En la reseña de hoy toca hablar
del segundo tomo de Isabellae, tebeo que cuenta al guión con Raule (https://www.facebook.com/raule.anisaarsis?ref=ts&fref=ts) y a los lápices con Gabor (http://artofgabor1.blogspot.com.es/), siendo intitulado este volumen como “Un mar de muertos”.
En caso de que no hayáis leído el primer número de la serie, en vez de leer
esta reseña, para no desvelaros datos de la trama, acudid al siguiente enlace
del primer tomo: http://caballerodecastilla.blogspot.com.es/2015/04/isabellae-de-raule-y-gabor-tomo-1.html
Isabellae, tras convertirse en
guardaespaldas del anciano maestro Yuan, viaja junto a Jinku y Masshiroi en
barco, siguiendo de cerca el navío en el que embarcó Siuko. Pero además del
estrés que le produce el ansiado reencuentro con su hermana, la espadachina
pelirroja tiene otra preocupación: el hombre al que escolta, un importante
miembro de la corte china, es objetivo de asesinos que se hallan en la nave.
¿En quién puede confiar Isabellae? ¿Qué pasará cuando se reencuentre con Siuko?
Este tomo continúa casi
prácticamente donde acababa el anterior, omitiéndose como fue Isabellae contratada
como espada de alquiler por Yuan y su llegada al navío, retomándose las
aventuras de la protagonista en medio de una feroz tormenta en medio del mar,
lo cual permite ahorrar páginas de explicaciones que se van a ir dando a
entender en los diálogos entre los personajes a través de un buen ejercicio de
elipsis. Frente al anterior volumen, llama la atención como cambia la relación
del personaje principal con su padre, estando cada vez menos apegada a él, en
parte por contar con la compañía de Jinku y Masshiroi. Precisamente estos
secundarios van cobrando importancia en este tomo, no solo por ser a los únicos
a los que la protagonista puede confiar al maestro Yuan, sino que, además,
también se empieza a profundizar en su pasado (hasta ahora desconocido) a
través de pequeñas pero importantes pinceladas. Volviendo a la preocupación
cercana y a la relativamente lejana, es decir, las relacionadas con Yuan y
Siuko, están muy bien combinadas para que el personaje principal apenas tenga
un momento de descanso. Respecto a la primera de ellas, es decir, la misión de
escolta del cortesano chino, está muy bien llevada por el ya comentado desconocimiento
por parte de Isabellae (y del lector) de quienes son los que quieren
asesinarle, jugando Raule muy bien con la intriga.
Respecto al dibujo, Gabor sigue
añadiendo su buen hacer a este tomo, como ya hiciera con el primero, teniendo
la misma facilidad para plasmar escenas tiernas, como un recuerdo de Isabellae
sobre Siuko y su madre, que para escenas de gran salvajismo y crueldad, como
las que envuelven a las peleas de este volumen. Frente al anterior número,
donde primaban los montes y los poblados, se verá sobre todo el interior de las
embarcaciones, con muy pocas escenas al aire libre, consiguiendo así cierta atmósfera opresiva entre bodegas y camarotes. Mención especial al coloreado y
el buen resultado del mismo a lo largo de las viñetas, tanto para escenas
nocturnas como diurnas.
En conclusión, si os gustó el
primer tomo de Isabellae, dadle también una oportunidad al segundo. Os podéis
hacer con este comic de 48 páginas de manos de Norma Editorial por un precio de
14€.
Por último, la dedicatoria que
me hizo en el tomo el simpático Gabor durante su sesión de firmas en la
librería Delirio Comics de Móstoles en marzo de 2015. ¡Gracias de nuevo!
O ya la tenía pre-bocetado, o tenía tiempo libre, o te uiere mucho...porque esa dedicatoria creo que debe tener su tiempo (y encima tienes suerte de que lo ilustró con muchos colores...hdppppp XD XD XD)
ResponderEliminarLo bueno de este títuñlo es que está presentado por Norma Editorial, y siempre traen un buen par de títulos, con suerte se puedan adquirir también el anterior.
¡Ja. ja, ja, ja! Ahora en serio, Gabor tardó en hacer este dibujo entre 15 y 20 minutos. Y si, mola que los autores se vuelquen tanto con sus fans.
EliminarPues yo te recomendaría darle una oportunidad al primer número de la saga, y si ves que te gusta, vas a por el resto de la colección.