Hoy toca hacer crónica del evento del fin de semana pasado
en la capital de España: la última edición de la Japan Weekend, debiendo agradecer de nuevo mi acreditación de prensa a la organización.
Esta cita comiquera madrileña pasará a ser recordada como la
primera que dio un paso adelante y plantó sus reales en IFEMA. Y la verdad es
que la jugada le ha salido muy bien a la organización, pues con ella evito su
principal preocupación: las enormes colas de fans que aguardaban varias horas
haciendo fila, sin poder entrar por culpa del aforo. Esto se puede comprobar en
el hecho de que, si el evento abrió sus puertas a las 9:00, y con una cola de
importante longitud, sobre las 12:15 está ya no existía, pues todos sus ocupantes
estaban ya en el noveno pabellón de IFEMA. No obstante, esto no significa que a
partir de esa hora cesaran de llegar aficionados, sino que estos fueron
dosificando su venida en pequeños grupos según viajaban en transporte público.
El recinto ferial, por su parte, ofrecía al público una buena cantidad de
establecimientos distintos para comer, así como numerosos baños, quedando así
resueltas las necesidades de los asistentes.
Respecto a mi experiencia personal, el sábado comenzó ya
desde muy pronto dando signos de mejoría con otras ediciones, puesto que cuando
fui a recoger el pase de prensa pude comprobar que las distintas acreditaciones se distribuían muy
rápido, al contar con varias personas con ese cometido. A modo de anécdota:
una de las chicas que estaba asignando las acreditaciones (no la que me
atendía, sino la situada a su derecha), al saber que venía en nombre de
Caballero de Castilla, se declaro fan y me felicitó por el blog. Tras
agradecérselo, y con una sonrisa, me dirigí al recinto ferial propiamente
dicho, en donde ya se podía ver una extensa fila para entrar en el noveno
pabellón, con el público animado a pesar de lo nublado del cielo y de una
ligera llovizna.
Una vez dentro de la Japan Weekend, pude comprobar que el
aumento del precio de las entradas normales (12€) llevó a muchos asistentes a
adquirir las Anticrisis, ya fuera la que incluía una película (15€) o una serie
(20€) de animación para, aunque fuera a costa de pagar más, obtener obras
interesantes y de paso compensar y justificar con ellas el superior precio de
la entrada.
Rápidamente, y como ya imaginaran los habituales de este
blog, un servidor se dedicó a buscar la zona de stands no comerciales, o lo que
es lo mismo, de jóvenes creadores, y entre ellos, ilustradores y fanzineros.
Aquí hay otro motivo para felicitar a la organización de Japan Weekend: la
buena disposición de estos artistas a lo largo de 109 mesas, en un amplio
sector a la derecha de la zona central en el edificio. Estaban los puestos
distribuidos muy visiblemente a lo largo de varias filas, permitiendo a los
aficionados adquirir distintos productos de cada autor: chapas, pósters, pegatinas,
llaveros, fanzines, libros de ilustraciones, dibujos por encargo o comissions,
e incluso figuras, tallas de madera o complementos de ropa.
Al poco de empezar a explorar la zona de no comerciales,
topé con el puesto de We Are Comics, el cual estrenaba obra con el tebeo Mythos. Para apoyar a los jóvenes
autores, adquirí el tomo, con la suerte de ser el primer comprador del día,
motivo por el cual los autores me regalaron junto a la historieta un póster de
la misma, con sendos productos dedicados por Frank Random y Daniel Zapata,
guionista y dibujante, respectivamente.
A continuación, mis pasos me llevaron hasta el stand de
Tamago Duro, donde estaban dedicando A. C. Puig y Studio Natsume, aprovechando la
oportunidad para coger el segundo tomo del manga que daba nombre al puesto. Entre que sus autores lo firmaban, me fueron desgranando detalles sobre la concepción
de esta y otras de sus obras, teniendo además el detalle de regalarme un
marcapáginas del personaje que más me hubiese gustado del primer número,
decantándome por la alocada Sefora.
No mucho después hallaría la mesa de Polan Kaede,
departiendo con ella y con Sergio Ballester, que estaba en el puesto anexo,
sobre el filtro amarillo de las luces del IFEMA, la música del evento y sobre tebeos en general,
entre que la autora me dedicaba su última obra: Haniel, la guerrera celestial.
Recorriendo unos pasillos con cada vez más gente curioseando y comprando productos a los artistas (uno de los mejores motivos
para acudir a estos eventos, puesto que así se pueden comprar productos muy
difíciles de hallar de otra forma), detecte el stand de Evil Cherry por las magical
girls de Rodrigo Yborra. Allí tuve ocasión de conocer a María Valentina (o MV
Art), aprovechando para obtener de ella un póster y una pegatina con sus personajes originales,
entrando por ello en el sorteo de dos dibujos.
Serpenteando por entre los pasillos descubrí el puesto donde
más dinero acabaría gastándome a lo largo del evento: Pudu Store. Allí, además
de hacerme con la obra española Curso básico
de supervillanía, me hice con las chilenas El niño de las nubes, Coffee
Shop y Ocaso Rayen, aprovechando
la oportunidad para conocer artistas también hispanos, pero del otro lado del
Atlántico.
Con un nutrido grupo de tebeos en la mochila y dos pósters
en mano para que no acabasen rotos, seguí deambulando hasta ver el stand de
Ink-u Studio, donde caería en mi poder un cuaderno de Lunnae para hacer las
veces de agenda y tomar notas tras intercambiar con la artista impresiones de
los últimos episodios de Steven Universe. Acto seguido, y tras darme cuenta que
había llegado al otro extremo de la zona de no comerciales, volví hacia atrás desandando el camino para cerciorarme de que no me había dejado ningún puesto a retaguardia.
Efectivamente, me di cuenta de que no había reparado antes en el stand de Nika
Pin, cayendo en mi poder su Libro de
bocetos.
También conocí aquel día a Hellyon White, dibujante que
también estuvo en el Expocómic de Madrid de 2015, pero a la que no pude comprar en su momento la obra Mix it up, desliz que corregiría durante esta edición de Japan Weekend.
Entre que me lo dedicaba, estuvimos conversando de los distintos eventos
comiqueros y sobre el trabajo de esta ilustradora en el mundo de los
videojuegos.
Terminado ya mi particular peregrinar entre los artistas, me
dispuse a explorar el resto de la Japan Weekend, pues hasta ese momento no
había visto ni la mitad del noveno pabellón. Así, por ejemplo, pude comprobar
cómo en los cuatro diferentes escenarios del local se hacían diferentes
actividades, como el clásico karaoke o una conferencia sobre el cosplay en
Asia.
Y hablando de cosplay (actividad con una exposición
dedicada), el evento, como siempre, atrajo a un buen número de aficionados a
este hobby, deleitando estos a los otros asistentes con sus mejores galas. Los
disfraces más recurrentes durante la feria pertenecían a los universos
de Star Wars (particularmente a través de la figura de Kylo Ren), Steven
Universe y Pokemon (y más concretamente con Pikachu, como quedo demostrado en
una foto del Twitter de Fandogamia), aunque había otros muchos, como este de
Zack Fair de Final Fantasy VII.
Además de lo ya referido en los escenarios, otras muchas
actividades podían disfrutarse a lo largo del fin de semana en la Japan Weekend: un concierto
de la Orquesta Filarmónica de España interpretando la banda sonora de The Legend of Zelda, exposiciones como
la dedicada a Eternal S y sus carteles para la Japan Weekend a lo largo de los
años, talleres varios como el de Linguastudio para aprender japonés, las
clásicas sesiones o torneos de videojuegos o, por otra parte, la actividad más
llamativa de esta edición: una pista de volleyball para jugar partidos de cuatro
contra cuatro para promocionar el anime Haikyu!!
a través del deporte.
En conclusión, la Japan Weekend de Madrid de febrero de 2016
cumplió con las expectativas de un servidor: buen número de artistas españoles
y algún que otro extranjero con material autoeditado muy exclusivo o
directamente único (las dedicatorias por ejemplo), actividades y conferencias variadas y muy buen ambiente al que sin duda ha contribuido el cambio de recinto, con el
alivio que supone el aumento de la capacidad de aforo con respecto a los
pabellones de la Casa de Campo. Tampoco faltaron algunas ofertas interesantes,
como las de la tienda de Selecta Visión con series a muy buen precio, aunque se
echaron en falta más tiendas con mangas y editoriales, ya que con las notables
excepciones de Ivrea y Fandogamia no había más, aunque para ser sinceros
parecía que en esta edición había menos puestos de merchandising que en
anteriores ediciones a favor de otro tipo de establecimientos, como los diversos paneles con fondos para sesiones de fotos con los cosplayers. ¿A mejorar para la próxima
ocasión? Quizás el hecho de no poder salir del recinto para no tener que volver a pagar entrada (o incluso volver a entrar) o la ausencia de mangakas de renombre,
sin menospreciar por ello al director Yasuhiro Irie y los cosplayers famosos.
Salvo por esos detalles, como ya se ha comentado, este ha sido evento muy
entretenido y recomendable.