En la reseña de hoy toca hablar de Brigada, el tebeo de Enrique Fernández (https://www.facebook.com/enrique.fernandez.92).
Ivro ha sido puesto al cargo de la brigada enana de Macson
para combatir en la guerra. Sin embargo, una fuerza misteriosa lo arrastra a él
y a sus soldados a un extraño reino invadido por la niebla. Este fenómeno meteorológico
dista de ser natural, ya que lo provoca el misterioso Voirandeer, el cual trae consigo ataques de monstruos contra las poblaciones locales al mismo tiempo que distorsiona
el tiempo y el espacio entre estas últimas. A Ivro y los suyos no les queda otra que
ponerse al servicio de las brujas del lugar, con la esperanza de que, mientras
topografían las inconexas aldeas de la región y defienden a sus habitantes,
acaben por descubrir entre todos una manera de volver a casa.
Dentro de la fantasía como género no es raro ver aparecer a
enanos, si bien estos suelen ocupar papeles secundarios. Pues bien, en Brigada
la cosa cambia y es que el grupo principal de personajes está formado por
enanos. Enanos tercos, enanos astutos, enanos a los que les gusta gastarse la
paga en la taberna, tal y como mandan los cánones. Pero también se caracterizan
por otra cosa: con la excepción de Ivro, todos fueron mandados al frente para
compensar sus crímenes pasados, por lo que buena parte de ellos tienen taras
morales o psicológicas de alguna clase. Y eso ayuda a dar mucho empaque al
grupo, puesto que no hay dos enanos iguales y cada uno tiene características
únicas que lo diferencian de los demás y le dan una nota de color: Ivro es el
más marcial y digno, Ouar es mudo y visionario, Erwin es malicioso, Voro tiene
cierto sentido del honor... La única pega que se me ocurre es no haber ahondado
en los crímenes de cada miembro de la brigada por quedar estos ignotos, pero
tampoco hace excesivo mal a la lectura.
Pero es que Brigada no se limita solo a tener buenos
protagonistas. La historia y el mundo por el que pululan es también entretenido
de leer. Así, por ejemplo, el misterio que rodea al Voirandeer, su niebla y la
llegada de los enanos a su entorno tienen buen trasfondo. Eso sí, antes de
llegar a su resolución, lo enigmático está bien llevado, hasta el punto de que
el primero de los tres capítulos que forman la historieta es en un principio
incluso confuso (aunque con la relectura gana); distinto es el caso de los
capítulos segundo y tercero, puesto que la narración fluye ya de otra manera y
todo se va hilando poco a poco según avanzan las páginas. No faltan, por otra
parte, unas cuantas sorpresas dentro de la trama que, una vez aparecen, además
del golpe de efecto, permiten atar cabos y unir las tramas secundarias a la
principal.
Respecto al dibujo, Enrique Fernández llama poderosamente la
atención del lector con los diseños de sus personajes. Sin ir más lejos, si
hablamos de sus enanos, aparentan a primera vista ser esculturas, casi piezas
de un juego de mesa... al menos cuando están estáticos, ya que cuando empiezan
a combatir despliegan unos movimientos más que vigorosos y unos semblantes
fieros o taimados según el caso. Los elfos no cumplen los ideales de belleza de
esta raza dentro del imaginario fantástico, y es que parecen más vikingos que
seres divinos: desgarbados, animalizados (incluso simiescos) y brutales. Los monstruos tienen
diseños bastante imaginativos y espectaculares de ver, de tal manera que en los
combates lucen bastante bien. Tres cuartos de lo mismo puede decirse de la
magia, la cual destaca notablemente dentro de un coloreado más que bueno ya de
por sí: la hechicería adquiere todo tipo de formas, algunas hermosas y muchas
terroríficas, quedando muy claro por las ilustraciones que la magia no es algo
que tomar a broma.
En conclusión, si os gustan las historias de magia y
fantasía con un tono que no sea idealizado y, sobre todo, si os gustan los
enanos, dadle una oportunidad a Brigada. Podéis haceros con este
comic de la editorial Spaceman Project por un precio de 30€ con 176
páginas, incluyendo estas algunos extras sobre el proceso de creación de la
obra. A continuación un enlace, cortesía del autor, con las primeras páginas de la misma:
Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Enrique
Fernández durante el Cómic Barcelona de 2022. ¡Gracias de nuevo!