En la reseña de hoy toca hablar de Apocalypse Girl,
tebeo que cuenta al guión con El Torres (https://www.facebook.com/El.Torres.72)
y al dibujo con Ramiro Borrallo (https://www.facebook.com/ramirofernandezborrallo).
En una París postapocalíptica, Metis es una niña que
sobrevive día a día entre los restos de la civilización humana. Un buen día,
mientras busca comida entre las ruinas, y desoyendo los consejos de su madre,
corre hasta un cráter que ha provocado un ángel al caer del cielo. A partir de
este momento, los acontecimientos se sucederán hasta acabar definitivamente con
la humanidad… o hasta salvarla.
Cuando a uno le hablan de Juan Torres se piensa casi de
inmediato en historias adultas y de terror (Camisa de fuerza, Goya.Lo sublime terrible). Sin embargo, desde la experiencia que le supuso Virtual Hero, este autor se ha atrevido a ir más allá de su zona de confort y crear
un tebeo que también pueda llegar al público más joven. Y es que en Apocalypse
Girl Torres presenta conflictos duros, tal y como la traición o el
enfrentarnos a nuestro pasado e identidad, pero desde un punto de vista
bastante amable que deja sitio para la esperanza.
Esta lectura es, por otra parte, ideal para ver lo
postapocalíptico con otros ojos. Para empezar, los humanos supervivientes a la
extinción no se están apuñalando entre sí a cada rato o poniéndose la
zancadilla, sino que están hermanados y buscándose unos a otros. El cataclismo que
cambió el mundo se deja sentir de varias maneras, tal y como con la cantidad de
criaturas peligrosas que pululan de aquí para allá y que incluyen lo mismo
mutantes y colosos que demonios, así como con la explicación de todo este caos,
bien traída tanto para dar fondo al relato como para atar cabos. Por último,
pero no menos importantes, sus protagonistas, pese a todo el horror desatado a
su alrededor, forman un excelente retrato de la infancia y la amistad, tanto
con su manera de sorprenderse como por sus preocupaciones. El hecho de que la
obra suceda en París frente a los más típicos lugares estadounidenses también
le añade cierto encanto al tebeo, tal y como se puede ver en escenarios como el
Louvre.
Respecto al dibujo, lo primero que se puede decir de Ramiro
Borrallo es que consigue dotar a cada uno de sus personajes de personalidad.
Así, Metis, tal y como se puede ver en la portada, tiene exactamente la
apariencia que debe tener: la de una chica normal de 14 años, sin ninguna particularidad
extraordinaria, que lo mismo llora cuando la regaña su madre que ríe cuando se
divierte con sus amigos. El resto de los personajes humanos van a la zaga, con unos
supervivientes que rechazan lo superfluo y solo van con lo necesario, tal y
como gorros, bufandas, abrigos y armamento. Esto con respecto a los seres
humanos, puesto que los monstruos tienden a lo espectacular, tanto en el diseño
corporal como incluso en su forma de vestir cuando no van desnudos, pero
nuevamente con el mérito de no haber dos monstruosidades iguales y con algunos
diseños ciertamente llamativos de por medio. Borrallo no se corta a la hora de
llevar imágenes desagradables a las viñetas, tal y como, por ejemplo, monstruos
reventando, pero es justo decir que tampoco se ensaña con casquería y que, por
contra, las escenas más tranquilas y bonitas, con la protagonista buscando
comida o jugando con sus amigos, reflejan perfectamente el espíritu deseado. Y
todo ello con un coloreado muy bueno, predominantemente rojo para los monstruos, blanco para los ángeles y de lo más variado para la humanidad.
En conclusión, si queréis ver una obra postapocalíptica
distinta, dadle una oportunidad a Apocalypse Girl. Podéis haceros con
este tebeo de la editorial Karras por un precio de 18€, incluyendo entre sus
116 páginas, además de la historieta en sí, algunos extras, tal y como
homenajes al tebeo por parte de otros autores.
Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Juan Torres
en el tomo durante el Salón del Cómic de Zaragoza. ¡Gracias de nuevo!
He de confesar que de El Torres no he leído nada. Esta historia creo que puede encanjar con mis gustos.
ResponderEliminarNo es su obra más representativa (por no ser de un terror visceral), pero se disfruta bastante.
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