En la reseña de hoy toca hablar de Camisa de fuerza, el comic que cuenta al guión con El Torres (https://www.facebook.com/El.Torres.72)
y al dibujo con Guillermo Sanna (https://www.facebook.com/skoria.sanna).
Alexandra Wagner ha sido ingresada en el psiquiátrico
MClaine por asesinar brutalmente a su hermano gemelo, según ella, para luchar contra
los monstruos del Otro Lado. El doctor Hayes, nuevo doctor del centro, será el
encargado de seguir su caso para tratar de curarla. El trastorno que padece
Alexandra ha recibido diversos diagnósticos según los médicos que la han ido
tratando, por lo que Hayes tiene ante sí un gran reto. Pero eso no es lo más
extraño de su paciente: puede desaparecer del hospital cuando ella lo desea sin
que los celadores puedan explicarlo.
Camisa de fuerza
es una historieta de terror muy bien concebida. Y no solamente por lograr ser inquietante
y desasosegadora, sino por estar muy bien ideada. Tanto es así que hasta prácticamente
el final del tebeo el lector no sabe si Alexandra está delirando o está siendo
sincera en lo que respecta a luchar contra los seres del Otro Lado. Volviendo
al terror, el marco no es lo más perturbador del mismo pese a lo que pudiera
parecer, pues la institución mental MClaine no es espeluznante, sino un sitio
para brindar ayuda mental. Ese lugar preeminente lo ocupan las visiones de
Alexandra sobre el Otro Lado. Para no desvelar mucho sobre lo que uno puede
encontrar en las páginas del volumen, me limitaré a señalar que estas tienen
cierto sabor lovecraftiano en lo referente a la manera de amenazar a la humanidad
y en el nombre de sus principales agentes: “Los que alimentan”.
Los personajes están muy bien caracterizados. Para empezar,
Alexandra tiene una personalidad muy particular, combinando cultura y lucidez
con un sentido del humor un tanto macabro, a veces yéndose por las ramas, y
otras veces siendo directa, según le convenga. El doctor Hayes también es un
personaje interesante, combinándose en él un médico deseoso de poder ayudar a
los demás y un hombre atormentado por su pasado. La relación de Hayes con
Alexandra está muy bien llevada, con una evolución tan viva como fluida tal y
como se puede ver a través de los diálogos entre ambos. Fuera de este dúo,
entre los secundarios, uno de los más llamativos es Raoul Cimas (si, el cómico
español, y pese a la letra de más en el nombre, tiene su mismo rostro), otro
paciente del MClaine, tan inesperado e inescrutable como sorprendente. “Los que
alimentan”, junto con el misterio de si son reales o no, aportan, además, una
amenaza depredadora siniestra y maquiavélica.
Respecto al dibujo, Guillemo Sanna logra con sus trazos
ilustrar más que satisfactoriamente este tebeo de terror. La obra goza de un
triple coloreado en blanco y negro en su mayoría con señalados momentos expresados
mediante el rojo. El ambiente de las páginas es ostensiblemente amenazador
aunque en él no aparezca nada fuera de lo común, tal y como si tras cada
esquina pudiera surgir cualquier peligro. Sanna también sabe representar las
distintas caras de la locura, y particularmente con “Los que alimentan” muestra
además unos diseños tan retorcidos y perversos que provocan de inmediato
disgusto. A destacar el cambio de peinado de la protagonista tras el ecuador de
la obra, mitad melenuda y mitad rapada, por el simbolismo de los dos gemelos
Wagner.
En conclusión, si queréis una obra de terror y misterio que
os tenga agitados e intrigados hasta la última página, dadle una oportunidad a Camisa de fuerza. Podéis haceros con
esta obra de manos de la editorial Dibbuks, incluyendo el comic entre sus 116
páginas, además de la historieta en sí, algunos extras, tal y como un prólogo
de Raúl Cimas o las cubiertas originales o alternativas del tebeo en formato
grapa.
Por último, la dedicatoria que me hizo Juan Torres en el
tomo durante la Feria del Libro de Madrid de 2017. ¡Gracias de nuevo por tu
amabilidad!
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