miércoles, 19 de octubre de 2016

Heroínas mancas

Poco a poco se van dejando sentir en las redes sociales más y más opiniones sobre el papel de los personajes femeninos en la ficción. Particularmente candente es el debate en torno a las mujeres guerreras por motivos tales como su papel de menor importancia en la trama con respecto a sus contrapartes masculinas, o el hecho de que su aspecto no sea coherente con respecto a su oficio: ropa inadecuada por su poca comodidad para la lucha, constante sexualización, escasez de cicatrices… Precisamente al último de estos aspectos se va a dedicar este artículo mediante tres heroínas que han sufrido la amputación de una de sus extremidades, concretamente el brazo izquierdo. Y, como viene siendo habitual  en este blog, se ha recurrido a dibujantes nacionales para ilustrar la entrada de marras.

Aprovecho este párrafo para, antes de entrar en materia, felicitar a Cuervo Fúnebre por su estupendo blog (http://elvuelodelcuervofunebre.blogspot.com.es/), así como para recomendároslo a todos, ya que ha sido este articulista el inspirador de esta entrada. Y ahora, sin más dilación, pasaré a hablar de las heroínas en cuestión, aunque no sin avisar desde este mismo momento en que las siguientes líneas contienen datos importantes de cada una de sus respectivas tramas (los infames spoilers), por lo que andaros con ojo al leer lo que sigue.

Imperator Furiosa, de Mad Max: Furia en la carretera (película de George Miller)

Imperator Furiosa dibujada por Luis Rodrigo Duque

No es mucho lo que se sabe del pasado de Furiosa, puesto que ni siquiera es conocida la forma en que quedó desposeída de buena parte de su brazo izquierdo. Lo que sí se sabe es que fue separada en su niñez de la tribu a la que pertenecía por los soldados de Immortan Joe para ser convertida en esclava. Sin embargo, gracias a sus habilidades marciales, iría ascendiendo en La Ciudadela hasta convertirse en Imperator, o lo que es lo mismo, general del contingente de los War Boys solo por debajo en autoridad del propio Joe.

Pese a la alta graduación alcanzada entre sus compañeros de armas, Furiosa estaba lejos de estar satisfecha con ella, puesto que detestaba en secreto a Immortan Joe y a todo su ejército. Por ello, tras ganarse sobradamente la confianza del tirano de La Ciudadela y sus soldados, empezó a maquinar una fuga en la que no solamente participaría ella, sino también las jóvenes que conformaban el harén de su caudillo. De esta manera, durante unas maniobras ordinarias para recolectar combustible en Ciudad de la Gasolina, dio comienzo a su ambicioso plan a bordo de un imponente camión de guerra en donde iban ocultas sus protegidas.

Tal y como debía pasar antes o después, Immortan Joe acabó por darse cuenta de que sus esclavas le habían sido arrebatadas. Sabiendo que para garantizar su descendencia y legado aquellas les eran imprescindibles, emprendió una expedición con cuántos soldados estaban a su disposición. Con una gran habilidad al volante, Furiosa consiguió dar esquinazo a través del desierto a casi todos sus fanáticos perseguidores tras internarse en una tormenta eléctrica. No obstante, hubo uno que si la alcanzó: el joven Nux. Sin embargo, sonrió aquí la suerte a Furiosa: su adversario llevaba aprisionado a Max Rockatansky, antiguo policía relegado a ser una “bolsa de sangre” dada la universalidad del líquido elemental que corría por sus venas. Tras noquear a Nux, tanto Max como Furiosa y sus acompañantes acaban por llegar a la conclusión de que se necesitan mutuamente para escapar de Joe.

Gracias a esta alianza, los fugados pudieron escapar de sus perseguidores, logrando llegar tras un peligroso viaje hasta la tierra que viera nacer a Furiosa. Pero aquella había cambiado radicalmente: ya no era un vergel, sino un fétido pantano rodeado por un sofocante desierto. Fruto del encontronazo con la realidad, Furiosa ya solamente quería escapar lejos para tratar de hallar un nuevo paraíso en el que volver a empezar. Sin embargo, Max acabó por convencer a la guerrera de que la solución no pasaba por huir, sino por tomar al toro por los cuernos, es decir, dar un golpe de mano contra la Ciudadela, aprovechando que Immortan Joe y casi todas sus tropas estaban fuera de la misma. Esta jugada tendrá como resultado un éxito rotundo, al perecer durante la misma no solamente Joe, sino buena parte de su maquinaria militar, quedando desde aquel momento Furiosa como jefa de aquel oasis en medio de las arenas.

Furiosa es una experta luchadora tanto en el combate a distancia como en el cuerpo a cuerpo, gozando de gran dominio tanto en el manejo de armas convencionales como en las de carácter improvisado. Sus capacidades mentales van parejas a las físicas, puesto que es una experta piloto, mecánica y estratega con grandes dotes para el mando, debiéndose sumar a todo esto una notable capacidad de previsión e incluso improvisación.

Claudia, de Ugnis (obra de Kaoru Okino)

Claudia dibujada por María Valentina 

Perteneciente a una familia de herreros, ya desde joven Claudia destacaba por su buen hacer en lo referente a forjar armas. Igual que tantos otros, el día que Zemes Rose desató la maldición del Dios del Fuego, su vida dio un giro de ciento ochenta grados. En primer lugar perdió a su madre por la cobardía que le impidió socorrerla de las tropas de Rose. Luego fue alcanzada en el brazo izquierdo por el fuego maldito, pasando a ser una ugnis cuyas llamas naranjas ocultaban su miedo. Más tarde, su padre, ahora viudo, intentó librar a Claudia de la maldición: buscando el valor en el  fondo de una botella, amputó el brazo siniestro de su hija por medio de un hachazo. Sin embargo, la maldición no se desvaneció y reapareció en el ombligo de la joven, lo que acabaría provocando que el padre de la misma, desesperado, acabase suicidándose.

Ahora completamente huérfana y en medio de la ola de temor que se estaba extendiendo por todo Eldur contra los ugnis, Claudia consiguió ponerse a salvo al llegar al refugio para malditos del Reino del Fuego. Desde allí pronto empezaría a hacerse cargo de cuantos ugnis buscasen refugio, aprendiendo paulatinamente más y más sobre la maldición de Rose hasta llegar a conocer como controlarla y evitar que se extendiese por los cuerpos y mentes de los afectados. Sin embargo, poco duro la calma de su nueva vida, ya que el brujo Adel, buscando cazar ugnis, logró infiltrarse entre los refugiados abusando de la confianza de la herrera para, pese a ser descubierto, acabar con la vida de la híbrida Mao. Desde aquel momento Claudia se prometió así misma acabar con Adel, para evitar que nadie más volviese a correr la suerte de Mao.

Será en este contexto cuando Claudia y su círculo de confianza (Eudan, Crow, Eras y Buppel) salven las vidas de Elizabeth Green y Gerard Watson, ambos a punto de ser finados por Adel. Trabará la manca muy pronto una estrecha amistad con Elizabeth, convirtiéndose en su maestra a fin de preparar a aquella para su tan ansiado enfrentamiento con Rose. La prueba de fuego del adiestramiento será ayudar a Claudia a detener definitivamente a Adel, siendo vital la intervención de Zabe para que Claudia no matase a su odiado enemigo perdiéndose a sí misma para el camino. Tras esto, y con el refugio de Eldur a buen recaudo de la amenaza de los cazadores de ugnis, Claudia se unió a la cruzada de Elizabeth para detener a Rose y curar a todos los malditos por el Dios del Fuego.

De personalidad jovial con sus amistades y de trato amable con los recién conocidos, contrasta en mucho la ferocidad que Claudia muestra en combate, ya sea armada con hacha o alabarda. Sin embargo, su actitud evoluciona a lo largo de las páginas del comic, sobre todo a raíz del complejo debate que tuvo con Zabe sobre la naturaleza de la guerra y la moralidad de los que en ella combaten, pasando a hacer prisioneros desde aquel momento. Pese a esto último, su ardor guerrero no se ve para nada disminuido, siendo todavía, pese a esta progresión moral, una excelente guerrera. Combatiente a un mismo tiempo ágil y fuerte (compensando en este sentido la pérdida de la mayor parte del brazo izquierdo con su condición de ugnis), es a la par una excelente líder. Buena planificadora y estratega, saca de la gente a su cargo lo mejor, no dudando en arriesgar su vida en pos de un bien mayor.

Irene, de Claymore (obra de Norihiro Yagi)

Irene dibujada por Sansagaz

Irene llegó a alcanzar durante la generación de claymores encabezada por Teresa el nada desdeñable segundo puesto de la jerarquía de la Hermandad. Apodada por sus compañeras como "Espada fugaz" por la velocidad con la que esgrimía su mandoble, fue una de las elegidas para buscar y ejecutar a Teresa cuando aquella se sublevó contra las leyes de las brujas de ojos plateados, junto con Noel, Sophia y Priscilla. Aquella misión, ya de por sí complicada, se acabó torciendo de la peor de las maneras posibles, con una guerrera tan prometedora como Priscilla rebasando sus límites hasta acabar convirtiéndose en una poderosa despertada. A esto había que sumarle la muerte, a manos de Priscilla, no solamente de Teresa, sino también de Noel, Sophia e Irene, lo cual implicaba que, de un plumazo, la Hermandad había perdido a su cúspide militar.

Sin embargo, esto no era del todo cierto. Irene, aun con las graves heridas fruto del encuentro con Priscilla en donde llegó incluso a perder el brazo izquierdo, consiguió sobrevivir. Sin embargo, aquella Claymore ya no era la misma de antes de enfrentarse al monstruo que la dejó manca: era ahora consciente de su mortalidad, con el consiguiente miedo a morir. Por esto último, y tras fingir su propia defunción, desertó de la Hermandad, consiguiendo al poco cobijarse en una cuenca que, protegida por una alta cordillera, la mantuvo durante mucho tiempo alejada de todo lo referente a espectros, despertados y claymores. Sin embargo, varios años después, quiso el destino que el segundo de los duelos entre Clare y Ophelia fuera percibido por Irene, que extrañada de sentir el aura de Teresa, se acercó a la lucha a indagar. Su aparición salvó la vida de Clare, ya que pese a los años transcurridos en el ostracismo, su esgrima seguía siendo impecable, con lo que derrotó a Ophelia.

Una semana después del fortuito reencuentro, Irene, tras curar las heridas de Clare, descubrió que aquella joven había sido la niña por la que Teresa había renegado de la Hermandad. Tras tratar de convencer a la nº 47 de que olvidase la beligerancia y viviera en paz (tal como la propia Irene), la antigua nº 2 acabó por entender que no haría cambiar de mentalidad a Clare. Por ello, la veterana se decidió por adiestrar a la joven personalmente de tal modo tuviese más posibilidades de sobrevivir a futuros luchas, más si cabe ahora que Clare estaba impedida del brazo derecho, con el consiguiente reaprendizaje del manejo de la espada con la mano izquierda.

Las cualidades de Irene son muy variadas. Sin contar con su gran habilidad estratégica y guerrera, la más notable quizás sea su capacidad de liderazgo, logrando lo mismo acabar en el momento con las trifulcas fruto de la rivalidad entre Sophia y Noel, que coordinar adecuadamente a las personas bajo su cargo (con la importante excepción de Priscilla hacia el final de la misión ejecutora, claro). Aunque a primera vista se trata de una mujer fría, en realidad  se preocupa por las personas a su cargo, demostrándose así que no se debe juzgar un libro por su portada. A estas virtudes hay que sumar la de superar sus miedos, algo a lo que van muy unidos su generosidad y capacidad de sacrificio, algo que ya sabrán los que hayan leído la obra.

Análisis y puntos en común entre las tres heroínas reseñadas

Es tan curioso como interesante que las tres personalidades hasta ahora comentadas tengan entre sí varios puntos en común, sobre todo si se tiene en cuenta que proceden de tres ámbitos tan culturalmente distintos como el anglosajón, el hispano y el nipón. Y como muestra de ello, los siguientes puntos en común:

Superación de las minusvalías físicas: si en algo destacan Furiosa, Claudia e Irene frente a otros personajes de su mismo género es por lo alejadas que están del canon de belleza tan común en las mujeres guerreras de la ficción, con las mutilaciones bien visibles que cada una de ellas porta. En mi opinión, este rasgo no solamente les confiere mucha personalidad como combatientes de primera línea (con las cicatrices que ello conlleva), sino también como personas que no se rinden ante las dificultades que les van surgiendo en la vida, y que, pese a los graves obstáculos, aprenden a sobrellevar sus mutilaciones y a vivir con ellas.

Redención: muy en la línea del anterior punto, cada una de los personajes señalados tiene uno o más hechos de su pasado de los que no sentir orgulloso: las atrocidades cometidas en nombre de un tirano, abandonar a la propia madre a una muerte segura, contribuir a la creación de un monstruo como jamás se había visto… Sin embargo, después de la desesperación, estas heroínas decidieron redimirse a sí mismas y hacer todo lo posible para, si no reparar los destrozos que habían causado, si compensarlos: representar a la vida contra la muerte, ayudar a quienes tuviesen los mismos problemas que ellas, y, en definitiva, mejorar el mundo.

Guerreras consumadas: frente a otras féminas de lo fantástico, Furiosa, Claudia e Irene se ven a menudo forzadas a combatir, en batallas de todo tipo, desde las que vencen con facilidad a las que llevan las de perder: las habidas contra Immortan Joe, el Golem Titán o Teresa son ejemplos de esto último. Sin embargo, los enemigos no las amedrentan, poniendo todo su empeño y dedicación para obtener el triunfo.

Mentoras de los personajes protagónicos: ya sea con Irene adiestrando a Clare mientras le ayuda a adaptarse a ser zurda, con Claudia entrenando a Zabe para luchar contra Rose o con Furiosa haciendo recobrar a Max la esperanza en la humanidad, las tres guerreras se convierten en mentoras de aquellos que las rodean. La enseñanza muchas veces es mutua, puesto que en los tres casos los discípulos también enseñan o hacen ver a sus preceptoras nuevas enseñanzas.

Grandes líderes: principalmente en el terreno combativo, pero también en otras materias, las tres heroínas señaladas recaban rápidamente la atención de sus acompañantes como buenas líderes, ganándose la lealtad de sus allegados tanto por su carisma como por otros importantes elementos: predicar con el ejemplo, experiencia en distintas lides o sincera preocupación por los que la rodean.

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Y aquí acaba este artículo. Confío en que os haya gustado y que os haya servido, entre otras cosas, como inspiración y como medio para conocer varias historias de lo más atractivo.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado y muchas gracias por mencionarme, de verdad. A Irene no la conocía, pero a la que uno rasca un poco van saliendo personajes que como ellas, superan sus minusvalías convirtiéndolas en fortalezas.

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    1. Ya llevaba un tiempo pergeñando la entrada, pero ha sido gracias a tus artículos (y a haber podido reunir finalmente las tres ilustraciones) que he obtenido el impulso para hacerlo, así que lo menos que podía hacer era mencionar tu aportación psicológica.

      Respecto a Claymore, sospecho que te va a gustar mucho si le das una oportunidad al manga o al anime, particularmente en lo referente a personajes como Clare, Teresa, Irene, Miria o Galatea.

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  2. Yo asi la primera que estaba siempre llena de cortes y vendas fue Tank Girl que ahora con las suicide girl no destaca tanto pero para mi la preimera vez fue todo un golpe.REalmente encontrar protas con daños graves es dificil pero me parece que en 2000 adelante es mas comun verlo , incluso con Bakemono de las Xian nu o elfed lied

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    1. Ciertamente, según va pasando el tiempo más se van dejando ver. Además de Mayu (como bien has señalado), se me ocurren en este momento Zombirella de "Virtual Hero", Laura de "Baila conmigo" o Litzy de "Unleashed".

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