En la reseña de hoy toca hablar de uno de los tomos de la colección de tebeos franceses dedicados a los grandes enfrentamientos navales de la humanidad desde la Antigüedad hasta la Segunda Guerra Mundial, concretamente el que abarca la batalla de Lepanto y que cuenta al guión con Jean-Yves Delitte y al dibujo con Federico Nardo.
En el año 1571 se libró la mayor de las batallas navales (todavía hoy día) entre dos bandos que pugnaban por hacerse con el control de
Mediterráneo: el turco por un lado y el cristiano por otro, estando este
encabezado por España y apoyado por itálicos y malteses. Ambos bandos sumaban
más de 400 naves en aquella histórica jornada que vivió Cervantes en primera
línea y que sería descrita por el gran novelista como la ocasión más alta
que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.
Con este tebeo termino el trío de obras sobre la Real Armada
que me propuse leer y reseñar en este mes. Ahora bien, frente a las dos
anteriores, está me ha supuesto una experiencia agridulce. ¿Los motivos? Para
empezar, el tiempo que le dedica a la batalla: de 46 páginas de la historieta,
respectivamente, 41 muestran lo que pasa antes y después del combate naval y
solo 5 representan el choque de armas como tal. No es que esté mal darle
importancia a las vivencias y al día a día de los soldados de a pie cristianos,
a los galeotes y al almirantazgo turco, pero no a costa de sacrificar páginas
de la lucha entre escuadras que da nombre al presente tomo. Otro asunto que
dejará disconforme a más de uno tiene que ver con alguna que otra imprecisión
histórica, bien por equívoco o por omisión; para no aburrir, he aquí un par de
ejemplos de lo anterior: errar en el motivo por el que la campaña no se siguió
por parte española (no América como se dice, sino Flandes por parte propia y
saber que el Turco iba a estar atado también de manos por la rebelión de
Persia) o que no se haga mención a los miles de prisioneros cristianos que
usaban los otomanos como remeros de sus galeras que fueron liberados. Y es una lástima todo lo
anterior, pues afea puntos como la tan noble como entrañable participación de
Miguel de Cervantes en la expedición o que se homenajee a los galeotes y el
martirio que sufrían en los bancos impulsando los remos. Pero he aquí el
principal problema del comic: trata de abarcar mucho en muy poco espacio y que
más páginas hubieran hecho mucho bien a la presente historieta.
El apartado gráfico, por otra parte, deja mucho mejor sabor
de boca. Aquí se nota el buen hacer de Jean-Yves Delitte y Federico Nardo: el
primero, aunque guionista principalmente, ayuda al ilustrador con una más que
buena documentación como el pintor oficial de la Marina de Francia que es; y el
segundo aúna todo el conocimiento anterior con su brutal estilo: realista, atractivo
y lleno de detalles en lo humano y en lo material. Así, lo mismo es capaz de
retratar toda la belleza de un paisaje mediterráneo que la crueldad de un
torturador bien con el látigo en una cubierta o con hierro al rojo en una mazmorra.
Los barcos, precisamente, lucen magníficos sobre las aguas, al igual que sus
tripulaciones, lo mismo heroicas e indómitas que salvajes o miserables según
convenga a la narración, lo mismo en un bando que en el otro. Una lástima que
las ya referidas cinco páginas de la batalla como tal sean tan pocas, ya que si
bien recrean escenas tan épicas como dantescas lo hacen no permiten acertar las
estrategias y tácticas navales de los navíos en liza, sino solamente la
disposición inicial y el caos de los abordajes (bastante bien recreado si se
atiende a los testimonios de la lucha). La aparición de un veneciano y un
maltés con una apariencia de, respectivamente, Don Quijote y Sancho Panza viajando
con Cervantes tiene también su aquel aunque sus personalidades no encajen del
todo con los personajes a los que homenajean. Por último, el color hace
justicia a las ilustraciones, con unas estampas que quedan así rematadas
magníficamente.
En conclusión, Las grandes batallas navales: Lepanto no es el mejor comic sobre la guerra marítima, y aunque sufre varias carencias y tiene elementos mejorables o a desarrollar, tampoco es un esperpento y puede disfrutarse tanto por su intencionalidad, según que elementos narrativos y sobre todo por sus geniales ilustraciones. Podéis haceros con este tebeo de Norma Editorial de 56 páginas por un precio de 17€, incluyéndose dentro del tomo, además de la historieta en sí, varios extras históricos.