En la reseña de hoy toca hablar del primer tomo de Capablanca, tebeo cuyo autor es Joan Mundet (http://www.joanmundet.com/).
En la Cataluña rural del Barroco, en el pueblo de Llacera,
un niño llamado Joan Montada vive con unos hermanos mayores que lo miran por
encima del hombro por venir de las segundas nupcias de su padre. Sin embargo,
la vida de Joan cambiará con la llegada de un caballero que le acogerá como
criado y pupilo... Aunque el hecho de que este hombre guarde un profundo
secreto les acabará por pasar factura a ambos por igual.
Las historias de capa y espada en ambientaciones históricas
suelen ser obras sumamente entretenidas, tal y como Los tres mosqueteros
o Alatriste, por solo mencionar un par de ellas. Pues bien, Capablanca
bebe de toda esta temática y la combina, además, con la picaresca española: protagonista
con orígenes turbios, maltratos, servicio a un amo, ambientes humildes,
engaños... Si a todo esto le añadimos las luchas contra bandoleros que hay de
telón de fondo en un principio, pero que a medida que avanza la trama se
combinan con las vivencias del personaje principal, obtenemos como resultado una
más que buena miscelánea que deja con ganas de más, sobre todo con el desenlace
de este primer volumen. Pero, además de
ver cómo medra o no el protagonista, este tebeo también presenta otros buenos
puntos. Para empezar, el fiel retrato que se hace de la España rural de
principios del XVII, con todo el costumbrismo que a ello van aparejados, tal y
como la manera de comportarse de los distintos oficios y estratos sociales, sus
entretenimientos o su lenguaje. Pero, sin lugar a dudas, el personaje más
interesante de la obra es el caballero que coge a Joan como criado y, entre
otras cosas, le enseña esgrima; poco se puede decir sin desvelar varias
sorpresas alrededor de su persona, pero sí se puede comentar que es sin duda el
personaje que mayor evolución y complejidad experimenta en el presente tomo.
Respecto al dibujo, Joan Mundet aporta un estilo muy realista
a la historia, con personajes lo mismo feos que hermosos, pero con lo que no
sería raro toparse por la calle. Cuestión importante también es la
documentación, la cual se nota en elementos como vestuario, armas, o arquitectura,
ayudando todo ello al lector a sentirse dentro del Siglo de Oro, ya sea en
duelos a espada, cabalgando por los caminos o contemplando una comedia. El
coloreado, originalmente en blanco y negro con algunos grises aquí y allá, tiene
actualmente, en su versión de Panini, todas las viñetas a completo color,
detalle que no quita en absoluto adustez a las viñetas a la hora de mostrar
semblantes serenos, llenos de odio o que ocultan algo.
En conclusión, si os gusta las obras de época con toques de
picaresca y de capa y espada, no dudéis en darle una oportunidad al primer
número de Capablanca. Podéis haceros con este comic de dos maneras: bien
mediante su primer tomo por medio de Amaníaco Ediciones, por 10€ (https://www.amaniaco.com/catalogo/capablanca/a-cara-o-cruz/)
o presentado de manera antológica junto a más números, por Panini, por 27,55€
(https://comics.panini.es/store/pub_esp_es/scbla001-es-capablanca-capablanca.html).
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable
Joan Mundet durante el Salón del Cómic de Zaragoza de 2019. ¡Gracias de nuevo!