En la reseña de hoy toca hablar de El último Rey Mono, relato corto de Marina Golondrina (https://twitter.com/MGolondrinart).
Hanú es un himaya (u hombre mono) que, por lo exótico de su
derrotada raza, es exhibido en el circo de Igo como trapecista, aprovechándose
el director del espectáculo de la agilidad y los reflejos del esclavizado simio.
La tristona y encadenada existencia de Hanú, sin embargo, empezará a cambiar
cuando conozca a Dinis, uno de sus espectadores más jóvenes.
Un tema recurrente en las artes y en la mentalidad humana es
la libertad, un don muy preciado que muchos ni saben que tienen. Y aquí es donde entran obras como El
último Rey Mono, para recordarnos esta cuestión: Hanú es un esclavo cuya
función es entretener a los otros y hacerles sonreír y asombrarse, pese a estar
él seriamente deprimido, tanto por su situación particular como por la de sus
semejantes, los himaya. Ahora bien, como la esperanza puede aparecer incluso en
los sitios más inesperados, un miembro del público animará al acróbata con su
inocencia, ingenuidad y buena intención: Dinis, un niño humano que admira a
Hanú desde lo más profundo de su ser y que provocará que se inspiren mutuamente
el uno al otro.
Cuestión importante es señalar que Dinis es humano, por
subrayar que las personas son, en este mundo, la facción dominante y que ha puesto
a otras criaturas inteligentes (mayoritariamente animales antropomórficos) bajo
su dominio a través de La Torre, una poderosa institución, tan ominosa como misteriosa.
Y es que este relato corto es parte de un universo más grande que la autora
está escribiendo en estos momentos, haciendo Golondrina muy bien trabajo con El
último Rey Mono para poner los dientes largos a su público, haciéndole
sentir gran curiosidad por su mundo y por el destino que correrá su simiesco
personaje. Eso sí, de criticar algo habría que señalar que, sin contar con Hanú
y Dinis, el resto de los personajes están poco desarrollados y son bastante
maniqueos, aunque siempre se podría justificar esto con las pocas páginas del
presente relato.
En conclusión, si queréis una obra de fantasía entrañable y
con una relación bonita entre sus protagonistas, dadle una oportunidad a El
último Rey Mono. Podéis haceros con este fanzine de 66 páginas de NEUH que,
además de la narración en sí, contiene algunos extras, como ilustraciones del
personaje que da título al presente volumen de manos de su propia creadora.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo la amable
Marina Golondrina durante el Celsius 2021. ¡Gracias de nuevo!
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