Tras una buena noche de descanso por lo sucedido en la tarde del viernes 13, tocaba volver al festival comiquero el sábado 14. Para ser un sábado por la mañana, sorprendía que no hubiera mucha gente en un primer momento en la apertura de las 10:00; habría gente a lo largo de la mañana, sí, pero llegaría sucesivamente en pequeñas oledas.
Para por la mañana, a fin de tener la tarde más relajada,
había dos objetivos prioritarios: Gabriel H. Walta y Fernando Blanco, el
primero por haberme deleitado con su dibujo en obras de terror como El
bosque de los suicidas o El
Velo y el segundo por razones análogas pero con W0rldtr33. Ambos
firmaban a las 12:00, así que si conseguía dedicatorias de ambos por la mañana,
menos jaleo de colas y espera por la tarde. Como apenas empezado el evento ya
se había formado una cola de 5 o 6 personas para Walta en Astiberri, me decidí
ver cómo estaban las cosas para Blanco en la librería Taj Mahal Cómics. Había
que pedir número y a un servidor le tocó el 10. La cosa pintaba complicada,
pero había mucho salón por delante, así que tocaba ir a explorar la zona de
fanzines.
Visible y bien situada en el extremo del auditorio contrario
al escenario y muy cerca de la zona de firmas, este área de jóvenes creadores y
autoedición, como suele ser habitual en estas citas, es ideal para conocer y
aupar nuevos talentos. En mi caso, el primero que llamó mi atención fue la mesa
de Unicornios Estampados en donde, además de adquirirle a la encantadora
Carolina Albalá los tres números del fanzine, cayeron futuribles
regalos y detalles entre postales y calendarios entre que hablábamos de
unicornios, narvales, rinocerontes y gente con helados de cucurucho pegados a
la cabeza.
Justo al lado de este puesto estaba el de @ftercómic y allí
un servidor no pudo evitar enamoriscarse del personaje Little Renna, así que
esta guerrera y sus aventuras se vendrían a Madrid con un servidor. A destacar
que, poco a poco, cada vez vuelva a haber más y más tebeos para todos los públicos, algo tan
loable como necesario para no descuidar a los lectores más chicos e ir creando
una futura cantera de lectores.
Inspeccionada la zona de fanzines, tocaba a eso las 11:20
recorrer los pasillos nuevamente y, además de adquirir alguna que otra cosilla
para regalar en el futuro, me hice en Unrated con Tamia y las memorias del
dragón (aquí otro comic para todos los públicos) y con dedicatoria de su
guionista, David Braña.
Tras visitar el stand de Fandogamia y hablar después de
mucho tiempo con Kamapon entre que me dedicaba su Panda Emporium a eso de las
12:15, tocaba finalmente hacer cola para Gabriel H. Walta. Como cabía esperar,
la cola era todavía más larga que antes, así que tocaba armarse de paciencia. El
problema residía en que en paralelo tenía el número 10 para Blanco, así que
pasaba por mi mente la nada remota posibilidad de tener que renunciar a uno de
los dos. Afortunadamente, la buena voluntad y camaradería resolvió este aprieto:
Raquel Asorey, fotógrafa de las presentes imágenes, al tener el número 12 para
también Fernando Blanco pero ninguna obra de Walta, se quedó guardando mi
puesto en Astiberri mientras a un servidor le llegó el turno para Blanco a las
12:51. Y dibujo pequeño pero bien bonito que cayó (para que le diera tiempo
a dedicarle algo a todo el mundo en sus volúmenes) entre que charlábamos
del proceso de creación de la historia y la ilustración tras W0rldtr33.
Todavía tocó esperar un rato más a que llegará mi turno en la
cola de Astiberri a las 13:33, pero además de con la buena conversación de Raquel
una vez terminó con Blanco y con el joven delante de mí en la fila de Astiberri,
no faltaba buen entretenimiento visual, tal y como con magníficos cosplayers como los dos de la foto de abajo caracterizados de Flynn Rider y Billy
Butcher de, respectivamente, Enredados y The Boys.
Finalmente, llegó mi turno para Walta y, entre que me dedicada
el primer recopilatorio de Carretera Fantasma, hablamos de las obras de terror
que había hecho junto a El Torres y sus respectivos finales. Iba ya tocando ya
la pausa para comer puesta por la organización a las 14:00, ideal para que los
dependientes y artistas descansen un rato, así que recogimos bártulos y
marchamos a comer, pero no sin seguir viendo el buen ambiente reinante: grupos
de amigos y familiares disfrutando con la cultura del noveno arte.
Tras una deliciosa comida en CroquetArte (si os gustan las croquetas
y estáis en Zaragoza, ni os lo penséis: las suyas son tan variadas como ricas)
y un merecido descanso en el hotel haciendo inventario de todo lo adquirido y
firmado, la tarde se presentaba relativamente tranquila, con solo tres objetivos
restantes: Xian Nu Studio, Jaime Infante y Marta Soto. Eso sí: con los dos últimos
podía peligrar mi hora de regreso en tren a Madrid, así que tocaba estar atento
y cruzar los dedos.
Pasó, finalmente, lo que todavía no había pasado por la
mañana: una larguísima cola para entrar en el evento. Y es que un evento tan
bueno como este, con una edición número XXIII, levanta grandes pasiones… Y si sus
entradas de mañana o tarde solo cuestan 1€, más si cabe.
Gracias a los pases de prensa, no tuvimos que lidiar con el
frío y la espera de la larga fila y entramos directamente por la zona de
acreditados a las 16:30. Como la gente tenía que pasar poco a poco, en aquel momento
los pasillos estaban bastante calmados… y así llegamos a Fandogamia, dónde pude
reencontrarme con las carismáticas Irene y Laura de Xian Nu Studio. Cayó un doble integral de Bakemono para un servidor (atentos a esto de
cara al futuro) y otro para Raquel (nueva fan del dúo granadino al poco de
conocerlo). Entre agradables conversaciones me dedicaron el tomo final de Chan
Prin y a Raquel tres cuartos de lo mismo, pero con el inicio de Bakemono.
Para aquellos momentos ya se empezaba a formar cola para Xian Nu Studio una vez
sus fans pudieron entrar en el recinto, así que acordamos volver cuando ya no tuvieran
más gente para que así todo el mundo pudiera llevarse al menos un tomo con
dibujo.
Volvíamos a dar vueltas por el auditorio de esta manera,
reparando en varias cosas, a destacar: algunos puestos con ofertas bastante
jugosas, particularmente en lo referente a números y colecciones ya agotadas;
otros con asociaciones y productos artesanales de lo más mono e incluso con
juegos de mesa; y, por último, en una autora que había esquivado mi radar en un
principio: Sara Soler, la cual estaría en la librería Futuro a las 17:30.
Pasado un buen rato,
volvimos a Fandogamia justo cuando se iba el último fan de las Xian Nu Studio,
de tal manera que tuvieron el detalle de firmarnos otro tomo a cada uno: quinto
de Chan Prin a un servidor y el final de Bakemono a mi fotógrafa.
Hecho esto, y muy agradecidos, marchamos a Futuro a encontrarnos con Sara
Soler, cayendo en mis garras su Red y Blue y su Temporada de brujas,
de tal manera que obtuve dibujo en cada uno de estos volúmenes, sin poder evitar
Raquel ser tentada por los encantos de las viñetas del segundo de ellos y
comprarlo también.
Apenas pasada una hora de la reapertura, el ambiente estaba más
que animado y los pasillos bullían de asistentes y actividad, así que, como
hasta las 19:00-19:30 no había nada más que hacer en el auditorio, para
alejarnos del bullicio salimos del lugar.
Por una parte, nos acercamos a dar una vuelta por los
Jardínes de Labordeta y, por otra, nos acercamos a ver la exposición dedicada
al fallecido Akira Toriyama por la organización del evento y un buen puñado de
autores patrios.
Ya de vuelta en el Auditorio y con el final de la cola ya
muy cerca de la entrada a las 18:55, no entramos sin tener la suerte de contemplar un
photocall de lo más bonito organizado por la Legión 501 para los fans de Star Wars.
Sobre las 19:10 conseguí esta preciosa dedicatoria de Jaime Infante en 1585. Empel gracias a la generosidad y empatía de los aficionados que hacían cola para él, que me dejaron pasar para que no peligrase mi puntualidad respecto a mi tren. Mi gratitud, compañeros lectores.
No mucho después, el último objetivo de la cita comiquera:
el dibujo de Marta Soto que complementase al de Javier Romero en La noche en
que Bunbury fue Elvis y Eva Amaral hizo los coros. Y como la ilustradora se
había tomado la molestia de llegar antes de las 19:30 por si ya tenía gente a
la espera, huelga decir que le agradecí el doble su dedicatoria.
Y ese fue mi paso por el Salón del Cómic de Zaragoza de este
año, último gran evento comiquero de 2024. De manera resumida, lo dicho: una gozada
de festival, con un buen número de librerías, autoeditados con su propia y visible
zona y editoriales (Astiberri, Cascaborra, Fandogamia, GP, Grafito, Norma,
Unrated…), muy buenos autores traídos por estas y por la organización,
instalaciones que aunque se quedaron un poco cortas para el sábado tarde
cumplieron bastante bien su cometido (cafetería y zona de descanso incluida),
actividades variadas más allá de las firmas como charlas y talleres, un público
de lo más majo… Más que recomendado, por supuesto.
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