Hoy
toca crónica, y más concretamente, del Level Up León 2015, ya que tuve la
suerte de poder asistir al evento leonés este sábado 25 de julio.
El
Level Up León es el salón del comic de León, el cual ha llegado en 2015 a su
sexta edición, desde que empezó su andadura allá por el año 2010. Esta
convención destaca sobre otras por varios motivos: uno de ellos es la cuestión
del alojamiento, ya que se habilita para la feria un polideportivo, gracias al
cual los fans que llegan de fuera de León tienen un lugar donde alojarse y
ahorrarse una cierta cantidad de dinero, contando además con duchas en la que
asearse. Otra es el precio de la entrada: solo 3€, junto a la cual los
asistentes pueden obtener gratuitamente una bebida en la barra del evento, lo
cual es muy de agradecer en verano. Y por último, pero no menos importante: la
organización, El Pacto de Janas, una tremendamente entregada y que ha
conseguido crear un evento con todo tipo de actividades al que a ellos mismo
les hubiera gustado asistir como aficionados. En definitiva: un evento de fans,
para fans.
Las
cuatro primeras ediciones el evento tuvieron lugar en el Espacio Joven de León,
el cual, con el paso del tiempo, se fue quedando cada vez más pequeño ante el
mayor número de asistentes que atraía. Por ello, ya en la quinta, se
pasó el Level Up a la Facultad de Informática de León, de dos pisos. Y, para
este año, el traslado ha llevado a la feria a la Facultad de Filosofía y
Letras, de tres pisos. Esto implica dos partes buenas y una mala: mientras que
las primeras demuestran una cada vez mayor aceptación del mundo del comic,
videojuegos, etc., e implican un mayor espacio para llevar a cabo más actividades,
como contrapunto, hay un alejamiento del centro de la urbe, lo que implica
pérdida de visitantes. Está pérdida no es de los aficionados, que seguirán
yendo otro año, sino de los visitantes casuales, sobre todo de las familias con
niños y adolescentes, ya que, al ver estos en el Espacio Joven a la gente
jugando a los torneos de cartas en la plaza del lugar, así como a distintos
autores dedicando sus obras (como si de una feria del libro se tratase) o los
disfraces de los cosplayers, se llamaría la atención en el buen sentido. Esta
pérdida de visitantes ya se notó en la quinta edición, y lo ha vuelto a hacer
en la sexta, lamentablemente, y da fe de ello alguien que ha estado en las seis
ediciones.
Ya
narrando como fue el evento en sí, al llegar a la Facultad de Filosofía y
Letras de León a las 11:45, se respiraba el buen ambiente de este tipo de
ferias, con la gente divirtiéndose en compañía de otros que comparten su misma
afición. La planta baja era la más concurrida de todas por, entre otras cosas,
ser por la que se entraba. En ella, nada más llegar, ya llamaba la atención la
pieza central y más grande del evento: la exposición dedicada a Lego, una
agradable novedad con respecto a los anteriores años, con distintas secciones
dedicadas a distintas temáticas, como podía ser la de Star Wars, con una gran y variada colección de naves de la Guerra
de las Galaxias, o la de Indiana Jones,
con varios dioramas representando las aventuras del arqueólogo. A destacar los
retratos hechos con piezas de Lego de Homer Simpson y de Iron Man, así como el detallado
facehugger de Alien a escala real.
Tras
ver esto, me dirigí a la zona donde se ubicaban los distintos artistas que
habían acudido a la feria. Como curiosidad, este año se ha unido las zonas de
los fanzines y del Artist Alley como una sola, siendo este un gran detalle por
parte de la organización, para darle así dignidad a los auto-editores. Así,
empecé por charlar con los chicos de Comikreadores mientras me dedicaba Pedro
Corcuera el segundo tomo de La Última Barrera,
para poco después también repetir la jugada con los de Andergraün.
A
continuación llegué hasta el puesto de Anheron, donde la saga de fantasía
literaria homónima era dedicada por su autor, Jorge Diez Miguélez, manteniendo
con aquel una más que entretenida charla entre que él me firmaba su obra.
Luego
me aproximé hasta la mesa compartida por El Posabirras del Mal y The Rocketman
Project, aprovechando a conseguir fanzines de cada grupo de tebeos, así como
las pertinentes dedicatorias, en particular del segundo grupo, del que no sabía
nada hasta la fecha.
En el
Artist Alley, por última vez en aquella mañana (llegue algo tarde a evento, la
verdad), me topé con el puesto de Marina Rubio, otra artista a la que
desconocía, hablando con ella un ratito sobre Steven Universe tras reparar en sus fantásticas postales, entre que
me empezaba un encarguito que próximamente verá la luz en este blog.
Antes
de que el evento hiciera un intermedio a las 14:00 para que asistentes,
vendedores e invitados acudieran a comer, pude disponer de unos veinte minutos
para explorar los pisos superiores de la Universidad y ver qué actividades se
llevaban allí a cabo, momento que además aproveché para felicitar a Diego, uno
de los organizadores del Level Up León, por seguir realizando año tras año tan
buena labor de organización. Hecho esto, y ya en el primer piso, me
encontré numerosas partidas de rol que estaban aconteciendo en medio de un
ambiente muy animado, así como otras cuyas mesas se estaban preparando para más
tarde, como la de Star Wars Armada.
La
segunda planta estaba principalmente dedicada a los videojuegos, con los
asistentes enfrascados en distintos torneos o en partidas amistosas con el
resto de los aficionados. A destacar también la jovial exposición fotográfica
de Trooperthestorm, donde una figura
estilizada de soldado imperial de Star Wars iba acompañada por otra de Lego de
otro soldado del Imperio Galáctico, dando la simpática impresión de que eran
padre e hijo.
Como
hasta las 16:30 no volvía a abrir el festival, además de comer, también
aproveché para hacer un poco de turismo y ver construcciones tan espectaculares
como la muralla de León o el edificio de Caja España.
Ya de
vuelta en el Level Up, y tras recoger el encargo de Marina Rubio, me pasé a
saludar a Marisa Martínez, artista que también tenía un puesto en el Artist
Alley y que además hizo demostraciones y tutoriales de Wacom en directo para
todo el que quisiera verlas. Y como la hora ya apremiaba para regresar al hogar,
me dispuse a irme del recinto, con bastante pena de no poderle pedir a esta
dibujante un encargo a ella también, y más después de ver por Facebook la genial Imperator Furiosa que le dedicó a algún afortunado fan.
Ya a
punto de irme hasta otro año, tuve la suerte de encontrarme por la calle con el
afamado dibujante Alfonso Azpiri, el cual tuvo la gentileza de posar frente a
la Facultad de Filosofía y Letras para ayudarme a ilustrar este artículo.
¡Gracias de nuevo!
Y ese
fue mi paso por la cita leonesa de 2015. ¿Mis sensaciones? Como siempre, que el
público se lo ha pasado muy bien. Quizás para los aficionados a los comics,
como un servidor, ha sido un poco más floja en lo que respecta al número de
artistas del noveno arte, aunque ha seguido siendo más que productiva. Igualmente, el evento ha entretenido a los fans de todo tipo, una de las máximas del
Pacto de Janas, ya sea con tebeos, rol, videojuegos, softcombat… La única
recomendación que podría hacer a la organización es la ya sugerida unas líneas
más arriba, es decir, tratar de volver al Espacio Joven, o incluso a otro
espacio más céntrico, para atraer a mayor número de gente. Pero por lo demás,
la organización ha demostrado ser capaz de crear un gran evento otro año más y
estar a la altura de las circunstancias en lo que respecta a atraer a todo tipo
de público.