Aurora West es la hija de Haggard West, el héroe que
defiende la ciudad de Arcópolis de los monstruos que pululan por ella para
secuestrar a los niños. Al considerar ya a Aurora como una guerrera capaz tras
haberla sometida a un duro entrenamiento, Haggard decide que ya es hora de
sacarla a patrullar a su vera. La joven se empezará a adaptar rápidamente a su
ocupación como heroína, empezando a indagar esta sobre las circunstancias de la
muerte sin resolver de su madre, Rosetta West, a manos de un monstruo
desconocido.
Este comic surge a modo de precuela de Battling Boy, obra también de Paul Pope (reseña próximamente) y que
sirve al lector para indagar en el pasado de Aurora y Haggard West, así como
ahondar en sus personalidades. De hecho, y afirmó esto desde mi experiencia
personal, es interesante leer antes la precuela que la obra original, ya que al
dúo de padre e hija se le coge mucho más cariño de esta manera, con lo que
seguir sus pasos en Battling Boy se
hace algo mucho más intenso y emocional.
Volviendo a El momento de Aurora West, es una lectura
perfecta para los neófitos en el mundo del tebeo, especialmente para los más
jóvenes. Son varios los motivos para decir esto. En primer lugar, no hay que
haberse leído otras historietas para comprender la lectura. En segundo lugar,
por la trama en sí, que tiene prácticamente de todo: una heroína primeriza con
la que es fácil identificarse, una misteriosa muerte que trata de ser resuelta,
emocionantes combates contra todo tipo de monstruos… Y todo ello contando de
forma muy amena, sabiendo los guionistas cuando es el momento perfecto para
introducir el recurso de la analepsis o flashback, descubriendo al lector datos
que permiten profundizar en el pasado de los personajes y sus razones de ser.
Al hablar de los personajes hay que empezar por Aurora, ya
que los autores hacen de ella una heroína muy interesante: dada su condición de
novata, está lejos de ser perfecta, cometiendo errores y tropiezos de
principiante… pero se levanta de nuevo, ya que posee una poderosa voluntad, ya sea para proteger a sus conciudadanos o desvelar el
misterio tras la muerte de su madre. Y todo ello teniendo que conjugar su vida
de justiciera con la de adolescente con estudios, con todas las complicaciones
que ello conlleva. El mentor de la protagonista y su modelo a seguir no es otro
que su progenitor, Haggard: trasunto de Batman (tiene hasta un “Westmovil”), se
enfrenta a las fuerzas del mal con su ingenio, aparatos y puños, no siendo más que un mero mortal
preocupado por defender al género humano. Goza tanto de defectos, como puede
ser la minusvaloración de la inteligencia del enemigo, como virtudes, como la
buena preparación para el combate con el mens
sana in corpore sano y su buena labor como padre confiando cada vez más en
las aptitudes de su hija. No faltan buenos secundarios como Svetlana Grately, la
hercúlea tutora de Aurora, o por supuesto Rose West, investigadora y científica
alrededor de la que gira una parte importante de la trama. Los villanos cumplen
perfectamente con su papel como amenaza constante para la seguridad de los
más pequeños, cada uno con sus toques particulares que aportan una personalidad
especial, manteniéndose el halo de misterio sobre la finalidad de los
secuestros que ya aparecía en Battling
Boy, y que habrá que esperar todavía para ver resuelta.
Respecto al dibujo, David Rubín sigue con el personal estilo que ya se podía
observar en obras como su versión de Solomon Kane,
pero en esta ocasión más evolucionado y con una mayor atención a los detalles,
respetando en todo momento lo hecho en Battling Boy por Paul Pope, pero
sabiendo adaptarlo para hacerlo suyo. Así, los personajes son tremendamente
expresivos, transmitiendo lo mismo pesar y desánimo que concentración y
alegría. En este sentido Aurora es la que se lleva la palma: Rubín refleja muy
bien las dudas y nervios de sus primeros encuentros con los monstruos, no solo
con los gestos faciales, sino con incluso el lenguaje corporal al cometer
equivocaciones y torpezas; tampoco se puede dejar de mencionar el buen trabajo
que hace el ilustrador a la hora de diferenciar a la Aurora niña de la Aurora
adolescente, no solo por el cambio corporal, sino también por las diferencias
en lo referente a la forma de moverse y gesticular. Los monstruos, por su
parte, tienen unos diseños espeluznantes y dignos de aparecer en pesadillas,
abarcando un amplio espectro que va desde lo repugnante a lo simplemente
aterrador, sobre todo si eres un infante. Como buen tebeo de acción, no podían
faltar las peleas, las cuales rebosan espectacularidad, no faltando en ellas
destrucción y/o uso del escenario por parte de los combatientes. En este
aspecto, el único defecto que se puede sacar a la obra es que quizás la coreografía de
las páginas 79-81 tiene algún detalle que no queda del todo claro, pero salvo por ese
caso tan notorio, el resto de duelos se entienden perfectamente.
En conclusión, si queréis un tebeo protagonizado por una
heroína bien construida y repleto de acción con una buena dosis de misterio, dadle una oportunidad a El momento de
Aurora West. Podéis haceros con este tebeo de la editorial Debolsillo por un
precio de 8´95€, incluyendo entre sus 156 páginas, además de la historieta en
sí, unos pocos extras con los bocetos previos de David Rubín.
Por último, la dedicatoria que me hizo en el tomo David
Rubín durante las Jornadas Comiqueras del Fnac Callao de Madrid de 2015.
¡Gracias de nuevo por tu simpatía!