viernes, 20 de diciembre de 2019

Crónica del Salón del Cómic de Zaragoza 2019

Hoy toca hablar sobre mi paso por la edición XVIII del Salón del Cómic de Zaragoza en la jornada del sábado 14 de diciembre, aunque no sin antes volver a agradecer a su organización el pase de prensa que tuvo a bien volver a concederme.


El evento abrió puntualmente a las 11:00, aunque los acreditados podían acceder previamente al mismo de Auditorio de Zaragoza para coger sus pases. Si no se estaba entre estos últimos, dos colas había para acceder a la feria: la de aquellos que tenían pendiente adquirir su entrada y la de aquellos que ya la habían conseguido en preventa, con la segunda siendo considerablemente más rápida y corta que la primera.  


Ya en el evento propiamente dicho, había tres pasillos, cada uno de los cuales tenía filas de puestos a ambos lados, lo cual daba lugar a seis hileras de puestos de distintos tipos: editoriales, librerías y fanzines. De esta manera, predominaban por mucho los tebeos a figuras y coleccionables relacionados con el comic o no (tal y como los funkos, por poner un solo ejemplo).



Ya dado el pistoletazo de salida, la gente fue poco a poco llenando el evento. En primer lugar, me decidí a echar un ojo a Drakul Editorial hasta que empezasen las sesiones de firmas con horarios ya planificados en mi agenda. Afortunadamente, allí ya estaba Javier Ara, y entre que repasábamos Atraco a mano alzada, me estuvo dedicando y comentando sus dos nuevas obras: La gran batalla de los Gusis y Dark Investment, ambas muy distintas entre sí y de la previamente citada. 



Sobre las 11:30 me acerqué al escenario de las firmas, con tan buena suerte que era el segundo en la fila para José Fonollosa. Mientras me dedicaba Vampi, estuvimos comentado sobre el mundillo del comic español en particular y general, así como sobre las múltiples bromas de las redes sociales entre él y Jordi Bayarri. 


Segundo objetivo marcado por horario en el calendario: Juan Torres. Y a eso de las 11:40 me dirigí a Karras Editorial para tal fin. Una vez más, el segundo puesto, pero la espera se pasó en un suspiro y entre que me dedicaba Apocalypse girl, hablamos sobre la serie de Virtual Hero y su futura segunda temporada, además de sobre cómo le había hecho cambiar su forma de orientar sus obras al público adolescente. 



Con el tiempo de mi parte, me acerqué a la charla-taller de Julia Madrigal y Diego Núñez "Del guión a la página final", conferencia bastante cómica e interesante sobre el proceso de creación de los cómics desde el esbozo mental de la página hasta su total ilustración, con una página a ilustrar por cada asistente sobre el enfrentamiento entre dos magos.




A eso de las 12:10 le tocó el turno al stand de Dibbuks y a la autora Laura Suárez presenciar mi llegada. Mientras esta autora me dedicaba Los cuentos de la niebla, estuvimos comentando sobre leyendas y folclore español, colándose en la conversación las inquietantes Schnabelperchten también. 




El Salón del Cómic de Zaragoza es ante todo un evento familiar en donde todo el mundo, sin importar su edad, puede disfrutar. Los niños, naturalmente, también tienen un importante hueco: talleres de dibujo, cuentacuentos... Magic 4 Smiles, asociación benéfica más que loable, llevó a la feria a varios cosplayers caracterizados como héroes de la talla de Ladybug, Cat Noir o Spiderman.




Continúe con mi deambular hasta la mesa de Sally Books, ubicación dónde me reencontré con Manu Gutiérrez, autor que me dedicó La invocación de Ion, para que poco después César Herce hiciera lo poco con Invierno índigo



Jordi Bayarri sería mi siguiente objetivo, con el susodicho gozando de numerosas visitas por parte de un gran gentío que iba desde niños en busca de sus tebeos sobre científicos hasta veteranos seguidores de Entre tinieblas. Yo, uno de estos últimos, además de conseguir el noveno número de esta colección, también me hice con su Calzador de mesas y su tercer sketchbook, obteniendo además de regalo un comic sobre sus peripecias escocesas. 



Antes de partir a comer, me dirigí al puesto de GP Ediciones, ya que desde Sally Books se me había recomendado encarecidamente darle una oportunidad a Subsuelo, de Víctor Solana. No le costó a su creador mucho convencerme para adquirir el tebeo. Y hecho esto, tocó pausa en el salón para descansar y comer de 14:00 a 17:00.




Terminada la pausa, el evento volvió a seguir funcionando a pleno rendimiento. El público siguió acudiendo en gran número a la cita, y pese a que las colas doblaron esquinas y subieron escaleras, avanzaban a un ritmo relativamente bueno. Eso sí, es de justicia dar una explicación a esto: la organización se tomó muy en serio no rebasar el aforo permitido, respetando en todo momento la legalidad vigente.




Empezó mi turno de tarde visitando el puesto de NEUH, pues me había puesto por meta dedicar las últimas horas del sábado a fanzines y autoeditados. Cayeron así, en este primer encuentro, tebeos como Loose Canons y relatos como Shattered Tales u Horizonte 6, todos ellos dedicados. Tocaría esperar para obtener rúbrica en Basakume, pues su autor todavía tardaría en llegar unas horas por compromisos varios. 


Según iba hacia tierras fanzineras, reparé en editoriales que hasta el momento me habían pasado por debajo del radar: Nuevo Nueve y  Amaníaco. En la primera me hice con La casa de la playa y en la segunda con Capablanca, con firma de Joan Mundet incluida




Además de hacerme con varias cosillas en el stand de A. C. Puig, mientras me dedicaba los tomos y charlábamos sobre videojuegos, aproveché para hacer la foto que de este Darth Nihilus que más abajo podéis ver, por ser posiblemente el cosplay que más me gustó de todo el evento.




Tras conseguir superar la zona del escenario principal, rodeada como estaba por los fans del k-pop, llegué a la zona de exposiciones, también habilitada hábilmente como zona de descanso con mesas y sillas e incluso una pequeña cafetería para aquellos que quisieran un respiro y un refrigerio. 




Otra conferencia se avecinaba: la de los autores españoles en América, con David Rubín, David López e Iban Coello (este último como sustituto más que digno de un ausente Carlos Pacheco). Fue esta una charla muy divertida y animada en todo momento, pues pese a tratarse temas serios como verse superado en la entrega de páginas por la saturación y esfuerzo, se hizo en todo momento desde una perspectiva bastante amable.


Justo antes de irme, tuve la suerte de coincidir con Ikan, ilustrador de Basakume, dibujante que me haría un boceto en su tomo sobre la mitología vasca.



Y ese fue mi paso por el Salón del Cómic de Zaragoza de 2019. El evento sigue siendo maravilloso, un faro cultural que ilumina el mundo de los tebeos. Pese a no haber estado en todos los salones patrios, sí que he estado en los de Avilés, Barcelona, Ciudad Real, León, Madrid, Valladolid y Zaragoza, y creo no equivocarme al decir que este último es el más completo, divertido e incluso entrañable: muchísimos autores con muchas editoriales ofreciendo su arte a los interesados, muchas actividades, conferencias y talleres, con una organización atenta, responsable y que disfruta con los tebeos.

¿Puntos a mejorar? Si bien solo se me ocurren dos cosas, ambas están muy supeditadas al Auditorio de Zaragoza: la ausencia de ropero y las colas exteriores. La primera es una nimiedad y tiene que ver con el frío zaragozano de diciembre frente al calor interior; no es que sea un problema serio, ni mucho menos, pero sí un poco incómodo. La afluencia de público ya es otro asunto de más gravedad. De momento, pese a tener las colas una longitud seria, avanzan lenta pero constantemente, con quizás una hora de espera para los casos más extremos. Ahora bien, la organización debería ir pensando en como enfrentarse a ellas si el evento aumenta de notoriedad nacional, algo más que probable dada la calidad de esta cita cultural.

4 comentarios:

  1. Ufff...contrarreloj hiciste varias firmas y conseguiste obras. Muy lindo cuando sucede esto, de paso miras novedades y puedes leer y leer. Gracias por la reseña Santi

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    1. La verdad es que, además de tener la suerte de pillar las colas en los puestos primero o segundo en su mayoría, ayudó mucho que varios de los autores empezaron a dedicar y dibujar antes de que empezasen sus sesiones oficialmente, lo cual dice mucho de su profesionalidad, por su manera de deberse a los fans.

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  2. Me ha sorprendido la cantidad de autores que acuden al evento, ¡eso debería ocurrir en todos! Que los salones de cómics deberían girar, aunque sea una perogrullada decirlo, sobre los tebeos y los que los hacen posible, y no sobre la mercadotecnia y productos paralelos (que tampoco está mal que haya algo).

    Buena cosecha sin duda.

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    1. ¡Es que, efectivamente, es lo lógico, ja, ja, ja, ja!
      Ahora en serio, si tienes oportunidad de ir un año al Salón del Cómic de Zaragoza, ve, pues es espectacular.

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