el inicio de Bakemono. Para aquellos momentos ya se empezaba a formar cola para Xian Nu Studio una vez sus fans pudieron entrar en el recinto, así que acordamos volver cuando ya no tuvieran más gente para que así todo el mundo pudiera llevarse al menos un tomo con dibujo.

 


Volvíamos a dar vueltas por el auditorio de esta manera, reparando en varias cosas, a destacar: algunos puestos con ofertas bastante jugosas, particularmente en lo referente a números y colecciones ya agotadas; otros con asociaciones y productos artesanales de lo más mono e incluso con juegos de mesa; y, por último, en una autora que había esquivado mi radar en un principio: Sara Soler, la cual estaría en la librería Futuro a las 17:30.  

 


 Pasado un buen rato, volvimos a Fandogamia justo cuando se iba el último fan de las Xian Nu Studio, de tal manera que tuvieron el detalle de firmarnos otro tomo a cada uno: quinto de Chan Prin a un servidor y el final de Bakemono a mi fotógrafa. Hecho esto, y muy agradecidos, marchamos a Futuro a encontrarnos con Sara Soler, cayendo en mis garras su Red y Blue y su Temporada de brujas, de tal manera que obtuve dibujo en cada uno de estos volúmenes, sin poder evitar Raquel ser tentada por los encantos de las viñetas del segundo de ellos y comprarlo también.

 


Apenas pasada una hora de la reapertura, el ambiente estaba más que animado y los pasillos bullían de asistentes y actividad, así que, como hasta las 19:00-19:30 no había nada más que hacer en el auditorio, para alejarnos del bullicio salimos del lugar.

 


Por una parte, nos acercamos a dar una vuelta por los Jardínes de Labordeta y, por otra, nos acercamos a ver la exposición dedicada al fallecido Akira Toriyama por la organización del evento y un buen puñado de autores patrios.

 




Ya de vuelta en el Auditorio y con el final de la cola ya muy cerca de la entrada a las 18:55, no entramos sin tener la suerte de contemplar un photocall de lo más bonito organizado por la Legión 501 para los fans de Star Wars.

 


Sobre las 19:10 conseguí esta preciosa dedicatoria de Jaime Infante en 1585. Empel gracias a la generosidad y empatía de los aficionados que hacían cola para él, que me dejaron pasar para que no peligrase mi puntualidad respecto a mi tren. Mi gratitud, compañeros lectores.

 


No mucho después, el último objetivo de la cita comiquera: el dibujo de Marta Soto que complementase al de Javier Romero en La noche en que Bunbury fue Elvis y Eva Amaral hizo los coros. Y como la ilustradora se había tomado la molestia de llegar antes de las 19:30 por si ya tenía gente a la espera, huelga decir que le agradecí el doble su dedicatoria.

 


Y ese fue mi paso por el Salón del Cómic de Zaragoza de este año, último gran evento comiquero de 2024. De manera resumida, lo dicho: una gozada de festival, con un buen número de librerías, autoeditados con su propia y visible zona y editoriales (Astiberri, Cascaborra, Fandogamia, GP, Grafito, Norma, Unrated…), muy buenos autores traídos por estas y por la organización, instalaciones que aunque se quedaron un poco cortas para el sábado tarde cumplieron bastante bien su cometido (cafetería y zona de descanso incluida), actividades variadas más allá de las firmas como charlas y talleres, un público de lo más majo… Más que recomendado, por supuesto.


martes, 17 de diciembre de 2024

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza de 2024: viernes 13

Por cuarta ocasión tuve el placer de asistir al Salón del Cómic de Zaragoza un año más y por cuarta vez la organización me concedió pases de prensa que aprovecho para agradecer por aquí antes de empezar la presente crónica.



A eso de las 16:30 empezó el evento comiquero aragonés y, como suele ser costumbre, el viernes fue el día más tranquilo para circular por el mismo. Poco después de entrar ya se percibía algo encantador: puestos llenos de tebeos, ya fueran de editoriales o librerías, con el público curioseando, hojeando, leyendo y comprando tomos. Algo de merchandising, por supuesto, también había, pero el salón del cómic fue, ante todo, un salón de cómic y no de mercadotecnia.



Pero a lo jugoso de estas ocasiones: los autores dedicando su obra. Y el estreno de esta edición lo obtuvo un servidor con un veterano de estas citas como es Jordi Bayarri, de tal manera que pasaron a mi poder el segundo tomo de Crónicas de un calzador de mesas y su Ramón y Cajal de su Colección de Científicos, saga biográfica de cuyo éxito me alegro enormemente por como acerca la cultura a los lectores más pequeños.  

 


Entre que uno callejeaba por los tres pasillos del Auditorio de Zaragoza (y con la siempre enternecedora imagen de los padres transmitiéndoles a sus hijos el amor por el noveno arte), me topé con el stand de Fandogamia y, allí dentro, con María Jiménez, autora que se puso manos a la obra para dedicarme Entre enfermeras.

 


No mucho después, divisé al veterano Antonio Altarriba. Entre que me dedicaba El cielo en la cabeza, estuvimos hablando sobre Ruanda, el Congo y todo lo que había detrás del cómic, documentación incluida. Hablaba tan bien y con tanto donaire que probablemente, de no haberla tenido ya, lo hubiera comprado de haber oído su oratoria… tal y como pasó con Raquel Asorey, la estupendísima fotógrafa a las que los lectores de este artículo pueden agradecer las fotos de esta crónica.

 


De Norma pasamos a Grafito, editorial que casi de manera constante tenía uno o varios autores dedicando sus obras. Pasaba a mi poder, en esta tesitura y con boceto incluido, la segunda parte de Vampi, así como más adelante algún regalito también dedicado, pero para sus futuros dueños.  

 


Sin duda el punto de encuentro más transitado para aquellos que querían tener su obra dedicada por guionistas e ilustradores fue la zona de firmas de autores, la cual no pasaba desapercibida para los visitantes por dos motivos: por un lado, su grande, bello y colorido cartel y, por otro, la presencia casi continua de gente que hacía colas para obtener dibujos y rúbricas de los artistas allí presentes. Así, por ejemplo, un servidor consiguió sus buenas ilustraciones en ¡Jaca sublevada! de Manuel Granell y Juanarete. Sin embargo, es de justicia decir que, con diferencia, los autores más cotizados y solicitados fueron Aneke y Paco Roca; y es que para este último la organización se vio incluso obligada a repartir un número limitado de papeletas entre los asistentes para que el entrañable autor valenciano pudiera descansar en algún momento. Eso sí, Paco Roca siempre atendía con una sonrisa y con buenas palabras, tal y como cuando a Raquel le dedicó El invierno del dibujante.   

 


Algunos encuentros más dejó la jornada además de los ya referidos. Por una parte, en la zona de firmas, tuve el placer de desvirtualizar a Ángel Vela, autor del estupendo módulo lovecraftiano La corona de flores y, por otra, reencontrarme con el doctor Pedro Manuel Ruiz Lázaro, otro gran amante de este tipo de festivales. A su vez, también me reencontré con Jaime Martín para que me dedicase Un oscuro manto y coincidí por vez primera con Javier Romero en el puesto de GP Ediciones, de tal forma que tras hablar con él no pude sino comprar La noche en que Bunbury fue Elvis y Eva Amaral hizo los coros, intrigado por la propuesta del cómic y sus cautivadoras palabras.

 


Y ese fue mi pasó por el Salón del Cómic de Zaragoza en su primer día de la edición de 2024. Los resultados habían sido francamente buenos: no solamente había cumplido con todo lo planeado para ese día pese a la sombra del viernes 13, sino que incluso también con alguno más. Con esto, quedaba el camino expedito para que el sábado 14, día gordo del evento, pudiera centrarme en dos cuestiones: los invitados que asistirían el fin de semana y los fanzines.