lunes, 30 de junio de 2025

El Foso de los Olvidados, de Antonio Runa

En la reseña de hoy toca hablar de El Foso de los Olvidados, novela de Antonio Runa (https://x.com/antonio_runa/media).  

 



El continente de Agweron se ha visto sacudido por siglos y siglos de guerra entre dos imperios: el norteño Pelethlion y el sureño Asgahlen. No obstante, la paz continental podría estar en el horizonte, puesto que los príncipes herederos de ambas potencias, Findros y Deiavon, son buenos amigos desde muy jóvenes y quieren acabar con este conflicto interminable. Ahora bien, en dos potencias en que la guerra es un motor económico, cultural, histórico y político tan importante, las conspiraciones e intrigas palaciegas contra los futuribles monarcas estarán a la orden del día. ¿Triunfarán el honor y el idealismo o la avaricia y cerrazón?

Por otra parte, Benteiros, el mago más poderoso de Agweron, tiene una misión crucial para la supervivencia humana y la reinstauración de la magia en el continente. Pero ¿podrá lograrla pese a su elevado precio?

 

Normalmente en las historias de fantasía épica la cuestión sobre el tablero es “cómo vencer una guerra”, así que cuando uno se topa con obras como El Foso de los Olvidados y el tema pasa a “cómo evitamos una guerra”, se agradece la salida de la norma.  Pero además de este soplo de aire fresco hay unas cuantas cosas buenas. Para empezar, los personajes, puesto que son de lo más variados y a muchos es fácil cogerles simpatía: así, por ejemplo, tenemos a Findros con su ingenuidad y caballerosidad, a su esposa Jalva con una evolución muy marcada, a Deiavon por sus grandes propósitos y su sadismo, a la marcial y atenta Agrit (guardaespaldas del anterior), la calculadora Nofret, el melancólico Benteiros… Entre los conspiradores tenemos auténticos canallas y oportunistas, y dice mucho del buen trabajo hecho por el autor con respecto a los protagonistas que las acciones de estos intrigantes y traidores nos repateen, y mucho, a los lectores. Cabe destacar el cómo van confluyendo estas tramas unas con otras hasta que, finalmente, en el clímax, todas acaban por coincidir, conclusión nada fácil.

 

Respecto a lo fantástico del mundo de Agweron, hay varias cosas a comentar. Para empezar, la magia, por exigir como pago a los hechiceros, en función de la complejidad de los artificios que vayan a realizar, más o menos vidas, sean estas vegetales, animales o humanas, lo cual ya da para varios momentos oscuros a lo largo de la narración. A todo esto hay que unirle la existencia de la Calígine, aberración mágica contra la que hace un periplo Benteiros y que transmuta monstruosamente cada día que pasa a más y más seres vivos. Si a todo anterior se le suman cosas que dejo en el tintero para no hacer destripes y suponen un par de buenos giros de tuerca y revelaciones, podemos decir que hay un más que buen telón de fondo para la parte sobrenatural de la historia.

 

El ritmo de la lectura es más que disfrutable y es fácil leerse de una tacada cincuenta o cien páginas, por ser la prosa muy llana en escenas de lucha, descripciones, anécdotas y, particularmente para un servidor, en diálogos. Y si bien es cierto que la primera parte de la novela te obliga a ir aprendiendo mucho de los nombres que hilan el tejido coral de la obra, tanto en personajes como en localizaciones, a ubicarse ayudan en mucho dos cosas: para los primeros, un dramatis personae al principio del volumen, con el nombre, cargo, facción e incluso personalidad del personaje en cuestión y, para los segundos, un mapa muy agradecido de Fernando López de Ayelo. En el apartado gráfico, por cierto, hay que mencionar también la portada de Breogán Álvarez, impresionante estampa de los protagonistas que no se sabe si es un pronóstico o un mal sueño. Por otra parte, la novela puede considerarse autoconclusiva, aunque también es cierto que puede perfectamente ser continuada con al menos otra entrega, ya que deja con ganas de más y hay hilos de los que tirar con respecto a futuras acciones y proyectos de los personajes principales. 

 

En conclusión, si queréis leer una obra de fantasía épica con una guerra que está por ver si se produce o no, intrigas políticas, magia que sale muy cara y un buen abanico de protagonistas, dadle una oportunidad a El Foso de los Olvidados. Podéis haceros con esta novela de la editorial Minotauro por un precio de 19,95€, la cual tiene en total 687 páginas, contando a modo de extra, además de lo previamente mencionado, un glosario de términos del mundo de Agweron.

 

Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Antonio Runa durante la Feria del Libro de Madrid de 2025. ¡Gracias de nuevo!




lunes, 23 de junio de 2025

Tres secuelas de aventuras varias

En la reseña de hoy toca hablar de tres continuaciones de obras muy diversas entre sí pero que tienen en común lo tocante a épica y aventura, así como el tener el protagonismo repartido entre varios personajes en los tres casos.

 



En el segundo tomo de El Bosque del tiempo, de Tristan Roulot y Mateo Guerrero (https://www.instagram.com/mateo_guerrero_bd/), Theo consiguió volver atrás en el tiempo ante el gran desastre que habían provocado él y sus amigos, de tal manera que todos volvieron al momento en que se descubrió en el pueblo el robo de un fragmento de la Piedra del Tiempo. Pero ahora su odisea sufrirá un cambio importante: en vez de estar encabezada por Max, será dirigida por Miléva. ¿Modificará esta variante el destino de los niños y del tiempo mismo o volverá a estar condenada la expedición al fracaso?

Tebeo ideal para aquellos que gusten de los viajes en el tiempo y de la mitología y teología. Así, sobre lo segundo, se hace una mescolanza muy interesante con la premisa de idear el punto en común del que parten todas las religiones y creencias humanas más profundas y arraigadas, tal y como con Cronos, Prometeo, Leviatán, Bahamut o el diluvio universal, por solo citar algunas. Si a lo anterior se suma que se hace una combinación bastante interesante de distintas teorías sobre los viajes temporales, se crea un rompecabezas que puede ser difícil de comprender por entero: varias líneas temporales, remanentes…; sin embargo, todo esto se entiende lo suficientemente bien como para que la lectura se haga de seguido sin tener que estar retrocediendo hacia páginas anteriores y de tal manera que todo acaba por quedar bien atado. Visualmente la obra es una delicia, tal y como con las escenas de la Titanomaquia o con los desastres naturales, así como con el esfuerzo de héroes y antagonistas por igual esforzándose por evitar lo quizás inevitable.

 



En el segundo tomo de Monstruos ibéricos: Tierra de lobos, de Raúl Cordero (https://www.facebook.com/raulpizarra) y Sal Donaire (https://www.instagram.com/sal_donaire/), Cruzado y compañía, tras otra misión de caza exitosa, acabarán por tener que enfrentar a una bruja que ha convertido al Olentzero en una marioneta tanto para detener las tropelías de la primera como para liberar al segundo, de natural bondadoso. Los que no saben Cruzado, Sor María, Castañeda y Leonardo es que la Inquisición ha puesto sus miras sobre ellos, particularmente por la espada del primero.

Más folclore y leyendas españolas, con las cinco criaturas sobrenaturales del tomo bien implementadas para crear una historieta de espada y brujería (y pólvora) que además de dar a conocer los monstruos patrios, entretiene y mucho. Conocemos partes importantes del pasado de Leandro y Sor María por los capítulos extras del final del tomo (el primero, encantador, y el segundo, aunque sobrecogedor, un tanto confuso), de grandes ilustradores como son Enrique Fernández y David Rubín. Sal Donaire cumple más que bien a la hora de ilustrar el tebeo principal, con un toque muy pulp y con diseños de monstruos potentes, todo ello potenciado por el buen coloreado de Boris Ramírez. De ponerle algún “pero” al volumen es el cliffhanger que deja al final de su lectura y que no deja otra que esperar pacientemente al siguiente, tanto por motivos que aquí no deben ser dichos como para saber más del tumultuoso pasado de Cruzado y de la mujer que aparentemente le enmendó y le enfrentó con José Luis de Lobato, villano este último que puede dar mucho juego de seguir fiel a lo que se ha visto en esta segunda parte. Por último, habrá que ver adónde conduce el uso de reliquias benditas o malditas, así como las intervenciones divinas o demoníacas.




En los tomos del segundo al quinto de Team Phoenix, de Kenny Ruiz (https://www.instagram.com/kennyruido/), Zafiro y compañía consiguen huir de la Unión Robótica a bordo de la nave Fénix, pero a costa de que esta sea contaminada por unos parásitos tan extraños como peligrosos. Afortunadamente para ellos, el doctor Jack Black acudirá en su auxilio… pero demandando un peligroso pago por sus servicios: ayuda para rescatar de la prisión de la Zona Hermética al misterioso paciente Alfa, el cual podría ser fundamental para acabar con el yugo que pesa sobre los biológicos…

Si bien la saga de Team Phoenix no pudo tener los diez tomos que originalmente hubiera querido Kenny Ruiz y estos hubieron de quedarse en cinco, el resultado final es más que correcto, con un más que logrado homenaje a la obra y a los personajes de Osamu Tezuka (así como al propio autor gracias al bonito y emotivo epílogo). Buenos momentos como la ansiada aparición de Astroboy, la multitudinaria batalla final o los desenlaces de cada uno de los personajes principales se hacen muy disfrutables. Todo lo que es ciencia ficción, tal y como con las naves surcando el espacio, el interior de las estaciones espaciales o los distintos avances técnicos de robots o ciborgs queda muy lustroso en las viñetas. Si bien estas muchas veces no tienen fondos muy detallados, muchas veces no hacen falta estos, ya sea para dar intensidad a los combates (en los que Ruiz siempre se ha desempeñado muy bien) o para subrayar la importancia emocional, con unos primeros planos muy vívidos. 

lunes, 16 de junio de 2025

Hell’s Rain, de Gabriel Gamora y Enkaru

En la reseña de hoy toca hablar de Hell’s Rain, tebeo que tiene por guionista a Gabriel Gamora (https://www.instagram.com/vivioleta_studio/) y por dibujante a Enkaru (https://www.instagram.com/enkaru/).

 



Hell’s Rain es un comando de operaciones especiales de la Flota de Novumterra. Y, con la incorporación de su nueva piloto, Karinna Bauer, ya está listo para volver a entrar en acción: una misión de rescate y extracción en Carmennes, planeta donde se ha perdido la pista de un equipo científico que estaba en medio de una investigación.

 

Las aventuras que combinan distintos géneros pueden dar lugar a lecturas muy entretenidas. Este es el caso de Hell’s Rain, historieta que combina ciencia ficción, acción, humor, intriga, política y romance e incluso un punto de erotismo, todo ello de manera bastante equilibrada y orgánica. Pero vayamos por partes: en lo que a política y  ciencia ficción se refiere, hay conceptos interesantes como la flota estelar o la democracia administrada de los que estaría bien saber más en los próximos tomos, así como sobre el transhumanismo a base de mejoras genéticas o cibernéticas que ya se deja entrever; maquinaciones en la sombra, golpes de estado más o menos encubiertos y espionaje también hacen acto de presencia, completando todo lo anterior. Las cuatro protagonistas, por otra parte, se complementan muy bien las unas a las otras: Karina es la novata pero más que prometedora piloto, Malissa es la mejor combatiente del grupo, Maya la analítica primera oficial y la capitana… además de buena líder, choca que en ningún momento se diga su nombre, por lo que se intuye ahí misterio. Sus interacciones pueden dar lugar a momentos de lo más cómicos (lo mismo irónico que referencial o picante o con tacos inventados en el llamado “neoalemán modificado”) e incluso tiernos como con la relación que hay entre dos de las implicadas.



Respecto al dibujo, Enkaru lleva al papel un estilo de dibujo muy parecido al visto en Demon Quest (reseña aquí), pero con unos personajes algo más estilizados, aunque respetando ese toque tan cartoon, manga y encantador suyo. Las escenas de acción están más logradas, tanto en persecuciones por el espacio como en tiroteos y combates cuerpo a cuerpo con arma blanca o puñetazo limpio, con épica, tragedia y dramatismo cuando hace falta, pero en ocasiones también humor, de tal manera que la ilustradora puede ser muy polivalente. Pese a que se agradecería que en varios casos estuvieran algo más detallados, los fondos de las viñetas son correctos, ya reflejen estos el interior de naves, campamentos, eriales o prisiones. Todo lo que es el apartado tecnológico y alienígena tiene diseños que entran por los ojos, tal y como con los cascos, los vehículos o varios de los antagonistas. Mención especial al apartado del coloreado, por el precioso trabajo que hace Champe Ramírez, por lo preciosista que es.

 


En conclusión, si os gustan las historias que mezclan muy bien todo tipo de géneros y que prometen mucho en futuras entregas, dadle una oportunidad a Hell’s Rain. Podéis haceros con este comic de manos de la editorial LetraBlanka por un precio de 20€, incluyendo sus 80 páginas algunos extras, tal y como algunos homenajes al comic por parte de artistas invitados.

 

Por último, la dedicatoria que me hicieron en el tomo los amables Gabriel Gamora y Enkaru en su presentación de la obra en Omega Center en mayo de 2025. ¡Gracias de nuevo!


domingo, 8 de junio de 2025

D’eath. El duelo, de José A. Fideu y Vicente Cifuentes

En la reseña de hoy toca hablar sobre D’eath. El duelo, tebeo que tiene por guionista a José A. Fideu (https://x.com/JFideu) y por dibujante a Vicente Cifuentes (https://www.instagram.com/vicencifuentes/).

 


Finalmente va a ocurrir: el detective Ulysses D’eath y la espiritista Delynne Sutherland van a batirse en duelo para dirimir si existe lo sobrenatural o no. Para ello, con varios expertos de muy diversos campos a modo de testigos, estarán aislados en una de las islas Orcadas durante cinco días, con D’eath intentando demostrar que las sesiones espiritistas de Sutherland son una estafa. Pero, si la situación ya no era bastante tensa de por sí, empeorará, puesto que varios de los asistentes al duelo empezarán a morir en extrañas circunstancias, por lo que D’eath tendrá que vérselas al mismo tiempo con una supuesta estafadora y una más que posible serie de asesinatos.

 

D’eath. El duelo es una estupenda historieta con la que pasar una tarde. Como buena obra detectivesca, hay uno o más crímenes de por medio en donde el porqué tras ellos es de lo mejorcito del tomo, con algo bastante retorcido de fondo. La obra no termina de ser tan claustrofóbica como debería, pero por una cuestión narrativa: con cada nueva muerte en la isla, se da paso a un golfillo leyendo el periódico a un caballero de cierta edad con cómo avanza el duelo entre D’eath y Sutherland a cambio de desayuno y propina; esto perjudica a lo de sentirse encerrado en las Orcadas, pero favorece a la narración de otra manera... y hasta aquí puedo leer. Aquellos que gusten de Agatha Christie habrán ya notado algunos paralelismos con Diez negritos o Misterio en Venecia… y sí, ahí están, pero eso no impide disfrutar de la obra, antes al contrario, ya que como homenaje a los intrigantes casos de la escritora británica funciona más que bien, de tal manera que de muy buena gana un servidor seguirá leyendo los casos de Ulysses D’eath si estos se siguen llevando al papel. De la trama, al ser esta policíaca, poco se puede decir sin destripar el comic, salvo que el desenlace está más que bien llevado y gana bastante con la relectura por detalles que hay aquí y allá y con un epílogo que hace sentir bastante empatía y deja con ganas de más.


Respecto al dibujo, Vicente Cifuentes sigue con el buen hacer que se vio ya en obras como El asesino del kanzashi o Los Reyes Elfos: Dreide, pero con un estilo más consolidado fruto de los años y la experiencia. Así, además de unos personajes estilizados y con un toque cartoon de lo más atractivo, da gusto contemplar los escenarios que pueblan las viñetas: las calles londinenses, los cuartos de mansiones victorianas, cruceros, escenas del crimen… El coloreado también es una gozada de contemplar, con una elección muy interesante de paleta: amarillo para lo urbano, verde para cuando Delynne hace de médium, entre gris y azulado para las estampas nocturnas… De tener que poner un pero: hay un par de pistas importantes sobre el caso que ya se dejan ver en el apartado gráfico, una para los que están más atentos y otra bastante más obvia anterior a la decena de páginas. Por otro lado, la elegante recreación de la época, de hace poco más o menos un siglo, es bastante creíble y ayuda a meterse en la historia.



En conclusión, si os gustan las historias de misterio y crímenes, dadle una oportunidad a D’eath. El duelo. Podéis haceros con este tebeo de Serendipia de 84 páginas por 18€ y que contiene algunos extras relacionados con el proceso de creación de la historieta.


Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable Vicente Cifuentes durante la Feria del Libro de Madrid de 2025. ¡Gracias de nuevo!



domingo, 1 de junio de 2025

Path of Pain. Elden Ring Bestiary, de Fernando González Malato

En la reseña de hoy toca hablar de los dos tomos de Path of Pain. Elden Ring Bestiary, fanzines obra de Fernando González Malato (https://www.instagrm.com/fer_malato/).



El videojuego Elden Ring ha sido disfrutado por mucha gente entre la que me incluyo. Su épica, su trasfondo escrito por George R. R. Martin (del que ojalá veamos algún día el ansiado final de Canción de Hielo y Fuego), los desafíos que brinda al jugador, una trama que exige ser investigada para poder entenderse realmente… Si a esto le añadimos los estupendos diseños que tienen sus personajes, armas y equipamiento, no es raro que muchos artistas hayan homenajeado el juego de con diversas ilustraciones.

 


Pues bien, si hablamos de Fernando González Malato, no solo ha hecho un fanzine con un buen puñado de ilustraciones con su estilo de Elden Ring, sino que ha hecho dos, con el segundo de ellos, The Withered Arm, reflejando a los enemigos y aliados que nos topamos en las Tierras Sombrías del DLC. Respecto a los unos, en ambos tomitos, se da por igual importancia a los monstruos comunes como a los jefes de zona, tal y como con los semidioses, así como a algunos de los pocos compañeros de armas con los que contamos en nuestro periplo por las Tierras Intermedias. En mi caso, sonreí no poco cuando iba pasando las páginas recordando los combates que me brindaron y las situaciones que rodeaban estas luchas.



Respecto al dibujo en sí, Fernando González Malato sabe representar a las criaturas de Fromsoftware, de tal manera que las hace más que reconocibles sin que haga falta demasiado esfuerzo, pero sabiendo darles su toque personal. Así, mantiene feroz y feral de las bestias de Caelid, lo nefando de Godrick o Rykard, lo marcial de Malenia o Godfrey… El cierto toque cartoon de los personajes les da mucho atractivo, con unos rostros más caricaturescos en el primer tomo y más elaborados en el segundo en lo que a los humanoides respecta, aunque siempre con un excelente coloreado fruto de unas acuarelas con las que el dibujante hace un trabajo magnífico.

 


En conclusión, si sois fans de Elden Ring o sencillamente os gusta la fantasía oscura, dadle una oportunidad a Path of Pain. Podéis haceros con estos fanzines de 60 y 44 páginas, según el tomo, en eventos a los que acuda el autor o bien por correo si os ponéis en contacto con él: https://www.fernandomalato.com/about/contact

 

Por último, las dedicatorias que me hizo en los tomos el amable Fernando González Malato durante el Fanzimad de 2025. ¡Gracias de nuevo!



domingo, 25 de mayo de 2025

Cuatro secuelas con mucho humor

Que en España hay talento para animar, entretener, divertir y, en definitiva, hacer reír, no es nada nuevo. Y es que como los lectores más veteranos del blog ya habrán visto a lo largo de los años, no pocos de nuestros autores de tebeos han creado obras más o menos cómicas. Varias de ellas tienen segundas partes y de eso va a ir precisamente va a ir la presente reseña cuádruple.





En el segundo volumen de Crónicas de un calzador de mesas, de Jordi Bayarri (https://www.instagram.com/jordi.bayarri/), este autor nos vuelve a relatar en clave autobiográfica sus peripecias por Italia y Estados Unidos, mientras regresa a Florencia o visita por vez primera Pasadena al acompañar a su mujer a diversos congresos y estudios históricos.

Tal y como en el anterior tomo, ambos viajes están plagados de anécdotas muy divertidas, con un humor cotidiano con el que es fácil sonreír de manera cómplice: lo goloso que es Bayarri, dificultades con otros idiomas, referencias a películas o series de televisión como Un cadáver a los postres o Los vigilantes de la playa, lo enojoso de ver tus restaurantes y cafeterías favoritas cerrar, los choques culturales… El dibujo va muy en la línea del visto en el anterior volumen, pero con bastante más color aquí y allá animando el general tono sepia y que sirve para resaltar personajes y escenografía.


En los números del segundo al quinto de Freelancers, de Roger Bonet (https://x.com/rogerbonet), Daniel R. Pérez, Iván Arnal (https://www.facebook.com/ivanarnalart/) y Joel de la Rocha (https://www.facebook.com/joel.delarocha.359), El Rey se enfrenta a los superhéroes harto de ellos y, cuando derrota a Odín y parece que va a ser el final de este, el manager del grupo, King, acaba por convencerle para que los lidere a cambio de dinero y poder darles órdenes. Huelga decir que esto a los Freelancers no les hace mucha gracia y buscarán quitarse de un modo u otro al Rey de encima…

El humor gamberro y negro del primer número sigue muy patente en los cuatro siguientes, tal y como con la mala leche en el trato de los corpos hacia sus empleados, la manera de parodiar a los presentadores e invitados de programas del corazón como Sálvame, la mala suerte de Dick como víctima recurrente de la destrucción colateral ejercida por el grupo protagonista… En el apartado gráfico tampoco faltan guiños cómicos, tal y como con la junta científica cuyos miembros guardan más que cierto parecido con sabios ficticios, tal y como con los profesores Bacterio o Farnsworth. Una lástima que la serie esté inconclusa, pero entretiene un buen rato.

 




En Humor imbécil 2, de Daniel Torrado (https://www.instagram.com/danieltorrado_/), tenemos de nuevo a los monigotes del autor en una serie de chistes cortos en páginas de entre una y cuatro viñetas, atacando sin piedad los adagios de los libros de autoayuda y de gurús a lo Mr Wonderful con mucha ironía y sarcasmo, sin faltar por otra parte también chistes malos, dobles sentidos y algún que otro juego de palabras. Mala uva y contestaciones bordes hay, eso es innegable, pero los que gusten del humor ácido y los comentarios secos y cortantes disfrutarán mucho con estar tiras cómicas.

 




En Vampi se lo pasa de miedo, de José Fonollosa (https://www.instagram.com/fonollosajose/), a Vampi le han mandado trabajos y deberes en la escuela, pero ella no está muy por la labor y prefiere procrastinar antes con la merienda, los juegos o la música. Sin embargo, sus amigos, mayordomo o padre intentarán hacerla entrar en razón…

Historieta ideal para los más pequeños de la casa, por ser muy fácil para ellos empatizar con la inquieta búsqueda de libertad y juerga por parte de Vampi, aunque los adultos se van a sentir fácilmente identificados con su padre y mayordomo por varias respuestas y actitudes de estos, de tal manera que esta lectura es para todos los públicos. Y todo esto puede provocar desde sonrisas a carcajadas, tanto por la imaginación de la vampira protagonista o por las salidas de tono y reacciones de sus allegados. El dibujo va perfectamente de la mano con la trama, con unos monstruos que nunca llegan a ser desagradables, sino simpáticos y caricaturescos.

domingo, 18 de mayo de 2025

Crónica del Festival de Cómic Europeo de Úbeda 2025

Hoy toca crónica del Festival del Cómic Europeo de Úbeda de este año, el cual celebró su decimotercera edición los días 8, 9, 10 y 11 de mayo.

 


El viernes 9 inició el evento tranquilamente sobre las 17:30, con una plaza de Andalucía bastante desangelada. El problema: sin contar con apertura de los puestos comerciales, aquella jornada solo había cuatro actividades. Estas eran las firmas de Jordi Bayarri, Josep Busquet y Agustín Padilla, así como la visita guiada de la exposición de Shi por Josep Homs, su autor.

 


Ya que solo se podían hacer las cinco cuestiones señaladas, empecé por la segunda, obteniendo del incombustible Jordi Bayarri una firma en su Historicómics: Prehistoria mientras hablamos, entre otras cosas, sobre sus futuros proyectos, tal y como del siguiente número de Entre tinieblas. Por otra parte, también tuve oportunidad de desvirtualizar a Javi de La cueva de Blacklobi, hablando con él un ratito sobre, entre otras cosas, la locura que fue la reciente y primera Feria del Cómic de Madrid.

 


No mucho después, echando un ojo entre las tiendas, la prudencia y el instinto me recomendaron comprar tanto Imperios como la primera novela ligera de Gryphoon, ya que tenía la muy fundada sospecha de que ambas publicaciones corrían el peligro de agotarse durante el festival. Hecho esto, me dirigí al antiguo Hospital de Santiago, lugar solemne donde estaban a disposición del público las cuatro exposiciones que serían guiadas y comentadas por sus propios autores a lo largo de la feria. Y todo ello sin necesidad de pagar entrada, igual que el resto de la cita comiquera.

 


El viernes le tocaba a la de Homs y allí me personé junto a un buen grupo de aficionados. La actividad no defraudó: Homs hablaba de manera muy humilde y explicando los distintos procesos creativos que sigue según la obra, fueran tradicionales, digitales o mixtos de forma muy esclarecedora, de tal manera que la charla, pese a durar casi una hora, se hizo bastante amena. 

 


Me hubiera gustado hacerme aquel día con una dedicatoria de Agustín Padilla en el segundo tomo de Monstruos ibéricos, pero quiso la mala suerte que todavía no estuviesen en el stand de la editorial Maldragón por haberse retrasado sus porteadoras. Resignado, tocaba ya a eso de las 20:00 retirarse al hotel y coger fuerzas para un sábado que se previa movido, puesto que iba a haber muchas firmas para las que hacer cola.



Ya en sábado 10, tocaba el día potente de la feria. Como primer objetivo del día: hacer cola en el stand de firmas para Miguel Ángel Ruiz, del cual Yermo Ediciones sacaba la ya citada novedad, lanzada en el evento antes de en cualquier otra parte, de Imperios. Primer susto del día: la organización me mandó a hacer cola a un sitio incorrecto, puesto que había dos stands de firmas. Cuando me di cuenta del error, fui corriendo a la posición correcta y, tras explicarle lo que había pasado al resto de gente en la cola, me dejaron ponerme el primero, puesto que varios me habían visto haciendo cola por un buen rato en el otro lado. Igual que ellos tuvieron esa gentileza conmigo, yo tuve otra: intercambié posiciones con el segundo de la cola por tener este que irse de Úbeda más pronto de lo que le gustaría. Así, con gente educada y bien dispuesta, este tipo de civismo y galanterías no son raras. Tras unos minutillos, llegó sobre las 11:00 Miguel Ángel Ruiz y estuvo departiendo con los asistentes animadamente mientras le daba a los lápices y acuarelas. Cuando me tocó el turno, le di a elegir entre cierta guerrera de su historia y cierto monstruo, decantándose por la primera, enterándose, con no poca sorpresa al poco rato, de que de los 30 tomos que había originalmente en el stand de firmas de Imperios, ya quedaban menos de diez que, no mucho después, terminaron de agotarse.

 


Ya con el primer tomo del día dedicado, me acerqué al stand de Maldragón y allí, además de obtener firma de en el sobrenatural thriller policíaco Los misterios de la sangre por su guionista, Boris Ramírez, fui obsequiado por la editorial con el segundo tomo de Monstruos Ibéricos ya firmado por Raúl Cordero y también Boris Ramírez, detallito que le vuelvo a agradecer a la editorial desde esta publicación. Tuve por aquí, además, la suerte de coincidir con Justo “El cinmerio”, gran reseñista de tebeos y tener una corta pero buena charla con él. Si queréis echar un ojo a su crónica e impresiones del evento (donde se dicen cosas muy bonitas de un servidor), aquí os dejo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=n3_91EyJW8I

 


Tocó volver al segundo puesto de firmas de la organización, aquel que tenía a la venta las obras de los autores asistentes, de tal manera que me posicioné para obtener dibujillo de Carmen Cantero en El cerrajero, puesto que la editorial Serendipia tenía allí la caseta compartida con la ya mencionada. Entre que terminaba la muy amable Cantero de hacerme una dedicatoria de lo más bonita a rotulador, llegó la organización para repartir números para Jaime Calderón. Y es que, tras la larguísima fila que se había montado para Miguel Ángel Ruiz, aquella no era mala idea para evitar tapones y masificaciones ante la caseta y el Artist Alley. Lo malo es que el reparto se hizo con un tanto de descontrol, pero un servidor tuvo la suerte de estar en el sitio correcto y en el momento correcto, así que me agencié el número 7. Igual que el año pasado para Philippe Luguy, este número permitía que, si por falta de tiempo, el ilustrador no podía terminar la sesión de dedicatorias de la mañana, había continuidad numérica en la sesión de la tarde.

 


Acto seguido, me encaminé al puesto de Cascaborra ediciones para obtener rúbrica y dibujo de los allí firmantes, a saber: José Manuel Espina y Juan Alcudia, que estaban dedicando, respectivamente, Zoco el Telatza y Cuéllar, mientras comentábamos proyectos futuros y la mejor manera de colaborar entre guionista y dibujante a la hora de elaborar un tebeo a cuatro manos.

 


Retorné entonces a Maldragón para quitarme la espinita clavada del día anterior con no haber obtenido dibujo de Padilla. El chico que tenía delante llevaba consigo los dos tomos de Monstruos ibéricos y tuvo a bien que le dedicará Padilla el uno en primer lugar, luego cederme el paso para que me dedicasen el segundo y, finalmente, volver él a la carga con también la segunda parte. Entre esa muestra de camaradería y el sentido del humor y contagiosa risa de Padilla, fue aquella una sesión de firmas bien maja.

 


No mucho después nos fuimos arremolinando los fans en torno al primero de los stands de firmas al haber anunciado previamente que allí se repartirían números para la sesión de Homs. La mayor parte de la gente fue civilizada e hizo cola pacientemente, pero entre que el chico de la organización que repartía los números era muy despistado o muy inocente y había gente bastante mayor que se le coló con bastante descaro se empezó a generar malestar entre los asistentes. Me tocó un número 10 que habría sido menor en tres o cuatro dígitos de no haber mediado la sinvergonzonería… pero había que resignarse. Al menos este año. 

Mientras tenían lugar en paralelo las sesiones de firmas de Homs y Calderón en los dos stands de la organización a las 13:00, como ambos dedicando un buen tiempo a cada dibujo, me lo tomé con calma a sabiendas de que tenía números con muchas papeletas para ir a la sesión de la tarde, volví a la caseta de Maldragón y estuve en la sesión de firmas de Always Halloween de Gonzalo García y Juan “Elchinodepelocrespo” Alcudia; pero como la carne es débil, del segundo al final me animé a coger también otro par de obras como son  su Gilgamesh y su Historia del príncipe Alcaraván, el segundo por la preciosidad del dibujo y el primero por la recomendación que de él me hizo otro lector que llevó su ejemplar a firmar.

 


Aproveché que las colas que para las que tenían número seguían más o menos en el primer o en el segundo puesto y me puse a explorar el Artist Alley en busca de fanzines y autoedición, de tal manera que cayó en mi poder el segundo número de El sonrisillas. Por otro lado, tuve oportunidad de conocer al cercanísimo Raúl Lara, creador del cartel de la edición de 2025, al que le adquirí su Women’s Tober 2024 y, entre que me dibujaba la preciosa Harley Quinn de más abajo, estuvimos comentando las distintas interpretaciones de la misma, siempre saliendo ganadora la de la serie noventera de Batman.

 


Tuve la suerte de que al rato Jorge, aficionado al noveno arte con el que compartí taxi para llegar desde la estación de tren a Úbeda, me invitó a comer con él y con otros comensales de lo más majetes como Raúl Lara o el también dibujante Juanma Aguilera y su familia, así como con Támara y Pelo. Ocasión muy bonita y de la que me alegro mucho haber formado parte.



Ya comido y tras un ligero descanso en el hotel, volví al evento y, gracias a Sal Donaire, completé el tomo con las cuatro firmas de los cuatro autores del segundo tomo de Monstruos ibéricos asistentes a Úbeda para la décimo tercera edición del reseñado festival.

 


A las 18:00 decía en el programa que volvían a dedicar Homs y Calderón, el primero a dedicar a partir del número 8 y al segundo a partir del 6. La cosa pintaba complicada por estar ambos autores en casetas distintas y poder solaparse en horarios mis boletos, pero Támara, a la que había conocido en la comida, me dijo que, ya que ella tenía el 21 para Calderón, me hacía el favor de esperar en la cola con mi tomo en caso de que se cumplieran los peores pronósticos. Muy agradecido, marché donde Homs para que me dedicase su El Ángelus, obra sobre la que estuvimos platicando un buen rato. Allí me enteré de que se habían retrasado unos minutillos en acudir por haber estado en la comida y en la sobremesa dedicando y dedicando tomos para que nadie se fuera de vacío, gesto que les honra mucho.

 


 Mis preocupaciones por llegar tarde a mi turno con Calderón se mostraron infundados, ya que todavía estaba a mitad del legionario romano que le estaba haciendo al número 6. Como Támara ya estaba, la pobre, cansada de esperar para el turno, preguntó si podía adelantarnos al resto de gente a la espera de obtener, únicamente, dedicatorias sin dibujo y solo con nombre. El resto accedimos de buena gana, pero una serie de circunstancias caóticas derivaron en confusión, mal ambiente y escándalo. 

Por una parte, Calderón creía que era Támara la sexta persona con ticket y no la vigésimo primera, tanto por ya haber perdido este la cuenta de lo que llevaba firmado como por haber tenido el número 6 la nada recomendable idea de pegarle su ticket a uno de los tomos de Támara; por otra parte, Támara repitió varias veces que solo quería firma y nada de dibujos, pero si había alguna posibilidad de que el lío se esclareciera, esta se evaporó cuando alguien de prensa apareció espontáneamente y declaró, sin saber exactamente lo que ocurría, que si un autor quería colar a alguien en su sesión de firmas este tenía todo el derecho del mundo. La bronca que se montó fue de campeonato, con varias quejas a la organización y con Támara pasándolo bastante mal y con ansiedad los treinta minutos que Jaime Calderón le hizo la dedicatoria, tanto por la situación como por los sapos y culebras que salían de las bocas de la gente de la fila. Eran más o menos las 19:00 cuando ya me tocaba el turno, pero acudió desde la zona de prensa el personal de Mecanismo Friki para entrevistarle. El preguntó si se podía llevar mi tomo de Isabel. La loba de Francia, para dedicarlo entre tanto; le dijeron que sí. Pregunté yo si podía presenciar la entrevista en directo y ver cómo me hacían el dibujo; también dijeron, muy amablemente, que sí. Podéis ver la entrevista de Mecanismo Friki en el siguiente enlace, puesto que fue de lo más interesante en lo que a hacer cómic histórico se refiere, tanto por parte de entrevistadores como entrevistado: https://www.youtube.com/watch?v=3gVHUGIzlGU

 


Al poco de acabar la entrevista en paralelo al espectacular dibujo que me hacía, tras darle las gracias a Calderón por su buen hacer y felicitar a todos los presentes por la magnífica entrevista, me encontré con Loreto Aroca, la cual acaba también de terminar una entrevista. Como se le había alargado mucho su sesión de firmas de La guerra de Audrey de las 18:00 y me había dicho que al terminar su entrevista me la dedicaba en un momento, dio cumplimiento a su palabra mientras departíamos sobre la Segunda Guerra Mundial. Cabe volver a hacer mención al compromiso y dedicación que tuvieron los artistas con su público, ya que fueron enormes.

 


Quedaba ya el último objetivo del día, con Luis Montes dedicando la primera novela ligera de Gryphoon, su manga. Aquí otro lío de la organización: le retornaron a su caseta desde la de firmas, igual que a Bea Castillo. En esta fila volvió a imperar el decoro y la educación, puesto que todos los que la formamos nos comportamos divinamente y eso que de la decena de sus integrantes, la mitad eran niños pequeños, lo cual debería avergonzar no poco a los adultos que se colaron por la mañana. El caso es que, además de explicarnos cosillas de Planeta Manga y de la publicación de Gryphoon, Montes me dedicó la mencionada Espada del viento y Bea Castillo, pese a no tener allí el noveno número de la revista, me hizo un dibujo de Rackham en una de sus láminas. Un encanto ambos, particularmente por regalos como la postal que le escribe a Noha su hermano.

 


Y así quedaron todos los objetivos cumplidos, con una caza de dedicatorias de lo más completa y satisfactoria pese a los percances mencionados. Tomaría todavía algún aperitivo a modo de cena con casi toda la misma estupenda gente con la que había cenado y me retiré para descansar de cara a visitar Bailén al día siguiente. Mientras escribo esto, puedo decir que lo bueno ha superado con creces a lo malo, pero para evitarlo para futuras ediciones en este magno evento, aquí van algunas reflexiones:

 

1) Que los viernes vuelva a haber más actividades y firmas, puesto que así se descongestionan las del sábado y domingo.

 

2) En las sesiones de firmas de autores que se prevean masivas, como las comentadas de Ruiz, Calderón o Homs, organizar un sistema de tickets más serios que simples posits y poniendo a los caraduras que se cuelen en su lugar, es decir, al final de la fila.

 

3) Quizás (ojo, quizás) convendría un recinto más grande para el festival, puesto que hubo varios momentos de embotellamiento y atasco.  

 

Sea como sea y pese a algunos fallos, el evento ha sido de lo más disfrutable y entretenido, de tal manera que es más que probable que el año que viene también acuda a esta cita con el noveno arte.


Aquí Jaime Calderón, todavía dedicando tomos de noche pese a haber terminado
sus sesiones muchas horas atrás