En la reseña de hoy toca hablar de Satanela, tebeo que cuenta al guión con Alfonso Bueno (https://twitter.com/AlfonsoBueno77) y al dibujo con Diego Simone (https://twitter.com/dondiegosimone).
En el Madrid de 1929, el Cabaret de la Nada ha contratado al trompetista Diego Felgueroso para completar su orquesta. Diego es bastante golfo y juerguista, y no tardará en intentar ganarse las atenciones de Satanela, la bailarina estrella del espectáculo cabaretero. El músico no tardará en darse cuenta de que ha cometido el error más grave de su vida con ello: Diego despertará en una ciudad extraña cuyos habitantes son desfiguradas almas en pena. ¿Podrá recuperar su vida y vengarse de Satanela?
¿Ambiente cabaretero y magia negra en la España de los Locos Años Veinte, todo ello combinado? Pues sí. Con esta interesante mezcla, junto a la premisa más arriba referida, Satanela inicia con un muy buen punto de partida. La manera en la que los autores hacen que sintamos empatía por el protagonista, pese a saber que es un calavera, está muy bien llevada y habría que ser muy frío para no sentir lástima por él y no quererle ver recuperar su vida. El Antimundo, el lugar al que van a parar las víctimas de Satanela, es tan surrealista como desquiciante, pero sobre todo, trágico, injusto y aciago. Y lo mejor de todo son los visos de realidad, no solo por la recreación del ambiente histórico, sino también por haber existido realmente la bailarina que da nombre a la presente obra, llegándose a jugar también con su misteriosa y repentina desaparición.
Pese a todo lo bueno que se acaba de mencionar, Satanela tiene, no obstante, una falla: lo poco que profundiza en el inquietante (y lleno de posibilidades) mundo que ha creado. Y es que, aunque la trama de Diego queda cerrada, quedan en torno a ella demasiadas lagunas y cabos sueltos: ¿Quiénes eran y qué querían realmente Erustes y el Titiritero? ¿Quiénes son los clientes a los que Satanela suministraba cuerpos humanos con los que acceder a nuestro mundo? ¿Qué hay detrás de cierto pájaro blanco con un nacimiento más que antinatural? ¿Qué pasa con Artámata? En fin, demasiados hilos de los que tirar y que dejan un poso amargo al lector: no arruinan la obra, pero si que dejan sensación de que falta algo.
Respecto al dibujo, Diego Simone tiene un estilo cartoon que encaja sorprendentemente bien con una historia tan oscura y terrorífica. Así, es capaz de dotar de expresiones muy malignas a los personajes malvados, así como de genuina rabia a aquellos que han sido engañados o de extrañeza a aquellos que se encuentran ante misterios más que inquietantes. Las almas perdidas tienen un diseño entre surrealista y cubista en el sentido más trágico de la palabra, y el diseño de Satanela, sin entrar en demasiados detalles, puede variar de lo más bello y sensual a lo más grotesco y lovecraftiano. Los escenarios tampoco se quedan atrás, mezclando localizaciones madrileñas de hace un siglo, más clásicas, más bohemias, combinando lo elegante de estas con filtros sombríos y oponiéndolas a un Antimundo mucho más vanguardista y enloquecedor. No faltan para completar esta obra tan tétrica escenas de sexo y casquería varias, así como otras donde lo alucinógeno y mágico se dan de la mano. El coloreado, finalmente, le pone broche de oro a este más que disfrutable y no pocas veces sobrecogedor apartado gráfico.
En conclusión, si os gustan las obras de terror y estáis de buen temple, no dudéis en darle una oportunidad a Satanela. Podéis haceros con este tebeo de Grafito Editorial por un precio de 16€, incluyendo entre sus 104 páginas, además de la historieta en sí, algunos extras sobre su proceso de creación.
Por último, la dedicatoria que me hizo el amable Alfonso Bueno durante la Feira del Libro de Madrid de 2021. ¡Gracias de nuevo!