En la reseña de hoy toca hablar sobre Monika, tebeo en dos volúmenes que cuenta al guión con Thilde
Barboni y al dibujo con Guillem March (https://twitter.com/GuillemMarch).
Monika es una artista que durante mucho tiempo ha lamentado
la desaparición de Erika, su hermana mayor. Sin embargo, esta situación
cambiará cuando Theo, hacker y amigo de la joven, dice haber hallado el rastro
de Erika. Y este le lleva hacia el prometedor político Christian Epson y hacia
Eleusis, un club de veladas nocturnas donde la voluptuosidad es la norma. Sin
pretenderlo en un principio, Monika acabará por meterse en un mundo de dobles
identidades, terrorismo, sectas y espionaje industrial que dará un giro de
ciento ochenta grados a su vida.
Si uno se queda en la portada de Monika, puede pensar estar simplemente ante un comic erótico. Y,
pese a que el erotismo es una parte importante del relato, este tebeo es mucho
más. Para empezar, es un thriller que consigue mantener intrigado al lector: el
paradero de Erika, el incidente que acabó con la vida de los padres de Monika,
lo que realmente sabe Epson… Y por si todo esto no fuera suficiente, todo el suspense se ve aumentado con la paranoia de Theo, muy buscado por ingenieros
japoneses tras haberles robado importantes avances en el campo de la
inteligencia artificial. Y si a todo esto le añadimos que Francia se está
viendo sacudida por una serie de atentados, el panorama ya es dantesco. Uno de
los mejores puntos de la autora al escribir el guión es conseguir conectar
todas estas tramas entre sí, no tanto en el primer tomo, momento de la
presentación de los diversos hilos de la madeja, como en el segundo, en dónde
se entrelazan entre sí dando cierre a todas las tramas. En este sentido, lo único
criticable es que alguna de las tramas da la sensación de cerrarse un tanto
apresuradamente.
Los personajes, por otro lado, son bastante diversos. Para
empezar tenemos a Monika, capaz de hacerse pasar por otras personas con una
facilidad inquietante, pero con un punto muy humano cuando se viene abajo o no
se ve capaz de proseguir; y a todo esto hay que añadirle su firme meta de
encontrar a su hermana Erika sin importarle los peligros que pueda correr por
el camino. Theo, por otra parte, tiene una doble faceta muy interesante: es un
gran amigo de Monika, siempre preocupado por ella; y por contra, no deja de ser
un ladrón de avances tecnológicos. Del resto de personajes no digo nada para no
estropear detalles de la trama, salvo dos cosas: el Seglar está un tanto
desaprovechado, por lo poco que se sabe de él, y que el resto se reservan
alguna que otra sorpresa y golpe de efecto.
Respecto al dibujo, Guillem March dibuja unos cuerpos
esculturales. A veces la línea entre lo erótico y lo pornográfico puede ser
difícil de discernir, pero los hermosos y anatómicos desnudos de este dibujante
le sitúan mucho más cerca de lo primero que de lo segundo. Las mujeres son sílfides
sumamente hermosas y los hombres son elegantes y esbeltos a su vez. March
ilustra igual de bien escenas de reposo, con dos amigos hablando, que las
amorosas entre dos amantes, o las de más puro thriller, con un personaje
proyectando su terrible presencia sobre otro. Los fondos complementan a los
personajes a la perfección, ya sea en lo sórdido, en lo reposado o incluso en
lo costumbrista, con unos más que buenos interiores y paisajes urbanos y
naturales, todo ello embellecido más si cabe gracias a una preciosas acuarelas.
En conclusión, si os gustan los thrillers y las obras con
una buena dosis de erotismo, dadle una oportunidad a Monika. Podéis haceros con esta saga de 128 páginas de manos de Diábolo
Ediciones, bien entera por 29´95€, bien tomo a tomo por 15´95€ cada uno, incluyendo
en ambos casos cada uno de los dos números algunos extras sobre el proceso de
creación de la obra.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tebeo Guillem
March durante el Cómic Barcelona 2019. ¡Gracias de nuevo por tu simpatía!