Tanka Roa no solo es una preciosa isla, sino que además hace
gozar a sus habitantes de una buena situación económica, debido tanto al
turismo como a la abundancia y bienestar que ofrece el lugar; esto queda
representado en gente como Lori, la exitosa dueña de un hotel, Keani, una
menuda isleña que regenta un chiringuito en una playa, o Leila, una experta
socorrista. No obstante, durante una competición se surf, empieza a suceder
algo raro: varios tiburones empiezan a atacar a los surfistas. Esto es muy
extraño, puesto que los tiburones se suelen quedar cerca de Rangiroa, la isla
vecina. Esta terrible situación influirá directamente en el turismo, mermándolo
mucho. Así, Keani descubrirá que es lo que no está marchando bien, teniendo que
recurrir a Paul Nolan, un arisco cazador de tiburones, para devolverle la
prosperidad a su hogar.
Historia interesante y entretenida, donde si bien el
misterio que rodea a los ataques de los tiburones se rebela muy pronto, esto se
debe a tener el tebeo formato BD, solo teniendo 53 páginas. Apropósito de esto
último, al tener un espacio reducido, el autor no escribe nada que sobre, siendo
todo necesario, sin relleno. Todo ello en una historia de acción y aventuras, con
una lectura muy amena y rápida. Como curiosidad, cabe destacar que los isleños
de Rangiroa suelen ser gente más civilizada que otros personajes de Occidente,
como Paul, que puede ser en ocasiones bastante bárbaro.
Como conclusión, si os gustan las aventuras tropicales de
estilo cinematográfico, dadle una oportunidad a Los tiburones de Rangiroa, pues
merece la pena. Podéis haceros con este comic de la editorial Dibbuks por un
precio de 14€, con un total de 53 páginas, en formato BD y con tapa dura.
Tiene muy buena pinta , un comic todo a color y sin alargarse suena bien. En cuanto a lo qie dices de las escenas es cuestion de preguntar si el original es asi o es cosa de la imprenta que a veces quema mucho los colores.Lo se de primera mano que un cartel es distinto una vez pasa por la imprenta y suele ser mas oscuro que el original.
ResponderEliminarEn efecto, es cosa de la impresión final, no de los originales, como acabo de descubrir recientemente.
EliminarGracias por comentar.