Hoy toca hablar sobre mi paso por el Toledo Comic Fest, el primer gran evento comiquero toledano, concretamente el sábado 27 de abril.
Primer gran punto a favor del evento: estar situado en la
plaza de Zocodover, de tal manera que no solamente asistir al mismo era
gratuito, sino que, al estar expuesto a plena vista y en un punto de paso, era
ideal para atraer a gente que no tenía constancia del evento y pasaba por delante.
El recinto ferial podemos decir que se dividía en dos anillos
y un centro en el medio de ambos. El primer anillo lo formaban una serie de
puestos, mayoritariamente editoriales (Cascaborra, GP, Karras, Letrablanka, Serendipia…).
El segundo, por otra parte, estaba dedicado a talleres y juegos de mesa, con
partidas introductorias de, por ejemplo, Age of Sigmar; por aquí también estaba espacio destinado a los encuentros con los autores. Se agradecieron los
toldos tanto en un lado como el otro, tanto por la sombra contra el sol como por
el temor que le teníamos más de uno a que nos lloviera encima en cualquier
momento, cosa que al final no ocurrió, afortunadamente.
Mención especial requiere el centro o corazón del evento,
con una zona vallada dedicada a exhibiciones de combate medieval que fueron la
delicia del público: duelos a mandoble, lanza, espada y broquel… Buen
espectáculo en lo visual y con explicaciones muy didácticas para los que
quisieran saber más sobre cómo era la vida guerrera de los caballeros y peones
medievales.
A nivel de autores invitados, el evento estuvo bastante bien surtido, especialmente
en lo que se refiere a guionistas y dibujantes de Cascaborra. Así, en lo que a
un servidor se refiere, cayeron firmas de Daniel Viñuales y El Torres al poco de entrar
en la plaza, empezando el evento así con buen pie y buen humor.
Después de curiosear un rato entre los distintos puestos,
tuvo lugar un coloquio con Kenny Ruiz en la zona de encuentros con autores. En
el mismo se repasó de manera amenísima y divertida la trayectoria profesional
de Ruiz, con consejos de este a autores noveles y veteranos o comparaciones de
las distintas maneras de editar tebeos según el país. No mucho después de
este encuentro, tocó sesión de firmas, charlando con Kenny mientras me dedicaba
los tomos tercero y cuarto de Telémaco lo mismo de mitología griega que de
ocupaciones durante la pandemia.
Antes de dedicar el resto del día al turismo, un par de firmas
más cayeron: una en el tomo de Calatrava de Roberto García Peñuelas y
otras cuatro en los tomos también históricos en los que hacen tándem Pedro Camello
y Gol, acumulándose en mi haber tanto tomo sin rúbrica por hacer mucho que no coincidíamos
el primero y yo.
El veredicto de este primer Toledo Comic Fest es más que
positivo, ya que salvo por algún problemilla de retraso en alguna actividad
(más que justificable por la bisoñez de una organización nueva que, por otra
parte, cumplió más que bien montando todo el festival), todo salió a pedir de
boca: actividades para todos los gustos, buenos invitados, mucha cultura,
familias y gentes de todas las edades pasando un buen rato… En conclusión, que
no solo hay ganas de volver en futuras ediciones, sino también por ver hacia
dónde evoluciona esta nueva cita comiquera.