El pasado fin de semana tuvo lugar una nueva edición de la
Japan Weekend de la capital española y un servidor tuvo una vez más el
privilegio de asistir como acreditado mediante pase de prensa, así que toca
comentar la experiencia allí transcurrida.
La cita, como viene siendo costumbre, reunió a una gran
cantidad de público que iba desde infantes hasta adultos pasando, naturalmente,
por jóvenes. Y allí estaban muchos de ellos, desde bien temprano, ya fuera con
las entradas normales o anticrisis, que permitían entrar a las 10:00, o las
Early Access, que daban acceso a las 9:30, para ir haciéndose con buenos
sitios, unos cuantos de ellos en
familia.
Es obligado señalar la enormidad del presente festival: los
pabellones 4, 6 y 8 del IFEMA, con solo el primero de ellos conteniendo ya la
friolera de casi 400 puestos de artistas (148 del Artist House y 245 no
comerciales). Lo bueno de esta gran cantidad de stands: muy raro era no
encontrar alguna cosa de tu gusto creada con el buen hacer de tan diverso
abanico de artistas españoles. Lo malo radicaba en el hecho de que hubiera
tantos y tantos puestos, puesto que si ibas con dinero limitado era
recomendable darse dos vueltas (una de reconocimiento y otra de compras como
tal), pudiéndose experimentar dificultades para hallar nuevamente un puesto.
Pero, frente a la última Japan Weekend de Madrid, en esta
hay que señalar que era más difícil manejarse por los pasillos de los
pabellones, pues el público se movía en tropel por ellos, con algún molesto
atasco o cuello de botella de cuando en cuando que impedía el desplazamiento. Un servidor lo achaca a que los aficionados no se distribuían
homogéneamente por los tres edificios de la feria, ya que había zonas mucho más
atrayentes que otras para según que asistentes. Así, por ejemplo, el Artist
House y las zonas de los no comerciales atraían, con razón, a mucho público, ya
que frente a los puestos comerciales aquí se ofrecían productos artesanos que
iban desde tebeos, libros de arte, dibujos por encargo, bisutería, dados
roleros hechos a mano, etc., que solo podían conseguirse de manos de sus
propios creadores y no a través de tiendas. De un puesto a otro la cosa podía
cambiar mucho en cuanto a precios, en unos casos con unas comisiones y tomos de
precios más que asequibles y en otras con unas ediciones de lujo que no estaban
al alcance de todos los bolsillos.
En la zona comercial como tal, variando mi conducta habitual
en estos eventos, aproveche para hacer algunas compras en Japón Market 24h, tienda
que ofrecía a sus clientes un buen surtido de dulces, postres y aperitivos
nipones. Y como muestra, un botón: un “alijo” ideal lo mismo para hacer algún
regalo que para darte un capricho.
En el resto del evento más que como comprador estuve como
observador, con una oferta nada desdeñable de espectáculos ofrecidos por la
Japan: exposiciones varias, muestras de wrestling, conferencias, conciertos,
clases de taiko, muestras de body painting… Dicho de otra manera:
bastante oferta de entretenimiento para no tener que pagar más allá de la
entrada.
No faltaron a la cita, por supuesto, un buen número de
cosplayers, caracterizados como sus personajes de ficción favoritos. Y no en
poco número, ya que el cosplay tienta a un público cada vez mayor, entre los
que paulatinamente hay más y más niños acompañados de sus padres, estampa muy
distinta a la que se veía hace unos años. Lo malo de estar todavía de pandemia
es que las mascarillas, si bien en muchos casos tuneadas para encajar con el
resto del atuendo, sacaban rápidamente de la ilusión. Sin embargo, hubo
cosplayers tan hábiles como astutos que sabían disimular muy bien este problema
o incluso convertirlo en ventaja, tal y como con los siguientes de Guts de Berserk, el Demonio Bomba de Chainsaw
Man u All for One de My Hero Academia.
Para ir concluyendo esta crónica, esta Japan Weekend ha sido
efectivamente gigantesca, probablemente la más grande que tiene un servidor en
su memoria, tanto en lo referente a puestos como a asistentes, ya que mucha
gente que terminaba con sus compras salía de los pabellones pero no del recinto
ferial, de tal manera que contribuían, mientras comían, charlaban, jugaban y
descansaban a darle buen ambiente al festival. La única medida de mejora que se
me ocurre ahora sería una mayor distribución en el evento por parte del
público, ya que en la primera hora del sábado la entrada al pabellón 4 estaba vacía sin saber la
gente que podía entrar por allí hasta que la Gran F puso cartas en el asunto para resolverlo. Y única medida por haber sido el evento en líneas generales
bastante completo y divertido, de tal manera que se salía agotado, pero
ciertamente satisfecho.
Respecto al resto del botín, podemos empezar por las presas
hechas en editoriales, Artist House y la Zona No Comercial, quizás no tan
numerosas como otras veces, pero muy gratas. Así, por ir en orden de adquisición
en lo que a tomos de papel se refiere, de la buena gente de Fandogamia cayó Mi
primera invasión mundial, tebeo que se me vendió como ideal para los más peques
de la casa; luego, de las manos de Marina Zap (https://twitter.com/MarinaZapart),
le tocó el turno a su Donde conviven los monstruos, obrita que me llamo
la atención por la cotidianidad de sus criaturas sobrenaturales; a esta le
siguió Isla Ánima, de Carmen Siplick (https://twitter.com/Siplick), prólogo de
la visual novel que está realizando la citada autora y que a un servidor le
gustaría jugar en el futuro; y, por último, pero no menos importante, The
Art of Zoul’s Law, webcómic de María Valentina (https://twitter.com/mvpurple_art)
del me avergüenza confesar que todavía no he leído el final.
No faltaron tampoco un par de postales de Carolina Álvarez (https://twitter.com/KaiselKa) y Little
Brisby (https://twitter.com/LittleBrisby),
perteneciendo a la primera otro webcómic (Forgotten Sons) que también
tengo pendiente desde hace demasiado.
Un par de comisiones también se vinieron con quien esto
escribe para su colección personal, en este caso con Power y Makima, de la muy
gamberra y disfrutable Chainsaw Man, de los lápices de Blanca Sobrino (https://www.instagram.com/b.sobrino/?hl=es)
y Estudio Tineo (https://twitter.com/Ahharu_arr).
Un placer haber coincidido con tante gente maja y
encantadora y, mis agradecimientos a la organización tanto por el pase de
prensa como por haber hecho semejante gala posible. ¡Nos leemos!