domingo, 4 de agosto de 2019

Ciencia ficción a la española

Hoy toca triple reseña, con un trío de obras que, pese a sus distintos formatos, tienen en común encajar dentro de la ciencia ficción y su autoría española.


Para empezar, tenemos Proyecto Alfa, de Caryanna Reuven (https://twitter.com/caryannareuven). En esta novela corta, Alisa es una científica que ha usado su propio ADN para crear soldados clon con los que su gobierno pretende vencer a la Confederación. De momento, solo la clon Alfa ha demostrado ser un ejemplar exitoso del proyecto: con sus apenas tres meses de vida, no solo cuenta con un cuerpo adulto, sino con una mente cada vez más sagaz. Pero todos los planes científicos se van al traste cuando su nave laboratorio, la Karelia, es atacada salvajemente y estrellada contra un planeta desconocido. Tras esto, Alisa y Alfa, aparentemente las únicas supervivientes del ataque, deberán aprender a convivir y a trabajar en equipo si quieren salir airosas de la experiencia.

Esta novela corta es destacable por dos motivos: la reflexión que realiza en torno a la clonación y su dúo protagónico. En lo referente a la clonación, es interesante cómo se aborda la cuestión del ente original y la réplica, con las importantes diferencias entre ambos en lo mental y espiritual pese a las similitudes físicas. Importante es también la reflexión sobre la irresponsabilidad científica, concretamente a través de cómo se siente Alisa respecto a Alfa: primero triunfante por el éxito en ingeniería biológica, pero después horrorizada y asqueada (de forma infundada o no) al comenzar a temer que el clon pueda superar al original y ser más que ella. Y aquí es en dónde ya se puede hablar del segundo elemento más reseñable de la obra: sus dos personajes principales y su evolución individual y  conjunta. Alfa es prácticamente una niña en un cuerpo adulto, curiosa e intuitiva, siempre queriendo saber más, y su desarrollo como persona se hace muy creíble y tierno. Alisa, por otra parte, empieza siendo un personaje bastante antipático al lector, muy despótico e insensible, aunque el paso de las páginas permite empatizar más con ella. La dinámica entre Alisa y Alfa también evoluciona en mucho,  aunque no se comentará nada de ello en estas líneas para no destripar la novela. De criticar algo de la obra sería, por un lado, su principio, por lo reiterativas e incluso lentas que pueden resultar sus primeras páginas; por otro, que la inclusión del lenguaje no binario descentrará a los seguidores de la RAE, tal y como la segunda obra de esta entrada.

En conclusión, si os gusta la ciencia ficción filosófica y con buenos personajes, dadle una oportunidad a Proyecto Alfa, obra de 162 páginas que podéis conseguir bien en físico gracias a NEUH por 7€, bien en digital por 2€: https://www.neuh.es/catalogo/proyecto-alfa/


Continuamos con Torres de Vinilo y Neón, relato de Guillermo Jiménez (https://twitter.com/GuilleJiCan). Aquí, Clara está dando los últimos retoques a su videojuego, Torres de Vinilo y Neón, antes de ponerlo a la venta. Clara cuenta para ello con la compañía de Luz, su nueva novia, la cual prueba con gran ilusión el tutorial en busca de fallos a modo de testeo. Sin embargo, este momento de diversión se esfumará cuando la Inteligencia Artificial del juego decida actuar por su cuenta y riesgo: capaz de operar más allá del mundo digital, secuestra a Vicky, la expareja de Clara y parte del dúo creador de Torres de Vinilo y Neón. La IA, como condición para liberar a Vicky, impondrá a Clara un desafío. Lo que esta última no sabe es hasta qué punto se trastocará su vida el aceptarlo.

Torres de Vinilo y Neón es un relato que combina varios elementos: el gusto por el mundo de los videojuegos, una Inteligencia Artificial que va mucho más allá de su programación y la problemática de las relaciones personales truncadas. Respecto a los videojuegos, se nota el conocimiento y cariño que le tiene al medio Guillermo Jiménez, con detalles como la programación detrás de cada mundo virtual o  los speedrun como reto y entretenimiento personal. En este sentido, si bien los combates están muy bien descritos, no pasa lo mismo con los escenarios, quedándose corta la voz narradora a la hora de verbalizarlos. Por otra parte, la IA, de nombre Mai, además de ser la entidad que convierte esta narración en ciencia ficción, combina de forma interesante dos cualidades tan contrapuestas como la crueldad y la filantropía. Por último, hay que señalar que las relaciones interpersonales de los personajes de la obra generan sentimientos encontrados. Así, si la relación entre Clara y Luz es bonita y agradable, cuando se descubre el motivo de la ruptura entre Clara y Vicky se hace un tanto flojo, casi una excusa para mover la trama, puesto que el problema entre ambas se podía haber arreglado hablando. Eso sí, la frustración y el deseo por salir de una situación desesperante, virtual o económica, se hace muy real.

En conclusión, si os gustan las obras que tienen como escenario y motor los videojuegos, dadle una oportunidad a  Torres de Vinilo y Neón, obra autoeditada de 47 páginas que podéis adquirirle a Guillermo Jiménez por 5´20€ en formato físico o por 0´99€ en formato digital: https://www.amazon.es/Torres-Vinilo-Ne%C3%B3n-antolog%C3%ADa-Iridiscencia/dp/1726659429/



Materia oscura es un fanzine que contiene cuatro tebeos y un relato corto, todos ellos de ciencia ficción pese a la diferente manera de abordar el género por parte de sus distintos autores.

Así, en Lil y Ray, de Jenni C. (https://twitter.com/Jennulus), tenemos una obra de lo más divertida y simpática, con una bióloga y una ilustradora que deben documentar las especies desconocidas de un planeta salvaje, con la particularidad de que la segunda es muda y la primera lleva muy bien la voz cantante de la expedición, pero sin afectar esto para nada a los diálogos entre ambas, por el buen ejercicio de lenguaje corporal hecho por la autora.

Héroe Galáctico, de Josep Busquet (https://twitter.com/josepbusquet), tiene una estructura casi enteramente dialogada, con unas conversaciones muy fluidas y una ironía bien empleada (pero que no se explota todo lo posible), con un veterano conquistador con problemas en la aduana mientras intenta volver a su hogar.

La torre de Babel (de Jony Puente) y La caída de los falsos ídolos (de Elena Ibáñez), pese a sus diferencias, tienen bastantes puntos en común, con una clara crítica a la corrupción humana y un ansia palpable por salvar la civilización y al medio ambiente, viniendo esa salvación de nuestro interior… o de más allá. El dibujo suele seguir una estética decadente, aunque apuntando más hacia lo tecnológico con Puente y más hacia lo físico con Ibánez.

La Gran Partida, de Pablo J. Mazón (https://twitter.com/pjmazon), muestra a tres mercenarias abordando un gran carguero a la deriva, siendo el final de su expedición un genial giro argumental que dejará a más de uno sonriendo, y todo ello con un imaginativo apartado gráfico.

Por todo lo dicho, si os gustaría tener entre vuestras manos una muy variada miscelánea de ciencia ficción, no dudéis en haceros con Materia Oscura, fanzine que cuesta 5€ y con un total de 36 páginas.

¡Gracias de nuevo a todos los autores por vuestra amabilidad y dedicatorias!

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