En la reseña de hoy toca hablar de Lezo, el tebeo que cuenta al guión con Ángel Miranda (https://twitter.com/Espadas_DFDM) y al dibujo con Guillermo Mogorrón (https://twitter.com/mogorron).
En el año 1741, la mayor flota británica reunida nunca en
América, formada por casi 200 barcos y cerca 30.000 hombres, está a punto de
lanzarse a la conquista de la caribeña ciudad de Cartagena de Indias, punto
vital de la América española. Frente a ellos, además de las defensas de la
urbe, se yerguen 6 naves y 4.000 hombres de España. Entre ellos se encuentra el
gran militar y marino Blas de Lezo, veterano dispuesto a enfrentar su mayor
desafío hasta la fecha.
Últimamente se está haciendo un notable esfuerzo por
recobrar personajes y hechos históricos importantes para España que, por un
motivo o por otro, han quedado injustamente olvidados. Uno de estos héroes no
es otro que Blas de Lezo, más que notable estratega y capitán de la Armada
Española al que un servidor le ha dedicado unas líneas en algún
artículo o incluso varios capítulos en el segundo de sus libros, Hazañas
españolas en el siglo XVIII. Pues bien, Lezo es un excelente
homenaje al susodicho marino. Publicado a raíz de una muy exitosa campaña de micromecenazgo,
la presente obra se centra sobre todo en el asedio de Cartagena de Indias de
1741, una de las más importantes victorias españolas y uno de los mayores
descalabros ingleses. Un gran acierto del volumen es narrar el cerco desde
varios puntos de vista: así, lo hace tanto desde el punto de vista español como
desde el británico, y dentro de estos, a su vez, se dividen en más niveles, tal
y como oficiales, soldados regulares, milicianos, civiles… ¿Qué se logra con
todo esto? Un relato muy completo en lo histórico y militar al relatarse los
distintos movimientos militares y uno muy humano y e incluso costumbrista al
adentrarse en la intrahistoria. En líneas generales se nota muy buena
documentación para llevar al papel todo lo anterior, solo encontrado el que
esto escribe alguna que otra pequeña exageración en las cifras que, sin
embargo, no supone un problema demasiado grave, pues la obra se atiene a los hechos
verídicos. Y todo ello con mucha épica de por medio; y es que, aunque la
narración no glorifica la guerra en ningún momento (amputaciones, bombardeos,
hospitales…), sí que homenajea a los soldados que defienden sus
trincheras y a la sociedad y familia que dejan en retaguardia. Sobre la trama y
el desarrollo de la misma no se puede hablar mucho más, tanto para no destripar
detalles de aquí y allá como por dejarnos el guión colgados en uno de los
momentos más tensos del asedio, de tal manera que habrá que esperar a una
segunda parte que promete mucho.
Respecto al dibujo, Guillermo Mogorrón combina muy bien dos
elementos: documentación y épica. La primera, además de hacer al investigador
Ramón Vega merecedor de un aplauso, la vemos en distintos elementos: la
magnífica recreación de la Cartagena de Indias dieciochesca, con sus defensas y
edificios en paralelo a la jungla y las costas caribeñas; las vestimentas de
civiles y militares, con especial contraste de las últimas antes de que los
soldados empiecen a combatir y después, por lo degradadas que quedan sus
magníficas casacas y demás elementos del uniforme; tampoco se puede dejar de
mencionar que los distintos personajes tienes características físicas que los
hacen fácilmente reconocibles entre el resto del elenco con trazos que combinan
muy bien lo realista con lo comiquero. Por otra parte, algo que destila mucha
épica son los combates, siendo muy fácil de seguir una acción que, de vez en
cuando, presenta auténticas casquerías al lector y que transmite imágenes muy
poderosas, como el masivo desembarco inglés en las playas hispánicas a través
de lanchas, los navíos de línea surcando los mares o los devastadores efectos
de la artillería, así como el valor de los sufridos soldados españoles que,
pese a saberse en inferioridad numérica, confían en sus defensas, compañeros y mandos.
El coloreado es magnífico y, además de facilitar la rápida distinción entre hispanos
y anglos por sus uniformes, contribuye muy bien a transmitir la dureza del asedio
con la suciedad y la sangre, contribuyendo a esta labor el colorista Miguel Ángel
Abad.
En conclusión, Lezo es una obra que hace honor al
héroe que le da título y que supone una lectura ideal tanto para aquellos más
apegados a la Historia como para aquellos que empiezan a acercarse a ella. Podéis
haceros con este tebeo histórico por 19€, incluyendo entre su centenar de páginas,
además de la historieta en sí, varios extras sobre su proceso de creación, así
como un agradecimiento a los más de dos mil mecenas que hicieron posible la
publicación.
Llama la atención los detalles, la última imagen es la brutalidad misma. Gracias por la reseña Santi, un saludo.
ResponderEliminarEl tebeo no ahorra detalles sobre los horrores de la guerra, así que sí, brutal.
Eliminar¡Saludos!