En la reseña de hoy toca hablar de Reboot, manga obra de Manu López (https://twitter.com/Kuroudi).
Cisco es un mensajero que se dedica a llevar el correo en la
periferia de su ciudad. Este adolescente, como todos sus vecinos, no guarda
recuerdos anteriores a la construcción de la gran torre blanca que se ve en el
horizonte. Sin embargo, el día que debe entregar un paquete sin remitente para
el doctor Olivaw, su tranquila y despreocupada vida dará un vuelco: deberá
llegar hasta la torre y traspasar unas puertas que nadie ha conseguido abrir.
La idea que más me rondaba la cabeza a la hora de reseñar Reboot era lo irregular de su
estructura. Si nos atenemos a la división clásica de principio, nudo y
desenlace, su inicio es claro y presenta bien a los personajes principales de
la historieta y sus misiones; su final es más que satisfactorio y deja buen
sabor de boca tras desvelar el gran misterio de la torre blanca; ahora bien, el
nudo tiene bastantes altibajos. Para empezar, da la sensación de alargarse más
de lo necesario, de tal manera que lo referido en sus páginas se podría haber
contado en unas cuantas menos. Por otra parte, también es cierto que aquí se
dejan caer una serie de pistas que dejan entrever muy sutilmente lo que va a
ocurrir al final del tomo y que se disfrutan todavía más en posteriores
relecturas. Humor y reflexiones serias sobre el ser humano (sobre todo el
actual) se dan de la mano de manera importante, aunque esto a veces juega en
contra del tebeo, por no haber una posición predominante a la que aferrarse.
A la hora de hablar de los personajes, hay que decir que
quedan definidos rápidamente en base a sus acciones y manera de hablar, aunque
ello no es óbice para que después se profundice en ellos. Ejemplo de esto lo
tenemos en el doctor Olivaw, que pese la imagen un tanto frívola que da en un
principio no deja de ser alguien que se ha dedicado en cuerpo y alma a ayudar a
la humanidad. Cisco, por otra parte, se hace bastante realista en su manera de
ser, con defectos como ser un fumador impenitente pese a su corta edad o
virtudes como el cariño hacia su perro, Parche. Greta es una niña tan curiosa
como chocante por no tener pelos en la lengua y por su desparpajo, siendo un
buen contrapunto para el cartero por su manera de chincharlo.
Respecto al dibujo, Manu López tiene un estilo muy semejante
al ya visto en la última parte de Ataraxia,
fruto de su consolidación tras varios años como ilustrador. Al igual que en
esta saga, aquí López puede lo mismo añadir más humor a las partes cómicas
mediante el lenguaje corporal o gags inesperados que hacer lo dramático todavía
más serio con según que gestos o expresiones faciales. Eso y también dejar a
cuadros al lector cuando la trama lo requiere, tal y como con las dos últimas
páginas del segundo capítulo. Fondos cuidados y buen uso de los negros y los
grises rematan un más buen apartado gráfico.
En conclusión, si queréis leer una obra de ciencia ficción
con personajes entrañables y temas más importantes de lo que parece a simple
vista de fondo, dadle una oportunidad a Reboot.
Podéis haceros con este manga de Norma Editorial por un precio de 8€,
incluyendo entre sus 176 páginas algún que otro extra sobre el proceso de
creación del comic.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo el amable
Manu López durante su sesión de firmas en el Omega Center de Madrid en
noviembre de 2018. ¡Gracias de nuevo!