Cyan es una joven granadina que quiere dedicarse a la
fotografía. Para ello, deja su hogar y se dirige hacia Barcelona, esperando encontrar
allí su destino. No obstante, lograr su sueño no será fácil, ya que el camino
está lleno de desilusiones. ¿Logrará Cyan convertirse en fotógrafa profesional o
tendrá que buscarse otro objetivo en la vida?
Si bien Kenny Ruiz nos tiene acostumbrados a relatos de
temática épica, como El Cazador de rayos
(enlace), Dos Espadas (enlace), o la
más reciente Malefic Time Soum, en
este caso se atreve con el costumbrismo, reflejando una Barcelona en la que el
propio autor se movió y vivió. No obstante, hay que señalar que no se trata de
una obra autobiográfica, pues como confiesa el propio Ruiz, su experiencia en
la Ciudad Condal fue bastante buena, siendo las malas situaciones por las que
irá pasando Cyan inspiradas en las que vivieron conocidos y amigos suyos.
Igualmente, el relato es tan intimista que parece que el autor lo ha vivido, lo
cual es un punto a su favor.
La lectura es muy amena y entretenida, leyéndose la obra en
poco tiempo. A la protagonista se le coge cariño enseguida, deseando que alguna
cosa le salga bien, pues Barcelona no va a dejarle de dar palos y quebraderos
de cabeza desde casi nada más llegar.
Además, a muchos les será fácil identificarse con ella, sobre todo en
los tiempos que corren, al verla buscar trabajo con desesperación, pateándose
la ciudad de entrevista en entrevista, transmitiendo como mensaje que hay que
luchar para cumplir tus sueños, sin rendirte a pesar de que las cosas se
compliquen.
Junto a la protagonista, hay un abanico muy amplio de
personajes, en los que se representan la bondad y la maldad en la ciudad
española. Mención especial requiere Diego, personaje positivo con el que el
autor representa a los gitanos. Hay varias escenas en las que se aprecia este
simbolismo, que aunque no las diré para no destripar nada de la lectura, dejan
claro que no importa la piel o el origen de nadie, ya que el ser buena o mala
persona no está condicionado por esto. A propósito de esto, diré que
también se toca de manera importante el tema del racismo, y que a mí
personalmente me viene a recordar la canción de cantaba Esmeralda en la
película El jorobado de Notre Dame.
Respecto
al dibujo, este comic es uno de los trabajos más antiguos de Kenny Ruiz,
datando del año 2004, permitiendo ver al Kenny más “primitivo”, no dejando de
ser curioso ver la diferencia que hay con el estilo actual, pero igual de
simpático y expresivo que en la actualidad. Se presta en este tomo mucho
cuidado con las ropas de los personajes, siendo cada día distintas, como en la
vida misma, ayudando en el vestuario al autor Anna Villalba, con un resultado
muy detallista. Es curioso como se refleja la evolución de Cyan a través del
dibujo, sobre todo en el gesto, que se va volviendo más maduro, así como en el
detalle de que la melena va creciendo a la par que ella. El color viene a cargo
de Lucía González y Mazi, con un resultado muy bonito, igual que con respecto
al entintado, labor de Juan Solá Angosto, quedando muy bien, tanto en los
personajes como en los escenarios.
En conclusión, si os interesa leer un comic que cuenta una
historia de superación personal, dadle una oportunidad a Barcelona. Os podéis
hacer con esta obra de Dolmen Editorial por un precio de 7€, contando con unas
48 páginas, incluyendo como extra el proceso de creación de la historia y con la
curiosidad de que la parte interior de las solapas esta con la imagen del mapa del
metro barcelonés.