Hoy toca crónica del último evento comiquero habido en la
capital de España, la Japan Weekend de Madrid, siendo de gradecer a la organización del
evento el que me haya concedido una vez más pase de prensa.
En esta ocasión tuvo el evento lugar en los pabellones sexto
y octavo de IFEMA, habiéndose ampliado el recinto con un nuevo edificio. Comenzó
la feria puntualmente a las 9:30, habiendo ya una buena cola para entrar,
aunque al igual que en la edición de febrero de este mismo año, la amplitud de
IFEMA permitió que todo el mundo pudiese entrar a divertirse sin tener que
esperar demasiado rato. De hecho, si se tiene en cuenta el aumento de espacio
decidido por los organizadores, se puede llegar a la conclusión de que aquellos
eran muy optimistas con respecto a la cantidad de aficionados que esperaban, y
en opinión de quien esto escribe, estuvieron acertados, pues acudió un gran
gentío.
Dado que uno de los primeros puestos con los que topé
fue de el de la editorial Fandogamia, aproveché a acercarme para que Pedro M.
R. Andreo me dedicase el sexto número de Aartha:
Chronicles of the No Lands. Aquel
sin duda fue el mejor momento para hacerlo con tranquilidad, puesto que más
adelante las colas que se formarían ante las sesiones de firmas de ChiNoMiKo y
Thomas Astruc complicarían en mucho los movimientos en torno al stand de
aquella editorial, como se hará constar más adelante.
Obtenida la primera firma, me puse manos a la obra en
lo que a explorar el recinto se refería, con particular interés en encontrar la
zona de stands no comerciales. Si bien el hecho de haber dos edificios a
disposición de los fans en teoría es algo bueno al haber más espacio disponible
para actividades, puestos y demás, la distribución de todo esto dejaba un poco que
desear. Digo esto por quedar las mesas de los artistas en un lugar un tanto
desangelado del pabellón número 8, estando sin duda este tipo de stands mejor
situados cuando el festival tuvo lugar en febrero dentro del número 9, visibles
al poco de entrar en el edificio. Pese a ello, las distintas creaciones en
forma de pósters, llaveros, pegatinas y tomos llamaron rápidamente la atención
de los asistentes, los cuales se acercaban a indagar y comprar a los jóvenes
artistas.
Sea como sea, pude reencontrarme con viejos
conocidos y de paso charlar un rato con ellos, tal y como con Verónica Rufo, A. C. Puig, Rafael Segado, las chicas de Ink-U Studio o María
Valentina, aprovechando tanto para adquirir del segundo la segunda parte de Magician Trigger, como para
encargarle a la última un dibujo que podréis ver próximamente.
Hecho esto, y siendo poco más o menos las 12:00, me
acerqué nuevamente a Fandogamia, para ver si me podía hacer con una firma en mi
comic de Miraculous Ladybug de manos
de su creador, Thomas Astruc. Me quede de piedra al ver la enorme cola que
había para conocer al galo. Y lo que era peor: se convirtió esta en una suerte de
hidra de la que surgían varias ramificaciones, con el consiguiente jaleo de ver
quién iba antes de quien. Si bien la organización con un poco de atención
pudo haber evitado desde el principio toda esta problemática, hay que decir en
su defensa que cuando comprendió que había creado un monstruo por omisión, empezó a
repartir números entre los que formaban las filas a fin de poner un poco de
orden y concierto. Para que quienes me leen se hagan una idea de cuanta gente
fue a conocer al creador de Ladybug, baste decir que yo tenía el número 225 y
había todavía mucha gente detrás de mí. Para sobrevivir a la larga espera
fueron de mucha ayuda auxilios de distinto tipo, como la hilarante
proyección de Mob Psycho 100 por
parte de Crunchyroll, las charlas entre los que esperaban a la cola o la
complicidad y la solidaridad de unos con otros para guardarnos los puestos en
la fila para poder mientras tanto estirar las piernas y deambular por el evento
para ver qué más podía este ofrecer. Fue en este contexto cuando me topé con los puestos de Distortion y Neuh, cogiendo en uno Lo que cuentan las estrellas, y en el
otro Infected Instinct y Agnossienne de, respectivamente, Rikku
Hanari, Laura Kjoge y Jessica Mars. Tras las pertinentes firmas en cada uno y viendo que estaba
jugando con fuego en lo que respectaba a demorarme para conseguir la firma de
Astruc, volví a Fandogamia cuando quedaba poco más de un puñado de personas
ante mí. Finalmente, me tocó mi turno, cabiendo destacar dos cosas. En primer
lugar, la generosidad de Rubén Solas, autor de la editorial que estuvo haciendo de
traductor para todo aquellos que hacían fila y no sabían inglés o francés. Y
en segundo lugar, la amabilidad y campechanía del propio Astruc, que estuvo
más de tres horas atendiendo a sus fans pese a tener en principio solamente
programada una sesión de noventa minutos, siempre agradeciendo con una sonrisa
y láminas de regalo hechas para la ocasión a cuantos se acercasen a conocerle, fueran estos niños, adolescentes o adultos, con especial debilidad por los caracterizados
con cosplays de sus personajes.
Obtenida ya la rúbrica de Astruc, me encontré con el stand
de la editorial de Albertos Santos, dándose por mi parte la compra de la novela
La Marca del Guerrero, aprovechando
que su autora, T. F. Famux lo estaba dedicando. Lo propio haría también con
Macarena Kahlart y su Sketches,
mientras que Sagaz Artwork me dibujaba un encargo que podréis ver más adelante
en el blog junto al de Valentina.
Poco más hice aquel día y el siguiente además de sacar fotos
a los cosplayers, los cuales cada año que pasa lucen mejores galas. En esta
edición llamaron la atención dos elecciones en particular por el gran número de seguidores que tuvieron. Por una parte, la
de Harley Quinn, tanto homenajeando su aparición en la película Escuadrón Suicida como las de los tebeos y
videojuegos. Por otra, Chat Noir y Ladybug, tanto por la popularidad de Prodigiosa: Las aventuras de Ladybug,
como por la presencia de su creador en el evento. No faltaron sin embargo los pertenecientes a otras series, tal y como Fullmetal Alchemist o Steven Universe.
Para acabar esta crónica y a modo de conclusiones finales,
se puede decir sin lugar a dudas que la Japan Weekend de Madrid se va
convirtiendo con cada nueva edición en un evento más y más importante, como
demuestra la atracción cada vez mayor que ha ejercido en lo referente a invitados internacionales,
artistas patrios y público. Sin embargo, aun debe pulir varios detalles para
estar a la altura de su reputación, con una dirección más amplia y atenta a los
pormenores previamente citados. Un evento que aporta multitud de actividades
como juegos de mesa, videojuegos,
deportes (como el baloncesto y el voley para promocionar Slam Dunk o Haikyū!!) o
encuentros con gran variedad de autores es perfectamente capaz de ello.