domingo, 21 de abril de 2019

Isabellae, de Raule y Gabor – Tomos 4, 5 y 6

En la reseña de hoy toca hablar sobre el segundo arco de Isabellae, aquel que concluye la saga iniciada por Raule (https://www.facebook.com/raule.anisaarsis) y Gabor (https://www.facebook.com/gabriel.lopez.31542841) varios años atrás. En caso de que no conozcáis la saga, dejad de leer esta reseña y, en su lugar, echadle un ojo a la del primer tomo:


Tras una odisea marítima, Isabellae, Jinku, Masshiroi y Qiang llegan a Irlanda para que la primera pueda dar cumplimiento a su destino. Para ganarse el favor de los isleños, el grupo habrá de rescatar al rey Caindelbain de la prisión en la que Juan sin Tierra lo retiene. Poco sospechan Isabellae y sus compañeros que, con esta incursión, han iniciado una serie de acontecimientos que dictarán el destino de la Isla Esmeralda y sus habitantes.

Y, con estos tres volúmenes, queda concluida la saga de la samurái mestiza y pelirroja. Frente a los tres primeros, que nos relataban las peripecias de la espadachina mientras realizaba la búsqueda de su hermana Siuko y la formación de su particular cuadrilla entre Japón y China, estos tres últimos se centran en la misión de la joven en Irlanda. Esta, que inicia de forma relativamente sencilla con una operación de rescate, acaba por convertirse en un complejo conflicto en donde la lucha entre celtas e ingleses (junto a normandos) queda eclipsado con la aparición de los fomorianos. Todo esto en el cuarto tomo, puesto que el quinto es una gigantesca batalla de principio a fin, con un derroche de épica tremendo tras un cuarto tomo que establecía muy bien el contexto dónde se mueven los personajes. Peor suerte corre el sexto tomo que, tras todo lo ocurrido en su predecesor, pierde fuelle en su clímax y desenlace: hay alguna que otra incoherencia, decisiones irreales, ganas de satisfacer a los lectores por puro placer… Todo esto no arruina la saga (ni mucho menos), pero le quita lustre y deja cierto sabor amargo al cerrar las tapas del último libro de Isabellae. Para compensar lo anterior, no obstante, hay que volver a la cuarta parte, y lo bien que se mete al lector en la ocupación inglesa de Irlanda por parte de Juan sin Tierra mientras Ricardo Corazón de León guerrea en Francia o en la solemnidad que se transmite a través de la colina de Tara.


Los personajes pueden dividirse entre veteranos y nuevos. De los primeros, se pueden decir un par de cosas: Jinku sigue siendo un niño, más maduro de lo normal por todo lo que ha vivido, pero un niño a fin de cuentas, y esto es algo que se agradece; se da algo más de desarrollo a Quiang con detalles como el guqin o los sentimientos que muestra por Eileen; la consolidación de la relación entre Masshiroi e Isabellae… Del personaje principal, además, también hay que señalar que ha madurado a lo largo de los capítulos y años y, pese a ello, sigue cometiendo errores, haciendo todo esto de Isabellae una figura más humana y disfrutable. En lo referente a los nuevos personajes, el autor no se ha quedado corto. Para empezar, tenemos a los irlandeses, con figuras como la de Caindelbain con toda su dignidad o la del príncipe Lorcan, con la nobleza de su carácter mezclada con la pasión e impaciencia de su juventud, así como otros cuantos más, tal y como unos inconsistentes druidas. Por otra parte tenemos a los ingleses, los en un principio grandes y crueles villanos del arco argumental. Destaca a la cabeza de ellos Juan I de Inglaterra, figura maquiavélica y que se hace bastante realista y lógica en su modo de proceder y  actuar, siendo un gran acierto haber puesto a su lado a Godofredo para internarnos en su mente. La introducción repentina y demencial de los fomorianos, además de pillar por sorpresa al lector y suponer una buena introducción a la mitología irlandesa para los no iniciados, queda un tanto desdibujada al no profundizar en estos seres oscuros, y mostrar a su líder, Bres, más como un amasijo de músculos que como un monarca. Algunos conocidos de los mismísimos principios de la saga reaparecen, aunque a un servidor no le terminan de convencer del todo sus reincorporaciones en suelo céltico.

Respecto al dibujo, Gabor sigue brindando al público un suculento festín visual. No tiene este artista mucho problema en pasar el Medievo asiático al europeo y así lo demuestra en este segundo arco argumental. Asaltos nocturnos a prisiones muy guarnecidas, festejos y celebraciones celtas, conclaves druídicos, ejecuciones públicas… todo esto y mucho más es lo que se ilustra maravillosamente. Cabe destacar que, de las escaramuzas que se vieron en los primeros tres tomos se pasa a auténticas batallas multitudinarias con buen pie, sin que el lector se pierda en ningún momento entre tanto combatiente. El abanico expresivo de las viñetas es tan diverso como los acontecimientos que aparecen en las diferentes páginas: amor, bochorno, cariño, crueldad, desesperación, determinación, extrañeza…y todo ello con naturalidad, alejándose de lo hiperbólico. De poner un par de defectos, serían los siguientes: el desagradable tono verdoso de las páginas 18 y 19 del cuarto volumen y el hecho de que sea fácil confundir a unas cuantas mujeres pelirrojas (la madre y la abuela de Isabellae, Eileen, la madre de Lorcan…). Fuera de esto, poco más hay que añadir salvo señalar los oscuros y devastadores diseños de los fomorianos, por la potencia y la peligrosidad que desprenden, así como las ilustraciones que sintetizan la marcha del grupo de Isabellae por el mundo en pos de Irlanda.


En conclusión, que si os gustaron las anteriores peripecias de Isabellae, dadle una oportunidad a su conclusión, pues pese a no ser perfecta, es más que disfrutable y satisfactoria. Podéis haceros con los tomos cuarto, quinto y sexto (de una cincuentena de páginas por número) gracias a Norma Editorial por un precio de 14€ el volumen.

Por último, las dedicatorias que me hizo el amable Gabor en los tebeos durante las Jornadas Comiqueras del Fnac Callao de 2017 y 2018. ¡Gracias de nuevo!     



2 comentarios:

  1. Faaaaa, 6 tomos. La verdad que la obra promete, habría que ver si lo puedo conseguir en su totalidad...y el precio final por estos lares XD XD XD. Una brazo Santi, muy bueno como siempre :)

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    1. Sí, es lo malo de las sagas largas... Échale un ojo al primer tomo y luego decide si vale o no la pena hacerte con toda la colección.

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