lunes, 14 de diciembre de 2015

Crónica del Expocómic 2015 – viernes

Hoy toca crónica sobre el último Expocómic de Madrid, celebrado los días 11, 12 y 13 de diciembre, aprovechando estas primeras líneas para volver a agradecer a la Asociación Española de Amigos del Cómic el pase de prensa que se me concedió un año más.


Llegado al evento sobre las 12:00, y debido a que el evento empezaba a las 11:00, apenas tuve que hacer cola para conseguir la ya mencionada acreditación. A destacar de esta edición la valla que impedía el normal acceso al Pabellón de Cristal desde la salida de metro de Alto Extremadura, por estarse construyendo la Ciudad de la Seguridad, por lo que había que acceder al lugar desde Lago o rodeando la barrera por el parking.


Una vez ya en el Pabellón de Cristal, comprobé que el viernes, como es habitual, comenzaba calmado, con poca gente deambulando por el recinto. Empecé mi andadura dirigiéndome hacia el stand de Dibbuks, donde estaban los dibujantes de la tercera temporada del Taller, volviendo a saludar a los que ya conocía, encontrándome por vez primera a José Luis Criado, al que aproveche para pedirle en una dedicatoria en el tomo a Cernuro, su personaje en Nemetón. Poco después, llegaron también a Dibbuks otros dos autores: Gol y Ricardo Machuca, los cuales me dedicarían, respectivamente Cervantes: La ensoñación del genio y el primer tomo de Procyon.


Tras el encuentro con esta pareja de autores, me aproximé al stand de Aleta Ediciones, con tan buena suerte que no solo hallé  todavía allí a Nacho Fernández, sino que le encontré libre, hechos fortuitos que aproveché para pedirle que me firmase Los mundos de Valken. Además charlar un rato con él y comunicarle que estaba encantado con que fuera a haber segunda parte, me di cuenta de que tenía al lado haciendo cola al estupendo escritor Francisco Javier Illescas, felicitándole por sus estupendos artículos y empezando una ilustrativa conversación a tres bandas entre él, Nacho y un servidor.


Con una parte importante de los objetivos de las mañana cumplidos, empecé a explorar el recinto ferial más a fondo. La expectación por la película El Despertar de la Fuerza se hizo notar, entre otras cosas, por medio de exposiciones dedicadas a Star Wars, ya fuera con los originales de la serie de Darth Vader de Salvador Larroca, o con varios homenajes a la saga por parte de diversos artistas.






Respecto a los fanzines, estos se ubicaban en zonas de paso de la planta inferior, con todo el tránsito que ello conllevaba. De esta forma me tope con el stand de Mar-i-vel, reencontrándome con Sergio Ballester, adquiriendo Arkam. En medio de una agradable y divertida charla sobre las películas y series de DC y Marvel, el autor me dedicó el tebeo con este desternillante encuentro entre las Harleys Quinns de distintas tierras, más concretamente, la clásica u original y la de la futura Suicide Squad.


Además de con tebeos y autores, el público asistente podía tener acceso a otras actividades, como las que estaban en las zonas de juegos de mesas y videojuegos, con una buena variedad en ambos casos. Respecto a la segunda de ellas, los aficionados pudieron disfrutar de juegos que todavía no están en el mercado, como Dark Souls III o Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm 4, estando este último anunciado gracias a un gigantesco zorro de nueve colas. No obstante, lo que definitivamente llamaría mi atención fue la cabina en la que se podía jugar a Star Wars: Battle Pod… pero no adelantemos acontecimientos.


Gracias a una banderola en la que salía la elfa Amanda, me dirigí hacia el stand de El Vosque, donde sin dudar cogí el sexto y último tomo de la saga homónima, consiguiendo la pertinente firma de Morán mientras charlaba un rato con él y Ulises Lafuente, que también tenía allí una silla para él y un hueco en la mesa para sus Art 88/46, anunciándome el segundo autor que el siguiente tomo estaba próximo.


Volviendo sobre mis pasos en dirección a la entreplanta, di con el puesto de No Lands Comics. Cayeron en mí poder durante ese día el quinto volumen de  Aartha. Chronicles of the No Lands y el cuarto de Aarthalans Adventures.


Justo en aquellos instantes pasaron cerca unos cosplayers vestidos con la aterradora apariencia de las criaturas de Lovecraft, no pudiendo el que esto escribe, ni el personal de No Lands tampoco, evitar la tentación de hacerles fotos. Hablando de cosplay: en esta materia también se notaba la cercanía de la nueva entrega de Star Wars, pues el evento estaba bien surtido de fans caracterizados como distintos personajes de la saga.



Una vez vuelto a la entreplanta por la que solo había pasado fugazmente antes, me propuse visitar La Isla, ubicación del artist alley o callejón de artistas de los eventos madrileños. Llegados a este punto hay que señalar la encomiable labor de la iniciativa, por permitir a distintos artistas (no solo dibujantes, también escultores incluso), hacer piña en un lugar preeminente de la entreplanta. Cierta polémica hay sobre que los fanzines no estuvieran con ellos: ¿no eran acaso los sketchbooks, posters y láminas que se vendían en La Isla financiados por el bolsillo de cada autor? Fuera como fuera, quizás esta separación acabo por beneficiar en teoría a los autoeditores, pues al estar en la planta baja estaban rodeados por un mayor trasiego de gente. Polémicas a parte, me dirigí a la mesa de Iskion Studio, donde pude comprar los geniales sketcbooks de las artistas Julia Madrigal y Clara Saetiz, conversando sobre varias materias con ellas, aunque en particular sobre Mad Max: Furia en la carretera, mientras me dedicaban sus obras.


Como ya eran más de las 15:00, por aquello de que el tiempo se pasa volando cuando te estás divirtiendo, me retire a comer. Una vez de vuelta a la feria, me acerque a otros puestos donde todavía no había estado. Por un lado, el compartido por Imagion y Neuh, obteniendo del primero los comics de El acertijo y la tercera parte de Ugnis, en vistas a las firmas del día siguiente, y Always High (vaya nombrecito…) del segundo, con firma inmediata de Jorge Lewis. Tras esto, me acerque a Fandogamia, donde puede hablar con Rubén Fernández sobre su Great Punk Dogs tras que Manuel Torres me dedicase el sexto número de Andergraün.


Recordando que Pandapon Studio iba a dejar varios tomos de su serie de tiras Otakus y Mazmorras en Fandogamia, fui a pedirlo, pero aún estaban por llegar, igual que el segundo sketchbook de Pedro Delgado en La Isla. Entre que llegaban ambos tomos a sus respectivos destinos, decidí darle una oportunidad a Star Wars: Battle Pod, juego que tenía bastante cola para tratarse de un viernes. La espera distaba de ser aburrida, pues me quedé embelesado viendo entre tanto a la gente batallando al Dark Souls III, juego en el que los monstruosos enemigos no daban tregua a los jugadores que se decidían a probarlo. Una vez llegó mi turno, me metí en la cabina del juego a la expectativa, con una amable y atento encargado explicándome cuales eran los controles del juego nada más empezar. Tuve el placer de jugar la segunda batalla de la Estrella de la Muerte (o lo que es lo mismo, la de El Retorno del Jedi) como piloto rebelde… y fue una auténtica locura de lo emocionante que resultó, bien merecía la pena la cola para acceder a la máquina de recreativa. Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo un tráiler del videojuego:


Finalmente, pude hacerme poco rato después tanto con Otakus y Mazmorras, con la suerte de que Helena Bermejo y José Palacios me lo dedicaron, como con el segundo sketchbook de Pedro Delgado. A destacar de este autor (además de ser el progenitor de La Isla), que al enterarse de que ya tenía su primer libro de bocetos de otra edición del Expocómic, me hizo un descuento en el segundo. Este tomo tenía un total de 3 portadas alternativas según el gusto del consumidor, decidiéndose el que esto escribe por la que contaba con Imperator Furiosa.


Marcaba el reloj las 18:00, y con los objetivos cumplidos ese día en el Expocómic, me dirigí al Fnac de Callao para asistir a las Jornadas Comiqueras que allí tenían lugar.


Este paralelo evento comiquero, llevado a cabo por Fnac durante toda la semana al calor del Expocómic, organizó distintas actividades y pudo traer a distintos autores a presentar y dedicar sus obras a los lectores. Como punto positivo, el gran esfuerzo que realizaron por dar a conocer el mundo del noveno arte. Como punto negativo, el despiste con algunos de los autores que tenían que firmar ese día, no poniéndoles los organizadores una mesa con sus respectivos tomos con antelación o situándoles apartados del resto autores en los límites de cada pasillo, con lo que era difícil encontrar a algunos guionistas e ilustradores. Errar es humano, y más con una cita que tiene a 60 autores invitados, y aunque no fue malintencionado ni uno ni otro fallo (los encargados del Fnac destilaban simpatía y ganas de ayudar a autores y aficionados), sí que conviene recordar estos graves fallos para perfeccionar futuros encuentros.

Llegó a mí este conocimiento de primera mano, y todo ello buscando a Lolita Aldea, a la que se acabaría situando hacia el final de uno de los pasillos del tercer piso, si bien en ningún momento le falto una sonrisa para sus fans cuando estos iban localizándola. Caso similar fue el de Studio Kôsen, en una posición más periférica aún si cabe que Aldea. Al menos, este tipo de casos fueron los menos, y a la mayoría de autores se les podía encontrar fácilmente, completando mi recorrido por el Fnac al toparme con la mesa de David Rubín para que me dedicase la saga de Aurora West. Especial mención al señor Peter, que a cambio de que yo le pidiera a Rubín que le dedicase sus entradas del Expocómic (no en vano este autor había hecho el cartel del evento de este año, quedando plasmado aquel en los boletos), me cedió su sitio en la cola, por haberle surgido un compromiso. Comenté con el jovial autor (que nunca para de dedicar y dibujar hasta que ya no le quedan seguidores allá donde va) lo mucho que me había gustado su participación en la obra de Paul Pope, y estuvimos comentando esta, y alguna que otra obra del mundillo. Por mi parte, y con el triple objetivo del Fnac cumplido, me retiré bastante agotado al calor del hogar. Lo bueno de la jornada es que había podido cumplir todos mis objetivos, por lo que el sábado, el día más agotador, podría tomármelo con relativa calma (crónica del sábado: http://caballerodecastilla.blogspot.com.es/2015/12/cronica-del-expocomic-2015-sabado.html).

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